miércoles, 16 de noviembre de 2011

Los negocios del duque de Palma. (II) Urdanarín y su socio crearon presuntamente “un entramado societario” para desviar dinero público y privado.



Urdangarín, de deportista olímpico a esposo de la infanta, sospechoso, según el juez y el fiscal, de apoderarse de dinero público.




El Rey, junto a su hija menor, la infanta Cristina, y su yerno Iñaki Urdangarín (EFE)




Miembros de la Policía Judicial registran la sede del Instituto Nóos en Barcelona.


Según “El Periódico”, José Castro Aragón, juez instructor del “caso Palma Arena” que investiga un supuesto delito de corrupción relacionado con el Instituto Nóos, sostiene en dos autos que el duque de Palma y su socio, Diego Torres, utilizaron presuntamente empresas para “apoderarse” de los fondos que recibía este organismo. El magistrado sospecha que el yerno del rey y su socio, Torres, crearon, durante la segunda legislatura de Jaume Matas “un entramado societario” para desviar a través de él los “fondos públicos y privados” que recibía el Instituto.

El supuesto desvío del dinero público se produjo en el marco de dos convenios con el Govern balear por los que el organismo que presidía Urdangarín recibió 2,3 millones para organizar un foro deportivo. La Policía judicial, por orden de Castro, pidió también información a la Ciudad de las Artes y las Ciencias (CACSA) sobre la relación de la Generalitat Valenciana con el Instituto Nóos. Estas circunstancias harían “inevitable” la “citación como imputados” del duque de Palma y de Torres, socio de Urdangarin, imputado en la causa por los mismos hechos. El auto del juez pone en relación a Urdangarin y a su socio, Torres, con los dirigentes del PP en Baleares en 2003 y 2007, entre ellos el presidente Matas y el que fue director general de Deportes, José Luis Ballester. Y el fiscal cita seis entidades mercantiles distintas que formarían la trama empresarial montada por Torres y Urdangarin para apoderarse de los fondos públicos que el Instituto Noos recibía del Gobierno balear del PP.

Undangarin, según el relato del fiscal, entró en contacto, a finales de 2004, con el entonces director general de Deportes balear, José Luis Ballester, al que le propuso montar un congreso internacional de Turismo y Deporte donde se hablase de los eventos deportivos como dinamizadores de la industria turística. Era una réplica exacta de otro acto que Noos montó en Valencia un año antes, denominado Valencia Summit, dedicado a las ciudades y el deporte, con los eventos deportivos como elementos dinamizadores de las ciudades.

La continuidad de Iñaki Urdangarín en Telefónica es insostenible si, finalmente, es imputado por el juez Castro. El presidente de Telefónica, César Alierta, fichó, en junio de 2006, a Urdangarín como consejero de Telefónica Internacional en Barcelona, ciudad en la que el ex jugador internacional de balonmano residía entonces con su familia. El nombramiento se produjo apenas dos semanas después de que Urdangarín abandonara la presidencia del Instituto Nóos, a raíz de que el PSOE de Baleares destapara los contratos millonarios y opacos que firmó con Matas, el entonces presidente autonómico.

La compra por unos seis millones de euros de la casa palacete de los duques de Palma, en la lujosa y exclusiva zona de Pedralbes, en Barcelona, se cerró en el verano de 2009, justo cuando deciden abandonar la Ciudad Condal sin quererlo del todo, para trasladarse a Washington. De los aproximadamente 5,3 millones que recibió el Instituto Nóos de las arcas públicas, entre 1,5 y dos millones fueron a parar a Aizoon SL, en la que el duque de Palma comparte propiedad con su esposa, Cristina de Borbón, y también a Nóos Consultoría Estratégica SL, de la que fue socio fundador y cuyo nombre coincide parcialmente con el de la entidad sin ánimo de lucro que él mismo presidió entre noviembre de 2004 y junio de 2006.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El mundo, informa hoy que tambíén está implicado el secretario de las infantas. Después de este habrá que pensar en una X mayúscula, intemporal, plenipotenciaria, omnipotente.

chiflos.