miércoles, 16 de mayo de 2012

Acusada de resistencia y de desobediencia


Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno de Madrid.

Laura Díaz.´



Varios miles de personas pidieron ayer la dimisión de Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno en Madrid, por negar la “brutalidad” con la que los policías desalojaron, durante tres madrugadas consecutivas, la Puerta del Sol. Cifuentes valoró el “comportamiento cívico y ejemplar” de los manifestantes e insistió en que la ley prohíbe acampar en lugares públicos y que “es igual para todos”, sin entrar a “juzgar lo que se hizo en Barcelona”, donde se permitió al 15-M acampar en la plaza de Catalunya. Cifuentes no quiso “criminalizar” al 15M aunque dijo que su “impresión” es que ese movimiento “no está tan desorganizados como quieren hacer ver”. Igualmente, se mostró convencida de que tiene algún soporte “logístico eficiente en Madrid”, alguna “estructura económica” que le permite tener a su disposición bufetes de abogados las 24 horas del día, que “no son personas voluntarias”. A su juicio, el 15M es “un fenómeno complejo y heterogéneo, formado por personas y grupos diferentes” que discrepan en algunos planteamientos y que “ha ido evolucionando” y en ocasiones “se ha escorado hacia la izquierda radical, hacia movimientos antisistema y antimonárquicos”.

La opinión en contra de Cifuentes se acrecienta a medida que se van conociendo la situación de algunos de los 19 detenidos de los últimos días de manifestaciones en la Puerta del Sol. Se comenta, por ejemplo, cómo Laura Díaz, joven alicantina de 26 años, periodista free lance, fue detenida cuando, en la madrugada del 13 de mayo, volvía a su casa después de estar bailando con amigos en una discoteca. Laura, que vive por la zona de Antón Marín, se topó con el cordón policial que rodeaba Sol y aledaños cuando pretendía atravesar la zona. “Le pregunté al agente: ¿Y cómo lo hago? Y me mandó a la calle del Carmen, que también estaba cercada. Pregunté de nuevo. Un policía se enfadó y me inmovilizó”. Un vídeo muestra cómo un agente la retiene con fuerza contra un muro. Laura recuerda el momento de forma confusa. “Llegó un punto que desconecté. Me hacía tanto daño y era tan injustificado... Solo le pedía que dejara de hacerme daño, yo no estaba oponiendo ningún tipo de resistencia”.

Ya en la lechera, Laura sacó su móvil y escribió en Facebook: “Me han detenido, ni siquiera sé a dónde voy, por favor haced algo”. Una amiga llamó a todas las comisarías y otra contactó a través de Twitter con la comisión de legal del 15-M. La alicantina tiene el cuerpo dolorido y moratones en brazos y espalda, tras pasar 20 horas en el calabozo. Del trato recibido en la comisaría de Moratalaz, dice: “Cada dos horas nos despertaban. Y a una chica le dieron un guantazo y le partieron el labio". Como el resto de los detenidos, Díaz está acusada de resistencia y desobediencia a agentes de la autoridad. “Es el cargo comodín. Nos acusan a todos de lo mismo. Yo no he pegado a nadie, no he increpado a ningún policía. Tampoco desobedecí. Todo esto es muy triste. Por reiterativo que parezca, es indignante. Cuando cruzar la calle es ilegal un país se va al garete”, añade en una entrevista mantenida con El País.

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