martes, 28 de enero de 2020

A Santiago Abascal no le gusta el cine ni los Goya.


Vox rechazó ir a los Goya.

El año pasado, la Academia de Cine decidió invitar a la Gala de los Goya que se celebró en Sevilla sólo a los partidos con representación parlamentaria, lo que dejaba a Vox fuera. El líder de la formación de extrema derecha aseguró entonces que “tampoco teníamos ninguna gana de ir”, calificando de “mafia” a quienes viven “en torno al cine y que persigue a los propios actores y directores que no son afectos a la izquierda o la extrema izquierda”. Este año, Santiago Abascal reconoce que la invitación sí llegó a la sede de Vox, “pero no se le dio importancia, siendo rechazada inmediatamente. Pero no niego que yo, personalmente, vea una oportunidad: estar en el centro de los ataques nos conviene... Aunque, al final, se descartó enviar a nadie porque pondríamos en un brete a los actores y directores que no nos atacaran”.

El copresentador de la gala, Andreu Buenafuente, junto a Silvia Abril, su mujer, prefiere no hablar de Vox. “Vox y el cine — escribe Alberto Pérez Giménez en El Confidencial— son como el agua y el aceite. Abascal —en un mitin en el que sus seguidores le pedían no ir a la galase mostró convencido de que ‘el primer director o grupo de actores que se dedique a bucear un poco en las glorias de España y las pueda llevarlas al cine va a conseguir que los españoles vuelvan a las salas. Estamos hartos de que nos hablen mal de nuestro país, hartos de que nos hablen mal de nuestra patria, de que nos hablen mal de nuestros padres y nuestros abuelos.... No parece que 'Mientras dure la guerra', la más nominada este año, colme esas aspiraciones. Y eso que hasta Franco puede ganar un 'cabezón'”.

De las “100 medidas urgentes para España” presentadas por Vox en las pasadas elecciones del 10-N, no hay mención directa al cine. Cuatro están dedicadas a “Tradiciones y Cultura”, y de ellas, una a la protección de la tauromaquia, otra a la caza y la pesca y otra más al mundo rural. Solo afectaría al cine el apartado que postula “impulsar una ley de mecenazgo para que particulares y empresas puedan participar en la creación cultural, aumentando la deducción fiscal de las aportaciones, así como en la restauración y conservación del extenso patrimonio cultural español. A nivel cultural fomento del arraigo a la tierra, manifestaciones folclóricas y tradiciones de España y de sus pueblos dentro de la óptica de la Hispanidad” Pero del cine, ni una palabra.

En el libro-entrevista “España vertebrada” entre Fernando Sánchez-Dragó y Abascal, este confiesa que las películas que le gustan son “las de John Wayne, las de Clint Eastwood, Mel Gibson, 'Gran Torino', por ejemplo, aunque me fastidia cómo acaba, porque el protagonista se deja matar”. Asegura que “me molestan algunas películas españolas. Son truculentas y siempre sacan lo peor”. Pero sí tiene claro cuál haría y subvencionaría. “Las de Garci, por ejemplo, y sobre todo las que evocaran la Reconquista, la Hispanidad y la guerra contra los franceses”. Y cree que “el Estado tiene que conceder subvenciones solo a las películas que fomenten el patriotismo (...) Ayudaría a que los españoles nos conociéramos mejor. En ese caso sí que merecería la pena gastar dinero público, porque saldría beneficiado no solo el productor, sino también los espectadores”.

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