Facundo Cabral y su gran amor.
Rodolfo Enrique Cabral
Camiña, conocido por su nombre artístico de Facundo Cabral, en sus inicios como
Indio Gasparino, fue un cantautor, poeta, escritor y filósofo argentino. Nació
en mayo de 1937 en La Plata, Argentina, siendo asesinado el 9 de julio de 2011,
en Guatemala. Algunas de sus canciones trascendieron a nivel hispanoamericano,
como “No soy de aquí ni soy de allá”. Su obra consistía en contar historias con
una estética que entremezclaba la crítica social, sátira, misticismo,
cristianismo, anarquismo, optimismo, hedonismo y libertad. Cabral aseguraba que
en vez de trovador o un contador de historia, él representaba lo que en la Edad
Media se conocía como juglar −artista ambulante que ofrecía su espectáculo
(música, teatro, literatura o charlatanería) a cambio de dinero.
En 1959, ya tocaba la
guitarra y cantaba música folclórica, admiraba a Atahualpa Yupanqui y a José
Larralde. Se trasladó a Mar del Plata, ciudad balnearia argentina, y solicitó trabajo
en un hotel. El dueño le dio la oportunidad de cantar y así comenzó su carrera
dedicada a la música.
Durante la dictadura
militar (1976-1983) era ya considerado un cantautor de protesta, lo que lo
obligó a abandonar Argentina en 1976. Se radicó en México, donde continuó
componiendo y haciendo presentaciones. Se estima que recorrió 165 países.
En 1984, regresó a
Argentina con su nombre consagrado. Ofreció un recital en el Estadio Luna Park.
Siguió por Mar del Plata. En 1987, hizo una presentación en el estadio de
fútbol de Ferro Carril Oeste, en Buenos Aires, con capacidad para treinta y
cinco mil personas. El 5 de mayo de 1994 comenzó una gira internacional. Dos
años más tarde, la Unesco ya lo había declarado “Mensajero mundial de la paz”,
y, en 2008, fue nominado al premio Nobel de la Paz.
En 1978, su esposa y su
hija murieron en un accidente aéreo en Nicaragua. Este suceso marcó un antes y
un después. Facundo se sumió en un profundo dolor, pero no se quebró. Confesó
haberla conocido en ciertas circunstancias: “Ella era tan linda como yo feo,
era tan rica como yo pobre y por si fuera poco, tímido. Pero un día me animé y
cuando ya había pasado, le dije casi cobardemente: ‘Te amo’. Ella se detuvo, se
dio la vuelta y me dijo: ‘Yo también’. Entonces, se me escaparon de las manos
los globos que vendía en la plaza y el cielo del sábado se llenó de colores”.
No soy de aquí, ni soy de allá (En vivo) - Facundo
Cabral
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