¿Dónde está la alarma social?
Juan Manuel de Souza
Ahí está el doble rasero
que nunca veremos, señalado por los ultras de Torre Pacheco. Cuando un cura
como Juan Manuel de Souza abusa de dos menores en Ibiza, entre 2005 y 2010, la
condena es de tres años y tres meses y ni siquiera pisa la cárcel si en dos
años no vuelve a delinquir. Ninguna “patrulla ciudadana” aparece en la
parroquia, ningún discurso de odio pide expulsar a la Iglesia del país.
Los datos son claros:
según el informe del Defensor del Pueblo (2023), más de 2.000 testimonios en
España señalan a miembros de la Iglesia por abusos sexuales a menores, muchos
de ellos encubiertos durante décadas. Pero ahí no hay “alarma social”, ni
furgonetas con altavoces, ni discursos incendiarios desde tribunas políticas.
Los mismos que
criminalizan a un mantero por vender pulseras en la calle, callan cuando el
depredador viste sotana y se protege bajo el paraguas de una institución que se
cree por encima de la ley. La verdadera amenaza para la infancia no viene en
patera, la tienen sentada en primera fila de misa los domingos.
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