sábado, 29 de abril de 2023

Medalla olímpica para Juan Pareja y Ramón Torres.

 

Medalla olímpica para Juan Pareja y Ramón Torres tras la estafa de Sidney 2000

En el año 2.000 el equipo español de Baloncesto para personas con discapacidad ganó la medalla de oro en los Juegos Paralímpicos. De los 12 jugadores que componían el equipo, sólo 2 tenían realmente una discapacidad, Juan Pareja y Ramón Torres. Ellos fueron los únicos dos atletas con discapacidad de la selección española de baloncesto que ganó la medalla de oro. El resto, es decir, los otros diez jugadores de la selección no tenían discapacidad y formaron parte de una gran estafa. Juan Pareja y Ramón Torres, que nada tuvieron que ver con la estafa, fueron los principales perjudicados.

Fue una de las mayores estafas del deporte mundial y a todos los jugadores se les retiró la medalla, incluidos Juan Pareja y Ramón Torres. A ellos, que nada tuvieron que ver con la estafa y que fueron los principales perjudicados, se les prometió una réplica que nunca llegó.

Change.org pide al Comité Paralímpico Español, al Consejo Superior de Deportes y al Ministerio de Cultura y Deporte que se dé el merecido homenaje a estas dos personas y se les conceda la réplica de la medalla perdida. ¡Ellos no hicieron nada malo y se han ganado ese derecho a tenerla con su trabajo y su dignidad!

viernes, 28 de abril de 2023

La tercera vía de Lula, una opción para construir la paz en Ucrania y evitar “una tercera guerra mundial”.

 

Sánchez y Lula evidencian sus diferencias sobre la guerra de Ucrania: “Hay matices”.

El miércoles pasado, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva defendió en su visita a Pedro Sánchez una “tercera vía” de diálogo para detener la guerra de Ucrania, apuntando a la raíz del problema y buscando una solución política al conflicto que enfrenta a Kiev y Moscú. “Sin un alto el fuego es imposible continuar”, dijo Lula da Silva ante el presidente del Gobierno español, quien insistió en que Rusia es la agresora y Ucrania la agredida en este conflicto. En la reunión saltaron diferencias insalvables entre la posición europea y la brasileña sobre la guerra de Ucrania.

El mandatario brasileño condenó la invasión de Ucrania por Rusia, pero también rechazó la opción europea de dejar a Moscú fuera de la ecuación, sobre todo porque tanto Europa como Estados Unidos tienen su propia responsabilidad en la ignición del conflicto. Y esto no gusta en Europa. Tampoco en España. Pero, en Madrid, Lula insistió en la necesidad de “intentar encontrar un denominador común para llegar a la paz”, con un movimiento de países neutrales empeñados en promover la negociación y, así, evitar una tercera guerra mundial en la que podría desembocar esta crisis.

Para Lula la clave está en promover la paz desde un foro internacional de países interesados en el fin de la guerra en lugar de seguir armando a Ucrania, como están haciendo Estados Unidos y los países europeos, entre ellos España. En Portugal, Lula ya lanzó un preocupante llamamiento a las partes implicadas, no solo a Ucrania y Rusia, sino también a los países occidentales que sostienen con dinero y armas el conflicto: “Paren mientras hay tiempo”, exigió, “la guerra no debería haber comenzado. Rusia no debería haber invadido, pero invadió. Ahora, en vez de escoger un lado, quiero escoger una tercera vía, la reconstrucción de la paz”.

La visita de Lula da Silva a Madrid ha puesto de manifiesto las diferencias que le separan de los países europeos. Tanto el líder brasileño, como su anfitrión, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, han subrayado la necesidad de que se ponga fin al conflicto ucraniano. Pero ahí se acabaron los puntos en común. Sánchez, como el resto de sus colegas de la Unión Europea y de la OTAN, defiende a capa y espada el “plan de paz” de Zelenski, que exige la retirada total rusa de los territorios ocupados, incluida la Crimea anexionada por Moscú ilegalmente en 2014. El Kremlin considera esta península como territorio inalienable de Rusia y jamás aceptará su desgajamiento de la Federación Rusa.

Lula y Xi Jinping lideran la apuesta por el alto el fuego. Pekín difundió su propio plan de paz con ocasión del primer año de guerra, el pasado 24 de febrero. Pero, al igual que la propuesta brasileña, la apuesta china ha recibido el rechazo occidental, que la considera virada hacia Moscú, socio estratégico de Pekín. Aunque China ha defendido la inviolabilidad de la soberanía territorial, no ha condenado la invasión rusa de Ucrania y ha abogado por la retirada de las sanciones internacionales que pesan sobre Moscú. Pero ya lo dijo Lula en Portugal: “Quien cree en soluciones militares para los problemas actuales lucha contra los vientos de la historia”.

jueves, 27 de abril de 2023

Otro Día del Libro

 

Escaparate de la librería madrileña Pérgamo el pasado 5 de enero, el día que cerró para siempre. Europa Press

Víctor Lenore escribe en Vozpópuli el siguiente comentario:

“¿Es el Día del Libro una fiesta luminosa con un lado oscuro o directamente forma parte del problema? El año pasado, muchos autores y editoriales que firmaban en las casetas de la Feria del Libro de Madrid no podían permitirse los precios de ningún alojamiento próximo a El Retiro, tal y como explicó la escritora y periodista Txani Rodríguez en su artículo ‘Voz de pobre’. Allí contaba que había telefoneado a un hotel de la capital, que se había negado a comunicarle el precio de la habitación por su manera de expresarse (quizá por hablar en castellano, desvelando su condición de no-turista, quizá por carecer de la seguridad que exudan los ricos, olían que no alcanzaba el presupuesto adecuado).

“Pocos días antes de este Sant Jordi, Patricio Pron, escritor argentino residente en Madrid, publicaba una página en El País donde denunciaba que ya no se venden realmente libros, sino que más bien el lector más bien se adhiere a celebridades, sean estas culturales o no. La industria editorial actual ‘ya no vende textos literarios, sino historias personales de superación’, explica. Muchos autores ‘participan activamente de esta estrategia y exhiben a sus hijos en las redes sociales, se fotografían practicando su deporte favorito, nos informan del estado de salud de sus familiares directos y del suyo propio, ensayan una postura sexy, cuentan qué han comido hoy o nos dan su opinión sobre la última teleserie como si todo ello fuera parte de su proyecto de escritura, toda su obra: penosamente, en muchos casos, lo es’, señala.

“El comentario que más he repetido en actos culturales este año es esta reflexión que hizo una vez Valerio Rocco, director del Círculo de Bellas Artes: ‘Ya nadie presume de ser culto, no existe esa aspiración que antes estaba muy presente en las élites sociales. Hoy todos buscamos lo mismo: ser jóvenes, ricos y salir guapos en Instagram’. Hemos vivido un proceso de homogeneización consumista donde los libros son algo prescindible, incómodo, anacrónico. No tienen valor ni en las tiendas de segunda mano para bibliófilos, donde un becario de veinte años te compra los volúmenes ‘al peso’ y no por su contenido. Ray Bradbury imaginó en Fahrenheit 451 un poder que temía a los libros hasta el punto de ordenar quemarlos, pero -como se ha dicho tantas veces- lo peligroso no es tanto eso como una sociedad donde los libros están ampliamente disponibles, pero ya nadie desee leerlos. Cada día estamos más cerca”.