'GREAT Trust', el plan inmobiliario de Trump convierte el genocidio de Gaza en negocio.
El proyecto para la 'Riviera' de Trump en las ruinas de Gaza, desplazamiento forzoso para un centro turístico y tecnológico.
El periódico 'The
Washington Post' publica un borrador sobre los planes de la Administración
Trump para la Franja de Gaza. El proyecto se llama Gaza Reconstitution,
Economic Acceleration and Transformation y, en 38 páginas, sienta las bases de
la fantasía colonizadora que el presidente estadounidense, Donald Trump,
proyectó hace unos meses sobre la Franja de Gaza. En el mismo, se detallan los
pormenores de uno de los proyectos que baraja EEUU para el futuro. Y confiesa
que se presenta como una oportunidad económica para invrsores arriesgados, con
un coste entre los 70.000 y los 100.000 millones de dólares, gracias a la
creación del Fideicomiso de Tierras de Gaza.
Según el medio económico,
en su desarrollo participa el Instituto Tony Blair para el Cambio Global
(TBI), un think tank creado por el expresidente británico con
la mirada puesta en “acabar con el extremismo” en Oriente Medio. El TBI niega
tajantemente tener nada que ver con dicho plan, si bien posteriormente confirma
que lo conocía y que su papel había sido el de “escuchar” las opciones que
distintos grupos planteaban para el futuro de Gaza.
La consultora del
borrador explica que “el trabajo sobre el plan del fondo no fue aprobado expresamente
y que dos socios principales que dirigieron el modelo financiero
fueron posteriormente despedidos”. Su salida a la luz permite conocer los
pormenores del proyecto, con el que sus impulsores buscan rentabilizar el
genocidio, construyendo una suerte de hub tecnológico con plantas de vehículos
eléctricos, centros de datos, complejos turísticos de lujo y rascacielos.
El plan del GREAT Trust
enumera diez megaproyectos. El primero de ellos es el desminado de artefactos
explosivos aún sin detonar y que están repartidos a lo largo y ancho de la
Franja de Gaza. Israel ha vertido sobre ella el equivalente a siete bombas
atómicas como la que arrasó Hiroshima en 1945. Su desescombrado “podría tardar
años”. El fundador del Centro de Estudios Árabes Contemporáneos (CEARC) afirmó
que quienes hablaban de la colaboración público-privada con otros países árabes
para la tarea de desescombrado “saben que Israel no quiere hacerlo ni lo va a
permitir”, entre otras cosas, “porque no desea que vea ni verifique sus acciones”
en la Franja.
El fideicomiso pagaría a
cada palestino 5.000 dólares por marcharse de sus tierras. Además, le serían
concedidos subsidios para cubrir los cuatro primeros años de alquiler en otro
país, así como un año de alimentos. El borrador del plan estima que
aproximadamente medio millón de personas salgan de la Franja gracias a esta
fórmula. Sacar a los palestinos de Gaza tendría un precio de unos 5.000
millones de dólares.
La expulsión de los
árabes de sus tierras se combinaría con una segunda opción: la reubicación de
los gazatíes dentro de la Franja de Gaza. El borrador espera a que a este plan
se acoja el 75% restante de los gazatíes. ‘ Y estima que el 90% de los mismos
necesitaría alojamiento temporal que, según el borrador, contaría con
infraestructuras de educación, agua y saneamiento. Dicho proyecto podría costar
unos 6.000 millones de dólares. Este plan se parece peligrosamente a los
barajados recientemente por el Gobierno de Benjamín Netanyahu (Likud), y que
muchos expertos no dudan en calificar de “campo de concentración”.
“Gaza es un puesto
avanzado iraní en una parte moderada de la región que amenazará la arquitectura
IMEC/abrahamica y socavará cualquier futuro autogobierno palestino”. Para
combatir dicha amenaza, el documento evidencia que sólo mediante la
aniquilación de Hamás, el proyecto será posible. Esta idea casa con la
dirección tomada por Netanyahu de ocupar militarmente toda la ciudad de Gaza.
Contra ella se han posicionado miles de israelíes debido al riesgo que supone
para la veintena de rehenes que siguen vivos en el enclave.
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