Broncano se enfrenta en la 1 con la derecha de Montero.
Mariló Montero fue a La
Revuelta a promocionar MasterChef y acabó en la entrevista más tensa del
programa. Se quejó de que “ya no se puede decir nada” por culpa del Gobierno. La
respuesta de Broncano fue demoledora: “Es ridículo”. El aplauso del público lo
dijo todo: el discurso victimista de la derecha mediática no se sostiene ni
cinco segundos frente a un poco de lógica.
Mariló Montero convirtió
su entrevista en un mitin en directo. Pero terminó acusando a TVE de estar
“controlada por Sánchez” y repitió la eterna queja de la derecha: “ya no se
puede decir nada”. La respuesta de Broncano fue sencilla: “Literalmente, lo
estáis diciendo desde un programa de máxima audiencia desde el que decís lo que
os sale de los cojones”. El debate subió
de tono con la tauromaquia. Montero la defendió como “arte cultural” que
debería volver a TVE. Broncano, antitaurino, respondió que “llamar arte a
clavarle banderillas a un animal es una falacia”. Y cuando la invitada insistió
en que la cadena estaba “sesgada a la izquierda”, Broncano cerró con la frase
que desmonta toda conspiranoia: “Si el sanchismo condicionase los contenidos,
tú no estarías aquí diciendo esto”. La escena resume la hipocresía mediática:
quienes nunca han sido callados gritan “censura”, mientras las voces realmente
silenciadas —las trabajadoras y trabajadores precarios, las familias
desahuciadas, las y los migrantes explotados— jamás tienen espacio en prime
time. La censura no está en que Mariló Montero no pueda hablar. Está en que
nunca escuchamos en la televisión pública a quienes sostienen el país desde
abajo.
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