miércoles, 10 de septiembre de 2025

Partidos de fútbol especiales.

 


Palestinos e israelíes juegan al fútbol con la cabeza de Netanyahu frente a la sede de la ONU en Nueva York.


El colectivo internacional activista INDECLINE y el artista Eugenio Merino organizaron el pasado domingo un proyecto deportivo ‘Freedom Kick’ justo antes de la celebración de la Asamblea General de la ONU. Así lo cuenta Guillermo Martínez en óóElDiario.es el curioso partido de fútbol en el que el balón era la cabeza de Trump en México, la de Bolsonaro en Brasil, la de Putin frente a la Casa Blanca y, por último, la de Franco en España. “Este domingo, activistas antisionistas palestinos e israelíes se hermanaron en ese partido de fútbol en el que patearon la cabeza hiperrealista de Netanyahu en una acción artística que denunciaba el genocidio en Gaza. Lo hicieron frente a la sede de la ONU en Nueva York antes de la celebración de la 80ª sesión de la Asamblea General de la ONU”.

Los participantes de este partido de fútbol fueron seleccionados y evaluados mediante una combinación de contactos preexistentes en la comunidad activista de Nueva York y un casting abierto en las redes sociales. Su primer objetivo pasó por “competir dentro de la economía de la atención, de una forma que sacudió a la gente de su estado normal de consumismo hipnotizado”, según relata el colectivo. Y añaden: “La misión subyacente es siempre mantener a la gente centrada en cuestiones que requieren algo más de atención que un vídeo de TikTok para que realmente se involucren”.

INDECLINE recuerda que el conflicto “sigue siendo una forma de geopolítica, que es esencialmente la organización del poder, a menudo orientada a los intereses de una sola persona”. Desde su punto de vista, para los poderosos la política es un juego, mientras que el fútbol siempre ha sido entendido a nivel mundial como el juego del pueblo. De ahí que utilicen la cabeza de autócrata de todo el mundo para golpear, en sentido metafórico, sus políticas mortales y represoras de las minorías.

El colectivo activista recuerda que en el anterior gobierno del apartheid de Sudáfrica fue la presión de la “gente normal” la que obligó a cambiar la política gubernamental: “En la base piramidal de cualquier construcción o gobierno están las personas individuales, seres humanos que tienen sus propias políticas, sus propias necesidades, deseos, responsabilidades y moralidad”.. Para no perderse en esa rutina, la labor de los artistas es crucial. Para Merino, vivimos un tiempo en el que “las democracias están siendo socavadas en muchos lugares del mundo”, y en este contexto, los artistas —como figuras públicas con capacidad de influir en la opinión pública— pueden desempeñar un papel importante. “Su voz puede animar a otras personas a posicionarse, a cuestionar el poder y a abrir caminos para la defensa de las libertades civiles”, resume.

No hay comentarios: