domingo, 12 de enero de 2020

“Ocho meses para diez segundos”, las lágrimas de Pablo Iglesias y el truco de Pedro Sánchez.


     El rey bromea con Sánchez: “Ha sido rápido. El dolor viene después”.

El rey, Felipe VI, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, protagonizaron el pasado miércoles un breve intercambio de bromas tras la ceremonia de promesa del jefe del Ejecutivo y la fotografía con los poderes del Estado. “Ocho meses para 10 segundos” dijo Sánchez, en alusión al largo período que ha estado en funciones y a la brevedad de la ceremonia de promesa. “Ha sido rápido, simple y sin dolor”, fue la respuesta del rey, quien añadió, tras una breve pausa, “el dolor vendrá después”. Sánchez también reconoció, en el mismo tono distendido, que los políticos le han dado al rey “muchas preocupaciones”. Y siguió fielmente con la fórmula de prometer, por su “conciencia y honor”, el compromiso de “cumplir fielmente las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al rey y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado”. En el acto participó también la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, como notaria mayor del Reino; y los representantes del Poder Legislativo y Judicial: las presidentas del Congreso y el Senado, Meritxell Batet y Pilar Llop, respectivamente; el del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Lesmes y el del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas. Era la segunda vez que Sánchez cumplía con este trámite, por el que ya pasara en junio de 2018, tras la moción de censura que le llevó a la Moncloa. Con la llegada de Felipe VI a la Jefatura del Estado, la Casa Real cambió el protocolo y permitió que los altos cargos prometiesen ante el Rey sin símbolos religiosos, conforme a la libertad religiosa recogida en la Constitución, pero Sánchez fue el primer presidente del Gobierno que prescindía de ellos. El acto de la jura del cargo se llevó a cabo en el Salón de Audiencias del palacio, en el que Sánchez adquirió la condición de jefe del Ejecutivo para liderar el primer gobierno de coalición de la democracia, entre PSOE y Unidas Podemos, tras haber obtenido la confianza del Congreso, con 167 votos a favor, 165 en contra y 18 abstenciones, entre ellas, las de ERC y EH Bildu.

      El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el rey Felipe VI, tras prometer su cargo el pasado miércoles.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias son conscientes de que tendrán que hacer frente a una legislatura con una oposición más dura que nunca, desafíos territoriales, económicos y parlamentarios, y con el primer Gobierno de coalición de la historia reciente. Un camino que se presenta por delante lleno de obstáculos, dificultades y desafíos para la coalición PSO-Unidos Podemos. Y tendrán que demostrar que se puede lograr una cierta estabilidad a la hora de legislar y de aplicar medidas. “La XIV legislatura se caracterizará, entre otras cuestiones, por disponer de uno de los parlamentos más hiperfragmentados de la historia reciente y por tener una de las oposiciones más duras de los últimos años. Estos son —escribe Alexis Romero, en Público los principales desafíos del Gobierno de coalición progresista. El líder socialista ha gestionado los apoyos de su investidura en base a una negociación que resuelva, mediante el diálogo, este problema territorial. Con parte del anterior Govern de la Generalitat en prisión, los partidos independentistas han centrado sus estrategias en la petición de una amnistía sobre la que, al menos de momento, Sánchez no se ha posicionado. El líder socialista ha avanzado que esta será una legislatura de diálogo y, de hecho, el principal compromiso que permitió la abstención de ERC es la creación de una mesa de diálogo entre el Govern y el Gobierno socialista. La formación catalana pidió que la primera cita de este foro tuviera lugar 15 días después de la formación de Gobierno, es decir, en la semana del 27 de enero. En esta negociación no habrá vetos, y Sánchez encontrará una de sus primeras pruebas de la legislatura. Sin embargo, el dilema territorial no acaba en Catalunya. Durante las negociaciones de investidura otras formaciones han constatado los principales problemas de otros territorios. Mientras comunidades como Euskadi o Galicia también muestran tensiones culturales y la voluntad nacional de algunos partidos, otras han puesto sobre la mesa problemas como el de la denominada España vaciada”.


Tanto Iglesias como Sánchez deberán validar una dinámica de trabajo que demuestre la utilidad del Gobierno de coalición, una fórmula interiorizada en otros países de Europa pero que, en España, es inédita en la historia reciente. El secretario general del PSOE manifestó en la pasada legislatura que no quería conformar un gobierno de coalición por el “temor” de que se constituyeran, de facto, “dos gobiernos en uno”. Con estas cautelas, Sánchez trató de evitar una suerte de “bicefalia” en el Ejecutivo, por lo que la coalición deberá gestionar el reparto de poder y representación durante la nueva legislatura. Las cuentas del nuevo Gobierno constituirán de facto la primera prueba de fuego del ciclo político inaugurado el pasado martes. El PSOE y Unidas Podemos han suscrito un acuerdo que recoge importantes reformas fiscales y económicas, pero ambas formaciones precisan del apoyo de otros grupos parlamentarios en el Congreso. Entre las principales cuestiones del Presupuesto están las pensiones, la subida salarial a 1.000 euros para 2020 o la aprobación de un ingreso mínimo vital. Sánchez e Iglesias deberán convencer a algunas de las formaciones que han dado su apoyo en la investidura, pero que se muestran más reticentes en cuestiones económicas, como el PNV. El Grupo Vasco ya ha advertido de que su pretensión no es la de derogar la reforma laboral, una medida que aparece reflejada en el acuerdo entre el PSOE y Unidas Podemos. Antes del proyecto presupuestario, el Parlamento deberá aprobar un techo de gasto, que marcará los límites de las políticas económicas, una cifra que deber ser validada en el Senado. Y la oposición al Gobierno de coalición no piensa conceder ni los tradicionales '100 días de rigor' al nuevo ejecutivo. El PP, Vox y Ciudadanos han cargado duramente contra Sánchez e Iglesias, llegando a tildar al líder del Ejecutivo de “traidor” o, incluso, manifestando que su mayoría “se apoya en ETA”. Está por ver si el Gobierno de coalición podrá reunir los suficientes apoyos para impulsar las medidas de calado recogidas en su programa.

      Pedro Sánchez prometió su cargo de presidente del Gobierno ante el rey. 

Quizás para rebajar tanta tensión acumulada durante la sesión de investidura, el monarca y el presidente del Gobierno charlaron relajadamente en un intento de transmitir una imagen de normalidad. Y el rey y Pedro Sánchez bromearon tras la ceremonia. Sánchez se refirió a la breve duración del acto de la promesa frente a los ocho meses transcurridos desde las elecciones generales del 28 de abril. El comentario fue acogido con risas por parte del presidente del Gobierno, quien reconoció ante Felipe VI: “Le hemos dado muchas preocupaciones”. Sánchez también comentó al jefe del Estado que le veía “más delgado”. Y, en un breve acto presidido por el rey, Sánchez volvió a “prometer” su cargo delante de un ejemplar de la Constitución, sin ningún atrezzo religioso. “Hoy he prometido ante el Rey escribe en twitter— el cargo de presidente del Gobierno. Ilusión, trabajo y diálogo para ganar el futuro de nuestro país. Sigamos haciendo avanzar a España desde valores progresistas, sin dejar a nadie atrás, poniendo a las personas en el centro de la política”. Sánchez fue el primer presidente de la democracia que prometió su cargo sin biblia ni crucifijo, que siempre ha estado presentes en las juras o promesas de los seis anteriores jefes del Ejecutivo. Con la mano derecha encima de un ejemplar de la Constitución, Sánchez dijo: “Prometo, por mi conciencia y honor, cumplir fielmente con las obligaciones del cargo de presidente del Gobierno, con lealtad al rey, y guardar y hacer guardar la Constitución como norma fundamental del Estado, así como mantener el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros”. Tras el acto, que apenas duró cinco minutos, Sánchez se volvió a trasladar al Palacio de La Moncloa sin hacer declaraciones. Consciente de su problemática y de otros problemas a resolver, el presidente prefería no anunciar completamente su Gobierno hasta la próxima semana.

      Buenafuente, durante su programa “Late Motiv”.

Los insultos y gritos de la ultraderecha y la derecha contra EH Bildu, durante su discurso, fueron los momentos más bochornosos que vivió la Cámara Baja hace unos días. Tras la investidura y hacer oficial el nuevo cargo de Pedro Sánchez como presidente, el secretario general del PSOE tuvo que prometer lealtad a la Constitución y a España. Pero hubo algo que no pasó desapercibido: la ausencia de la Biblia y el crucifijo, símbolos religiosos que suelen ser comunes durante los juramentos de cargo. Buenafuente, en su programa Late Motiv, quiso bromear con el tema del crucifijo. Y, durante su monólogo dedicado a la investidura, criticó la actitud de algunos políticos en la Cámara Baja: “No había crucifijo —explicó— porque el cristo ya lo montaron ayer en el Congreso”.

Las lágrimas de Pablo.

En su artículo de Público “Las lágrimas de Pablo”, Marina Lobo habla sobre el miedo que había en El Congreso el día de la investidura de Pedro Sánchez. “Miedo a un nuevo fracaso, a de nuevo a unas elecciones en las que esta vez la sombra de la ultraderecha fuera demasiado alargada como para sortearla, a lo que vendría después. En definitiva, había miedo al miedo. Y puede que por eso fueran tan importantes las lágrimas. Y el martes hubo diferentes tipos de lágrimas en el Congreso. Las de Aina Vidal, la diputada de En Comú Podem que, enferma de cáncer, decidió pasar por encima de los dolores y el cansancio para acudir a votar al hemiciclo. Sus lágrimas eran de emoción y de una generosidad capaces de sacarnos por un instante del frenético ruido del odio para devolvernos un poco de humanidad y bajar el volumen de los comentarios descorazonadores que llevamos días escuchando. Muy diferentes fueron las lágrimas de Adriana Lastra. Lágrimas contenidas como contenido se tenía que haber quedado el clasismo torpemente exhibido estos días por Inés Arrimadas, que parece haber olvidado por qué Rivera ya no está ahí sentado. Y las de Echenique, de satisfacción, alegría por el trabajo (iba a decir “por el trabajo bien hecho”, pero tampoco nos pasemos, que ha costado más de lo que nos gustaría). Las lágrimas invisibles de Errejón por lo que pudo haber sido también son lágrimas, aunque no se vean. Y las lágrimas de Pablo, unas lágrimas que estoy segura de conocer bien (…) Evidentemente, pasado el tiempo supe que era imposible que se te pusieran los ojos marrones por llorar, pero para entonces yo ya había asociado las palabras llorar y debilidad, y ambas tenían para mí connotaciones negativas. Total, que no fue hasta muchos años después cuando me di cuenta de que evitar mostrar los sentimientos no significa ser más fuerte, significa perder, y que, realmente, la gente a la que no le importa llorar es la gente que ha perdido el miedo. Y creo que ayer las lágrimas de Pablo Iglesias decían justo eso, que ya no tenía miedo a demostrar, ni miedo a lo que viene y que el riesgo a perder al final ha merecido la pena. El miedo de las lágrimas contenidas lo tienen ahora los que no lloran, pero gritan desde la bancada. Los que infravaloran a las mujeres a la vez que incitan al racismo, los que dan lecciones de constitucionalismo mientras apelan a la presión como mecanismo válido contra un gobierno que no es el que ellos hubieran querido. En definitiva, los que, por no escuchar, se creen menos débiles y que, en su infantil ignorancia, tienen miedo a que se rompa España y a que se les pongan los ojos marrones”.

      Ione Belarra, Rafael Simancas, Jaume Asens, Adriana Lastra e Irene Montero, firman del acuerdo de coordinación PSOE-Unidas Podemos.

El PSOE y Unidas Podemos cerraron el pasado miércoles en el Congreso un “protocolo de funcionamiento, coordinación, desarrollo y seguimiento del acuerdo de gobierno progresista de coalición”. El documento, de cinco páginas, detalla herramientas, comisiones y procedimientos ideados para evitar que “las discrepancias que se produzcan” afecten a “la estabilidad del gobierno” y erosionen “la confianza de la coalición”. El protocolo, suscrito por las portavoces del PSOE, Adriana Lastra, y de Unidas Podemos, Irene Montero, en presencia del secretario general del grupo socialista, Rafael Simancas, y de los portavoces adjuntos de la formación morada, Ione Belarra y Jaume Asens, proclama que “el gobierno progresista se regirá por los principios de leatad, cooperación, corresponsabilidad y estabilidad” y actuará “en todo momento con diálogo, consenso, negociación y buena fe para implementar eficazmente el programa conjunto”. Entre otras cosas, y anticipándose a lo que pueda ocurrir, el acuerdo establece que “en caso de reestructuración del Gobierno, se mantendrá el número de áreas gestionadas por el PSOE y Unidas Podemos y su peso relativo en el conjunto del Gobierno”. Si la reestructuración implica “una alteración sustancial de lo acordado previamente”, las partes “volverán a abordar las cuestiones esenciales que se planteen en relación con dicha reestructuración”. Ambas partes han puesto por escrito que “el principio de diálogo y búsqueda de consenso será especialmente aplicado para el caso de discrepancia entre los socios”. “En casos excepcionales, para el caso en que los instrumentos previstos en este acuerdo no fueran suficientes para superar una discrepancia, al menos se acordará su alcance y la publicidad que los socios darán a la misma, tanto en sede parlamentaria como ante los medios de comunicación”. Los miembros del gobierno de coalición también “se comprometerán a la máxima discreción en relación con las negociaciones y acuerdos que se produzcan en el seno del Gobierno y, de manera singular, en la mesa permanente y en la comisión de seguimiento parlamentario”.

      El expresidente del Gobierno, José María Aznar, siete horas más tarde, “angustiado y preocupado” ante el Gobierno radical de Sánchez.

El expresidente del Gobierno, José María Aznar, criticaba el mismo miércoles al nuevo Gobierno de coalición de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias y se preguntaba qué futuro le puede esperar a una nación que pone su destino “en manos de quienes la quieren destruir. “Si construimos un Gobierno en el cual, por primera vez desde finales de la Guerra Civil, entran los comunistas chavistas a favor de Venezuela y consentido por el independentismo, estamos en una situación de máximo riesgo porque un Gobierno como el que se está intentando formar con alguien que está condenado por sedición y con alguien como un terrorista convicto y confeso, son palabras mayores que no deseo que ocurra”, afirmó Aznar en una conferencia sobre el futuro de Europa, junto con el expresidente de Francia, Nicolás Sarkozy. El presidente de FAES indicó que su “responsabilidad” era “alzar la voz” para avisar del “riesgo importante” de ese Gobierno. Y garantizó que su voz “se va a oír” mientras se pueda porque no va “ni a aceptar, ni ver, ni a vivir” ninguna posibilidad de que España “se rompa”.

      En un tuit, el arzobispo de Oviedo indicó que “la incertidumbre dibuja hoy el horizonte”.

Por su parte, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, un día después de la investidura de Pedro Sánchez, pedía a la Santina de Covadonga, patrona de Asturias, que ayude a “salvar España”. A través de un apunte en tuit, el arzobispo indicó “que la incertidumbre dibuja hoy el horizonte”. “Sabemos que, tras las nubes y tormentas, el sol amanece, devolviendo el color a cuanto la torpeza, la mentira y la vanidad nos había secuestrado”.

Las cuatro vicepresidencias del nuevo Gobierno.

Tres días antes de terminar esta semana, y antes incluso de reunirse, Moncloa empezó a filtrar poco a poco detalles del futuro Gobierno de coalición: confirmó los cargos que tendrá Unidas Podemos en el Consejo de Ministros y anunció que el Ejecutivo tendrá tres vicepresidentas, además de Pablo Iglesias, que será vicepresidente de Derechos Sociales y Agenda 2030. Carmen Calvo será vicepresidencia primera con competencias de Memoria Democrática; Nadia Calviño pilotará el área económica, y Teresa Ribera ocupará la vicepresidencia de Transición Ecológica y Reto Demográfico. En su discurso de investidura, el presidente socialista desgranó esas “transformaciones” citadas por Irene Castro / Andrés Gil en Eldiario.es: “El crecimiento económico, la creación de empleo digno y la sostenibilidad de las pensiones. En segundo lugar, la digitalización de nuestra economía. En tercer lugar, la transición ecológica justa. En cuarto lugar, la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. En quinto lugar, la justicia social, y en sexto lugar, el diálogo y el entendimiento de una España unida en su diversidad y comprometida con una Europa fundada en los derechos humanos. El anuncio del PSOE llega 48 horas después de la investidura de Sánchez y sin que la idea de una cuarta vicepresidencia saliera durante las negociaciones con Unidas Podemos. Así, la decisión de Sánchez supone que el peso de Unidas Podemos en las vicepresidencias pasa del 33% al 25%, y la balanza se desequilibra después de haberse cerrado las negociaciones”. Fuentes de la dirección del partido ven con normalidad el anuncio del presidente, aunque en las bases de Podemos no sentó bien esta vicepresidencia “inesperada” para Podemos. Hasta el miércoles, el partido morado no conocía que habría esta cuarta vicepresidencia. Iglesias podría haberse enterado minutos antes del anuncio. Fuentes de Podemos reconocen que la noticia, cuidadosamente ocultada por el PSOE generó cierto malestar y que, tras dos meses de negociaciones, lo lógico hubiera sido que esto también se pactara ya que la ampliación de vicepresidencias quita importancia a cada uno por la división. Algunos sectores de Podemos critican la decisión de Pedro Sánchez de “descafeinar” la presencia y visibilidad del líder morado. Aun así, nadie quiere elevar la tensión. “No queremos hacer ruido”, dicen desde el grupo político de Podemos, asegurando que desconocían la decisión de Sánchez.

      Manual de resistencia frente a la embestida y desconcierto de la derecha.

Fernando López Agudín escribe en Público, bajo el título “La embestida”: “Ya puede añadir Pedro Sánchez un nuevo capítulo a su Manual de Resistencia. Su investidura le consagra como un hábil político capaz de vencer la carrera de obstáculos que ha sido su reelección como presidente de Gobierno. Que lo haya conseguido con la colaboración de Unidas Podemos y con la abstención de Esquerra Republicana, que anteriormente rechazaron pactar con el PSOE, indica su realismo, flexibilidad y capacidad de diálogo; vital en un Congreso de los Diputados tan fragmentado. Bien sumados a su intuición y valentía, fundamental para superar el crucial test de Oriol Junqueras planteado por los republicanos, explican que hoy continúe en el palacio de la Moncloa. Ahora le toca frenar en seco la embestida de las tres derechas que no le perdonan haber situado al PSOE al frente de una amplia coalición de toda la izquierda española, catalana y vasca. La ira de los diputados derechistas, contra los dos portavoces de Esquerra Republicana y Bildu, evidencia su enorme decepción. Esperaban que una vez más la cuestión nacional impidiera un nuevo gobierno progresista. Habría que remontarse a la audacia de Adolfo Suárez, cuando legalizó al PCE, para encontrar un precedente de hacer oficial en el parlamento lo que es real en las calles de Cataluña y Euskadi. La embestida de Casado, Abascal e Inés Arrimadas, sostenida por una pléyade de altos funcionarios, va a desarrollarse política, mediática, social y jurídicamente.

      Sánchez ha ganado la batalla de la investidura, pero le queda por ganar la batalla de la renovación del Poder Judicial.

“La proyectada desjudicialización de la política en Cataluña que anuncia Pedro Sánchez va a coincidir con una planificada e intensa judicialización de la política en España. Pablo Casado no oculta su intención de lograr el doble epitafio político y penal del presidente de Gobierno. La obstrucción judicial a la política gubernamental va a estar a la orden del día. Bien desde el Tribunal Supremo, bien desde el Tribunal Constitucional, Pedro Sánchez va a tropezar con las togas patrióticas en las que puede terminar enredado a muy poco que se descuide. El objetivo político anunciado es acabar procesándole por prevaricación, según Pablo Casado, o por traición, según Abascal. No faltan Llarenas dispuestos a repetir en Madrid la judicialización de la política ensayada antes en Barcelona. Sánchez ha ganado la batalla de la investidura, pero le queda por ganar la batalla de la renovación del Poder Judicial. Si el PSOE controla la Mesa del Congreso de los Diputados, a través de Meritxell Batet, el PP controla el Consejo General del Poder Judicial, a través de Carlos Lesmes, con el añadido, además, de que para cambiarlo es necesario el voto de los tres quintos de los diputados, mientras que para cambiar la mayoría parlamentaria solo es necesario la mitad más uno de los escaños. Lo que quiere decir que el poder judicial, sea en el Supremo o en el Constitucional, sigue y seguirá en manos del Partido Popular. En este contexto es imposible pensar que la derecha vaya a aceptar pactar la renovación del Consejo General del Poder Judicial continuamente aplazada… La embestida intenta frustrar la legislatura de Sánchez mediante la fórmula portuguesa, la dimisión del gobierno de Vasco Goncalves en Lisboa, o la fórmula francesa, el cese de los ministros comunistas en el gobierno de François Mitterrand, tras una sistemática campaña mediática y constante presión política. En definitiva, o bien Pedro Sánchez dimite o bien prescinde de Junqueras e Iglesias. Si aquellos dos gobiernos –los únicos basados en la unidad de la izquierda en la Unión Europea a lo largo del último medio siglo– fueron derribados, por qué no derribar ahora este tercer gobierno progresista de Sánchez, se preguntan Casado, Abascal y Arrimadas, obviando claro está un dato esencial: que ya no existe el Muro de Berlín”.

Fotomontajes, imágenes y frases sorprendentes:

      ¿Qué ha querido decir el rey Felipe con “El dolor vendrá después?” ¿Qué sabe el rey que no sepamos los españoles?

El despacho de abogados W & T remata: “Pueden llamarnos mal pensados, pero el inconsciente del Rey le ha traicionado, porque, si tomamos el sentido de la frase de Pedro Sánchez, la respuesta del Rey es amenazante ¿Qué tiene que ver la brevedad del asunto de la promesa con el dolor que introduce Felipe? ¿Qué información maneja el Rey que no sepamos los españoles? ¿El lobby de los cazadores entra en acción?... Consideramos que con estas declaraciones no deben pasar por alto como una simple broma, se necesita una máxima difusión..., porque estaríamos abortando los planes de la derecha franquista y el fascismo”.


Marisol Maza escribe sobre de Aina Vidal, diputada de Podemos, con un grave cáncer, que acudió en el hemiciclo, para votar frente al fascismo: “Por su dignidad y compromiso en una semana de heces y miserables, la protagonista es el ejemplo que tendremos siempre presente”.



Baldoví a Abascal: “Cuando cobraba 83.000 euros de un chiringuito ¿lo hacía por el Rey, por Dios o por España?. Me equivoqué con la tila. Ustedes no la necesitan. Lo que necesitan es educación.



Lo de Ayuso.


En declaraciones a la Cadena Ser, Isabel Díaz Ayuso sorprendió la semana pasada al negar las nocivas consecuencias de la contaminación para la salud de las personas. Dijo textualmente: “Yo no quiero que se cree una alarma de salud pública porque no la hay”. Y continuó: “No se va a morir la gente, tal y como se expone muchas veces. […] No es real”. Las asociaciones ecologistas estiman que 400.000 europeos mueren al año por las emisiones contaminantes.

La rebaja de Ciudadanos.



Los que decían que se iban de España, si Podemos llegaba al gobierno. Vayan preparando las maletas. (Manel Ruda).

Buen viaje...

Así se vio desde España el eclipse lunar de 2020, registrado el pasado viernes.

La luna llena brilló un poco menos cuando atravesó la zona de penumbra de la Tierra. Fue el primer eclipse penumbral de este año que acabará con un espectacular eclipse total de sol en diciembre, visible desde Sudamérica.

El humor en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F., B. Vergara, Malagón, Pat, J. R. Mora, Atxe, Trampantojo…









Donde dice geo debe decir ego. 


 Así parlamenta el y tripartito.



El grupo 

 Los demócratas.
 El sheriff.

 Escenario 1. 

 La oposición.



 Respeto a la carta.

 No hay cuatro sin cinco.



 Diálogo de reyes.



Pep Roig, desde Mallorca, nos recuerda en clave de humor: Avanzando hacia atrás, El que manda, A las andadas, Nada cambia, A trabajar…







Los vídeos del momento. INVESTIDURA SANCHEZ | La intervención completa de Aitor Esteban

Pedro Sánchez: a la sexta va la vencida Baldoví recuerda su sueldo en un "chiringuito" a Abascal Joan Baldoví a ABASCAL Vox - Duro discurso antes de la 2ª Votación de Pedro Sánchez La nit d'investidura de Pedro i Pablo Gerardo Tecé también será ministro Polònia - 09/01/2020 LATE MOTIV - Raúl Cimas. Siestas pellejas LATE MOTIV - Bob Pop. Aún no ha pasado nada | #LateMotiv640

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