Una veintena de colectivos pide al Gobierno que haga público el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia.
Basílica del Pilar de Zaragoza y Torre de la Seo.
La mezquita catedral de Cordoba.
La coordinadora “Recuperando”,
formada por colectivos ciudadanos de diez comunidades autónomas, exige al
Gobierno que retire el recurso contra el Consejo de Transparencia y haga
público el listado de bienes inmatriculados por la Iglesia además de “revelar
la magnitud del patrimonio expoliado por los obispos”. La entidad considera
positivo que Pedro Sánchez incluyera en su discurso de investidura una
referencia explícita a las inscripciones de la Iglesia, pero estima incompatible
anunciar en el Congreso la recuperación de los bienes indebidamente
inmatriculados y mantener “en la opacidad la identidad de los casi 35.000
inmuebles inscritos irregularmente por la Iglesia desde 1998”. Y recuerda que el
Consejo de Transparencia y Buen Gobierno dictó una resolución “obligando al
Ministerio de Justicia a hacer público el listado de inmatriculaciones
eclesiásticas y que el Ejecutivo, de forma incomprensible, presentó un recurso
para impedirlo”. Por ello, “Recuperando” exige “revelar la magnitud del
patrimonio expoliado por los obispos al amparo de un subterfugio jurídico que
les permitía inscribir bienes sin aportar títulos de propiedad”.
La organización patrimonialista
considera positivo que el presidente del Gobierno haya incluido en su discurso
de investidura una referencia explícita a las inscripciones de la Iglesia y su
propósito de promover las “modificaciones legislativas oportunas para facilitar
la recuperación de los bienes que hayan sido indebidamente inmatriculados” por
la jerarquía católica. La decisión de Pedro Sánchez representa un claro
reconocimiento del intenso y largo trabajo impulsado por los colectivos
ciudadanos en defensa del patrimonio público injustamente apropiado por los
obispos.
“Recuperando” se muestra
dispuesta a cooperar con el Gobierno en la búsqueda de soluciones factibles
sobre la base de dos premisas básicas: la nulidad de todas las inscripciones
por ser notoriamente inconstitucionales y la consideración de que los bienes de
dominio público no son negociables. Los obispos han registrado a su nombre
decenas de miles de inmuebles y fincas, entre ellas plazas, cementerios,
locales, ermitas y monumentos pertenecientes al legado cultural inmemorial,
como la Mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla o la Seo de Zaragoza. Los
colectivos patrimonialistas exigen que el listado incluya los bienes
inmatriculados desde 1946, el año en que se promulgó la Ley Hipotecaria y su
polémico artículo 206, y no únicamente desde 1998, como se ha efectuado. Además,
estiman urgente limitar la capacidad eclesiástica para enajenar inmuebles
inmatriculados hasta tanto no se resuelva el problema. La Iglesia está
vendiendo, a terceros, decenas de bienes irregularmente inscritos, entre ellos
muchas casas parroquiales de titularidad municipal, que ya difícilmente serán
recuperables. En su opinión, la decisión de Pedro Sánchez representa “un claro
reconocimiento del intenso y largo trabajo impulsado por los colectivos
ciudadanos en defensa del patrimonio público injustamente apropiado por los
obispos”.
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