La reacción de las izquierdas.
Suscribo totalmente lo
comentado por Juanlu Sánchez, en Aldía, sobre la campaña electoral de Madrid
que saltó por los aires la semana pasada. “Desde que Rocío Monasterio intentara
humillar a Pablo Iglesias por unas amenazas de muerte que dijo no creerse del
todo, ya nada es igual. Durante el fin de semana ya no ha girado todo alrededor
de la frase de ‘comunismo o libertad’ sino alrededor de otro dilema: ‘fascismo
o democracia’. O suma la izquierda o Vox está en Gobierno. Pablo Iglesias se
levantó del debate de la SER, se fue y, con ese sencillo gesto, le ha dado a la
izquierda la única oportunidad de recomponerse antes del 4M. Ahora, PSOE, Más
Madrid y Unidas Podemos han pasado a la ofensiva”.
Ángel Gabilondo dice en
una entrevista publicada en elDairio.es que el PP y Cs han acogido a Vox, sin
escrúpulos. “Mónica García (Más Madrid), decía en otra conversación el sábado:
‘Ayuso es la autora intelectual de la escalada de odio e intolerancia’. A
Ayuso, que tenía el 4M en la mano con su estrategia de prometer lo prohibido,
se le ha complicado la campaña. El PP, Ciudadanos y los periódicos de derechas
tratan ahora de desviar la atención intentando igualar a Vox y a Podemos, decir
que los extremos se tocan, que la extrema derecha es igual que la extrema
izquierda, que hay que renunciar a la polarización. Es una lógica
contradictoria, porque mientras usan esa premisa para atacar al PSOE por
gobernar con Podemos, no la usan para pedirle al PP que no cruce la línea roja
de gobernar con Vox”.
Este es el memorable
titular de la portada de El Mundo del domingo: “Gabilondo se lanza a la
desesperada a la polarización y Ayuso se queda en el centro”. “Gabilondo
-remata Sánchez- polariza y Ayuso se centra. Se centra, pero ha roto un
gobierno de Ciudadanos porque las encuestas les decían que podían cambiarlos
por Vox”.
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