Sabina no piensa volver a los escenarios mientras la gente esté con mascarilla’
El cantante Joaquín
Sabina dijo el pasado día 5 que no volvería a los escenarios “mientras que la
gente esté con mascarilla y no pueda levantarse a fumar o tomar una copa”, un
tiempo que calculó en “año y medio”, sobre todo al pensar en Latinoamérica. Así
lo expresó el cantante tras dejar en la caja de seguridad número 1237 de la
cámara acorazada del Instituto Cervantes de Madrid la colección completa de la
revista literaria argentina “Sur” (1931-1992), así como un bombín, y algunos
manuscritos, dibujos y fotos personales.
Entre los objetos
personales donados por el artista, destaca uno de sus sombreros negros;
manuscritos de canciones; cuatro dibujos de cuatro gallos de pelea; un dibujo
de una pareja asturiana; y una colección de fotos con sus amigos, entre los que
se encuentran Mario Vargas Llosa o Luis García Montero. Asimismo, el onubense
confesó que siempre se ha sentido más cerca de la literatura que de la música:
“No recuerdo un solo momento en que yo pensara que iba a ser cantante. Nunca. Y
eso que tenía guitarra desde los catorce. Mi principal pasión era leer, y lo
sigue siendo hoy. En mi casa apenas se escucha música, y menos mía”.
Tras dejar su legado, el
cantante dijo que, en la actualidad, sí que piensa en el dinero por una “cuestión
de edad” y por esa “cosa burguesa” de asegurarle a sus hijas el futuro. “A mí
el dinero nunca me ha importado nada, me servía para que mis amigos pudieran ir
a donde no podían o para que cenaran en los restaurantes que no podían. Así que
lo despilfarré regalándoselo a mis amigos y pasándolo muy bien”, ha concluido. Además,
Sabina ha tirado de su habitual estilo para reflexionar sobre su vida y su
trayectoria. “He escrito un libro, he tenido dos hijas, y en Rota trasplanté un
olivo. No me falta nada, estoy moderadamente en paz conmigo mismo. Teniendo en
cuenta que la gente de mi generación pensábamos que no íbamos a ser nunca
adultos, porque los adultos eran unos hijos de puta... He llegado a los 72 años
y aún no me considero un hijo de puta, y con eso me basta”, ha subrayado.
Por su parte, Montero
tildó al onubense de “referente de la cultura español y de la cultura
Latinoamericana”. “Con Joaquín surgió una precaución, somos amigos desde hace
mucho tiempo y va a parecer que le estoy haciendo un homenaje a un hermano. Era
una precaución innecesaria porque es uno de los grandes referentes e inútil
porque, cuando se lo ofrecí, nuestra relación y su generosidad han servido para
que él le haga un homenaje al Instituto Cervantes porque nos ha ofrecido un
legado maravilloso”.
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