Casado y Ayuso, frente a frente. Su guerra desgasta al PP.
En Génova se encendieron las alarmas. El intento de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, de manejar al PP en la región, así como la amenaza cada vez más creciente de enfrentarse a Pablo Casado, han hecho tambalear la presidencia del PP. El control del PP de Madrid al que ambos personajes le deben lo que son, y el peligro de un futuro asalto de Ayuso en Génova, si su jefe de filas fracasa en su tercer intento de llegar a la Moncloa, han dinamitado una amistad de lustros. Y ha provocado una guerra sin cuartel que podría prolongarse durante meses. “Todo se torció –escribe Aitor Riveiro/Fátima Caballero en Eldiario.es del 6 de noviembre, bajo el título ‘Casado y Ayuso: auge y declive de una amistad rota por el control del PP de Madrid’– cuando Ayuso vio la posibilidad de adelantar las elecciones, en contra del criterio del líder del PP, y reafirmar a nivel interno su liderazgo político con la excusa de la moción de censura fracasada en Murcia. La crisis sanitaria, social y económica provocada por el coronavirus le sirvió de lanzadera y despegó su perfil estatal, lo que le permitió confrontar directamente con el Gobierno de Pedro Sánchez y convertirse en la referencia mediática de la derecha, que vio una oportunidad de tumbar al Ejecutivo de coalición, al que tacharon de ‘ilegítimo’ desde su misma formación. El panorama ha dado un giro de 180 grados en estos últimos casi tres años, desde que el dedazo de Casado decidió que Ayuso y José Luis Martínez Almeida encabezarían unas de las listas más importantes del PP: la del Ayuntamiento de Madrid y la de la Comunidad. Era enero de 2019 y la única explicación para que Casado los designara candidatos era la estrecha amistad que les unía. Entonces eran unos desconocidos. Él cayó en el cartel electoral casi por descarte y ella, sin experiencia de gestión, fue una de las primeras en apoyarle a en su candidatura para suceder a Mariano Rajoy. ‘Son de la máxima confianza’ de Casado, destacaba el comunicado que anunciaba sus candidaturas. Le debían todo al líder del partido. Pero uno de ellos, Ayuso, hace tiempo que decidió volar sola. Y atrás quedaron los tiempos en los que la sintonía era total”.
Casado, Díaz Ayuso y Martínez-Almeida celebran los resultados en 2019.Era junio del 2018, Pablo Casado era elegido presidente del PP en un congreso extraordinario. Casado presentó un proyecto identitario, escorado a la derecha y muy beligerante con el PSOE de Pedro Sánchez. Casado reclamó “conectar con la España de los balcones y las banderas”, en defensa de la “unidad nacional”, para lo que pidió “endurecer el Código Penal” y prometió “lealtad al Rey y a la Constitución”. En clave interna, planteó la necesidad de “recuperar” la “base electoral” del partido. Y prometió no gastar “ni un minuto más en hablar de nosotros”. Nadie podía prever que sería precisamente por su flanco derecho por donde le vendrían los problemas internos. Fue entonces cuando Casado tomó una de sus primeras grandes decisiones: confiar en Isabel Díaz Ayuso como candidata en las elecciones autonómicas de mayo de 2019. Un desairado Ángel Garrido se vengó, yéndose a Ciudadanos. Eran malos momentos para el presidente del PP que, en abril de 2019, obtuvo el peor resultado del PP desde la refundación de su mentor, tres décadas antes. Casado obtuvo 66 diputados, la mitad que Pedro Sánchez y solo nueve más que Albert Rivera. La nota más positiva fue Madrid, pero, por los pelos. José Luis Martínez-Almeida perdió frente a Manuela Carmena, pero el apoyo de Ciudadanos y de Vox les dio la Alcaldía de la capital. La hoy aparentemente imbatible presidenta de Madrid obtuvo apenas 30 diputados, 18 menos que Cifuentes en 2015 y siete menos que su rival. Ciudadanos se quedó a cuatro escaños de empatar con el PP y logró imponer su fuerza en un Gobierno de coalición también con los votos, y condiciones, de la ultraderecha. Almeida tuvo que aceptar a Begoña Villacís como vicealcaldesa, y Ayuso a Ignacio Aguado como vicepresidente. Todo se negoció desde Génova que después tuvo mucho que ver en la configuración del Gobierno regional. Dos años después el panorama era completamente opuesto. Las roturas ya se despachaban en los medios de comunicación sin ningún pudor y, en el PP, muchos dirigentes asistieron atónitos a una guerra sin cuartel que se jugaba en público. El punto de inflexión fueron las elecciones del pasado 4 de mayo, pero el deterioro de la amistad de Casado y Ayuso se ha ido cocinando a fuego lento, hasta su estallido actual.
Aitor Riveiro/Fátima Caballero nos recuerdan cómo uno de los primeros puntos de inflexión en la relación entre Ayuso y Casado tiene nombre propio: Miguel Ángel Rodríguez, comúnmente conocido como MAR, el todopoderoso asesor de la presidenta regional que ha vuelto a la política, según algunos, a reeditar sus años al lado de Aznar, ahora con Ayuso. El nombramiento de MAR como jefe de Gabinete de la presidenta regional, en enero de 2020, potenció su proyección nacional, ahondando en su figura opuesta al Gobierno de Sánchez. La presidenta de la Comunidad de Madrid forjó su liderazgo en el enfrentamiento continuo al Gobierno, especialmente durante la pandemia, y en esta tarea resultó clave el fichaje de MAR que llegó a la Puerta del Sol solo diez días después de que Sánchez fuera investido presidente. Su entrada no gustó a Ciudadanos, entonces socios de Gobierno, pero tampoco a Génova, donde vieron su aterrizaje como una amenaza al control que hasta el momento Casado ejercía sobre Ayuso. No se equivocaban. MAR fue el principal germen de las discrepancias entre la presidenta regional y el número dos del partido Teo García Egea. El exsecretario de Estado de Comunicación con Aznar aconsejó, a su llegada a la Puerta del Sol, no coger el teléfono al secretario general del partido. “Tú solo debes hablar con el presidente”, cuentan que el todopoderoso asesor le aconsejó a Ayuso, con quien mantiene una relación de estrecha amistad que se remonta a sus años de estudiante de periodismo. Meses después, acabó bloqueando a la mano derecha de Casado en su WhatsApp. La proyección nacional de Ayuso fue en aumento los meses posteriores como oposición al Gobierno de Sánchez. La presidenta madrileña se instaló en la confrontación constante mientras su región lideraba el ránking de fallecidos y contagios. De ser una desconocida, la popularidad de Ayuso subió como la espuma, un ascenso que eclipsó la figura de Casado como líder de la oposición. La figura del líder del PP quedó cada día más desdibujada. Y Casado quiso poner algún coto, aunque sin éxito. La respuesta, y la primera prueba de que la imagen arrolladora de Ayuso empezaba a molestar en Génova, llegó pocos meses después. El líder del PP quiso hacer un giro en la estrategia del partido a posiciones más moderadas, mientras Vox preparaba una moción de censura contra Sánchez, y para ello eligió al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, frente a Ayuso, para ser la voz del partido tras el cese de Cayetana Álvarez de Toledo.
El propio Casado logró frenar las aspiraciones electorales de la que había sido su apuesta personal. Pero la tercera vez, en marzo de 2021, Casado no pudo hacer nada. Y ahí se rompió todo. Ayuso, según un dirigente de peso del PP, comunicó que iba a convocar elecciones. Casado le dijo que no lo hiciera y ella tomó la decisión sin su consentimiento. Ese fue el punto de inflexión, cuando Pablo se dio cuenta de que ella era ya incontrolable. Tras este choque, Ayuso hizo una campaña electoral personal sin apenas injerencias de la dirección nacional. Y, a diferencia de 2019, el 4 de mayo de 2021, sí hubo foto en el balcón de Génova. Casado y Ayuso comparecieron juntos ante miles de fervorosos militantes de la derecha madrileña. “El éxito del PP en Madrid, que para cualquiera tenía que ser una buena noticia también para el PP nacional, no fue más que la antesala de la tormenta desatada durante el verano. Los tiempos se aceleraron en julio. La Junta Directiva Nacional del PP se reunió para ordenar los muchos congresos locales, provinciales y autonómicos que el partido tenía aún en marcha. Allí se tomó una decisión sobre el calendario, intrascendente a primera vista: que las comunidades autónomas uniprovinciales fueran las últimas de la lista, en el segundo semestre de 2022. Según todas las fuentes consultadas, Isabel Díaz Ayuso, sentada en esa mesa, no protestó y votó a favor del calendario. Pero, a finales de agosto, lanzó su primer pulso a Casado y anunció que sería candidata en un congreso que no estaba ni cerca de ser convocado. De repente, a Ayuso, le habían entrado prisas por sustituir a Pío García Escudero, presidente accidental desde la dimisión de Cristina Cifuentes. El veterano dirigente ya había liderado la estructura orgánica cuando Aznar presidía el PP. Aznar hizo, en 1995, lo que ahora reprochaba que hacía su alumno, sabedor del riesgo de que una persona concentre tanto poder en Madrid. En esta batalla, el refundador del PP intentó compensar sus apoyos. Dijo que era normal que Ayuso quisiera convertirse en un referente estatal y en antagonizar, con el Gobierno de Sánchez, algo que ya hiciera él mismo desde la Junta de Castilla y León. ‘Isabel es una de las personas, como Pablo Casado, con todas las condiciones para un liderazgo brillante’, dijo entonces. Y añadió, con un mensaje bastante evidente, aunque no explícito: Hace lo que tiene que hacer. (...) Luego respaldó a su pupilo en la Convención Nacional de septiembre, en plena bronca con Ayuso, aunque sin hablar de los problemas internos y sí dejando claro que el discurso trumpista de Ayuso era lo que él quería. Casado tomó nota y lo asumió en el cierre del cónclave en Valencia, a principios de octubre. Pero para entonces la Convención Nacional ya había pasado a un segundo plano. Ayuso amenazó con no asistir al cónclave. Tenía preparada una gira internacional de la que su principal valedor fue el propio Aznar a través de FAES. Dirigentes cercanos al expresidente del Gobierno aseguran que estaba ‘enfadado’ y profundamente ‘decepcionado’ con Casado por su guerra con Ayuso con la que había compartido varios actos recientemente para blindar su apoyo”.
La reunión, que terminó favorable a las tesis de Casado, motivó una cascada de filtraciones previas y posteriores que han terminado de romper todos los puentes entre Génova y la Puerta del Sol. Se dijo que, en Génova, estaban ya preparados para una batalla larga. “Esto no es cosa de siete horas ni de siete días, sino de siete meses”, sostenía una portavoz autorizada de la dirección nacional. Una forma de reiterar que no hay intención de adelantar el congreso del PP de Madrid, que se celebrará allá por mayo o junio de 2022. Y Aitor Riveiro/Fátima Caballero termina así su reportaje recordando: “El enfado en Génova con el penúltimo movimiento de Ayuso, en el que volvió a aparecer Esperanza Aguirre, fue total. Eclipsó la alternativa de Casado justo cuando el Gobierno de coalición atravesaba un momento delicado de negociación interna y externa. Ahora, con los Presupuestos de 2021 casi en el bolsillo, y la reforma laboral encarrilada, Moncloa podía respirar y decidir cuándo convocar las elecciones, que en principio no llegarán hasta finales de 2023. Hasta ese momento, Casado tendrá que lidiar no solo con su labor de oposición, sino también con los problemas internos. Y con la presencia de Vox, que reitera, desde hace semanas, que ya no darán apoyo externo a los gobiernos del PP, sino que exigirán entrar en ellos. Ayuso fue la excepción y Rocío Monasterio no se lo reclamó para investirla presidenta, lo que confirma la buena sintonía entre ambas. Algo que no existe entre Casado y Santiago Abascal que, de momento, representa más peligro potencial para el PP que la jefa de la ultraderecha en la Asamblea. Un antiguo dirigente del PP con peso analiza el pulso entre Casado y Ayuso como una ‘debilidad’ del líder del PP. Todos estos movimientos lanzan el mensaje de que Casado va a intentar mantenerse al frente del partido con todas las consecuencias si no logra gobernar tras las elecciones generales de 2023. Es decir, que el propio Casado nos está diciendo que sabe que no va a gobernar y su intención es continuar al frente cuatro años más. Y para eso Ayuso le es incómoda…Es una pelea de perdedor con la única intención de mantenerse en el búnker como ya hizo Mariano Rajoy… Esta es, quizá, la primera división ideológica de Casado y Ayuso en los más de tres lustros en los que han llevado una vida política casi paralela. Pero en la cima solo cabe uno. O una”.
A pesar de que la
demoscopia aún no se ha hecho eco de la guerra por el control del PP de Madrid,
la formación popular ya empieza a acusar el desgaste del choque entre Pablo
Casado e Isabel Díaz Ayuso. Fuentes de la sucursal madrileña consultadas por
ElPlural.com han emplazado a ambas partes a buscar una solución “cuanto antes”
porque “nos perjudica a todos”. Entre tanto, en Génova no quieren ni oír hablar
del tema y se ciñen a lo “aprobado por la Junta Directiva Nacional”. Nacho
Caballero advierte que “el desconcierto es la palabra que utilizan algunas
voces del Partido Popular para referirse a la guerra civil entre Génova y Sol.
El tsunami de filtraciones en estas últimas semanas, a pesar del impostado
armisticio pactado en la Convención Nacional de Valencia, no ha hecho sino
acentuar una crisis que podría laminar las aspiraciones de la formación en
todos los niveles. A los madrileños y a los españoles no les importa este
ruido, sino el precio de la luz”, indican fuentes del PP de Madrid, al tiempo
que se remarca que lo verdaderamente crucial “es lo que piensan los
ciudadanos”. El campo de batalla opaca, a su juicio, los problemas reales y,
sobre todo, difumina la idea de que el “enemigo es Pedro Sánchez”. Estas
fuentes creen que el enfrentamiento fratricida sólo ayuda a los rivales
políticos. “Perjudica tanto a Pablo como a Isabel”, apuntan en un intento de
que se recupere la perspectiva y retornen los principales objetivos que pasan
por impulsar a Casado “hasta la Moncloa” y a Ayuso a lograr una “mayoría
absoluta” que rozó en las pasadas elecciones. Las encuestas disparan al Partido
Popular hasta la cabeza, una posición que apenas olían desde mucho antes de la
pandemia. El Gobierno ha sufrido el desgaste intrínseco de la crisis sanitaria
provocada por el coronavirus, amén de otros elementos, derivando en un vuelco
demoscópico que podría revertirse si la guerra interna en el PP se mantiene en
el eje del debate público. Al menos así lo entienden en algunos sectores de la
formación conservadora. Admiten que “las aspiraciones de Ayuso son más que
legítimas”, pero enfatizan en el “respeto” a los designios de la Junta
Directiva Regional. La disonancia entre Génova y Ayuso “tiene que acabar”.
“Estamos desconcertados. Espero que haya un acuerdo pronto porque no se puede
partir el partido”, confiesan. El desgaste es ya una realidad, al menos en el
ámbito interno. Pero lo que marca el termómetro es que el hastío empieza a
apoderarse de algunos estratos del partido. “Deberían acordar la fecha, debatir
y negociar”, señalan al tiempo que rechazan las teorías del “pucherazo”.
“Honestamente no creo que estén en ello”, deslizan. Reconocen que este tipo de
conflictos obedecen a situaciones “habituales en política”. Por este motivo
llaman a la firma de la paz y a centrarse en los Presupuestos Generales del
Estado y en los de la Comunidad de Madrid. Y rematan: “Nuestro enemigo es
Sánchez. No podemos olvidarlo”.
Según la encuesta elaborada por IMOP Insights para El Confidencial, las pulsiones conservadoras han caído con consistencia. Si bien este sondeo le otorga la victoria en las urnas al principal partido de la oposición, de él se extrae una recuperación notable de la izquierda, que ha apretado hasta las últimas consecuencias. El Partido Popular lograría aunar bajo su paraguas a un 27,1% del electorado, lo que se traduce en 117 asientos en el Congreso y el título honorífico de primera fuerza de España. Sin embargo, su retroceso, de en torno a tres escaños, ha permitido al PSOE de Pedro Sánchez crecer alrededor de esa misma cifra, con 0,8% menos y 104 sillones. “Los socialistas –según Nacho Caballero, en ElPlural.com– pescan en río revuelto y la izquierda vuelve a impulsarse tras varios meses sumida en una tendencia bajista. No obstante, sus números, se suman a los de Unidas Podemos, quienes consiguen sumar a su grupo parlamentario dos diputados más que en el anterior sondeo. Pese a este ligero crecimiento, se antoja complicado que Sánchez articule una nueva mayoría. Pero igual de ciclópea es la tarea en la derecha. La pérdida de apoyos de los conservadores cierra la puerta de Moncloa en las narices de Pablo Casado. Ni siquiera los 51 diputados de Vox (con un 16,4% del voto) darían el impulso necesario a los populares para arrebatar el Gobierno a la izquierda, construyendo un Congreso que augura una compleja gobernabilidad. Las alarmas saltan en Génova con el sondeo de El Confidencial, pero el de Sociométrica, para El Español, desata los temblores en las piernas de los populares. Y es que esta encuesta otorga el segundo lugar al Partido Popular, inmerso en sus cuitas internas que le impiden doblegar a un PSOE que impone su fuerza y logra el sorpasso tras varios meses a rebufo. La formación liderada por Pablo Casado aglutinaría al 24,9% del electorado bajo su cobijo, lo que se traduce en 101 escaños. El baile final de diputados podría despojar a los conservadores del único aspecto positivo de esta encuesta; que pasa por su ventaja de un asiento sobre los socialistas. El PSOE de Pedro Sánchez logra un apoyo sensiblemente superior al partido conservador, pero no lo cristaliza en un mayor peso parlamentario (100)”.
Vox sube, aunque la suma con Casado no les daría para formar gobierno.
“Se veía venir –escribía J. R. el pasado lunes en ElPlural.com–. Esa es la conclusión que se extrae de la guerra fratricida entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso que ha desembocado en una guerra civil sin cuartel con filtraciones interesadas y dardos afilados por doquier. O al menos, hubo una persona que sabía con antelación todo lo que pasaría. La periodista Pilar Santo recuperaba un artículo publicado el pasado 10 de abril en El Periódico de Catalunya, titulado ‘Casado, a la espera del gol en propia puerta en Madrid’. La información vio la luz semanas antes de la contienda electoral en la Comunidad de Madrid que encumbró a Díaz Ayuso, pero, en aquel momento, ignorando por completo que ésta fuera a arrasar como lo hizo, la columna vertebral del artículo era que el líder del PP tendría problemas independientemente de los resultados en la capital”. Si los populares perdían las elecciones, se quedaban sin su principal feudo, y, si las ganaban, Ayuso sería intratable. Pero lo más sorprendente fue el augurio de un presidente autonómico. La periodista que firmó la información mantuvo su anonimato, pero recogió su testimonio. “Será un problema a medio plazo para Casado. (...) No la podrá controlar. Ella se está creyendo el personaje y está crecidísima. (...) ¿Le traicionará? Seguramente lo hará poco a poco. (...) Lo primero que hará este año será reclamar la presidencia del PP de Madrid, que se la ha negado hasta ahora”. Las predicciones de este líder regional se han cumplido a pies juntillas. Sobre todo, si tenemos en cuenta un sondeo de Metroscopia que sitúa al PSOE como ganador si se celebraran hoy, aunque perdiendo margen respecto al PP. Vox sube, aunque la suma con Casado no les daría para formar gobierno. Tal es la situación, que según publica este periódico, Génova redobla esfuerzos para sanar las heridas o, al menos, evitar sangrías mayores. Así las cosas, pretenden buscar una solución “cuanto antes” porque “nos perjudica a todos”.
Miguel Muñoz escribe en Público del pasado miércoles: “Ante las diferentes crisis del partido, silencio administrativo. Es la estrategia que sigue el presidente nacional del Partido Popular (PP), Pablo Casado, al abordar los temas objetivamente incómodos para su formación política. Dos de ellos han estallado en las últimas semanas. Por un lado, la sentencia de la Audiencia Nacional (AN), que condena a los populares por pagar las obras en su sede de Génova con dinero negro. Por el otro, la guerra total por el control del PP de Madrid entre la dirección nacional y la presidenta autonómica Isabel Díaz Ayuso. Sobre ambos casos, Casado evita responder. Y decreta que la dirección nacional tampoco lo haga. En cuanto a la presidenta madrileña, se limita a decir: ‘Bastante carajal tengo con lo mío’. Estas fueron sus palabras, antes de entrar a la sede de Génova hace unos días. Le preguntaban por la sentencia de la Audiencia Nacional que condenaba al Partido Popular (PP) por pagar las obras de ese edificio con dinero negro. Pero ese ‘carajal’, que se reavivó los días previos, es ya una guerra total. Y el partido que preside Pablo Casado ya no la puede esconder tras los últimos acontecimientos, especialmente por una sucesión de filtraciones, bloqueos de Whatsapp y amenazas judiciales aireadas sin parar... La entrevista en el programa El Hormiguero del pasado martes no pasó desapercibida y la mandataria madrileña no evitó el espinoso tema. Sin dejar de disimular lealtad a Casado, la presidenta madrileña dejó algunos detalles. Dijo que ella era una mujer ‘libre’ y con ‘criterio propio’. Y añadió que ‘las urnas me dan más libertad que los despachos’. No escondió el asunto del ‘control de las listas electorales’, algo clave para ella, tal y como mostró el pasado 4-M. ‘No es tontería porque es importante que tú te responsabilices. Ahora, las listas las hacen muchos y el candidato está a mirar’, le comentó a Pablo Motos”.
El diario francés Le
Figaro entra de lleno en la contienda abierta entre Génova y la presidenta de
la Comunidad de Madrid. Y, además de
describir el conflicto como un “linchamiento en público” de la derecha
española, explica el bloqueo en WhatsApp de la lideresa al secretario general
del Partido Popular, Teodoro García Egea. Rubén Parras describe en ElPlural.com
cómo los principales medios de comunicación en el extranjero se hacen eco de la
guerra fratricida que se libera en las entrañas del Partido Popular. Le Figaro recoge
en su titular que “la derecha española se lincha en público”, sosteniéndose en
informaciones del “diario conservador ABC”, quienes califica la situación como
un “espectáculo lamentable”. El rotativo galo no oculta su asombro porque esta
guerra se esté librando en un momento a priori idílico para el Partido Popular,
pues no hace ni siete meses que arrollaba en la Comunidad de Madrid,
precisamente de la mano de Isabel Díaz Ayuso, amén de superar al PSOE en las
encuestas en clave nacional. “Y es en
ese preciso momento cuando Casado, Ayuso y sus respectivos lugartenientes,
inician una batalla inesperadamente feroz por el control de la federación
madrileña”, resalta el diario francés. Sin embargo, dirige su objetivo hacia el
bloqueo de la presidenta regional a Teodoro García Egea en WhatsApp. El autor
del artículo sentencia entonces la acción perpetrada por la lideresa: “Una
niñería”. Asimismo se hace eco de la opinión de una politóloga que subraya que
los partidos políticos “funcionan como la película ‘Los Inmortales’, al final
sólo puede quedar uno”. En lo relativo al bloqueo, Ayuso lo admitía en su
visita al plató de El Hormiguero. No le dio más importancia y zanjó que se
trataba de una “absurdez de patio de colegio”. “Es un teléfono que lo tiene
toda España y hay gente que se ofende porque no le contesto”, remachaba.
Otras imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:
El reloj marca las 10.45 horas de la mañana del martes en la que se celebra la misa por la patrona de Madrid. Repican las campanas de la catedral de la Almudena cuando el alcalde de la ciudad, José Luis Martínez-Almeida, y la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, se saludan cordialmente. Pretenden mostrar su buena sintonía en plena pugna por el control del PP madrileño. Almeida alude al “buen rollo” que tiene con la jefa del Ejecutivo autonómico. Aunque no duda añadir que “la situación es complicada” de cara al congreso del PP de Madrid, para que el que todavía no hay fecha.
El mismo día, por la noche, Isabel Díaz Ayuso se deja caer en el plató de Pablo Motos, quien evidencia, una vez más, que más que de periodista hace de turiferario. El paso de Ayuso por el Hormiguero se presta a la mofa, con una invitada que suelta una sarta de mentiras entre risas y chascarrillos y con el apoyo de espectadores afines en el programa que no dejan de dar aplausos a mansalva por todo lo que suelta su musa.
Esa fue la reacción de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, al responder en la Asamblea a una pregunta sobre los muertos en residencias durante la pandemia. Cuando Ayuso estaba hablando, escuchó unos murmullos y decidió no seguir. Sucedió después de que la diputada de Unidas Podemos, Alejandra Jacinto, preguntara sobre la gestión de las residencias madrileñas de mayores durante la pandemia. En el Hormiguero Ayuso echó balones fuera.
Toda la movida de Enrique Arnaldo es un reflejo de la política española. El PP cuela a un corrupto en el Tribunal Constitucional y el conflicto y los complejos éticos se los traga la izquierda. Es fácil ser la Derecha en España. No hay condicionamientos morales que frenen sus estrategias. Será que después vas a misa, te confiesas y listo. (Skakeo FanZine)
Detrás de Ayuso y la
guerra abierta contra Génova 13 está su ideólogo en la sombra. Ese alegre
borrachín de MAR, capaz de desarrollar una campaña electoral de éxito desde las
brumas etílicas. Su estrategia: copiar el rollo Trump/Bannon en versión castiza
y confiar en que había suficientes rednecks madrileños.
“No podemos quejarnos. Mallorca fue noticia mundial. Su primera “airpatera” causó sensación y todo el mundo habló de ella. Mejor promoción, imposible. También se hizo con los argelinos…Aquí se ha aprovechado todo. ¿No dice que del cerdo se aprovecha todo? Pues en política también. No faltan, como es natural, los “nemes” y mi amigo, Pedro Pons, colega del oficio radiofónico, publicó esta foto de un avión de líneas aéreas de Egipto, repleto de argelinos, animados por sus predecesores, dispuestos a repetir su jugada. Nos tomaron por un trampolín para saltar a Europa. Aquí no creo que quieran quedarse. Llueve y sopla el viento”. (Miquel Vives Martí)
Salvador Dalí (1904-1989) La nave (1942).Paisaje otoñal mallorquín.
El humor, en la prensa de esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Manel F., Vergara, J. R. Mora, Indígoras y Duarte…
Cumbre borrascosa. Lo vamos a pasar bomba.Trileros.
Pensamiento crítico. Viñeta en defensa de la filosofía en las aulas.
Pep Roig, desde Mallorca:
No hemos aprendido nada. Progreso.Luces al final del túnel.Chantajes constitucionales. Traidor.Los vídeos de esta semana:
La imagen de la semana |
Casado vs. Ayuso: la guerra
Ayuso proclama en la
convención del PP que su “meta política” es Madrid
Estaba cantado que Ayuso
terminaría liándola. Dice que quiere adelantar el Congreso regional, aunque su verdadero
objetivo es adelantar a Pablo Casado por la derecha. Su ambición no entiende de
límites… ni de amistades.
Apaga y Vámonos - Ayuso
vs Casado: guerra en el PP
#EnLaFrontera586 -
Casado recuerda que eres "mundano"
Especial desde la palma
para los palmeros y palmeras. ¡Salud!
LATE MOTIV - Monólogo
#LateMotivXLaPalma. Reír es la única salida, una vez más
Un Diazepam – Polònia
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