sábado, 20 de noviembre de 2021

Casado insiste en la “independencia” de Arnaldo y Espejel, los magistrados del TC impuestos por su partido.


Enrique Arnaldo, el magistrado que medró a la sombra del PP.

María Dolores de Cospedal entregó a su amiga Concepción Espejel la Gran Cruz de San Raimundo de Peñafort , en 2014.

 Pablo Casado, Enrique Arnaldo, una carrera de Derecho y un puesto en el Constitucional. 

La votación de los cuatro nuevos magistrados del Tribunal Constitucional, fruto de un pacto entre el PP y el PSOE junto a Unidas Podemos, sigue calentando el debate público. Dos de ellos, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel, propuestos por el PP, fueron especialmente polémicos por su evidente vinculación a dicho partido. No obstante, Pablo Casado, defiende sus perfiles, considerándoles personas “independientes” y de “reconocido prestigio profesional”. Y acusa a otros partidos “minoritarios” de intentar “confundir” a la opinión pública, “manteniendo que hay que despolitizar el Poder Judicial”, que, según dijo, “es el Tribunal Supremo”. Pese a la abrumadora cantidad de información que vincula tanto a Arnaldo —de quien remarcó su “imparcialidad absoluta”— como a Espejel con su partido, Casado intenta esquivar cualquier duda incómoda, afirmando que el PP ha seguido “los parámetros” que manda la Constitución para la renovación de los órganos jurisdiccionales, que “no marca vetos” sino la “idoneidad profesional”.

Las críticas más duras las recibió el ahora magistrado del Constitucional electo Enrique Arnaldo, tan cercano al Partido Popular que puede decirse que ha medrado gracias a esa afinidad. Es público y notorio su perfil como conferenciante asiduo de la Fundación FAES, y ha publicado más de 300 columnas de opinión en las que se ha mostrado abiertamente contrario a asuntos como el aborto o la recuperación de la memoria histórica. Hace años estuvo envuelto en casos de corrupción como el caso Palma Arena, en el que fue investigado y luego “desimputado”. Sus actividades empresariales y cargos en fundaciones han generado dudas razonables por cuestiones de incompatibilidad. Una de las guindas que coronan sus actitudes de dudosa “imparcialidad” fue su papel como organizador de un master en la Universidad Rey Juan Carlos. En dicha universidad, Casado aseguró haber cursado un máster de 20 créditos y aprobó 12 asignaturas de Derecho en cuatro meses. Allí se licenció en Administración y Dirección de Empresas, y también aprobó un máster en derecho. Ese trata del mismo máster, lleno de irregularidades, que el Tribunal Supremo decidió no investigar.

Por su parte, la magistrada Concepción Espejel es abiertamente afín al PP, tanto que se ha visto varias veces apartada de manera forzosa en casos que investigaban la corrupción en el PP, como el de la trama Gürtel o el de los papeles de Bárcenas. La hasta ahora presidenta de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional —un nombramiento que ya en 2017 levantó ampollas— es amiga personal María Dolores de Cospedal, ex secretaria general del partido y exministra de Defensa, para quien siempre fue su “querida Concha”.

Ambos han defendido recientemente su “imparcialidad” y han negado haber pagado “peajes políticos” por sus nombramientos. Pero la resaca de los polémicos nombramientos —ocho diputados en la izquierda rechazaron a Enrique Arnaldo en el Congreso, rompiendo la disciplina de partido— evidencia los roces y el desgaste entre los socios del Gobierno por “tragarse el sapo” de votar a candidatos tan vinculados al PP, con el fin de desbloquear la renovación de éste y otros órganos jurisdiccionales básicos para el Estado.


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