miércoles, 27 de febrero de 2008

27 de febrero. Un Oscar premia "la locura" de Bardem.


Repaso la biografía de Javier Bardem, recién premiado con un Oscar. Un actor que lo lleva en la sangre. Fernando Fernán Gómez, actor y director recientemente fallecido, fue el primero que confió en el hijo menor de Pilar Bardem, hermana a su vez del gran Juan Antonio Bardem, uno de los más politizados de las tres bes del cine español (Bardem, Berlanga y Buñuel), coautor junto al segundo del guión “Bienvenido Mister Marsall” y autor de la película “Muerte de un ciclista”, Calle Mayor” o “Siete días de enero”.

A los seis años, el pequeño Javier Javier hizo una breve aparición en 'El Pícaro' (1974), la película que con los años se convirtió en serie televisiva. En su adolescencia, trabajó como dibujante publicitario y quiso ser deportista. Pero es a partir de la década de los noventa cuando decide volcarse en el cine. Tiene un papel en películas como 'Las edades de Lulú', dirigida por Bigas Luna, o en “Jamón, Jamón”, del mismo director, en la que protagoniza “El chorizo”, el macho ibérico que degustaba los pechos con sabor a tortilla de la jovencísma Penélope Cruz. Y, a lo largo de dieciocho años, cuenta con una extensa filmografía, resaltando en “Lunes al sol”, “Mar adentro”, “Perdita Durango” o en “Los fantasmas de Goya”. Es actor al que le gusta arriesgarse.

En “No es país para viejos”, último film de los hermanos Coen, Bardem hace de asesino descerebrado, convirtiéndose en el primer actor español de reparto galardonado por un Oscar de la Academia de Hollywood. Los Coen fueron los grandes triunfadores con 4 estatuillas: la conseguida por Bardem, la de mejor dirección, mejor guión adaptado y mejor película. Bardem –ya lo dijo Coppola– es posiblemente el actor más valiente del momento, y, aunque no ha revelado si tiene o no intención de instalarse en Cinelandia, siguiendo el sendero trazado por otros compatriotas, sí reconoce que anda dándole vueltas "a varios proyectos" que se quedaron atascados por la huelga de guionistas y que por fin despegan.

Su propósito es seguir haciendo películas en Hollywood o en Espalña “que tengan algo interesante que decir". Los momentos de incertidumbre y desempleo los vive con mucha 'filosofía zen', procurando no morir aplastado bajo el ruido de la fama ni caer atrapado en un pozo de ansiedad y asegura que recibir un Oscar ha sido “cuestión de azar”. “El éxito ha sido haber trabajado con los Coen y haber salido ileso, teniendo en cuenta la pinta que llevo, el acento que tenía que trabajar, el estar rodeado de un equipo totalmente americano y no parecer un alien. El resto es accidental, fortuito, bonito, y así lo viví. Si sucedía, estupendo. Si no, hubiera dicho qué pena, pero sólo hubiera durado unos minutos”. Como sucediera en 2001, cuando fuera nominado por su papel de Reinaldo Arenas en “Antes de que anochezca”.

Pero, esta vez, Bardem tuvo suerte y se llevó el premio. En palabras aceleradas, agradeció en inglés a los hermanos Coen, "la locura" de haberle dado el papel y de ponerle uno de los peinados más horribles de la historia del cine”. Y terminó su mini discurso, en español: “Mamá, esto va por ti, por los abuelos Rafael y Matilde. Va por los cómicos de España que llevaron la dignidad y el orgullo a nuestro oficio. Esto es para España y para todos vosotros!". De esta manera dedicaba el premio a su madre, Pilar, a sus abuelos y a larga tradición de los “cómicos de España, que han traído como tú la dignidad y el orgullo a nuestro oficio. Esto es para España y para todos vosotros”. El presentador, Jon Stewart –que prometió ponerse a estudiar español por los premios que aún le caigan– lo comparó con Hannibal Lecter, el protagonista de 'El silencio de los corderos', y le reservó un puesto de honor en la galería de los grandes villanos de Hollywood.

Días antes, Javier Bardem ya anunciaba que ”no va a haber Oscar en el mundo que vaya a cambiar mi trayectoria. Pienso seguir hasta ahora, haciendo películas que tengan algo interesante que decir”. Y reconocía: “Fueron películas como Los lunes al sol”, Mar adentro” o 'Antes de que anochezca' las que hicieron que los Coen se fijaran en mí". En la misma madrugada de los Oscar, en España, Gaspar Llamazares, de I. U., felicitaba al actor por su nombramiento y aprovechaba para extender la felicitación a "toda la tradición de actores de su propia familia, tan vilipendiados a lo largo de los últimos tiempos por sus compromisos contra la guerra y de izquierdas. Creo que este es un premio no solamente a una familia de actores comprometida, sino a todos los actores españoles que durante mucho tiempo y en condiciones muy difíciles han sabido unir su gran profesionalidad con un compromiso político, social y cultural como pocos actores en el mundo”.

El socialista José Blanco comentó que el actor era "un ejemplo" frente a los "bocazas" que han lanzado en los últimos días "vergonzosos ataques" contra el mundo de la cultura, y se preguntó si Mariano Rajoy, tendrá "la caradura" de felicitarle por su Óscar. Horas más tarde, el presidente del PP enviaba un telegrama a Bardem: "Quiero transmitirte, en mi nombre y en el del PP, mi enhorabuena por el Oscar que has conseguido por tu interpretación en 'No es país para viejos'. Tu merecido éxito es un motivo de satisfacción y de orgullo para toda la sociedad española”. Y el presidente del PP se despedía con "un abrazo". En el programa de Buenafuente se había apostado por cuál de los dos candidatos al Gobierno del PSOE o de PP se adelantaría a reconocerle y felicitarle públicamente. Y Rodríguez Zapatero se anticipó a Rajoy, sacando a colación en el “debatazo” su ejemplo de “español” que triunfa afuera.

José Luis Borau, director de cine y presidente de la Sociedad General de Autores, asistente en el acto de los Oscar, aseguró que Bardem "es una pica en Flandes" y que cualquiera que conozca el mundo del cine en Estados Unidos "sabe lo difícil que es". Borau destacó que el Oscar tiene un "valor casi mítico" y que el servicio de Bardem a la filmografía nacional "ha sido extraordinario", porque cuando dan un premio a un actor español "nos lo dan a todos nosotros". Para este director el galardón es "muy estimulante para el cine español. En realidad, Bardem dedica el premio a España". Y éste declara, poco antes de recibir el Oscar: “No me siento embajador del cine español, que es embajador por sí mismo con las decisiones que toma. Y, como industria, tiene sus limitaciones y sus grandísimas virtudes”.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que hay algo de provincianismo en la fascinación que producen los oscar. La entrega de esas estatuillas es como un sucedaneo que se repite todos los años de la llegada del apollo XI a la luna. En este caso se trata de la llegada del españolito a Hollywood. Parece causar el mismo embobamiento ver a un paisano de madrid sobre la alfombra roja, como cuando Hermida narraba el despliegue de la escalerilla de la nave sobre la superficie lunar. Es el Star System. España existe porque norteamerica nos reconoce a través de Bardem, Garci, Almodovar,y la farandula flamenca en general, y esta es nuestra pica puesta en flandes. Enhorabuena a Javier Bardem pero a estas alturas un oscar no puede venderse como una conquista social, si es asi, será porque algo sigue fallando. Juan Oro, y Severo Ochoa desde USA, no merecieron ningún desvelo.
chiflos.

Anónimo dijo...

Y menos mal que Bardem, Garci y Almodovar siguen siendo conocidos en las pantallas americanas. De lo contrario, pese a que el euro es más caro que el dólar, aún seguiríamos siendo el país del que la mayoría de norteamericanos no sabe ni dónde está situado en el mapa mundi.

Santiago Miró