Una visita diplomática.

La Presidenta Fernández de Kirchner, una visita diplomática a España.

Vino el pasado domingo de la República de Argentina, en donde es presidenta. Y llegó, tras varios intentos de volar que fueron retrasados, a bordo de una compañía que fue previamente expropiada al grupo español, Marsans, en litigio en esta república. La expropiación de Aerolíneas Argentinas al grupo español Marsans no está en la agenda de temas que la Presidenta lleva a España, pero reconoce que un acuerdo con Airbús, podría solucionar “alguna situación que pueda existir” con el grupo español. Asimismo piensa dar un impulso a la relación bilateral y zanjar los recelos que han suscitado algunas de sus medidas económicas en empresas españolas con inversiones en el país suramericano.

Instalada en el Palacio Real de El Pardo, la Presidenta Fernández se entrevistó ayer con el Rey, con el jefe del Gobierno español y con el alcalde de Madrid, que le entregó la llave de Oro de la ciudad. Hoy firmará acuerdos de cooperación y se reunirá con empresarios españoles que tienen intereses en Argentina, como el presidente de Repsol YPF, Antonio Brufau. Fernández de Kirchner llegó a España, según Trinidad Jiménez, secretaria de Estado para Iberoamérica, en un “muy buen momento de la relación bilateral” y sus anfitriones la recibieron “con un espíritu enormemente constructivo y afable”. Jiménez se olvidó de citar los problemas que tienen los empresarios españoles en una Argentina en constante crisis política y el propio Zapatero, igual de zalamero que con el secretario de Estado del Vaticano, no se quejó del trato recibido por las empresas españolas en Argentina, sino que manifestó que “están en Latinoamérica para quedarse”. De este modo puede que tenga oportunidad de acordar una estrategia común de cara a la próxima Cumbre del G-20 a celebrar el próximo abril en Londres a la que aún no ha sido invitado. Además, Cristina Fernández y Rodríguez Zapatero tratan de impulsar el postergado acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, para que sea firmado en el primer semestre de 2010, cuando España y Argentina, respectivamente, ostentarán la presidencia de dichos bloques regionales.

Pese a los problemas con Argentina, España sigue siendo el país que más invierte en la economía de ese país, por detrás de Estados Unidos. Trescientas sesenta empresas de capital español, que han invertido 38.000 millones de dólares en los últimos quince años, operan en ese país. Las más importantes (Aerolíneas Argentinas, Repsol YPF y Gas Natural, Telefónica o al BBVA) toparon con controvertidas medidas nacionales, adoptadas por Fernández desde su llegada a la Casa Rosada, en octubre de 2007. Aprovechando la presencia de Fernández en Madrid, la decisión del Gobierno argentino de expropiar la compañía del grupo Marsans después de 18 años de gestión española –pública y privada– podría desembocar en algún acuerdo, con lo que Marsans podría retirar la demanda interpuesta ante el órgano de arbitraje del Banco Mundial por la expropiación.

España-Argentina, dos países con serios problemas enquistados que la diplomacia puede aplacar. Nadie olvida al presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, copropietario de Marsans y de Aerolíneas Argentinas, como uno de los personajes más críticos, llegando a decir que el Ejecutivo argentino les estaba “echando a gorrazos” de la empresa, con la decisión de nacionalizarla. El Gobierno español reconoce que estos casos crearon dificultades, pero apuesta por el deseo de llegar a un acuerdo con la República Argentina. “Se trata –dice un comunicado de Moncloa sobre esta visita– de una apuesta de Estado que no tiene marcha atrás”. Nadie olvida que Fernández de Kirchner mostró en su momento su disconformidad por un informe del Banco de España que situaba a Argentina como destino “de riesgo” para las inversiones españolas por sus condiciones políticas y económicas “potencialmente inquietantes”. ¿Logrará la diplomacia de esta visita superarlos?