miércoles, 11 de abril de 2012

Juegos dinásticos peligrosos. La bala perdida de Froilán.


A Felipe Juan Froilán se le dispara un arma.


El Rey con su nieto mayor.




Caminaba Felipe Juan Froilán, nieto mayor de los Reyes e hijo de la infanta Elena de Borbón y Jaime de Marichalar, por el patio de la finca que su familia paterna tiene en Soria, armado con una escopeta, cuando ésta, según explica la Casa Real, se le disparó accidentalmente y dos, no uno, sino dos proyectiles fueron a dar a su pie derecho. Hay en esta curiosa historia cosas que no llegamos a comprender. En primer lugar, el accidente se produjo a las cinco de la tarde, la hora en que se inician las corridas de toros, a las que su madre, la infanta Elena le inculcó, como Borbón. Pero ¿que diablos hacía el pequeñajo –recordemos que sólo tiene 13 años–, jugando con aquella escopeta de doble cañón y calibre 36? Por supuesto que no estaba solo, sino acompañado por su padre, Jaime Marichalar, y su hermana, Victoria Federica. Pero peor me lo ponen. Porque un niño de 13 años jugando con un arma no es el mejor ejemplo de educación, y menos aún cuando el uso de armas de fuego está prohibido en España a los menores de 14 años, edad que no cumplirá hasta el 17 de julio próximo. Tal vez se preparaba para esta ocasión. Pero seguía teniendo 13 y, además, estaba vigilado por su padre. Así que no lo entiendo.

El accidente sufrido por el nieto mayor de los Reyes nos trae a la memoria, salvando todas las distancias, los hechos ocurridos el 29 de marzo de 1956 en Estoril (Portugal), entonces residencia familiar del actual monarca. Don Juan Carlos, que en aquel momento tenía 18 años, mató de forma supuestamente accidental a su hermano Alfonso de Borbón, cuatro años menor que él, de un disparo en la cabeza. Según la versión oficial de aquel suceso, nunca suficientemente aclarada, los dos hermanos estaban jugando a solas en un salón de la mansión familiar con una pistola de calibre 22 cuando ésta se disparó. La bala entró limpiamente por un orificio nasal de Alfonso, que murió casi al instante. La noticia fue inicialmente silenciada tanto por el régimen de Francisco Franco como por la prensa portuguesa, férreamente controlada por la dictadura de Antonio Salazar.


En esta ocasión todo ha sido mucho más abierto y explicado sin aparentes censuras. Froilán y su hermana disfrutaban de los últimos días de Semana Santa en Soria junto a su padre, después de haber pasado unas cortas vacaciones con su madre en las pistas de esquí de Baqueira Beret. Esa fue la razón de que ambos no acudieran el domingo a la misa de Resurrección oficiada en la catedral de Palma, a la que sí asistieron los Reyes, los Príncipes de Asturias y la infanta Elena. Y en la que fue especialmente notoria la ausencia de la infanta Cristina de Borbón y su marido, Iñaki Urdangarín. Pero este es otro caso que no viene a cuento. Los dos proyectiles del disparo sin pies ni cabeza de Froilán se incrustaron en su pie derecho. Y fue trasladado inmediatamente al hospital Santa Bárbara de la capital soriana y de allí a una clínica de Madrid, donde fue intervenido quirúrgicamente. El estado del herido no reviste gravedad y evoluciona favorablemente. Lo que no ha parado las preguntas indiscriminadas.

Javier Urra, ex Defensor del Menor, recuerda que no está permitido el uso de armas a menores de 14 años “ni siquiera de aire comprimido”. En una entrevista realizada durante el informativo matinal de Telecinco, añade que el hecho es “ilógico y no se puede hacer por mucho que esté con su padre y que la finca sea suya”. Subraya que “dejar un arma a un chaval que está en la edad del cambio hormonado no es lo mejor”. Y que “para tener un arma hay que tener un equilibrio y un adolescente, en general, no lo tiene”. Por su parte, el Partido Animalista (PACMA) se pregunta en su página web “¿Que prácticas de tiro realizaba Froilan junto a su padre en su finca de Soria? ¿No sería algún tipo de cacería, cosa que además, está prohibida con el tipo de arma que se le disparó?”. Califica como “deplorable que un niño de 13 años aprenda a disparar”, es decir, “a practicar la mejor manera de sesgar vidas”. Y cuestiona: “¿Por qué Froilan, de 13 años de edad, portaba un arma que solo se permite su uso a mayores de 14 años?”. Fuentes de la Guardia Civil aseguran que Jaime de Marichalar se enfrenta a una multa de hasta 3.000 euros por una falta grave, contemplada en el Reglamento de Armas, al permitir que su hijo, Felipe Juan Froilán, utilizara un arma de fuego sin contar con licencia, a la que tampoco puede tener acceso por ser menor de catorce años.

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