martes, 1 de enero de 2019

Un Año Nuevo que no sustituyó al Año Viejo.


Ayer noche, todos mis animales – un perro y cuatro gatos- andaban tan furiosos como yo a la hora en  en que todos celebraban el paso del Año Viejo al Año Nuevo. Reconozco que la capacidad auditiva de los animales es mucho más sensible que la humana y son ellos, en general, los principales afectados, pudiendo padecer graves problemas que, además de provocar “estrés acústica”, pueden sufrir toda una serie de afectaciones en lo inmediato, algunas de las cuales pueden hasta conducirlos a la muerte. Además, cada año decenas de animales desaparecen de sus hogares asustados por el estruendo de noches como estas. Algunos se pierden, otros son atropellados en las calles, exponiendo incluso a los conductores a sufrir un accidente de tránsito. El momento “glorioso” fue anunciado por todos los canales de la televisión de los que sentí vergüenza ajena por lo caótico y de bajo nivel que demostraron ser. Así que decidí dejar de mirarla a las 24 horas y 5 minutos, harto de escuchar tonterías. Y me acosté sin siquiera comerme las uvas y haciendo un corte de mangas a todo este show.

Sin embargo, la pesadilla de un Nuevo Año igual de estúpido, desenfrenado y ruidoso que el que dejábamos atrás, siguió persiguiéndome y anteponiéndose a mis sueños hasta convertirse en una insoportable pesadilla. Un infierno de fuegos artificiales se levantó a mi alrededor, explotando sin orden ni concierto e imponiéndose machaconamente y por la fuerza. Miles de quilos de pólvora detonada convirtieron la supuesta fiesta en un pandemónium. Y el ruido de los petardos salvajes impidió que me durmiera hasta horas más tarde, cuando dejaron de atronar y atormentarme.

 Me pregunto cuándo volverá el juicio y dejaremos de portarnos como salvajes ante estos supuestos “acontecimientos”. Y cuando aprenderemos a hacer como en la municipalidad de Collecchio, en Parma (Italia), que emitió un decreto prohibiendo el lanzamiento de cualquier tipo de pirotecnia a menos que la misma cumpla especificaciones de silenciosa, a efectos de no molestar a los animales durante el festejo de Navidad y Fin de Año. Al menos allí las autoridades han reconocido ser sumamente estrictas en el asunto y se siguen usando los tradicionales fuegos de artificio, pero con limitaciones que permiten “disfrutar el color que éstos proyectan en el cielo al tiempo que se respeta a los animales”, en tanto es reconocido que éstos sufren mucho estrés con el estruendo y las explosiones. 

A modo de ejemplo, este video en YouTube, donde es posible disfrutar de una verdadera fiesta de fuegos artificiales sin los inconvenientes ni molestias de estruendos y afines. Fuochi d'artificio - gigli di fuoco - Lily Fireworks

No hay comentarios: