18 de junio. La Xirgu, en el Festival de Mérida.

Margarita Xirgu, junto a Miguel de Unamuno, hojeando su "Medea".

La Xirgu, al final de su vida, en Montevideo.

Margarita Xirgu inauguró, hace 75 años y casi sin pretenderlo, el Festival de Mérida. La Xirgu conseguía actuar en las ruinas del Teatro Romano de esta ciudad. Hoy, la que fuera gran actriz del teatro español es, de nuevo, expuesta en la exposición fotográfica “Margarita Xirgu, la primera actriz”, en la Asamblea de Extremadura del 16 de este mes al 27 de julio, al igual que la que tuvo lugar en el Teatro Español de Madrid, del 13 de mayo al 10 de junio pasado, en la recuperación de ese escenario meridano, cuyas imágenes fueron cedidas por dicho Festival.

Nacida en Molins de Rei (Barcelona), en 1888, y muerta en Montevideo (Uruguay), en 1969, Margarita Xirgu fue una de las mejores actrices trágicas del teatro universal del siglo XX. Era atrevida y pasional. Tanto que, gracias a su empeño personal, interpretaba el 18 de junio de 1933, en las ruinas del Teatro de Mérida, la 'Medea' que Miguel de Unamuno escribiera para ella a partir del texto de Séneca. Xirgu tuvo una relación artística con los autores más importantes y comprometidos de la época: Unamuno, García Lorca, Benavente, Casona, Valle-Inclán... La actriz estaba directamente relacionada con el Teatro Español (1930-1935), centro en el que fue primera actriz con la compañía Xirgu-Borrás, dirigida por Cipriano de Rivas Cherif, cuñado de Manuel Azaña. Su relación política con la izquierda y sus amistades le trajeron problemas con el público y con ciertos sectores de la prensa. Xirgu hizo un teatro ideológicamente comprometido, sin dejar de lado la estética interpretativa. El Teatro Principal de Barcelona le llegó a rescindir el contrato por haber enseñado el ombligo en una actuación.

A los 48 años, inició su cuarta gira suramericana con la intención de pasar dos años, regresar a Barcelona y retirarse. Sin embargo, su viaje coincide con el levantamiento del general Franco y el inicio de la guerra civil, y cuando quiere volver, no le dejan, convirtiéndose definitivamente en una exiliada. Funda y dirige escuelas de arte dramático y desarrolla una amplia labor pedagógica, sobre todo en Montevideo (Uruguay), donde muere en 1969, en una intervención quirúrgica. Al escribir el ensayo “España, vista por sus exiliados” pude recoger estos y otros datos. Por cierto, me acaban de comunicar que el libro ha interesado especialmente a un editor que va a publicármelo.