Mataron al hombre de la paz.
El 11 de septiembre de 1973, una parte del
Ejército chileno derrocaba al Gobierno socialista de Salvador Allende, que se
suicidaba ese mismo día en el Palacio de La Moneda , acosado por el general golpista,
Pinochet. La Moneda
era bombardeada por tierra y aire mientras caían los sueños de una generación
que creía posible avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria y con
libertad.
Cuatro décadas más tarde, Salvador Piñera, el
actual jefe del Estado chileno preside una conmemoración en la que no asiste la
oposición y dice que el gobierno de la Unidad Popular , que
encabezó Salvador Allende, quebrantó la democracia, pero puntualiza que eso no
justificó la “inaceptable violación de los derechos humanos” en el gobierno
militar. “La dolorosa ruptura de nuestra democracia –recuerda– fue el desenlace previsible de una larga y penosa agonía de los
valores republicanos y de un grave resquebrajamiento de nuestro Estado de
derecho”. Piñera reconoce que “los dolorosos hechos” que ocurrieron en Chile
hace 40 años “aún dividen –y a veces profundamente– a algunos sectores de la
sociedad” chilena. Durante el régimen de Pinochet, 3.200 personas perdieron la
vida, 1.200 de las cuales todavía permanecen desaparecidas.
Michelle Bachelet, ex presidenta de Chile y
actual candidata presidencial, quien fue torturada y cuyo padre, un general
leal al presidente Allende, falleció por los apremios que le infligieron sus
compañeros de armas, advierte que, sin verdad y justicia, no hay reconciliación
en el país. “La verdad –subraya–, porque tenemos necesidad de conocer lo que
vivieron las víctimas y qué pasó con ellos (...). Y la justicia, porque allí
donde la justicia se niega, la impunidad ocupa su espacio ahondando las
fracturas de un pueblo”. Bachelet se medirá, en noviembre, a la candidata oficialista
Evelyn Matthei, hija de un general que integró la Junta Militar.
Matthei afirmó que “las violaciones a los derechos humanos no son aceptables
nunca”.
pronunciaba un
discurso ante la
Asamblea General de Naciones Unidas en el que denunciaba el
conflicto entre los estados y las grandes corporaciones económicas. En
aquella ocasión, el inquilino de la Casa
Blanca era Richad Nixon. Las
palabras de Allende entonces, vuelven a retratar esta estafa que llaman crisis.
El vídeo que sigue a continuación es un pasaje de su intervención por el que
las multinacionales dictaron su sentencia de muerte. En efecto, ante el golpe
de Estado que derrocaba a su gobierno, Allende se suicidaba en el Palacio de La Moneda bajo las bombas del
ejército de Pinochet. Tenía yo 30 años y viví la noticia desde una Mallorca
otoñal en la que trabajaba de periodista en el vespertino Ultima Hora. Lo
recuerdo perfectamente. Como recuerdo a Henry Kissinger justificando el
golpe de Pinochet. Solo 12 días separaron la muerte de Allende y de Neruda en
aquel septiembre de 1973. Algunas manos que
aplaudieron su discurso acabarían manchadas de sangre chilena. Daniel
Viglietti recita este poema del uruguayo, Mario Benedetti.
convertido en un
peligroso enemigo del imperialismo estadounidense. El 4 de diciembre de 1972, quince
meses antes del asalto golpista,
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