Islandia, laboralmente más justa, declara ilegal la diferencia salarial entre hombres y mujeres.
Imagen aérea de Reikiavik, capital islandesa
Mujeres trabajando.
Islandia es uno de los países más
avanzados del mundo en materia de igualdad. Sin embargo dio un paso decisivo al
prohibir por ley la ilegalidad de las diferencias salariales y decretar que un
mismo trabajo debe obtener una misma remuneración sin importar el sexo, la
identidad de género, el grupo étnico, la identidad sexual, la nacionalidad o la
religión. Y ha dado un paso más para combatir la brecha salarial entre hombres
y mujeres. El país obliga a que las empresas demuestren la igualdad en el
sueldo de sus trabajadores sin importar su sexo. “Queremos derribar la última
de las barreras de género en el trabajo”, manifestó el ministro de Asuntos
Sociales y de Igualdad, Thorsteinn Viglundsson, en una entrevista con The New
York Times. “La historia ha demostrado que si quieres progreso, necesitas
reforzarlo”.
La ley promulgada por la primera
ministra, Katrín Jakobsdóttir, obliga a las empresas que tengan una plantilla
de al menos 25 trabajadores a disponer de un certificado de 'paridad salarial',
debiendo pagar una multa si no lo consiguen. Islandia lleva años poniendo en
marcha iniciativas concretas para combatir la desigualdad y tiene, según el
informe Global sobre la Brecha de Género que elabora el Foro Económico Mundial
(WEF, por sus siglas en inglés), desde hace casi una década, una de las menores
diferencias salariales entre hombres y mujeres.
La medida que ahora entra en
vigor había sido aprobada el pasado mes de abril por el parlamento de aquel
país que cuenta con un 48% de mujeres y que espera acabar con la brecha
salarial en 2020. En el mismo informe, el WEF advertía de que la ralentización
de la lucha contra la brecha salarial a nivel global, de no tomar medidas
urgentes, tardará dos siglos en cerrarse. En concreto, en este apartado, los
expertos del WEF advierten de que el momento del supuesto ensamblaje
remunerativo respecto a su último diagnóstico se ha retrasado en el mundo en 47
años, lo que relega más de dos siglos (exactamente, 217 años) la proclamación
de la igualdad retributiva.
Según este informe, España es el
vigésimo cuarto país del mundo en temas de desigualdad salarial, después de que
subiera cinco puestos este año. Los salarios en España crecen cuatro veces
menos que en la Unión Europea. Los nórdicos, un año más, con Islandia a la
vanguardia, encabezan la clasificación con un 87% de su brecha de género ya
suturada. Le siguen Noruega y Finlandia.
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