domingo, 21 de enero de 2018

El “efecto Puigdemont”.

Escaño del líder de ERC, Oriol Junqueras, adornado con un lazo amarillo.

La Boca del Logo. Sillón de mando.

En la mañana del sábado, 13 de los corrientes, el Parlament daba el pistoletazo de salida a la nueva legislatura. Junts per Catalunya y Esquerra Republicana llegaban a un acuerdo para constituir la Mesa de la cámara y no bloquear el inicio del curso político que sigue marcado por el artículo 155. Este no desaparecerá hasta que la Generalitat tenga un nuevo presidente. Por su parte, el Gobierno decidía reforzar los controles y las medidas de seguridad para evitar que el ex presidente de la Generalitat pudiera buscar el golpe de efecto de presentarse en España para su investidura. El Ejecutivo de Rajoy no podía permitirse otros fallos que dejasen en mal lugar a los servicios de inteligencia o a las Fuerzas de Seguridad. La fuga de Puigdemont se había justificado con el argumento de que no había medida cautelar impuesta sobre él. La posibilidad de que Puigdemont regrese a España es y sigue siendo  un escenario ‘endemoniado’ para el Gobierno, en el caso de que el juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, autorice que acuda a la sesión de investidura después de su detención. Este supuesto colocaría en una situación muy delicada al Poder Judicial y al Gobierno. Y aunque el Gobierno haya adoptado medidas extraordinarias por lo que pudiera ocurrir, Moncloa espera que este supuesto no llegue a producirse. Lluís Orriols, en un artículo en Eldirario.es, titulado “El 'efecto Puigdemont'”, escribe cómo Carles Puigdemont, con un poderoso activo electoral para su partido, y más cuando la marca PDeCAT (como heredera de Convergència) se encuentra en momentos críticos tras la sentencia del caso Palau, ha conseguido acaparar la atención frente al problema catalán. “Desde Bruselas, decide concurrir de nuevo a las elecciones, confeccionando una candidatura a medida con el fin de relegar las siglas de PDeCAT en un segundo plano y poner el foco en un mensaje sencillo, muy poderoso, que acabó por cambiarlo todo: el retorno del President legítimo… Sin embargo, el poder de atracción de la figura de Puigdemont puede desvanecerse si, finalmente, no logra ser investido presidente. Sin la notoriedad que confiere la presidencia de la Generalitat, Puigdemont puede ver como su capacidad de influencia desde Bruselas se reduce sustancialmente en poco tiempo. Todo depende de cómo se desarrolla su potencial. Las próximas semanas serán cruciales para conocer el escenario político que vivirá Catalunya durante la próxima legislatura. Entre los numerosos acontecimientos que se producirán deberemos estar particularmente atentos en la batalla dentro del espacio PDeCAT-JxCAT. Y en esa batalla, la figura de Carles Puigdemont cobrará un papel crucial. Si alguna lección nos ofreció el 21-D es que el liderazgo de Puigdemont es, en estos momentos, el ‘pal de paller’ del independentismo catalán”.

       Puigdemont insiste en que puede ser investido desde Bruselas.

Ante este cerco gubernamental, Carles Puigdemont jura por escrito la Constitución, con fidelidad al pueblo y “por imperativo legal”. Un paso previo para poder tener el acta de diputado. Desde Bruselas, jura y presenta las credenciales como electo, una declaración de bienes y una promesa por escrito de la Constitución, comprometiéndose a actuar “con plena fidelidad a la voluntad del pueblo”. Es el paso previo para poder tener el acta de diputado. Lo mismo sucede con ERC, limitándose a prometer la Constitución sin añadir nada, según fuentes de la formación republicana. El resto de electos de ERC promete respetar la Constitución y el Estatuto de Autonomía de Cataluña por imperativo legal. Según las últimas especulaciones, Carles Puigdemont estaría dispuesto a jugársela y llegar a España para votar, si no en este Pleno, sí en el que se decida su investidura. La razón sería que se podrían interpretar las leyes a su favor, ya que la Constitución Española, que ha prometido acatar “por imperativo legal”, protege especialmente a los parlamentarios y al Jefe del Estado. Les otorga inviolabilidad, de manera que, a no ser que haya un flagrante delito, no puedan ser detenidos a no ser que una instancia superior lo requiera por otro motivo. Se dice que el 'expresident' no ha decidido si regresará para ser investido, pero maneja varias alternativas para tratar de plantarse en el Parlament sin ser detectado por las Fuerzas de Seguridad del Estado. Otra cosa es el riesgo que correría, algo que su entorno valora y le pide que no cometa hasta que se arregle su situación legal en el futuro. Pero, hoy por hoy, según su partido, Puigdemont sigue dispuesto a ser investido de manera telemática y hará todo lo posible para lograr su objetivo, ya sea por delegación de voto o no. 

Roger Torrent es, con 38 años, el presidente más joven de la historia del Parlament de Catalunya.

Mientras tanto, Junts per Catalunya (JxCat) y ERC llegaron el pasado martes a un acuerdo para apoyar la candidatura de Puigdemont a la presidencia de la Generalitat, y anunciaron un pacto para elegir a Roger Torrent, de ERC, politólogo, militante de ERC sin procesos judiciales pendientes, como nuevo presidente del Parlament que el pasado miércoles se constituyó. En un comunicado conjunto, ambas formaciones anunciaron los acuerdos “en la línea de restitución de las instituciones”. La prensa apunta que el acuerdo alcanzado no implica que ERC apoye la elección de Puigdemont vía telemática, algo que fue rechazado por los letrados de la Cámara. A ese respecto, Puigdemont dijo, desde Bruselas, que los letrados se “extralimitaron” al considerar ilegal la investidura a distancia y advirtió de que seguirá con su plan de ser reelegido. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, avanzó que, si en la sesión constitutiva del Parlament se permite delegar el voto al expresident Carles Pugidemont y a los cuatros exconsejeros que le acompañan, el Ejecutivo recurrirá de inmediato esa decisión ante el Tribunal Constitucional. El jefe del Ejecutivo considera “imposible” que Puigdemont sea investido presidente de la Generalitat el 31 de enero. El Ministerio del Interior baraja la posibilidad de que Puigdemont decida volver a España, aun siendo detenido, para forzar su designación parlamentaria. Y advierte de que dispone de mecanismos de vigilancia y control en carreteras y aeropuertos para, llegado el caso, detenerlo y ponerlo a disposición del juez, Pablo Llarena. El Gobierno insiste en que Carles Puigdemont, huido en Bélgica, no será en ningún caso el nuevo presidente de la Generalitat y añade, además, su convencimiento de que las propias fuerzas independentistas son conscientes de que esa aspiración es una pura quimera. De hecho, desde La Moncloa, se afirma que JxCAT y ERC mantienen viva la candidatura del ex president fugado exclusivamente por razones “propagandísticas”. Moncloa está pendiente de la forma en la que el nuevo presidente del Parlament, el diputado de ERC Roger Torrent, anuncie la candidatura de Puigdemont a la investidura para actuar en consecuencia.

       Ernest Maragall, presidente de la Mesa de Edad del Parlament.

Con todas esas premisas, el pleno de constitución del nuevo Parlament arranca el miércoles pasado con un discurso de Ernest Maragall, presidente de la Mesa de Edad, formada por el parlamentario más veterano y por los dos más jóvenes (Rut Ribas (27 años) y Gerard Gómez del Moral (28 años). Tras una primera ronda de votación en la que Torrent suma 65 apoyos del bloque independentista frente a 56 del bloque denominado 'constitucionalista' y 9 votos en blanco (ocho de los diputados de Catalunya En Comú-Podem), se realiza la segunda votación,  ante la falta de mayoría absoluta (68 diputados). Y se repite la aritmética, con un voto blanco. Ernest Maragall reivindica durante su discurso inicial el resultado del referéndum ilegal del 1 de octubre con estas palabras: “El Estado no quiere saber nada de reconciliación ni de soberanías compartidas. No sabe ganar, sabe derrotar, solo sabe imponer, humillar y castigar”. Dedica palabras afectuosas a los diputados electos que permanecen en la cárcel por decisión del Tribunal Supremo, investigados por un presunto delito de rebelión, así como para los exmiembros del Govern que se encuentran en Bélgica, huidos de la Justicia española. En los asientos de todos ellos, sus compañeros independentistas colocaron grandes lazos amarillos. Y pide excarcelar a los exconsellers presos y el “libre retorno” de los huidos. “Es la primera vez que el banco del Govern está vacío en una sesión de constitución del Parlament”, afirma. “Tendría que decir 'bon día' al president de la Generalitat y a los consellers, pero ya ven que se sientan en el lugar que les tocaría, algunos encarcelados, otros en el exilio y todos destituidos”. Y, tras haber pedido excarcelar a los exconsellers presos y el “libre retorno” de los huidos a Bruselas y constatar que el bando del Govern está vacío, añade: “El Estado español no quiere saber nada de reconciliación, no sabe ganar, sabe imponer, humillar”. 

      Manifestantes independentistas cuelgan lazos amarillos en las verjas del parque de la ciudadela por los políticos que están en prisión durante la votación para constituir la mesa del Parlament.

En el parque de la Ciudadella, donde se encuentra ubicado el Parlament, cientos de manifestantes se concentran, colocando lazos amarillos en las vallas del parque como muestra de solidaridad con los representantes que permanecían en prisión preventiva. Los Mossos habían blindado el perímetro y sólo permitieron el acceso de parlamentarios, periodistas y trabajadores de la cámara.

       Carles Puigdemont contesta a  Catalunya Radio, desde Bruselas.

El president de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, y los dos exconsellers que permanecen en Bruselas y que salieron elegidos diputados de JxCat, Clara Ponsatí y Lluís Puig, solicitan junto al expresident la delegación del voto para poder participar en los plenos del Parlament, empezando por el de investidura que se celebrará dentro de dos semanas. Según fuentes de la lista de Puigdemont, el grupo parlamentario de JxCat registró el pasado jueves en el Parlament la solicitud para que la Mesa autorice la delegación del voto de Puigdemont, Clara Ponsatí y Lluís Puig. Los letrados del Parlament consideran necesaria una reforma del reglamento del Parlament para autorizar la delegación del voto de los exconsellers en Bruselas y los que están en prisión preventiva. No obstante, los letrados dejan a criterio de la Mesa de Edad que los diputados presos –Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sànchez– deleguen su voto para la votación del miércoles en la que Roger Torrent es elegido presidente del Parlament. Los diputados electos que permanecen en Bruselas no piden delegar el voto para la sesión constitutiva del Parlament celebrada. Los tres diputados de JxCat son los primeros en pedirlo de cara a la investidura, a la espera de lo que hagan los dos diputados electos de ERC en Bruselas, Toni Comín y Meritxell Serret. El expresidente catalán defiende el pasado viernes, en una entrevista en Catalunya Ràdio, que es posible liderar el Govern desde la distancia. Incluso asegura que es más fácil hacerlo “desde Bruselas que desde España”. Desde la capital belga, Puigdemont aboga por la utilización de medios telemáticos para poder ser elegido y gobernar. Defiende que puede ser president desde Bruselas, gracias a las nuevas tecnologías, pero no desde prisión. E insiste: “Entre presidiario y presidente, prefiero ser presidente, porque al menos ahora puedo hacer cosas, pero en prisión no podría hacerlas”. “No son las condiciones de normalidad –añade– pero es más difícil hacerlo en el Estado español que desde Bruselas”. Preguntado sobre si un telegobierno pone en riesgo la eficiencia de la Administración, responde que lo que de verdad va en contra del autogobierno es “la ineficiencia y la parálisis del artículo 155”. Puigdemont declara que “los presidentes los escogen los parlamentarios”, e incluso se aventura a plantear el escenario en el que el Rey no acepte su nombramiento. Para llegar a ese estadio primero tendría que hacerse una investidura. “Si el Parlamento elegido democráticamente me ratifica como presidente, el jefe del Estado no tiene derecho a subvertir el mandato constitucional”,  declara Puigdemont. El Gobierno de Mariano Rajoy ve prioritario impedir que Felipe VI se encuentre en la tesitura de firmar el decreto de investidura. Y asegura que “si el Rey no me quiere reconocer, el problema lo tiene él”.

       Xavier Domènech y Roger Torrent.

Roger Torrent explica el pasado jueves en RAC1 que espera cerrar la ronda de consultas el viernes. El joven diputado de ERC afirma que si el candidato que suma más apoyo es Puigdemont buscarán la fórmula para investirlo y hablarán con él, sin desvelar si piensa para ello desplazarse a Bruselas. Xavier Domènech, líder de Catalunya en Comú-Podem,  le recuerda que los letrados del Parlament ya han indicado de manera “clara y diáfana” que no se puede producir una investidura telemática ni delegada. Más allá de eso –añade– es evidente que tampoco es viable investir a Puigdemont porque la Generalitat de Catalunya está en Catalunya y la recuperación del autogobierno, tras el 155, se ha de hacer desde Catalunya y no desde Bruselas”. Preguntado por si apoyarían a otro candidato de JuntsxCat o ERC, destaca que le corresponde al bloque independentista poder conformar un Govern porque ganó las elecciones pero que los comunes no participarán en ningún caso en un Ejecutivo en el que esté Junts per Catalunya. “Es un partido que ha practicado políticas antitéticas y está conformado por el PDeCAT y CDC, que ha saqueado el Palau de la Música y que está condenado por un caso de corrupción”, añade, urgiendo a formar cuanto antes un Govern que permita dejar atrás la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Preguntado por si los “comuns” apoyarán el voto delegado de los cinco diputados que están en Bruselas,  explica que no lo pidieron en la sesión constitutiva del Parlament y que “no se pueden cambiar las reglas del juego en función de las votaciones para forzarlas”. “Hay que recuperar la normalidad democrática lo antes posible y no se puede forzar más cada nueva votación”, insiste, y señala que los letrados también se han mostrado contrarios a que puedan delegar su voto, a diferencia de los que están en prisión. Domènech recuerda que Torrent manifestó hace unos días como portavoz de ERC que se tenían que respetar los informes de los letrados: “Esperamos que ese compromiso se cumpla por el bien del país”.

Inés Arrimada levanta la mano.

Inés Arrimada, líder de Ciudadanos en Cataluña, declara en una entrevista en ‘Els Matins’ de TV3: “Lo mejor que le puede pasar a Cataluña es tener un gobierno que vuelva a la legalidad y al sentido común”.  Arrimada advierte  que “ni Puigdemont, ni Junqueras” ni el nuevo presidente del Parlament “serán capaces de hacerlo” porque “volverán a hacer lo mismo” que en la legislatura anterior. Después de constituirse la Mesa del Parlament, Arrimadas critica a Podemos por ponerse “del lado de los partidos separatistas” y “dar un portazo” al partido que ha ganado las elecciones para que presida la cámara catalana alguien dispuesto a “no saltarse las leyes”, refiriéndose a José María Espejo-Saavedra. “Algunos –lamenta– están luchando para alargar este ‘procés’. Reconoce que le gustaría “reconducir la situación en Cataluña porque hay muchas necesidades sociales” y reformas “urgentes”, como un mejor sistema de financiación para las Comunidades Autónomas. A pocos días de que se produzca la sesión de investidura, Arrimadas ve “impensable y de sentido común” que “Puigdemont no pueda ser presidente de la Generalitat porque está huido, ha perdido las elecciones y no tiene un proyecto para todos los catalanes”. Y recuerda que no puede ser presidente alguien que “se presentó en las elecciones del 21D en coalición con Convergencia”, condenada por corrupción por el Cas Palau.


Sáenz de Santamaría se muestra tajante con el expresident, Carles Puigdemont: “Lo haremos todo para impedir su investidura. Puede dedicarse a la propaganda e intentar mantener ese mito que se autoconstruye, pero no va a ser presidente de la Generalitat, y si pensara en Cataluña daría un paso atrás”. La vicepresidenta del Gobierno considera que “el final de su trayecto ha llegado al final” y que “ya es imposible” que repita en el cargo. En una entrevista en la COPE, Santamaría deja claro que no habrá ninguna posibilidad de que se produzca una investidura telemática en el Parlament. “Lo haremos todo para impedir una investidura no presencial y el Gobierno adoptará las decisiones que toquen para que la investidura de Puigdemont no se produzca”. Santamaría insiste en que “puede dedicarse a la propaganda e intentar mantener ese mito que se autoconstruye, pero que no va a ser presidente de la Generalitat, y si pensara en Cataluña y hasta en el independentismo, daría un paso atrás”. Ante la posibilidad de que Puigdemont regrese a España, le recuerda que pesa sobre él “una orden de busca y captura” y que las fuerzas y cuerpos de seguridad trabajan esta posibilidad. Sobre el nuevo presidente del Parlament, Roger Torrent, espera que inicie su mandato respetando la legalidad, el Reglamento del Parlament y la Constitución, y confía en que no empiece su mandato al frente del Parlament “haciendo lo mismo que Carme Forcadell, violentando las normas”. Sobre la decisión de Ciudadanos de no prestarle al PP uno de sus diputados para tener grupo parlamentario y abandonar el grupo mixto, Santamaría subraya que “esto no es una carrera por quién es el primero en el constitucionalismo, sino para que el Constitucionalismo sea el primero en Cataluña”. Afirma que, con esta negativa, Ciudadanos está dando mayoría en las comisiones a JxCAT y ERC “y yo esto no lo entiendo. Arrimadas y Rivera deben explicar a sus votantes por qué se priva de un aliado y de un partido que ha demostrado que va a defender la ley y la Constitución. Para mí esto es incomprensible”.

      Ciudadanos niega el apoyo al PP. 

“El procés –titula Jorge Vilches en Vozpopuli– no ha hecho más que empezar”. Para él, el PP se ha dejado morir. “Languidece. No infunde temor ni amor, sino que se ha convertido en objeto de befa política incluso para Ciudadanos, su socio de gobierno. La respuesta del gobierno al golpe de Estado en Cataluña mostró su debilidad: en la búsqueda del consenso con el PSOE y Ciudadanos cedió a su pretensión partidista de hacer un 155 corto y ligero, solo para convocar elecciones. La cuestión catalana ha mostrado que el PP está en la UVI a la espera de una transfusión que quizá venga de Galicia. Ciudadanos se está convirtiendo en el Rafael El Gallo de la política, aquel torero que combinaba genialidades con gloriosas espantadas. Claro que, preguntado por sus ‘espantás’, el matador respondía con un derroche de realismo: ‘Las espantadas es no poder con un toro’. Ahora, el partido de Rivera y Arrimadas prefiere excusar su negativa a una investidura diciendo que no le salen las cuentas, que una derrota parlamentaria deterioraría la imagen de doña Inés. Es una pena que no dijeran eso en la campaña electoral, cuando suplicaron a la gente que saliera de su armario político y les votara para detener el golpe de Estado supremacista y mostrar al mundo que Cataluña no es solo tractores y Puigdemont. No han comprendido el valor político y emocional que habría tenido la imagen y el discurso de Arrimadas en su candidatura a presidir el Govern. Hoy, Ciudadanos, embriagado de marketing electoral, cae en cálculos de la vieja política, aquella que mercadeaba con puestos y números, que muñía acuerdos en función de los intereses del partido (…) Ahora, tras los comicios y la elección de la presidencia del Parlamento, el mundo entero cree que quienes han ganado el 21-D son los independentistas, los mismos que dieron el golpe de septiembre y difundieron imágenes del 1-O. La nueva Mesa, dirigida por el republicano Roger Torrent, ya está preparando la elección de Puigdemont sin detenerse en reglamentos ni normas, y menos en las indicaciones de los letrados. El discurso del presidente del Parlamento no ha dejado lugar a dudas: más procés. Empiezo a creer al escritor Eugenio d’Ors, nacido en Tabarnia, cuando decía a Pla que el filósofo debe hacer profecías. ‘¿Cuáles?’, preguntó el otro. ‘Si la República es orteguiana, si la República es catalana –contestó el barcelonés–, se hundirá fatalmente’. Eso sí, con la ayuda inestimable ‘de los camelos Madrid’. Un calco”.

La   bandera estelada,  junto a un semáforo.

Albert Noguera escribe en Eldiario.es el artículo “Catalunya después del 155, ¿qué va a pasar?”, en el que dice: “Tres meses después de que empezaran los encarcelamientos, la represión del 1-O y la aplicación del art. 155 de la Constitución sobre el independentismo y las instituciones catalanas, el Gobierno del Estado valora muy positivamente su actuación argumentando que ha servido para descabezar, poner fin o, al menos, apaciguar el conflicto catalán. Se trata de una visión absolutamente incapaz de entender los procesos históricos. La tesis que sostengo es la contraria, después del 155, el conflicto catalán recomienza con mayores potencialidades de ruptura que antes, por dos razones: 1. La erosión del sentido común dominante; y, 2. La aparición de una nueva estructura de conflicto con un cambio de clivaje político central… A diferencia –termina resumiendo– de la posición sostenida por el Gobierno del Estado, el 155 no ha servido para descabezar, poner fin o apaciguar el conflicto catalán, sino todo lo contrario, ha servido para provocar una erosión del sentido común dominante y la creación de una nueva estructura de conflicto configurado alrededor del clivaje político dictadura-democracia como central. Esto hace que, aunque no podamos pronosticar todavía el devenir concreto de los próximos meses en Catalunya, lo que sí podemos saber es que después del 155, el conflicto catalán recomienza con mayores potencialidades de ruptura que antes. Ante este fracaso de la solución judicial i represiva, necesariamente debe abrirse una solución política como en Escocia o Quebec”.

      
Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Lluís Puig, en Bruselas.

Jesús Maraña, director de Infolibre, escribe “A vueltas con el 'enigma’ Puigdemont”: “Ha arrancado este miércoles la XII legislatura del Parlament de Cataluña sin despejar el enigma Puigdemont pero con algunas pistas sobre los escenarios que se abren. Todas ellas indican, por cierto, un mayor empeño de cada cual en reforzar sus posiciones que en construir los puentes entre bloques que la ciudadanía reclama.

1.- Se ha evitado un primer choque frontal y legal. Sea por conveniencia política, por táctica jurídica o por ambas razones, han ejercido el derecho a voto por delegación los tres diputados electos encarcelados, mientras Carles Puigdemont y los otros cuatro parlamentarios huidos a Bruselas han optado por no solicitar ese voto delegado. El derecho de Oriol Junqueras, Jordi Sànchez y Joaquim Forn venía respaldado por el auto dictado el pasado día 12 por el juez Pablo Llarena que, en ese mismo escrito, sin mencionarlos, apuntaba que no gozaban de ese mismo derecho político los huidos a Bélgica. Sin embargo, ningún juez ni tribunal son nadie para interferir en una función propia de un órgano legislativo, en este caso la Mesa del Parlament, que es quien tiene potestad para decidir sobre la votación. (Otra cuestión sería si se cometiera una ilegalidad desde el Parlament, que a posteriori resolvería el órgano judicial competente). Ciudadanos simplemente ha protestado, y el Gobierno ha renunciado a recurrir el voto delegado de los encarcelados.

2.- La elección de la Mesa y del nuevo presidente del Parlament responden al acuerdo entre las fuerzas independentistas después de que varios nombres barajados se autoexcluyeran en previsión de tener que afrontar nuevos problemas judiciales...

3.- Se mantiene el principal enigma en el corto plazo: ¿qué hará Puigdemont? O expresado de otra forma, ¿qué aceptarán que haga el audaz e imprevisible expresident de la Generalitat su propio partido, el PDeCat, y su socio de gobierno, ERC? En el acuerdo para la constitución de los órganos del Parlament, ERC se compromete a apoyar la investidura de Puigdemont, pero no se aclara cómo podría celebrarse…La otra posibilidad (la que más teme el Gobierno central), sería la de un regreso sorpresivo de Puigdemont antes del 31 de enero, fecha de la primera sesión de investidura. Aunque fuera detenido en la frontera o en el garaje del Parlament, el juez Llarena se vería en la tesitura de decidir si concede o no permiso al candidato para asistir al debate de su propia investidura. Tanto el precedente del caso Yoldi en Navarra como el criterio asentado por el propio Llarena de que un juez no debe alterar la correlación de fuerzas o “la aritmética parlamentaria” arropan la hipótesis de que Puigdemont podría acudir, ser investido, nombrar un conseller o consellera en cap que conduciría la gestión del Govern y él defendería desde la cárcel su discurso legitimista, que es el que le permitió desde el autoexilio superar contra todo pronóstico a ERC en las elecciones del 21-D.

Si vuelve a Catalunya, Puigdemont arriesga la cárcel.

4.- Si opta por seguir en Bruselas, se arriesga a perder la presidencia de la Generalitat, caer en el olvido en pocas semanas y no poder volver a Cataluña en veinte años. Si decidiera venir entre hoy y el 31 de enero, garantizaría un nuevo eco internacional a  la confrontación entre el independentismo catalán y el Estado, entre el legitimismo institucional y la acción represora del aparato estatal. Podría convertir, desde la cárcel, esa confrontación en el eje de una legislatura en la que las fuerzas soberanistas se volcarían en aumentar los apoyos hasta superar el 50% que nunca han logrado y que les permitiría recuperar la máxima aspiración independentista. Eso sí, se arriesgaría a pasar en prisión unos cuantos años, y, desde su propio entorno personal y jurídico, descartan que Puigdemont se plantee asumir tal riesgo y añaden que “el titular de la máxima institución del autogobierno no puede estar en prisión”.

5.- Pero un Puigdemont encarcelado y president de la Generalitat sería la peor pesadilla para el Gobierno de Rajoy y para sus apoyos en la aplicación del 155, confiados en que cualquier otra candidatura desde las filas independentistas facilitaría una relajación de la tensión institucional y un compás de espera pendiente del desarrollo de las acciones judiciales en curso. El improbable paso de Puigdemont no dejaría de provocar tampoco pesadillas en ERC, cuyos máximos dirigentes no han podido disimular la fractura y la desconfianza mutua tras el abrupto final de la última legislatura.
6.- Lo que resulta innegable, una vez más, es la habilidad de Puigdemont para mantener la iniciativa política incluso en el manejo de las incertidumbres. Con los citados escenarios abiertos, consigue tener al Gobierno en guardia permanente para llevar ante el Constitucional cualquier movimiento que pueda llevar al huido a recuperar la presidencia de la Generalitat. Si se convocara finalmente una investidura telemática, el recurso ante el TC, incluso antes de celebrarse la sesión, podría conducir inexorablemente a una repetición de elecciones.

6.- Lo que resulta innegable, una vez más, es la habilidad de Puigdemont para mantener la iniciativa política incluso en el manejo de las incertidumbres. Con los citados escenarios abiertos, consigue tener al Gobierno en guardia permanente para llevar ante el Constitucional cualquier movimiento que pueda llevar al huido a recuperar la presidencia de la Generalitat. Si se convocara finalmente una investidura telemática, el recurso ante el TC, incluso antes de celebrarse la sesión, podría conducir inexorablemente a una repetición de elecciones.
Un problema político que no resolverán los tribunales, ni los letrados del Parlament ni los abogados del Estado.

Jesús Maraña habla, en fin, de una encuesta de MyWord, realizada pocos días antes del 21-D, en la que preguntaba a los catalanes qué debería hacer el nuevo Govern si ganaba de nuevo una coalición independentista. El 68,7% de los encuestados respondía: “Acordar con los partidos de la oposición una salida al conflicto”. “Con diferente grado –termina diciendo Maraña–, es la tesis defendida mayoritariamente por votantes de todas las formaciones. A día de hoy, se observan indicios de que los principales actores políticos evitan volver a la tensión máxima, pero cada cual continúa actuando en competencia directa con sus socios-adversarios. Nada apunta de momento a la construcción de esos puentes imprescindibles entre los bloques para buscar soluciones a un problema político que no resolverán los tribunales, ni los letrados del Parlament ni los abogados del Estado”.
Las fotomontajes de la semana:
Gobernar desde la distancia.

  La reina Letizia, protagonista de la primera portada de la revista Mongolia del año 2018.


La revista Mongolia ha optado por presentar a la reina Letizia, mujer del rey Felipe VI, como si fuera una de 'Las 3 gracias' de Rubens, o una de las protagonistas de las icónicas representaciones del colombiano Fernando Botero. La revista ha querido comenzar el año con esta polémica portada en la que habla de “La dieta sanota de la reina Letizia”. La noticia que acompaña a esta portada se burla así de las 'subidas' del mes de enero, que más allá de los precios, se dejan notar en esos kilos de más que suelen 'aportar' las Navidades. Pero no sólo le han puesto unos kilos de más a la reina Letizia, sino que en su interior, la revista reproduce, a modo de calendario, una galería de imágenes de la 'Familia Real XXXXL'. “La dieta sanota de la reina Letizia” es el texto que acompaña a la imagen. Texto e imagen han provocado una polémica entre partidarios y detractores del característico humor de la revista.

 Boadella muestra el culo por una estrella de la bandera. La farsa de Tabàrnia quiere 'investirlo' como presidente por vía telemática.

 En esta foto alguien acaba de descubrir que no sabe sumar. ¿Quién es?


Gabriel Rufián: “Intentaré ser claro. Serrat ha hecho las canciones más bonitas del mundo y a mí me da igual como piense”.



 La corrupción cuesta a los españoles 90.000 millones al año.


Planificando la próxima operación retorno con los expertos en seguridad vial...







El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Forges, Manel F., Pat, Atxe, Iñaki Errazkin, Fontdevilla…























Pep Roig, desde Mallorca: Meter miedo, Corruptos a la calle, A lo suyo, La lacra, El 155 está vivo y coleante, Y no es broma…







Los vídeos de esta semana: El presidente de la Mesa de Edad del Parlament, Ernest Maragall, ha tomado la palabra antes de proceder a la votación de la Mesa definitiva para recordar a los exconsellers presos y los que permanecen en Bruselas, en un discurso de marcado tono político inhabitual en una sesión de constitución del Parlament. Ernest Maragall pide excarcelar a los exconsellers y el retorno de los huidos.
El Parlament aplaude a los Consellers encarcelados y en Bruselas cuando son llamados a votar Entrevista a Roger Torrent, presidente del Parlament Carles Puigdemont (Queco Novell) intenta atravesar la frontera para asistir a la investidura. Se camufla para confundir a los agentes de aduanas. ¿Le saldrá vine la jugada? Polònia - L'arribada de Puigdemont Chirigota, La pela es la pela - Preliminares El actor y director teatral Albert Boadella se presentó el martes como presidente imaginario en el exilio del gobierno de Tabarnia, un imaginario territorio de Barcelona y parte de Tarragona separado del resto de Cataluña. En el vídeo, Boadella empieza parafraseando al expresidente Josep Tarradellas pero diciendo “No sóc aquí”, y lo atribuye a que “los usurpadores de sentimientos, dinero, instituciones, clubs y banderas han hecho este territorio irrespirable”. .Les acusa de dividir Cataluña, pero también de pretender dividir toda España y toda Europa, aunque Boadella anuncia irónicamente “unos anticuerpos capaces de reaccionar ante la epidemia: los ciudadanos de Tabarnia”, que llevan al renacimiento del sentido común, dice. Boadella. “Soy un payaso –termina diciendo– pero a su lado soy un modesto aprendiz”, añade como réplica a quienes le critican, y acusa a los independentistas de hacer del Parlament el auténtico Teatre Nacional de Cataluña. "Sus bufonadas en nuestras calles se han acabado”, les advierte, y avisa también de que rechazarán que siga el independentismo. Boadella acaba su discurso con un 'Visca Tabàrnia', que iguala al 'Visca Espanya'. BOADELLA, presidente de TABARNIA, a los Indepes: "Sus bufonadas con nuestro dinero se han acabado". 
Polònia - Por mis huevos

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