sábado, 27 de enero de 2018

Luis Alberto de Cuenca: “Con Franco había más libertad de pensamiento que ahora”.

“A mí me interesa tanto Homero como Flasch Gordon”.

“Estoy absolutamente seguro de que antes había mucha más libertad de pensamiento entre la gente, no digo ya solo en los 80, sino con Franco, porque la corrección política lo ha impregnado todo con sus cadenas, imposiciones y actitudes dictatoriales”. Lo declaraba la semana pasada, en una entrevista con Europa Press, Luis Alberto de Cuenca. El filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario, investigador español y ex secretario de Estado de Cultura, en la época de Gobierno de José María Aznar (PP), reunió en “Se aceptan cheques, flores y mentiras” parte de sus poemas más reconocidos, una compilación que aborda temas como el amor o la corrección política, de la que el autor cree que ha “invadido” la sociedad actual. El poeta cuenta precisamente con un poema en el libro titulado ¡Political incorrectness! (Incorrección política), en el que asegura “no creer en la igualdad”.  Para él sólo existe una igualdad: “la igualdad ante la ley. Todo lo demás son zarandajas”.

Luis Alberto de Cuenca considera que la lectura es una asignatura “difícilmente aprobable” para los españoles y recuerda que en los últimos años se han hecho muchos esfuerzos para fomentar este hábito en la sociedad “y no se ha conseguido”. El escritor anima hoy a los jóvenes a leer a los clásicos, especialmente a los muchos que escriben poesía en la actualidad a través de las redes sociales, aunque reconoce, en otra entrevista con Efe, que la sociedad española no ha sido nunca “mayoritariamente lectora”.

Alberto de Cuenta explica “no simpatizar en principio” con las cuotas para la igualdad de género, ya que entiende que la sociedad “tiene sus propios mecanismos para corregirlo”. “Si hay que echar mano de ellas porque evidentemente se necesita y no hay manera de que haya igualdad entre hombres y mujeres, pues habrá que usarlas, pero siempre como último recurso”, defiende. “Creo que entre la mujer y el hombre no hay ninguna diferencia en cuanto inteligencia y capacidades y, seguramente, en el futuro, veremos academias con más mujeres que hombres, porque la desigualdad se está corrigiendo. Pero es necesario que sean los propios méritos los que igualen, no que el hecho de pertenecer a un sexo determinado sea una patente de corso para que te den premios”.

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