Mar de fondo entre el PSOE y Unidos Podemos, Ibex 35 presiona al Gobierno español y campaña de destrucción contra J. Assange.
Pedro
Sánchez y Pablo Iglesias, por Luis Grañena.
Público recordaba el miércoles
pasado lo ocurrido hace tres años: las presiones del Ibex 35 en medio de una
investidura. Y anunciaba que Pablo Iglesias “sólo encuentra un motivo para
explicar los vetos del PSOE a Unidas Podemos: las posiciones del Ibex 35, de
los medios de comunicación y de la banca. Sánchez reconoció, en 2016, las
presiones recibidas para no formar gobierno con el partido morado y ahora estos
poderes se han vuelto a decantar”. Beatriz Asuar Gallego
reconoce en dicho medio que no son pocas las voces que comparan la
situación política actual con la que se vivió en el 2016. Pablo Iglesias pidió
un gobierno de coalición para apoyar al candidato socialista mientras que Pedro
Sánchez se
enfrentaba a una investidura fallida e intentaba negociar con derecha e
izquierda. El pasado lunes, en el programa Al Rojo Vivo de La Sexta, Antonio
García Ferreras preguntaba a Iglesias si realmente creía que existían presiones
para que él no tuviera un asiento en el Consejo de Ministros. “La repetición
electoral es cada vez más segura. Y, en el fondo de todo, los intereses de
clase y las élites económicas, pidiendo un Ejecutivo en el que no esté Unidas
Podemos. El secretario general de Podemos se mostraba convencido de que era así
y el PSOE mostraba su malestar por esta afirmación. Pero, la realidad, es que
las élites económicas se han desplegado en este sentido y se posicionaron
claramente desde la semana siguiente a las elecciones del 28-A. Y, aunque en
esta ocasión Sánchez no lo reconoció, sí lo hizo Albert Rivera: ‘Han votado los
españoles, no la CEOE ni un banco’, dijo el líder de Cs para distanciarse de
los poderes económicos. Durante estos dos meses y medio se posicionaron a favor
del acuerdo entre el PSOE y Ciudadanos desde las principales consultoras
financieras de España a grandes bancos internacionales —entre
ellos el Santander y su presidenta Aba Botín — o la CEOE y el empresario
Antonio Garamendi. También lo hizo la prensa en papel en sus editoriales, como
El Mundo, El País o ABC”.
Pablo Iglesias y Pedro Sánchez en el
Congreso antes de una de las reuniones para negociar la investidura, en 2016.
“¿Por qué de unos
posicionamientos se pasa a hablar de presiones? Principalmente —escribe Asuar Gallego—reconoció las presiones en 2016
en una entrevista en Salvados, tras renunciar a su acta de diputado para evitar
votar en la investidura de Mariano Rajoy. El presidente en funciones reconoció
que los poderes mediáticos y empresariales — nombró a El País y al expresidente
de Telefónica César Alierta — presionaron para evitar un gobierno con Unidas
Podemos: ‘El sector financiero trabajó para que no se entendiera la izquierda y
no pudiera liderar una alternativa’, afirmó entre otras tantas confesiones. Y,
en cuatro años, cambian muchas cosas, pero no ha cambiado el poder en el Estado
español. Las multinacionales, las grandes empresas, la banca, los fondos
buitres y las eléctricas siguen teniendo privilegios por encima del resto de la
sociedad. Siguen teniendo, sobre todo, concesiones por las que pagan menos
impuestos y pueden seguir beneficiándose económicamente a la vez que la mayoría
de la sociedad sigue viviendo en situaciones precarias. Esto es lo que los
poderes fácticos no quieren que cambie. Ahora,
como ocurrió entonces, fueron los nombres y los sillones los que ocuparon las
portadas de los medios. Pero el presidente en funciones demostró que la
historia no iba de eso, que los problemas venían de lo material. Como repiten
los de Iglesias, ‘de la cosas del comer’. Los socialistas dicen que no es así y
que Sánchez no se deja llevar por este tipo de presiones, pero lo cierto es que,
en lo programático, el PSOE tampoco se acercó al grupo confederal. En la oferta
que hicieron a Unidas Podemos desaparecieron casi todas las medidas que tenían
que ver con las eléctricas, el precio del alquiler o la reforma fiscal que sí
pactaron Iglesias y Sánchez en el pacto presupuestario de 2019.Con estas
presiones — por delante o por detrás— Sánchez camina
otra vez hacia una investidura fallida. Siempre está la opción de un acuerdo in
extremis, pero, a día de hoy, no parece posible. Todo apunta a que las bases de
Podemos votarán a favor de investir a Sánchez sólo si hay gobierno de
coalición, que no de cooperación, y que el presidente no se moverá ahora de su
posición”.
Dando la vuelta a las
posiciones, ahora es el PSOE el que reclama al PP su abstención. Diputados y
exdiputados socialistas mandaron una carta a los conservadores recordando que,
el 29 de octubre de 2016, la mayoría de ellos, exceptuando a 15, se abstuvieron
para facilitar el gobierno de Mariano Rajoy. El PSOE, como hizo el PP entonces,
utilizará esta baza hasta el final para convencer a su adversario. “Ahora
Sánchez, a pesar de ser el candidato para la investidura, no se ve a sí mismo
como ‘incapaz’. Más bien señala al resto como los responsables de querer
negociar y permitir que la fuerza más votada, sin mayoría absoluta, forme un
Ejecutivo monocolor. Podemos no acepta este marco, insiste en que es Sánchez
quien tiene que liderar la negociación y que, si hay repetición electoral, la
culpa será únicamente del presidente en funciones. El partido morado cree que
habrá un segundo intento en septiembre, a pesar de que los socialistas lo
nieguen. Pero, por si acaso, cada partido va preparando el discurso para otras
elecciones e, incluso, para que ninguno parezca debilitado en el caso de que
alguien se mueva”. Según Público, el presidente en funciones transmitió a
Iglesias que no quiere que un pacto sobre un gobierno conjunto dé la impresión
de que ha cedido y que ha perdido una batalla ante él. Iglesias le ofreció
trabajar por un marco que muestre que las dos parten ceden para cerrar el
pacto. Iglesias dice que es consciente que “no hay tradición en gobiernos de
coalición a nivel estatal” y que el PSOE está acostumbrado a gobernar en
solitario. Aunque desde esa conversación no se ha avanzado en esta dirección
porque las negociaciones se han bloqueado entre filtraciones a los medios,
posteriores desmentidos y acusaciones. “Sin embargo, no hay duda en que quien
gane el relato será el que mejor aguante los próximos meses: en 2016 ya se pasó
por esto. Los socialistas se focalizaron en culpar a Iglesias de que la derecha
gobernase. Y ahora han estado durante días repitiendo que, porque Iglesias
quiere la vicepresidencia, volverá a gobernar la derecha por segunda vez.
Sánchez desmintió el lunes que Iglesias le pidiera ocupar este puesto, pero ese
será el discurso de los socialistas si hay que ir otra vez a las urnas:
Iglesias, como mostró hace tres años, está obsesionado por los sillones.
Sánchez hizo campaña mirando a la izquierda y tendiendo la mano al grupo
confederal. Su militancia le dijo la misma noche electoral que 'con Rivera no'
pero el presidente buscó a Ciudadanos para sacar adelante su investidura. Este
puede ser uno de los puntos fuertes de Iglesias ante la repetición: que Sánchez
haya intentado pactar tanto con derecha como con izquierda. En el grupo,
además, alegan que han cedido lo suficiente y que los socialistas son los
responsables de la falta de acuerdo por sus vetos”.
Irene Montero respondía a Pedro Sánchez: “En Unidas Podemos, todas somos
personas independientes del Ibex25”
El viernes, 5 de julio,
la portavoz parlamentaria de Unidas Podemos, Irene Montero, respondía en una
rueda de prensa en el Congreso al planteamiento lanzado por Sánchez el día
anterior, en una entrevista en Telecinco para que el grupo confederal “sugiriese”
lo que él llamaba “independientes de reconocido prestigio”. Es decir, personas
próximas a Unidas Podemos, pero que no estuviesen en las direcciones del
partido ni en el Congreso de los Diputados. “En Unidas Podemos —aseguró
entonces la dirigente de Podemos—, todas somos personas independientes de las
grandes eléctricas, para poder bajar el precio de la luz; de los fondos buitre,
para el precio del alquiler; de la CEOE, para promover empleo estable y evitar
los designios del presidente de la CEO que quiere una repetición electoral”. Y
repitió: “Personas independientes del Ibex35 somos todas. Eso puede
complementar bien al PSOE”. Montero insistió en que su grupo no iba a “vetar”
ninguna propuesta de Sánchez y que si tiene nombres de personas independientes
para su Gobierno es muy libre de nombrarlas. Pero, añadió, en Unidas Podemos
esperan que “el PSOE no pondrá impedimentos a las personas independientes de
los poderosos que proponga Unidas Podemos”. La portavoz parlamentaria sostenía
que “un Gobierno en solitario del PSOE no suma más que las tres derechas”. “La
suma con nosotros no dependería de nadie para desarrollar una agenda
progresista”, señaló Montero, aventurando que Sánchez va “a una investidura
fallida para presionar a PP y Ciudadanos. Pero no creemos que esa operación
vaya a salir”. Por supuesto, Isabel Celaá, la portavoz en funciones del Consejo
de Ministros afeaba por su parte que Unidas Podemos no haya hecho “movimiento
alguno” en las negociaciones, mientras Sánchez pasaba de aspirar a gobernar
gracias a sus “propias fuerzas” a una fórmula de “Gobierno de cooperación”. La
portavoz dejaba claro, por tanto, que el sí a las sugerencias depende en
exclusiva de Sánchez, que aseguró que las tendrá “muy en cuenta”. E insistió en
reclamar la abstención a PP y Ciudadanos bajo el argumento de que Sánchez “no
quiere depender de las fuerzas independentistas” en la gobernabilidad.
Pablo
Iglesias culpa al Ibex y a los bancos de su distanciamiento con Sánchez.
Según ElPlural.com, el
líder de Unidas Podemos estaba convencido de que el presidente en funciones estaba
sujeto a “presiones” de los poderes fácticos. Durante la entrevista en La
Sexta, Antonio García Ferreras inquiría si se saldría del gobierno y daría paso
a otros. El líder de Podemos se preguntaba “por qué” no podía estar en el
Gobierno. “Imagínate que le decimos al PSOE: os damos la presidencia, pero sin
Pedro Sánchez. Por supuesto que me gustaría jugar un papel, pero también
pedimos respeto para nuestros votantes”, añadió el dirigente morado. Pablo Iglesias
también insinuó que el candidato socialista estaba sujeto a “presiones” de los
poderes fácticos. “Sánchez tiene presiones de banqueros, del Ibex y de
directores de periódicos para que yo no esté en el Gobierno”, explicó el líder
de Unidas Podemos. Y retó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro
Sánchez, a que explicase públicamente si eran los bancos, entre ellos el
Santander y su presidenta Patricia Botín, las empresas de Ibex y medios de
comunicación los que vetaban su entrada en el Consejo de Ministros. Según
Iglesias, el jefe del Ejecutivo era partidario de formar un gobierno de
coalición hasta el mes de mayo, pero entendía que, posteriormente, habían llegado
las presiones para evitar la entrada del partido 'morado' en el gabinete. “Lo
que quieren impedir algunos es que haya un gobierno de izquierdas de verdad.
Saben que si nosotros estamos en el Gobierno hay muchas cosas que cambian”. Sin
embargo, negó que el presidente del Gobierno planteara “un veto directo contra
mi persona. Estamos discutiendo de algo que no se ha planteado, pero, si lo
plantean, que lo expliquen”, instaba Iglesias, exigiendo que el presidente en
funciones saliese públicamente a explicar las razones para no permitir su
presencia en el Gobierno. De todas formas, aseguraba que mantenía la mano
tendida para alcanzar un acuerdo a través de una negociación “integral” y
consideraba que Sánchez “sobreactuó” y se equivocó el lunes, cuando dio por rotas
las negociaciones, alegando la consulta activada por Podemos para que sus bases
opinasen sobre el pacto con el PSOE. Aseguró que alguien habló el domingo con
el líder socialista y le dijo que rompiera para que hubiera más presión hacia
Podemos. A pesar de tender la mano, de nuevo, a su homólogo socialista,
Iglesias le reprochaba que “lo único que hemos hecho es ceder”, e, irónicamente,
argumentaba que “ya solo falta pedirme que me corte la coleta”. Además, criticó
que el presidente del Gobierno llamase siempre antes a Ciudadanos y a Partido
Popular que a la formación morada. “Tiene que negociar, pero no decir que es de
izquierdas y pedir el voto” de populares y liberales, quienes “están gobernando
con Vox”. Iglesias insistió en la idea
de que, en España, no existe “cultura de coalición” e instó a Sánchez a mirar
hacia el resto de Europa, donde una ingente cantidad de países eran gobernados
por dos fuerzas diferentes. “Sánchez no tiene el apoyo que tuvieron Felipe
González y José Luis Rodríguez Zapatero”, subrayó Iglesias, aludiendo a que la “ciudadanía
no quiere un gobierno de partido único”.
Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en La Moncloa.
Casi tres meses después
de las elecciones generales seguimos sin nuevo gobierno y con un exasperante
baile de declaraciones y cambios de opinión en las negociaciones. “Quién no
confía en quién”, titula Rosa María Artal en Eldiario.es del pasado día 16 de
los corrientes. “Cuando la voluntad es firme, las decisiones se adoptan de forma
rápida, directa y clara. El patio público español es ya un gallinero de gritos,
a favor y en contra de los contendientes. Eso parecen: adversarios, en lugar de
dos partidos de izquierdas, dispuestos a unirse para trabajar por los
ciudadanos. Los que les han votado y los que no. Claro que la responsabilidad
no es la misma. Quien debe formar gobierno es el PSOE, aunque, por supuesto, el
asunto sea cosa de dos. Pero el barro ha inundado la plaza y no se ve con
claridad. Pedro Sánchez irrumpe con un largo exabrupto en entrevista en la
Cadena SER para anunciar que rompe con Pablo Iglesias. Y suelta la retahíla
–que sabe inexacta– de cuando no le votó en 2016, de la mascarada que quiere
rechazar su investidura o de que los malvados van a votar con la extrema derecha. Los mantras habituales. En las gradas del
PSOE y del establishment mediático la afición ruge y corea. Luego, Antonio
García Ferreras entrevista a Pablo Iglesias en La Sexta y, a tenor de las
repercusiones, parece que haya habido dos conversaciones distintas. Las
pasiones están enfrentadas y a flor de piel… Abruma de vergüenza ajena leer que
la corte de baronías y viejas y nuevas guardias del PSOE no confían ni en Pablo
Iglesias ni en Unidas Podemos. Ellos que
frieron a Sánchez. En la misma reunión decidieron por unanimidad un gobierno
monocolor de Sánchez, con distintas participaciones de UP, lo que ha sido menos
destacado. A la liviana memoria se une la desfachatez que se apoya –no sin
razón– en el seguidismo acrítico de muchos de sus partidarios. Aunque ése sea
un mal extendido y bastante irracional dado el tema que nos ocupa”… “¿Quién no
confía en quién en España? —sigue Rosa María Artal, preguntándose—. Escaso anda
el crédito por las alturas. Escuchen a los ciudadanos. Puede que sea una de
nuestras mayores tragedias, teniendo en cuenta un dato que se olvida: la
confianza es un cristal y se rompe solo una vez, sin posible componenda. En
cualquier aspecto de la vida y cualquier relación humana. La picaresca (dicen
con orgullo), la trampa, la mentira, es seña de identidad de españoles sin
escrúpulos. Y, desde la dignidad, no se traga. Ni debería desde la prudencia y
la lógica. Nada más arriesgado y absurdo que depositar algo de valor en quien
haya demostrado no ser fiable”.
La Razón, portada de enero del 2016
Pero, antes de llegar a
una conclusión definitiva, Rosa María Artal prefiere ahondar en hechos. “El 20
de diciembre de 2015 —recuerda —, elecciones generales convocadas por Mariano
Rajoy, a ver si cuela un triunfo entre los turrones de la despensa. Y no. Y, en
vista de que ni intenta formar gobierno, se anima Pedro Sánchez y firma ese
pacto con Ciudadanos, tan de derechas ayer como hoy. El 24 de enero de 2016, la Razón avanza en
portada que Felipe González va a tomar las riendas: ‘Reunirá a la vieja guardia
antes del Comité Federal para frenar a Sánchez’. La ejecutiva también le niega
el pan progresista como declaró José Antonio Pérez Tapias. El País atiza
fuerte. Llegará a llamar a Sánchez en editorial de portada ‘insensato sin
escrúpulos’. Su demoscopia sigue ensalzando a Rivera, el líder político mejor
valorado. No como ‘otros’. En ese contexto echan las culpas a Iglesias y
Podemos de no haber votado a Sánchez. En junio de 2016, y, tras una investidura
de Rajoy fracasada por la firmeza de Sánchez, vamos de nuevo a elecciones.
Demasiado para el cuerpo del PSOE. Llega el pavoroso septiembre. Cuatro días de
asalto y derribo a Sánchez. Dimisiones para forzar su salida. Verónica Pérez, secretaria general del
partido en Andalucía, se autoproclama ‘máxima autoridad del PSOE’ ante la
estupefacción de España entera. El País sigue en campaña y llega a decir que la
salida de Pedro Sánchez será para salvar al PSOE. Es 1 de octubre de 2016. Y
escribe: ‘se lanzó en tromba contra sus críticos, acusándoles —en la mejor
tradición sectaria— de desviación ideológica y de trabajar para beneficiar al
principal rival, el Partido Popular’.
Siguen lloros, gritos, puñaladas de acero, Sánchez salta. Y se va a
resucitar campo adelante. Y lo consigue. El PSOE —concluye Rosa María Artal— se dividió e hizo posible el gobierno de Rajoy.
Después vendría la moción de censura que le sirvió en bandeja Pablo Iglesias y
Unidas Podemos, con la colaboración de nacionalistas varios de los que, ahora,
el presidente candidato abomina. Alguna vez podían recordar que esta decisión
fue la que condujo al PSOE y a Sánchez a La Moncloa. La que le sirvió de
campaña y trampolín de promoción. La tragedia es que quieran secar el agua bajo
esa tabla. Y torciendo la verdad y exacerbando pasiones. Que también anda
caldeado el ambiente en Unidas Podemos, sí, seguro”.
Máximo Pradera apoya a Iglesias.
Otros, como Máximo
Pradera, tienen y expresan una idea que tiene su
importancia y su táctica. Según el guionista, periodista y presentador de radio
y televisión, Unidas Podemos tiene que estar en el Consejo de ministros. Máximo Pradera hace la siguiente aclaración
para aquellos que no entienden en qué consiste eso de un gobierno de coalición.
“Es un gobierno en el que se impulsan políticas de ambos partidos”, apunta el
periodista. “Quiero consejos de ministros en los que Pablo Iglesias (Unidas
Podemos) le pueda rebatir argumentos a Pedro Sánchez (PSOE)”, añade Máximo
Pradera, “aunque, luego, la última palabra la tenga el presidente”. Que Pablo
Iglesias debería ser el “socio único” de Pedro Sánchez, añade Máximo Pradera, y
no el “socio preferente”, como aseguraba el presidente en funciones en su
entrevista en la Cadena SER. “¿Con quién va a asociarse, con el Trifachito?”,
pregunta. Se trata de un sólido pacto de izquierdas. Y que, lo mismo, el “plan
B” de Pedro Sánchez pasa por “convencer a los de la caja B para que se
abstengan”.
Sánchez descarta a Iglesias: 'Necesito un vicepresidente que defienda la democracia'.
“No se dan las
condiciones para que Pablo Iglesias sea miembro de este Gobierno”, confesó
Pedro Sánchez a García Ferreras, en La Sexta. Pedro Sánchez cree que “el
principal escollo para que haya un acuerdo es la participación de Iglesias en
el Gobierno”. Y aseguró que, si Iglesias renuncia a entrar en el Ejecutivo,
“sin duda” habría acuerdo antes de la semana que viene, cuando se celebrará el
debate y votación de investidura. “Necesito un vicepresidente del Gobierno que
defienda la democracia española. No puedo tener uno que diga que, en España,
hay presos políticos. No me puedo permitir el lujo de tener a un vicepresidente
del Gobierno que lo que haga sea mirar para otro lado o silenciar la posición
del Ejecutivo” en caso de que haya que gestionar un nuevo desafío a la
legalidad constitucional en Cataluña. “Ellos [en referencia a Podemos]
defienden el derecho de autodeterminación, dicen que hay presos políticos y recurrieron
la aplicación del 155 y eso es algo que dificulta el entendimiento entre ambas
fuerzas de cara a una sentencia del Tribunal Constitucional sobe el proceso
independentista”. Sánchez volvió a ofrecer a Unidas Podemos una coalición,
siempre que ésta excluya a Iglesias y los morados hagan propuestas de ministros
“cualificados” en las áreas llamadas a ocupar. “Mantengo la oferta hasta el día
de la votación. Después, no habrá ninguna oferta”. En septiembre, si hay
negociaciones, un posible pacto “no pasará ya por una coalición”, según él.
Sánchez no fue nada concreto al aclarar de qué manera Iglesias le reclamaba la
vicepresidencia y ministerios como el de Hacienda, Trabajo y Seguridad Social.
“No me gusta airear lo que son conversaciones privadas”, se excusó. Y no pudo
concretar cómo se lo había pedido, aunque sí añadió que “más del 90%” o “del
95%” de las conversaciones con Iglesias, que incluyeron cinco reuniones físicas
de varias horas y llamadas de teléfono, versaron sobre el reparto de cargos en
el Ejecutivo.
Echenique responde a Sánchez: 'Vetar a
Pablo Iglesias es vetar a Unidas Podemos'
“Podemos” lamenta el “ataque
directo” a Iglesias. Podemos, que días antes pedía claridad a Pedro Sánchez
para que expresara lo que pensaba de Pablo Iglesias, se ha visto sorprendida
por el tono del presidente en funciones y lamenta los “ataques directos” al
líder de la formación morada. Desde el partido, no entienden este ataque que
consideran desmesurado a una figura que le ha sido leal en todo momento.
Además, recuerdan que en la moción de censura le hicieron presidente sin pedir
nada a cambio. En un tono muy directo y claro, Sánchez lanzaba una advertencia
a Pablo Iglesias y Unidas Podemos: el “no” o la abstención de Unidas Podemos
acabarían de lleno con la idea de un gobierno de coalición. Irene Montero evita
postularse como vicepresidenta y promete “lealtad” al PSOE si se forma un
gobierno de coalición. Pablo Echenique, secretario de Acción de Gobierno de
Podemos encargado de velar por los acuerdos de gobierno, rechaza la postura del
presidente del Gobierno en funciones y candidato a la presidencia, Pedro
Sánchez, de cerrar la puerta del Consejo de Ministros al secretario general de
la formación morada, Pablo Iglesias, y abrirse únicamente a incluir perfiles
técnicos especialistas de la formación sin miembros de la cúpula política, pese
a que en la campaña electoral aseguró que un gobierno de coalición no sería un
problema para él. Y la portavoz parlamentaria, Irene Montero, exigió en la
cadena SER una rectificación al líder socialista: “Hoy, el Presidente del
Gobierno ha llegado a decir que Pablo Iglesias no defiende la democracia. No
todo vale, y menos entre fuerzas políticas que aspiran a gobernar juntas y por
tanto, a respetarse y entenderse”. Montero señaló que su partido no tiene
“líneas rojas” para negociar un gobierno de Coalición, aunque también insistió
en varias ocasiones en que “nosotros ya hemos hecho presidente a Pedro Sánchez
una vez a cambio de nada”, a la vez que se apuntaba a Podemos el mérito de
tejer los apoyos de la moción de investidura.
Los actores Carlos y Javier Bardem.
Mientras tanto, más de
200 personalidades del mundo de la cultura y la docencia exigen en un
manifiesto a PSOE y Unidas Podemos “generosidad” y “altura de miras” para
cerrar un gobierno de progreso. “No queda ya tiempo —advierten entre los
firmantes nombres como Javier Bardem, Aitana Sánchez Gijón, Juan Diego, Antonio
de la Torre, Almudena Grandes, Luis García Montero, María Rozalén, Pedro
Guerra, Ismael Serrano, Alberto San Juan, Tristán Ulloa...—
El futuro de nuestra democracia nos lo exige”. El texto, que lleva por título “Por
un Gobierno de progreso ya”, ha sido suscrito por más de 200 personalidades del
mundo de la literatura, el cine, la música, la docencia y profesionales de
diferentes ámbitos. También firmaron el texto directores de cine como Icíar
Bollain, Archero Mañas o Montxo Armendariz, escritores como Almudena Grandes,
el poeta Luis García Montero o Benjamín Prado, cantantes como María Rozalen,
Pedro Guerra, Ismael Serrano o Zahara, periodistas como Jesús Maraña, Cristina
Fallarás, Fernando Berlín o Javier Valenzuela y personalidades como Pilar del
Río, presidenta de la fundación Saramago, o el académico de la RAE José Luis
Gómez.
Perdidos los papeles ¿a dónde vamos”, se
pregunta mi amigo, Antoni Tarabini.
Manifiesto: “Por un
Gobierno de progreso ya”.
“Las elecciones de abril
abrieron la posibilidad de que una mayoría progresista pudiera entenderse para
gobernar de forma conjunta. La ciudadanía se movilizó de forma masiva para
mandar un mensaje claro: No queremos a la extrema derecha cerca de los mandos
del Estado. Pero el entusiasmo generado tras las elecciones se está disipando
ante la dificultad de PSOE y UP de ponerse de acuerdo en la negociación de
gobierno.
“Somos muchos quienes
estamos preocupadas y preocupados por los desahucios que no cesan, por la
precariedad laboral, por el precio del alquiler, por la pobreza infantil, por
la ley mordaza y sus limitaciones a la libertad de expresión y creación, por la
brecha salarial entre hombres y mujeres, por la violencia de género, por la
crisis social y ecológica, por la creciente desigualdad entre quienes más
tienen y quienes tienen menos, por los derechos LGTBI, por la cultura, la
sanidad y la educación y por las crisis territoriales.
“Somos muchos quienes creemos
que es urgente ponerse a trabajar. La ciudadanía expresó a través de sus votos
un mensaje claro que obligaba a los partidos a entenderse. Nadie obtuvo mayoría
suficiente como para gobernar en solitario y encuestas posteriores insisten en
que la gente prefiere que haya acuerdos entre progresistas. Es el momento de
pactar, entenderse, ponerse de acuerdo. Es el momento de hacer política para la
ciudadanía.
“Firmamos esta carta
pública como ciudadanas y ciudadanos preocupados por el bien común. Quienes firmamos
esta carta pública expresamos nuestra profunda preocupación ante las
dificultades que se han presentado para dar curso a este mandato popular,
urgente y necesario.
“Más de dos meses después
de los comicios, y ya fijada la fecha para el debate de investidura, aún no se
vislumbra un acuerdo de gobierno entre las dos principales fuerzas de la
izquierda española. La amenaza de una repetición electoral pone en evidencia el
limitado avance de las negociaciones.
“¿Por qué asumir el
enorme riesgo de unas nuevas elecciones que podrían revertir el progreso
democrático alcanzado en abril y abrir la puerta a la extrema derecha? No
existe ningún bloqueo numérico ni ningún empate catastrófico que justifique
poner sobre la mesa nuevos comicios. No hay ningún argumento razonable que
valide la renuncia a gestionar el resultado de unas elecciones que han abierto
la posibilidad a un gobierno que amplíe derechos construyendo nuevos horizontes
de igualdad y justicia social.
“Así, instamos a las dos
grandes organizaciones progresistas de nuestro país, PSOE y Unidas Podemos, a
que inicien de una vez por todas, con seriedad, generosidad y altura de miras,
desde el reconocimiento y respeto mutuos, la negociación de este gobierno
plural progresista por el que votó la ciudadanía española en abril. No queda ya
tiempo. El futuro de nuestra democracia nos lo exige”.
Pablo Iglesias renunció a formar parte del Consejo de Ministros.
El pasado viernes, Pablo
Iglesias renunciaba a formar parte del Consejo de Ministros y ofrecía a Pedro
Sánchez negociar el programa y los equipos de un Gobierno de coalición. Así se
lo trasladaba el líder de Unidas Podemos al presidente en funciones y candidato
a la investidura. “El PSOE dice que el único escollo que evita ese gobierno soy
yo. He estado reflexionando en estos días y no voy a ser la excusa para que el
PSOE evite ese gobierno de coalición”, afirmaba Iglesias, quien trasladaba así
la pelota al tejado del PSOE, a quien emplazaba a negociar un acuerdo
“integral” que incluyera programa y equipos. El secretario general de Podemos
aceptaba el “veto” impuesto por Sánchez y emplazaba a Sánchez a aceptar los
nombres de ministros. “Mi presencia en el Consejo de Ministros no va a ser el
problema siempre y cuando el PSOE asuma que no puede haber más vetos y que la
presencia de Unidas Podemos en el próximo Gobierno tiene que ser proporcional a
los votos, así como que la propuesta lógicamente la va a hacer Unidas Podemos”.
El líder de Unidas Podemos planteaba que Sánchez tendría que aceptar los
nombres que le ponga sobre la mesa a través de una negociación que pretende que
pilote Pablo Echenique. ·El principal escollo es Iglesias. Hablemos de la
participación de otros miembros de Unidas Podemos reconocidos”, expresaba
Adriana Lastra en una entrevista en RNE. No obstante, Sánchez sostuvo que los
ministros que se incorporasen al gabinete deberían ser “consensuados”.
Nils
Melzer, el relator especial de la ONU sobre la tortura, advierte que la salud
de Assange está “en estado crítico”.
Y del mundo de la
política nacional pasamos a la internacional. Hoy recordamos el caso de Julián
Assange, en la prisión británica de alta seguridad de Belmarsh. El relator
especial del Alto Comisariado para Derechos Humanos de la ONU, el suizo Nils
Melzer, logró en mayo obtener permiso para visitarle. Melzer, profesor de
Derecho Internacional en la Universidad de Glasgow, y dos reputados expertos
médicos, uno de ellos psiquiatra y el otro forense, reconocieron a Assange. El
31 de mayo, hace más de un mes, el relator divulgó las conclusiones del
peritaje médico realizado. “Como la mayor parte del público —explica Melzer—, yo fui inconscientemente
contaminado contra Assange por la incesante campaña de desprestigio orquestada
durante años, pero, una vez metido en los hechos de este caso, lo que encontré
me llenó de repulsión e incredulidad. Assange fue sistemáticamente calumniado
(como ‘violador’, ‘agente ruso’, ‘hacker’ y ‘narcisista’) para desviar la
atención de los crímenes que expuso. Una vez deshumanizado por el aislamiento,
el ridículo y la vergüenza, al igual que las brujas que solíamos quemar en la
hoguera, era fácil privarlo de sus derechos más fundamentales sin provocar
indignación pública en todo el mundo”. Llegamos así al dictamen del equipo de
Melzer sobre el trato infligido a Assange. “Es inequívoco… En veinte años de
trabajo con víctimas de guerra, violencia y persecución política, nunca me
encontré con un grupo de Estados democráticos compinchados para aislar,
demonizar y abusar deliberadamente a un individuo durante tanto tiempo y con
tanta despreocupación por la dignidad humana y la legalidad”.
Julián Assange, expuesto a 'torturas
psicológicas', dice relator de la ONU que lo visitó en cárcel.
Nils Melzer envió sus
conclusiones en forma de tribuna a los diarios australianos Sydney Morning
Herald, Camberra Times y a los habituales anglosajones de Europa y América,
Financial Times, The Guardian, The Telegraph, The New York Times, The
Washington Post, al semanario Newsweek y a otros. Ninguno de ellos publicó una
línea. Pero, en su día, todos ellos nos informaron con detalle de los
excrementos de Assange en las paredes de la embajada ecuatoriana en Londres, de
su patinete y de su gato. En España, los principales medios también ignoraron
por completo el asunto. El informe Melzer llegó discretamente a las ediciones
digitales de El Mundo y La Vanguardia (solo el primero mencionaba la palabra
“tortura” en el titular), con cero referencias en los demás. En los últimos
treinta días, la prensa española ha mencionado a Assange lo menos posible. En
la última cumbre del G-20, el primer ministro australiano (Assange es
australiano), el conservador Scott Morrison, no mencionó el caso Assange en su
entrevista con Donald Trump, manteniendo así la línea de su predecesora
laborista, Julia Guillard. El ministro de Exteriores británico, Jeremy Hunt, ha
definido el silenciado informe de los expertos de la ONU en tortura como
“acusaciones inflamatorias”. Julian Assange es el
disidente encarcelado número uno de Occidente, como Edward Snowden es el
exiliado número uno. Actualmente Assange está pendiente de ser extraditado por
el Reino Unido a Estados Unidos, donde se arriesga a una sentencia por
espionaje de hasta 175 años de cárcel en el tribunal del distrito Oeste de
Virginia en el que nunca un acusado por asuntos de “seguridad nacional” ganó el
caso y fue absuelto. La suerte de Assange es un retrato del mundo de hoy, del
pésimo estado de las democracias, del poder de la propaganda del establishment
y de la apatía de los movimientos sociales en Europa.
ONU, preocupada por posible extradición de
Assange a EEUU.
El ministro británico
para las Américas y Europa, Alan Duncan, reafirmaba el pasado lunes, tras una
reunión con el canciller de Ecuador, José Valencia, que el fundador de
Wikileaks, Julian Assange, no sería extraditado a ningún país con pena capital,
como reza el acuerdo que alcanzaron ambas naciones. En una rueda de prensa
conjunta, Duncan aseguró que Reino Unido está garantizando el debido proceso en
los casos que se siguen contra Assange y se está preocupando por su salud, para
luego garantizar que su país no permitirá que sea extraditado “a ningún lado en
donde pudiera enfrentarse a la pena capital”. El juicio de extradición a EEUU
de Assange empezará el 25 de febrero de 2020. En una rueda de prensa conjunta,
Duncan aseguró que Reino Unido está garantizando el debido proceso en los casos
que se siguen contra Assange y se está preocupando por su salud. Tras apuntar
que el activista australiano “rompió la ley” y que fue él quien escogió entrar
en la Embajada de Ecuador en Londres hace siete años, comentó que nunca estuvo “detenido
involuntariamente” y que era necesario sacarle de la sede diplomática para
llevarle “a un final feliz”. Ecuador revocó el asilo diplomático al fundador de
Wikileaks el pasado 11 de abril, y, desde entonces, se encuentra bajo el
control de la justicia británica, que le sentenció por vulnerar medidas
cautelares que le había impuesto en 2012. Assange se enfrenta a una posible
extradición a Estados Unidos, donde es requerido por un delito de difusión de
secretos, o a Suecia, donde se le investiga por supuestas agresiones sexuales. El
activista estuvo refugiado en la Embajada de Londres durante casi siete años,
pero en el último se produjeron varios enfrentamientos judiciales con Ecuador,
a quien demandó por una supuesta vulneración de sus derechos. “Fue una decisión
soberana del Estado ecuatoriano adoptada sobre la base de la ley ecuatoriana y
de los tratados internacionales que rigen el asilo diplomático”, explicó el
canciller. Lo que sí admitió es que Ecuador ha recibido preguntas de relatores
internacionales, las cuales —agregó— han sido contestadas “en debida forma”.
Assange apela la sentencia británica, tras 55 semanas en prisión
Rafael Poch escribe sobre
la juez que detuvo a Assange: “¿Se acuerdan de la jueza Emma Arbuthnot? Fue la
que declaró a Julian Assange extraditable a Estados Unidos tras una vista de 15
minutos en la que caracterizó al disidente occidental encarcelado número 1 como
“un narcisista incapaz de ver nada más allá de su propio interés”. Pues bien,
la prensa británica ha destapado un pequeño asunto que ilustra el ambiente que
rodea a esta magistrada. Su marido, Lord Arbuthnot, es un reputado reaccionario
que fue ministro de Defensa, acérrimo atlantista, con excelentes conexiones en
el Pentágono, que es quien manda en la persecución y calvario de Assange, y,
por supuesto, antiguo presidente del “grupo de amistad Reino Unido-Israel” en
el Parlamento de su país. Lord Arbuthnot fue entusiasta corifeo de Tony Blair
en la venta de las mentiras de la guerra de Irak y se le conocen sonadas tomas
de posición contra Edward Snowden, el disidente occidental exiliado número 1 y
el hombre que demostró la existencia de Big Brother y su encarnación en la NSA.
Pues bien, este señor resulta ser socio de una empresa de “inteligencia
económica” que tuvo como cliente a la empresa neoexplotadora americanoide Uber.
Resulta que el alcalde de Londres, Sadiq Khan, logró echar a Uber de su ciudad,
pero la empresa recurrió y ganó el pleito, por lo que su actividad vuelve a ser
legal en Londres, gracias a un fallo… de la jueza Emma Arbuthnot. La
independencia de esta jueza, experta en diagnosticar “narcisistas” en quince
minutos, ha quedado, así pues, en entredicho por la actividad de su marido a
favor de Uber, pero ¿y sobre Assange? ¿Tienen algo que ver los contactos y
servidumbres de su marido con su luz verde a la extradición? Después de todo,
los ministros de Defensa de Gran Bretaña son, por definición, aventajados
vasallos del Pentágono. La pregunta es retórica y la realidad, como suele
ocurrir, seguramente supera con creces todas nuestras ingenuas sospechas,
aunque de eso nos enteremos treinta años después.
Fotomontajes e imágenes
sorprendentes de esta última semana:
No
sabemos de dónde se saca que el veto de Sánchez es solo a Pablo Iglesias.
Cuando habla de “posturas políticas en conflicto” no son en exclusiva las de
Pablo. Son las de Podemos. Es surrealista y una pataleta de niñatillos del
PSOE. Pero a ver que inventan ahora en Ferraz.
Ya está aquí la Inquisición Española!
Francesc de Carreras, fundador de C´s, llama a Rivera “adolescente
caprichoso”. Manuel Conthe, ex-asesor de C´s, le llama “payaso”. Valls se
desliga por los pactos con VOX; Toni Roldán y Javier Nart se van por el giro a
la (ultra) derecha y Vázquez, candidato del partido en Asturias, dimite.
Ortega
Smith igual suelta un discurso de extrema derecha que apaga un fuego de un
contenedor ardiendo.
El Bombero Torero y sus arriesgados numeritos de los contenedores
flameantes.
Portada
de El Jueves, en conmemoración del 18 de julio.
Relaxing Cup of Tribunal de Cuentas. La Boca del Logo.
Pisando en blanco y negro.
Lo que respiran las ballenas.
La ciudad azul de Marruecos.
Otra presa a punto de romperse. Por José Francisco Tuca.
El velero Rafael Verdera, construido en madera, en 1841, en Ibiza. Es el
barco más antiguo de la flota española. Foto de Salvador Cánoves.
El humor, en la prensa de
esta semana: El Roto, Peridis, Vergara, Pat, Eneko, Atxe, Pedripol, Malagón…
Atraco en Logroño
La negociación continúa.
Última intentona.
Almeida, desautorizado.
Pat, de cabeza.
Y así son las cosas.
El mundo de Arrimadas.
El guardián.
No cabemos tutti.
Pedripol. Relaxing Cup of Tribunal de Cuentas.
Pep Roig, desde Mallorca: Algo raro en mi sopa, Es que… Que me devuelvan lo
votado, Todo queda en casa, Lo primero es lo primero, Política a la española…
En un sistema multipartidista, sin traiciones no hay pacto”, Eduardo Madina. Julio Anguita: "En España quienes mandan realmente son la banca en política económica" Iglesias anuncia que renuncia a estar en el Consejo de Ministros para un Gobierno de coalición
Las anécdotas de José Antonio Maldonado, el hombre del tiempo Un Polònia de cine
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