La hipocresía de Sánchez frente al Open Arms.

El Open Arms, ayer, crerca de la costa italiana. 

Héctor Pons, alcalde socialista de Mahón (Menorca), ha sido el primero en su partido en alzar la voz contra lo que ha estado haciendo Pedro Sánchez con el barco de Open Arms: nada. Pons ha anunciado que pone el puerto de la ciudad al servicio del Open Arms, y a Mahón como lugar de acogida para los inmigrantes que lleva a bordo. Además, ha dejado a Sánchez y su inmovilismo en evidencia al instar a su jefe de filas a tomar una decisión sobre el pasaje del buque. Pons reconoce que ésta “no es una cuestión fácil” ya que afecta a políticas internacionales. Y añade que “debería trazarse una estrategia a nivel europeo”. En Mahón, de hecho, hubo el pasado martes una concentración para reclamar una rápida respuesta.

Por su parte, el Gobierno del PSOE ha hecho caso omiso a las presiones para que lidere la respuesta a la crisis del buque de la ONG, e incluso a la petición de asilo para 31 menores que iban en él. Mientras que los alcaldes de Barcelona, Valencia, Cádiz o Palma, que no son del PSOE, ofrecieron su puerto para que el Open Arms desembarcara los inmigrantes, el ejecutivo socialista siguió de perfil. Ayer, el barco navegó hacia Lampedusa después de que la Justicia italiana hubiera cancelado la prohibición firmada por el ministro del Interior, Matteo Salvini que imponía multas a la ONG si el barco entraba en sus aguas. Ni el ministro del interior italiano ni ningún país europeo se había ofrecido a acoger la embarcación, que hoy está en aguas italianas. Momento en que España decide, finalmente, acoger a parte de los 147 migrantes que llevan 15 días en el barco. Seis países europeos acogerán a los migrantes del ‘Open Arms’: España, Portugal, Francia, Alemania, Rumania y Luxemburgo. Nuestro Gobierno participaría así en el sistema de reparto que coordina la Comisión Europea en un pacto del que formarán parte otros países, distribuyendo a los migrantes entre una decena de países, dependiendo del número de estados participantes. Y España podría acoger algo más del 10%.

En un mensaje al mundo, el capitán insistía ayer mismo: “Estamos a 30 millas de Lampedusa, nos vamos a acercar más y vamos a entrar en aguas territoriales italianas”. Pero el desembarco de los 147 migrantes dependerá de la decisión de Salvini, que insiste en su decisión.  Puede que se presente un problema si, una vez llegado a tierra firme, el mandatario no permite descender a los tripulantes. El pasado mes agosto de 2018, el mismo ministro de Interior mantuvo retenidos durante más de cinco días a un centenar de migrantes frente a las costas de la ciudad de Catania, en Sicilia. Pero la Justicia italiana ha cancelado sólo la prohibición contra Open Arms, por lo que sigue vigente el decreto de Salvini, que impone sanciones económicas a cualquier ONG con migrantes a bordo que entren, naveguen o atraquen en aguas territoriales. Y Matteo Salvini reiteró que, en las próximas horas, volverá a firmar una negativa para que el barco Open Arms pueda desembarcar en Lampedusa.

“Yo no me rindo, y resisto ante esta vergüenza”, declaró el líder de la Liga, lanzando un mensaje de advertencia a sus rivales políticos, ahora que el país parece encaminarse a elecciones anticipadas forzadas por él mismo. En busca de una solución, el fundador de Open Arms se reunió el miércoles en Madrid con el embajador de Alemania en España. Entre las peticiones del fundador de Open Arms, estaba la mediación para crear “un eje reforzado” de los tres Estados: Alemania, Francia y España, para el tema de la “plataforma de desembarco” de los rescatados, tanto los del Open Arms como los del barco de MSF o para futuros rescates. Tras el encuentro, Camps aseguró que lo ideal es que haya “un mecanismo perpetuo, que no tengamos que esperar 10, 12, 15 ó 17 días a que se pongan de acuerdo y se repartan las personas rescatadas”.