Los toros de Osborne, símbolo que la derecha hace suyos, son de un “comunista y republicano”.
En 1957, aparecen al lado
de las carreteras la primera serie de ejemplares de Toros de Osborne según el
prototipo emplazado un año antes en Cabanillas para promocionar el brandy
insignia de la histórica bodega. Décadas después, la popular silueta que, por
encargo de Osborne, ideó el publicitario Manolo Prieto (1912-1991), llegó a
plantarse al lado de cientos de carreteras de todo el país, alcanzando los 500
ejemplares. Manuel propuso la silueta de un toro bravo desafiante, como signo
de la cultura mediterránea de ascendencia mitológica e histórica. Con alguna
reticencia, en Osborne aprobaron el diseño y el toro de Prieto apareció, además
de en las carreteras, en etiquetas, cartelerías y luminosos. El primer toro se
echó a la carretera en mayo de 1957, en el kilómetro 55 de la carretera
Madrid-Burgos a su paso por Cabanillas de la Sierra. Y se convirtió en “punto
de encuentro, lugar de unión y entendimiento entre comunidades”, además de “un
icono del diseño español reconocido internacionalmente”, explica el presidente
de la Fundación Osborne, Tomás Osborne Gamero-Cívico, en el prólogo de un libro
conmemorativo, editado por la Fundación
Santa María la Real del Patrimonio Histórico, con sede en Aguilar de Campoo
(Palencia). Dedicado “a todos aquellos para quienes la tolerancia es su guía”,
esta publicación resume la genealogía histórica del Toro de Osborne con
fotografías de Pau Barroso y textos del historiador Jaime Nuño, director del
Centro de Estudios del Románico de la Fundación Santa María la Real. En un año,
la camada se amplió hasta quince ejemplares y la cabaña se multiplicó en los
años sesenta hasta sumar medio millar de siluetas en las carreteras de una
España, entonces en plena efervescencia del turismo, lo que contribuyó a su
identificación y proyección como seña de identidad del país entre los
extranjeros.
Primer toro de Osborne instalado en la carretera, a su paso por
Cabanillas (Madrid).
En 1962, la normativa
estatal de carreteras hizo que el morlaco del asfalto se alejara de las rutas
para no distraer a los conductores, pero lejos de repucharse, se vino arriba,
al ocupar lugares más alejados y crecer en tamaño para compensar el necesario
alejamiento de la vía. De los cuatro metros y la madera, se pasó al metal,
alcanzando los catorce de altura y con un peso de hasta 5.000 kilos, soportados
por cuatro torretas metálicas ancladas en zapatas de hormigón. En 1972, The New
York Times Magazine lo puso en la portada, ilustrando un reportaje sobre la
España del tardofranquismo, y, en 1987, la nueva Ley de Carreteras lo alejó aún
más de la red viaria. Pero, un año después, se convirtió en una larga cambiada
gracias a la declaración del Toro de Osborne como “Bien de Interés Cultural”
(BIC) por parte de la Junta de Andalucía, atenta al quite para evitar el
cachetazo definitivo. La publicidad del brandy desapareció de su anatomía, el
astado fue indultado y asumió la condición de mito, una categoría de icono
gracias a los descendientes de Thomas Osborne Mann, natural de Exeter (Reino
Unido), quien, a finales del siglo XVIII, se estableció en El Puerto de Santa
María con un negocio de exportación de vinos. En 1994, el Gobierno central, al
interpretar como publicidad subliminal la figura del animal, pese a no tener
ningún añadido gráfico ni rotulado, impuso una multa de un millón de pesetas a
la firma bodeguera. Pero, el Tribunal Supremo, en una sentencia de 1997, zanjó
el asunto al afirmar que la silueta, con el tiempo transcurrido, “ha superado
su inicial sentido publicitario y se ha integrado en el paisaje”, y consideró
que debe prevalecer, como causa que justifica su conservación, “el interés
estético o cultural que la colectividad ha atribuido a la esfinge del Toro”. Y
el fotógrafo Pau Barroso, en un trabajo de campo que ha durado varios años,
captó con su cámara los 88 ejemplares dispersos por la geografía viaria en 36
provincias de quince comunidades y la ciudad autónoma Melilla, todo el
territorio nacional menos Cantabria y Ceuta.
Hubo también una película
de Bigas Luna, Jamón Jamón (1992), en la que sus protagonistas, Penélope Cruz y
Javier Bardem, desarrollaban su asilvestrada relación bajo la constante silueta
del torazo, que acababa perdiendo sus testículos. Por casualidad, el artista
Keith Haring conoció la ya famosa silueta del toro en 1983 y decidió decorarla
para la muestra “La imagen del animal”. Una copia de su obra luce ahora en Toro
Gallery, a pocos pasos de dos recientes vestidos diseñados por Juan Duyos y
Miguel Palacios. El ísicónico animal hace tiempo que dejó de ser solo un logo
más. En la mencionada galería se identifican los 94 toros de Osborne que se
conservan en España (más los seis que hay en México y otro más en Copenhague).
Buena parte de ellos, como los de Andalucía, están protegidos por su interés
paisajístico y cultural. Algunos son ya hasta “Bien de Interés Cultural”. Sin
embargo, eso no les libra de sufrir alteraciones. Como reconoce Iván Llanza,
comisario de la muestra, el de Islas Baleares es famoso “por mudar mucho de
piel”, como cuando acabó pintado con la bandera arcoíris. Otros, como el de El
Bruc, (el único de Cataluña) tienen el triste historial de ser de los más
atacados, al vincularse con el nacionalismo y el toreo. Pero Llanza lo deja
claro: “Nosotros no queremos filiaciones políticas. Nuestra única vinculación
buscada es con la cultura”.
Toro, españolizado por la derecha.
“España —escribe Juan Luis Valenzuela en El Plural.com del pasado domingo (que
reproducimos a lo largo de estas páginas)— es un país donde la apropiación de
símbolos, imágenes y banderas, que deberían ser de todos, es muy común. Unas
veces, por dejación de algunos o falsos pruritos ideológicos, y otras, por
acaparamiento y exhibición hasta la extenuación de otros. Lo cierto es que
estos símbolos, como la bandera nacional, se atribuyen ignorantemente a una
facción. Esto, que es así en el caso de la enseña nacional visible en correas
de relojes, lacitos o pulseras, ocurrió, de otra manera y con otras fórmulas,
con el famoso Toro de Osborne, presente en multitud de lomas y montículos de la
geografía nacional, habitualmente al paso de alguna carretera nacional y
visible por los ocupantes de los turismos que por éstas circulan. La derecha,
desde un principio, usó esta imagen como representación de lo taurino, de la
que denominan la ‘Fiesta Nacional’ con la que determinados sectores de la
izquierda no comulgan, aunque no sea esa una posición común entre los
dirigentes (véase la vicepresidenta Carmen Calvo o el número dos del PSOE, José
Luis Ábalos, muy aficionado e hijo del torero Heliodoro Ábalos, ‘Carbonerito’).
Posteriormente, a la imagen del toro de Osborne se le añadió la bandera
nacional con lo que la fusión enseña y ‘fiesta nacional’ sirvió y continúa
sirviendo como icono de la derecha más rancia”.
Llavero con toro colgando.
“Y es que —prosigue J. L.
Valenzuela—, en muchos casos, esa bandera con el
toro se convierte en algo racial o de pureza de ideas españolistas al
transformar el blasón rojigualda constitucional en un icono propio de estos
sectores fuertemente derechistas. Se trata de un uso anómalo y más ideologizado,
sobreimpreso en la bandera de España como un escudo que sustituye al
constitucional. En otros casos, la imagen del toro de Osborne se halla en
muchos ámbitos de la vida diaria como en pegatinas de las traseras de los
coches o en camisetas, gorras, llaveros, ceniceros, postales, azulejos,
posavasos, etcétera…
El desconocido toro “republicano” de
Osborne.
“Pero, los miles y miles ‘utilizadores’
del toro de Osborne como elemento de autoidentificación ‘nacional desconocen
que sus orígenes, y, en definitiva, lo más importante, la autoría de la imagen
y su dibujo, pertenecen al relevante pintor anteriormente mencionado, Manuel
Prieto, especializado en grandes carteles artísticos, destacado republicano y
miembro activo del Partido Comunista de España”.
Familia de Manolo Prieto a su llegada a
Madrid.
Prieto nació en el
gaditano Puerto de Santa María (patria chica de otro gran artista también
republicano y comunista, Rafael Alberti) un 12 de junio de 1912 y falleció en
Madrid el 5 de mayo de 1991. Originario de una familia muy humilde como lo
demuestra que tuvo que vender la bicicleta que le había regalado su abuelo para
comprar colores. Gracias a ellos hizo dos exposiciones y, con lo que ganó, a
los 18 años, pudo marcharse a vivir a Madrid para seguir trabajando y mantener
a su familia. Una agencia de publicidad española puso sus ojos en sus valores
profesionales y lo fichó como director de arte y es ahí, en Azor Publicidad,
donde crea el diseño y boceto para la valla publicitaria que Osborne deseaba
ubicar en las carreteras españolas. Eso fue en 1954 y, muchos años después, el
periodista y exdirector adjunto de El País, Lluis Bassets, así lo calificaba: “El
toro es la mejor valla publicitaria que existe, el acierto más pleno de todos
los tiempos, en lo que se refiere a publicidad exterior”.
Exposición de Manolo Prieto en el Museo
Nacional de Artes Decorativas (24 de marzo al 22 de octubre de 2017)
Cuenta J. L Valenzuela en
ElPlural.com que a Manolo Prieto se le debe un número ingente de ilustraciones
de los diarios republicanos Altavoz del Pueblo y El Sol, publicados en plena
Guerra Civil para animar y alentar a los soldados fieles a la II República y a
la población opuesta a los golpistas franquistas. En este fue el director de
arte del periódico publicado para las tropas del V Cuerpo del Ejército
Republicano. Dotado de una potente creatividad artística, Prieto plasmaba su
obra en distintos soportes, pero muy especialmente en la cartelería. Para
muchos se trataría del “Toulouse-Lautrec español” además de “rojo”.
Otra obra de Manolo Prieto, en Azor
Publicidad: Póster para Iberia, de 1972.
Prieto recibió
condecoraciones del lado republicano por su labor y por haber sido prisionero
de guerra. Sobreviviendo como pudo en la España de posguerra y siempre temiendo
ser denunciado por su pasado, recibió algunas ayudas de la Cámara de Comercio
Alemana que le encargó algunos trabajos. Posteriormente, y dada su valía
creativa, la Embajada de Estados Unidos lo contrató durante unos años. “España —dice
Valenzuela— es un país donde la apropiación de símbolos, imágenes y banderas,
que deberían ser de todos, es muy común. Unas veces, por dejación de algunos o
falsos pruritos ideológicos y otras, por acaparamiento y exhibición hasta la
extenuación de otros. Lo cierto es que estos símbolos, como la bandera nacional,
por ejemplo, se atribuyen ignorantemente a una facción. La derecha, desde un
principio, usó esta imagen como representación de lo taurino, de la denominada
por ella, la ‘Fiesta Nacional’.
“Y es que, en muchos casos, esa bandera con el toro se convierte en algo racial o de pureza de ideas
españolistas al transformar el blasón rojigualda constitucional en un icono
propio de estos sectores fuertemente derechistas. Se trata de un uso anómalo y
más ideologizado, sobreimpreso en la bandera de España, como un escudo que
sustituye al constitucional. En otros casos, la imagen del toro de Osborne se
halla en muchos ámbitos de la vida diaria como en pegatinas de las traseras de
los coches o en camisetas, gorras, llaveros, ceniceros, postales, azulejos,
posavasos… Pero lo que, con toda seguridad, desconocen quienes utilizan al toro
de Osborne como elemento de autoidentificación ‘nacional’ son sus orígenes, y
en definitiva lo más importante, la autoría de la imagen y su dibujo,
pertenecen a Manuel Prieto, especializado en grandes artísticos carteles,
destacado republicano y miembro activo del Partido Comunista de España”.
Pero la obra de Manuel
Prieto no se reduce a la creación del toro de Osborne. Y en más de una ocasión
expresó su decepción porque, después de lo mucho que llevaba realizado en
materia artística, de los muy distintos registros que había tocado dentro de la
creación plástica, había terminado siendo conocido, generalmente, como el autor
del toro en la carretera. Se trata de uno de los artistas que más destaca
especialmente en el campo del cartel publicitario. Una de las facetas más
desconocidas de su carrera es la de medallista, labor a la que dedicó buena
parte de los últimos años de su vida y donde cosechó enormes éxitos a nivel
nacional e internacional, con una producción ingente, de más de cien medallas y
placas. A partir de ahí, Manuel tuvo una vida muy prolífica en lo profesional
obteniendo más de cuarenta premios, concursos, galardones y reconocimientos de
ámbito nacional e internacional. Diseña y crea desde portadas de libros a
cartelería de fiestas y eventos taurinos, pasando por anuncios de productos de
todo tipo y llegando a colaborar con la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre
como escultor de medallas. Es este último campo sobresale como uno los
diseñadores más destacados de la medalla española del siglo XX. Su pasado
comunista y republicano, unido a la sombra que los toros de Osborne alcanzaron,
hicieron que Manuel no fuera reconocido por el inmenso trabajo de gran
diseñador gráfico que fue y por la obra numerosas que realizó. Para calificar
su trabajo vale esta frase que el mismo pronunció: “Toda obra de arte que se
expone, debe ser juzgada bien o mal, por lo que tenga de buena o de mala y sólo
a ella le corresponde su defensa”.
En febrero del 2015, bajo
el título “La tauromaquia de izquierdas”, Jaime Bravo escribía en la web “Pureza
y emoción, el portal taurino hecho por y para aficionados”, un artículo en el
que cuenta cómo socialistas, comunistas, anarquistas, independentistas y
republicanos, vivieron, disfrutaron y amaron la Fiesta Brava. Entresacamos
algunos párrafos de su artículo:
Lluis Companys, presidiendo una corrida de toros.
“¡Qué se me escapa la
vida por entre los alamares!, gritó desconsolado Alberti cuando 'Bailaor' segó
la vida de Joselito. ¡Hasta la Macarena vistió de luto esos días! Eran otros
tiempos. De poesía en los cafés. Picasso ya había empezado a jugar con el
cubismo. En los gramófonos sonaba 'El Relicario', que contaba la historia de
amor y el trágico final del torero Roque Miranda, y que se convertiría después
en una de las mejores coplas del cancionero español. Hemingway, prendado de
Pamplona y de sus Sanfermines, acababa de publicar 'The Sun Also Rises'. La
depresión económica había llevado al colapso a la Segunda República, Buñuel
rodaba 'Las Hurdes, tierra sin pan'. La 'Generación del 27' llevó a la
literatura española a su 'Edad de Plata', y el país, dividido entre una
amalgama de ideologías políticas. Y la Fiesta de los Toros, mal llamada con el
Franquismo 'Fiesta Nacional', siempre presente por encima de las circunstancias
políticas. Sólo un mes más tarde de declararse el Estado de Guerra, el 16 de
agosto, Lluís Companys, histórico líder de Esquerra Republicana de Cataluña,
presidió un festival en la Monumental de Barcelona a beneficio de las Milicias
Antifascistas, y los Hospitales de Sangre. Apareció en el palco con los acordes
de 'Els Segadors', y tras el arrastre del cuarto de la tarde, miembros de las
tropas populares hicieron incursión el ruedo. Ante esa coyuntura, Companys
aprovechó para soflamar al público; '¡Viva la guerra contra el fascismo!
¡Luchad por la libertad!'.
Che Guevara en Las Ventas.
“Orson veía con cierto
recelo su visita a España. Había apoyado a la República, y temía la represalia
franquista. Por suerte, el tratado con los Estados Unidos estaba en marcha como
maniobra política contra el ostracismo. Y así, Welles llegó a España en el 53.
Lo haría para no volver jamás. Se impregnó del ambiente de las ferias de
Sevilla y Jerez, el flamenco, y los toros, que serían el embrujo que le
atrapase de por vida, hasta el punto de confesarle al maestro Antonio Ordoñez,
que le gustaría enterrar sus cenizas en el pozo de su cortijo; 'Un hombre no
pertenece al lugar donde nace, sino a donde escoge morir'. Y así fue. ¡Que
tendrá la tauromaquia que atrapa con tanta fuerza! Pero no solo intelectuales y
artistas mostraron su fascinación por la tauromaquia. Desde Charles Chaplin a
James Dean, pasando por Ava Gardner y hasta el Che. Es muy conocida la foto del
guerrillero cubano en la barrera de la plaza de toros de Vistalegre, a la que
acudió con los hermanos Dominguín. Tan conocida como la anécdota entre Franco y
Luis Miguel Dominguín, cuando el dictador se acercó al maestro y le preguntó; 'Me
he enterado de que, entre tus hermanos, tenéis un comunista, ¿quién de los tres
es? A lo que el irrepetible y peculiar torero contestó con naturalidad; 'Los
tres, excelencia, los tres'.
José Tomás y Joaquín Savina.
“Socialistas, comunistas,
anarquistas, independentistas y republicanos, vivieron, disfrutaron, sufrieron
y amaron la Fiesta Brava. Hoy, partidos políticos muy vinculados históricamente
con la tauromaquia como el PSOE o el PCE, se han olvidado totalmente de ella, o
peor aún, la reniegan. Se olvidan de su pasado, de la 'Memoria Histórica' a la
que aluden, de aquellos toreros, novilleros, y subalternos 'rojos' que
lucharon, defendieron y hasta sufragaron en la clandestinidad franquista. Se
olvidan de nombres propios como el de José Luis Parada, el 'torero oficial del
Partido Comunista' que tantas tardes hizo el paseíllo con el puño en alto, o
los de 'Litri II', 'Fortuna Chico', y 'Parrita', que formaron en las filas de
la llamada 'Brigada de los toreros', en la 96 Brigada Mixta del Ejército
Popular. ¡Qué triste ver cómo te maltratan! Pero no es menos triste ver el
oportunismo del PP, que ahora asume el 'rol' de salvadores y defensores de la
tauromaquia, cuando ellos aprobaron junto al PSOE la ley que prohibía televisar
corridas de toros por Televisión Española. (…) Y mención especial merece el
actual abanderado de la Fiesta, José Tomás. El maestro dejó entrever su
ideología cuando en su vuelta a Madrid, no brindó ningún toro de su lote al
Rey, algo que sí hizo el resto de la terna. Nunca se ha pronunciado
públicamente, pero a su manera, siempre ha mostrado guiños hacia la izquierda.
También dicen que es ateo, que solo cree en sí mismo”.
1 Y terminamos esta primera parte con cuatro imágenes de Manuel Prieto Benítez. que se exhiben en su museo
personal.
Un ilustrador de vanguardia
Fotomontajes, frases sorprendentes e imágines de esta última semana:
Para Carmen Calvo, la
culpa es siempre de los otros.
Rescate… ¿de qué?
El PSOE no es izquierdas.
Es el partido IT.
Rosa Villacastín ha
convertido un mensaje sobre Pedro Sánchez en uno de los más retuiteados del
momento. Dice así: “Si @sanchezcastejon piensa que, dentro de dos meses, la
izquierda saldrá en masa a votarle, se equivoca. Debería hablar más con el
ciudadano de a pie en vez de con tanto asesor de guante blanco. Seis meses más
para nada, y el país paralizado. Madre mía, que locura”. Fue el pasado martes y
su mensaje se hizo inmediatamente viral.
Investidura de Díaz Ayuso. Fotón de @dani_duch para La Vanguardia.
Disfruten lo votado.
ElGobierno de Díaz Ayuso.
La deuda de Ayuso.
El próximo invitado al
programa de Bertín Osborne será su sentido del ridículo.
Fotos de 'LA CREMALLERA', La revista acida y picante.
Titiriteros en Siria. Cuando todo falla y el amor sobrevive.
Hay gente que solo quiere ver el mundo arder.
Mamáfrica Angela. El corazón tiene un solo color.
Carmen
Calvo dice que el Open Arms no tiene permiso para rescatar.
El humor en la prensa de
esta semana: Peridis, Manel F, Pat, Eneko, J. R. Mora, Vergara, Enrique, Atxe…
Presidenta.
Propuestas.
Protocolo.
Rescates.
G7
Trivial, el equipo de Diíaz Ayuso.
Pat. Algo estamos haciendo mal
Clavo ardiendo
Un Titanic en el Medietrráneo.
Dos no pactan si uno no quiere.
Volver.´
Multar al Open Arms
Cenita del G 7.
Pep Roig, desde Mallorca:
¿Y cuál es la diferencia?, Los poderes
del poder renovado y regentado,
Burripolítica, No saben, Sin remedio, Asociación de ciudadanos
cabreados…
Manolo Prieto. Detrás de un gran toro.
El incendio que arrasa la selva del Amazonas, considerado el principal pulmón vegetal del planeta, está avivando los temores a nivel mundial por su impacto devastador en el medio ambiente. El fuego se expande con especial incidencia en Brasil, pero afecta también a Bolivia.
¿Qué está pasando en el Amazonas?
Pink Floyd - High Hopes (Official Music Video)
Gentleman Jack | Tráiler (:60) (VOS) | HBO España
Dice que se entera de lo que opina cuando lo dice en voz alta, que a los políticos se les exige menos que a cualquier ciudadano, y que el público es sagrado. Habla y habla, y habla muy bien, pero lo que le apasiona es rocanrolear, y eso también lo ha hecho con nosotros.
Publicado el 8 feb. 2019
LATE MOTIV - El Gran Wyoming. “El relator” | #LateMotiv500.
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