jueves, 11 de septiembre de 2008

11 de septiembre. "Pigs in muck" (Cerdos en la mugre)



La demagogia es un arma demasiado fácil para atacar al contrincante. Harto está uno de ver cómo es utilizada por unos o por otros con la mayor desfachatez y soltura, especialmente en los medios de comunicación social que defienden “su verdad” o atacan el error ajeno. Veamos algunos casos.

“Financial Times” hacía, el pasado día 1, un balance de la economía portuguesa, italiana, griega y española, a las que se refería con el acrónimo de "cerdos". Se trata, según dicho periódico, de un apodo peyorativo, que refleja, en gran medida, la realidad de estas economías. "Hace ocho años –escribía el diario británico–, los cerdos llegaron realmente a volar. Sus economías se dispararon después de unirse a la eurozona. (...) Ahora los cerdos están cayendo de nuevo a tierra”. Añadía que el déficit por cuenta corriente afecta especialmente a España, Portugal y Grecia. Ante esta situación, indicaba que las medidas más evidentes, como la devaluación de la divisa o la recaudación de fondos del BCE, parecen complicadas y apuntan a una profunda recesión. "El indicio más dramático de ello puede apreciarse en España –editorializaba Financial Times–, donde el índice de desempleo aumentó casi un punto porcentual en el segundo trimestre”.

Posteriormente, el diario británico publicaba la carta de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom) en la que éstos expresaban su malestar por el artículo publicado. En la misiva, dirigida al director del periódico, la asociación, que agrupa a los responsables de prensa de las principales empresas españolas, señalaba que los calificativos utilizados "no pueden ser considerados como un juego de palabras poco afortunado ni una broma de mal gusto", ya que atentan contra la dignidad de sus ciudadanos, políticos y empresas. Denunciaba que el análisis hecho en ese artículo es “superficial”, “carece de rigor” y resulta “despectivo y denigrante”. Advertía, además, que las economías a las que el periódico se refería padecen dolencias "de origen exógeno en su origen", pero muy similares a las de EE.UU. o Reino Unido. Y recordaba que España es la octava economía del mundo a la que acuden muchos de los ciudadanos extranjeros para disfrutar de su jubilación, pasar unas vacaciones o divertirse los fines de semana. “Seguro que ellos tampoco sienten que aquí, en tierra española –concluye la Dircom con cierto ironía–, vivan entre la mugre”.

Otros comentarios de compatriotas que se defendían con uñas y dientes llegaron a la prensa. Acusaban a los británicos de venir a España a divertirse, borrachos y sin reparar en escándalos públicos, destrozando el mobiliario urbano y haciendo lo que en su país no se les permite hacer. “Vienen a España –decían unos– en donde dejan la pela y las autoridades miran a otra parte”. “El boom de la construcción –alegaban otros–, iniciado bajo Aznar, era una burbuja. España, no es la octava economía del mundo, sino la undécima. Las diez primeras son los EEUU, Japón, China, Alemanía, Rusia, Francia, Reino Unido, India, Italia, Brasil y luego España y Cánadá”. “Son los mismos que nos daban lecciones de moral –acusan los más afectados– porque la selección española de baloncesto se hizo una foto con los ojos rasgados para ir a Pekin. Esta es la moral anglosajona y su particular ley del embudo, ancha para ellos, estrecho para los demás”.

Por cierto, el gesto de los ojos rasgados fue interpretado en la web de “The Guardian”, como “irresponsable”, “inconveniente”, “insultante” y “racista”. La foto elegida podía interpretarse como un gesto racista. Los jugadores de la selección salieron al paso de las críticas defendiendo su gesto como un guiño cariñoso hacia sus anfitriones. Y Gasol pidió perdón a quienes se hubieran sentido ofendidos y declaró en "The New York Times": “Para mí fue una bobada por nuestra parte haberlo hecho”. No fue el único miembro de la selección que se pronunciara sobre el tema. El técnico, Aito García Reneses, quiso recordar las buenas relaciones de España con China y matizó que, con esa fotografía, sólo se pretendía hacer una broma. José Manuel Calderón aseguró que no había ninguna mala intención detrás de la imagen y que “no hay que mezclarla con otros incidentes que recuerda la prensa extranjera como los que tuvieron lugar en el circuito de Cataluña contra Lewis Hamilton”. Técnicos estadounidenses aprovecharon la fotografía de la selección para poner en tela de juicio la capacidad de Madrid para organizar los Juegos de 2016.

Aprovechando el momento, 'The Guardian' rescató del baúl de los recuerdos otros incidentes como los comentarios de Luis Aragonés sobre Thierry Henry o los insultos al piloto de Fórmula 1 Lewis Hamilton en el circuito de Montmeló el año pasado, cuando disputaba el campeonato con su compañero, Fernando Alonso.

1 comentario:

mda dijo...

Mientras leía los primeros párrafos estaba pensando en lo mismo que pone en lineas abajo, se les llena la boca a los que vienen a España a emborracharse y destrozar todo.

Sobre lo de la selección española de baloncesto, ¿qué poco sentido del humor tienen, no? Parece que estamos a la mínima para saltar gritando "racistas!!" en fin...