viernes, 8 de enero de 2010

El peligro de la sal contra la nieve.



Trabajadores de SELUR (Servicio Especial de Limpieza Urgente) llenan sacos de sal para paliar los efectos de la nevada. (Foto: Bernardo Díaz).

Una ola de frío y nieve afecta estos días a gran parte de España. En las carreteras españolas de competencia estatal de once comunidades autónomas (Aragón, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Madrid, Navarra, Comunidad Valenciana, Galicia, País Vasco, Asturias y Murcia) estuvieron ayer en alerta naranja por los riesgos importantes de nevadas. En todas ellas, se utilizan 600 máquinas quitanieves desplegadas en las carreteras españolas de competencia estatal, insuficientes para quitar tanta nieve y se aplica el uso habitual de 186 toneladas de sal y fundentes para derretirla. Con ellas intentan evitar males mayores para la circulación de vehículos y para los peatones. Una costumbre que en algunos países del norte Europeo han descartado por sus efectos negativos sobre los suelos, la fauna y la flora.

Los Verdes critican el uso de la sal contra la nieve, acción aparentemente inocua que llega a contaminar. “La Administración no sólo debería tener en cuenta el precio del producto, sino los daños derivados de su utilización –reconoce Florent Marcellesi, coportavoz de la Coordinadora Verde–. Es una irresponsabilidad medioambiental que miles de toneladas sean vertidas sin ningún control sobre las carreteras españolas, a veces sin necesidad, cuando son conocidos los daños que producen”. La Coordinadora Verde solicita al Ministerio de Medioambiente “un control riguroso de estos vertidos dañinos para el medio ambiente y un estudio de posibles alternativas en zonas de nevadas copiosas en las que el uso continuado y masivo del cloruro sódico está produciendo daños medioambientales. No se entiende que se vierta sal en espacios naturales protegidos sin control alguno”.

En algunos países del norte europeo desarrollados se ha desterrado el uso del cloruro sódico, en favor de otros compuestos menos perjudiciales, como el acetato de calcio de magnesio o el acetato de magnesio. Algunos países, incluso multan el vertido de sal común. Según Sonia Ortiga, de la organización ecologista, la salinización del suelo y del agua superficial y subterránea, así como sus consecuencias sobre la comunidad biótica, es “un tema lo suficientemente grave y extendido como para que la Administración no sólo tenga en cuenta el precio del producto con el que combatir las placas de hielo y la acumulación de nieve en las carreteras, sino que atienda simultáneamente a los daños que pueden derivarse de la utilización de un producto u otro. Daños que deberían encender las alarmas del Ministerio y originar una serie de instrucciones y recomendaciones para que sean cumplidas a niveles locales y regionales, incluyendo su utilización selectiva”.

La Coordinadora propone que allí donde la sal esté produciendo daños sea sustituida por productos alternativos más respetuosos con el medio ambiente, como el acetato de calcio magnesio o el acetato de potasio, una práctica que se viene haciendo en otros países desarrollados, algunos de los cuales llegan a multar con cuantías importantes el vertido de sal en el suelo. Y Julio Barea, responsable de la campaña de contaminación de Greenpeace, nos alerta de que la sal puede llegar a contaminar ríos y acuíferos e, incluso, afectar la fauna: “La sal se está utilizando en zonas arboladas, en puertos de montaña e, incluso, en zonas protegidas, y está produciendo una salinización de las aguas”. Recuerda que en países del centro y norte de Europa, donde las heladas y nevadas son continuas, está absolutamente prohibida porque es un contaminante más. Los ecologistas proponen que se use “puntualmente” y, ante nevadas y heladas prolongadas, se emplee una capita de grava natural o de arena, que también evita resbalones y luego sólo habría que barrer.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero... ¿donde está el meteco...? Se quedó en una buhardilla parisina y no sé más.....
chiflos

Santiago Miró dijo...

Aparece al pinchar "El meteco, Ben Azibi", en la Antología de Relatos que hay en la derecha de la página.