martes, 16 de agosto de 2016

Así trata el periodismo deportivo a las mujeres.



Un estudio reciente de la Universidad de Cambridge refleja como los medios de comunicación tratan de forma distinta la información deportiva según si el protagonista es un hombre o una mujer. Tras analizar 160 millones de palabras de diarios, blogs y redes sociales se puede comprobar que los hombres reciben tres veces más espacio o tiempo en la información deportiva que las mujeres y que, además, las palabras más usadas con ellas son “edad”, “embarazada” o “soltera”, mientras que los hombres son calificados como “rápido”, “fuerte” o “fantástico”. En las retransmisiones deportivas ellas son “las chicas” mientras que ellos son “los jugadores” o “el equipo”. Estas Olimpiadas de Río nos están dejando muchos titulares de periodismo deportivo que no se toman en serio a las mujeres.


“Paola Pliego, la sexy esgrimista mexicana que tiene una figura escultural”. Así fue presentada esta deportista: “la bella moracha de la espada”, cuando aún no se sabía si podría o no participar en los Juegos Olímpicos por verse envuelta en un escándalo con un doping positivo del que decía ser inocente. La esgrimista dio positivo en un control antidopaje en el Panamericano de la especialidad y quedaría fuera de la competencia. Ella negó estar involucrada en el consumo de estupefacientes para mejorar su calidad deportiva y puso a sus abogados a trabajar en el tema. 

En un artículo de Buzz Marca, se cosifica a esta deportista no hablando más que de su físico y no de sus hazañas en la competición. La presenta como “la belleza dominicana por la que nos encanta el volley”.  Y añade: “Ella es el foco de atención en el partido tanto por sus habilidades, como por captar la atención de media grada.  Es considerada una de las mejores jugadoras en su posición, y para el que no lo considere, es que no sabe de volley. Pero, sobre todo, le pedimos que siga subiendo fotos a Instagram, seguro que también se convertiría en una gran instagramer”.

Alex Morgan.

Días antes de dar comienzo los Juegos olímpicos, Clarín presentaba a Alex Morgan: “Tiene 27 años y juega al fútbol para Estados Unidos. Es delantera y marcó el gol en la final contra Canadá, en los Juegos de Londres 2012. Su bello rostro aparece en la portada del videjuego de fútbol FIFA”. Más ejemplos, en otros medios: “Dafne Schippers, holandesa de 24 años. Es especialista en pruebas de velocidad y en Río competirá en los 100m, 200m y 4x100m con relevo. En Europa se la conoce como la Princesa del atletismo”.  De Isidora Jiménez, abanderada chilena en los Juegos Parapanamericanos de 2015, se escribe que, “con apenas 22 años, ya posee una extensa trayectoria en el atletismo. Además de correr, estudia periodismo en Santiago”. De Milica Dabovic se dice: “Es una de las figuras del seleccionado serbio de básquet. A los 34 años, lidera el equipo, pero deslumbra por su belleza. En 2010, perdió una apuesta con un amigo y posó desnuda para una revista masculina alemana”. De Agustina Albertario: “Se dice que tiene solo 23 años y es una de las promesas del hockey argentino. Se sumó a las Leonas, en 2013, y su carrera fue en ascenso. Es delantera, juega en Lomas y su pasatiempo son correr y bailar”. De Yuliya Efimova Buzzz: “Es una nadadora rusa afectada por el escándalo del dopaje en su país que no participará en los Juegos de Río. A pesar de que creemos firmemente en la labor de la agencia internacional de dopaje y en el fair play, no estamos de acuerdo con la decisión de que Yuliya se pierda los Juegos. Sí, ya fue suspendida previamente por dopaje y sus records en Barcelona o su bronce en Londres tienen un señor interrogante… pero, eh, yo le creo. Y tú, también”. Dice que sabe divertirse, que es una cachonda mental”. A ella  le perdonan “hasta las sospechas de dopaje, y todo por ser así de guapa”.

       Teresa Almeida, guardameta de Angola.

    Marca habla de Teresa Almeida, guardameta de Angola. Dice que es  “una portera sin complejos”. Sorprende la agilidad de esta portera de balonmano, pero sobran los “emojis” finales del tuit de Marca. Dice que aficionados que acudieron a presenciar el Angola-Rumanía femenino salieron enamorados de la destreza de Teresa Almeida, la guardameta que jugó 59 minutos y cuyas acciones posibilitaron que el país africano derrotara (23-19) a la actual bronce mundial. “Especialmente inspirada en atajar los lanzamientos de nueve metros, tuvo un 34 por ciento de aciertos, pero lo que verdaderamente cautivó al personal fue su flexibilidad para el cuerpo que tiene. Almeida pesa 98 kg en un cuerpo de 1,70, unas proporciones que son infrecuentes en el balonmano de elite”. “A mí me gusta mi cuerpo’, dice la joven que lleva el dorsal 16 y el nombre en la espalda de BA, el apodo con el que todos la llaman en el equipo. “Siendo como soy, así un poco gordita y diferente al resto. Quizás tendré que ponerme un poco a dieta, seguramente, pero para entrar en el vestido de novia. Que me caso en diciembre”, añade sin complejos. Se autodenomina “la abanderada de la grasa” y, en el partido inaugural, “le bastaron 10 minutos para meterse al pabellón en el bolsillo. Sus paradas terminaron con un brazo tan reputado como el de Cristina Neagu, la rumana que fue la máxima goleadora del Mundial 2015. Y provocaron que, en los últimos minutos del partido, el pabellón se transformase en un pequeña Luanda cantando ‘yo soy angoleño, con mucho orgullo, con mucho amor’, en una adaptación de la canción que suele cantar la torcida en los Mundiales de fútbol”. 

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