domingo, 27 de diciembre de 2020

El Rey y las reacciones a su discurso navideño.

(Nota: una avería de Internet en mi zona impidió por unas horas la aparición de esta web. Un retraso involuntario subsanado en la mañana del domingo.)

El rey visita la exposición dedicada al que fuera presidente de la IIª República Manuel Azaña en la Biblioteca Nacional.

El pasado 17 de los corrientes, Felipe VI inauguraba en la Biblioteca Nacional, junto a varios miembros del Ejecutivo, la exposición conmemorativa sobre Manuel Azaña al cumplirse ochenta años de su fallecimiento. Un acontecimiento que no pasó desapercibido por nadie pese las especiales circunstancias que nuestra monarquía atraviesa en estos momentos. Una semana más tarde, el Rey Felipe VIº, tras los múltiples escándalos con los que se ha vinculado a su padre, Juan Carlos Iº, todo el mundo esperaba con atención el discurso del monarca esta Navidad. Con un Parlamento fragmentado y un partido explícitamente republicano en el Gobierno, en este caso, Unidas Podemos, el Congreso está muy lejos, aritméticamente, de articular una mayoría republicana capaz de forzar una reforma de la Constitución, pero sí tiene capacidad para presentar iniciativas,  pese a las dificultades presentadas para fiscalizar la actividad del Rey. El 15 de marzo pasado, sorprendentemente, la Casa Real hizo un movimiento que muchos interpretaron como la confirmación 'de facto' de algunas informaciones. A través de un comunicado, Felipe VI renunció a la herencia de su padre, “así como a cualquier activo, inversión o estructura financiera” que pudiera “no estar en consonancia con la legalidad”. En los últimos días del 2020 los españoles han visto desfilar en sus medios variadas sospechas de corrupción ligadas a la figura de Juan Carlos Iº. Su propio hijo, aprobó el alejamiento de su padre a Abu Dabi (Emiratos árabes) y no veía con buenos ojos el acercamiento del Emérito a España. Finalmente, Juan Carlos no regresó en Navidad a causa de la situación de la pandemia del coronavirus y su condición de persona de alto riesgo, según informó la Cadena COPE. Momento en que su hijo, el Rey Felipe, lazó su mensaje navideño, el más visto desde que hay registros (1992), con 10.760.000 espectadores y un 71% de cuota de pantalla, según datos de Kantar Media, ofrecidos por Barlovento Comunicación. ¿Satisfacción generalizada de los españoles o pura y simple curiosidad de los mismos?

Felipe VI inauguró la exposición sobre Manuel Azaña en la Biblioteca Nacional entre gritos de 'Viva el Rey'.

Mientras tanto, la exposición de la IIª República seguirá abierta en la Biblioteca Nacional hasta el 4 de abril del 2021, repasando la vida de quien fuera presidente de la misma entre 1936 y 1939, cuando se cumplen 80 años de su muerte en el exilio, en Montauban (Francia), en noviembre de 1940. En concreto, la muestra pretende dar una “imagen completa” de Azaña en sus dimensiones “humana, intelectual y política”. Quiere así subrayar, junto a su labor política, “su condición de intelectual de prestigio, así como las duras condiciones de su exilio, que concluyó con su fallecimiento en la ciudad francesa, donde su recuerdo sigue presente ochenta años después”, según se explica en la Biblioteca Nacional.  

Hugo Martínez Abarca, licenciado en Filosofía por la Universidad Autónoma de Madrid y en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

El pasado jueves, el mismo día en que el Rey pronunciaba  su esperado discurso, Hugo Martínez Abarca, diputado autonómico de Más Madrid, escribía en Cuartopoder.es, la siguiente carta abierta a Felipe VIº: “Señor (creo que es éste el tratamiento protocolario que corresponde a Su Majestad), en el día de su discurso de Nochebuena, me he permitido escribirle estas líneas en las que, humildemente, le aconsejaré que incluya en el mismo algunas reflexiones y compromisos que le harán mucho bien a la institución que usted encarna. Es una institución cuya existencia creo que hace daño a España, porque estoy bastante convencido de que no dirá lo que le pido... Creo, sinceramente, que sería usted muy inteligente haciendo más caso a los republicanos españoles que a los pelotas que retuercen las instituciones, la ley y, sobre todo, la razón, creyendo que así protegen la Monarquía cuando, Señor, lo que hacen es hundirla más. En estos meses, por ejemplo, los partidos cortesanos se han saltado la legalidad y la doctrina del Tribunal Constitucional no sólo para impedir la investigación de los negocios de su padre, el rey Juan Carlos. También han impedido que se debata una Ley para clarificar y delimitar el sentido constitucional de la inviolabilidad de su puesto, para que su persona esté al margen de los tribunales sólo por aquellos actos que no dependen de su voluntad, sino que le son impuestos (y por eso refrendan otros cargos públicos que sí son responsables). Es una interpretación perfectamente coherente con la Constitución y en tal proposición se le mantenía a Usted aforado ante el Tribunal Supremo, fíjese qué detalle. Pero los partidos que dicen apoyarle a Usted se negaron siquiera a tramitarla, transmitiendo la terrible sensación de que Usted, como su padre, podría tener problemas si sus actos privados estuvieran sometidos a la Ley como los de cualquier ciudadano. Otra Ley que ni siquiera se ha podido debatir (como la anterior: a propuesta de Más País y Compromís) fue la que proponía que Usted, en tanto que cargo público, tuviera la misma transparencia que se exige en España a todos los ministros, diputados nacionales y autonómicos, senadores, concejales… Verá, cada uno de nosotros tiene que publicar su patrimonio y sus actividades económicas, así como su agenda: no la privada sino, por ejemplo, las reuniones que tengamos con colectivos, empresas, agentes sociales, civiles o políticos… Pero, Majestad, quienes dicen que lo apoyan también vetaron que usted tenga la misma transparencia que cualquier cargo público, deslizando así la sospecha de que le perjudicaría enormemente que conociéramos su patrimonio y actividades, como si Usted tuviera un patrimonio tan oscuro como el que se labró su padre; como si Usted tuviera más actividad económica que el desempeño de la Jefatura del Estado”.

Don Juan Carlos pide perdón por su viaje de caza den Botsuana.

“No le hacen ningún favor los partidos cortesanos, dando la impresión de que a Usted le haría tanto daño instalarse en la legalidad y la transparencia como cualquier otro cargo público español. Sus supuestos apoyos parecen convencidos de que Usted está inmerso en la misma mugre por la que su padre gobernara… con el apoyo de esos mismos cortesanos. Por eso creo que no debería desaprovechar la ocasión que le da su discurso de hoy para romper con esa sospecha en la que su corte le encierra. Porque, aunque consigan que la Ley no le imponga ciertas incompatibilidades económicas ni le obliguen a acabar con la extrema opacidad en la que sigue la Casa Real, no han logrado que tenga prohibida la trasparencia y esas incompatibilidades. Le aconsejo lealmente que no sólo aproveche el discurso de hoy para la retórica hueca heredera de aquel “lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir”. Sinceramente, hay muy poca gente que piense que, porque le quiten a su padre un título honorífico o lo hayan mandado a un hotel de lujo de una dictadura corrupta, tenemos garantizado el final de décadas de corrupción en la Zarzuela. A mí, la verdad, me da igual el título que ostente el rey Juan Carlos (para mi generación él siempre será el rey); y su estancia al calor de las dictaduras árabes me resulta más obscena que ejemplar. Sería mucho más relevante que le exigiera a su padre que trajera a España todo su patrimonio: cuentas, sociedades, fundaciones de las que Usted mismo dio noticia. Que explique detalladamente el origen de su fortuna. Y que entregue a la hacienda pública (esto es: a España, a los españoles que tanto lo necesitan) hasta el último céntimo de origen ilegal que haya en su patrimonio (esté a su nombre o al de testaferros, sean éstos primos, amantes, ex amantes, militares…). 

“Por su parteinsiste Martínez Abarca, Usted podría hacer hoy una serie de anuncios. Debería anunciar una obviedad: que ni el Jefe del Estado ni ninguno de los miembros de la Casa Real tiene ni puede tener más actividad económica que la que se recompensa con su (importante) sueldo; que el Jefe del Estado y todos los miembros de la Casa Real y sus altos cargos se someten a las mismas exigencias de transparencia que el resto de cargos públicos de España. Que, por tanto, hará público inmediatamente su patrimonio, despejando toda sospecha sobre que la tenencia de cuentas, fundaciones y sociedades ocultas también se hereda, aclarando por fin que usted tiene todos sus bienes y capitales en España, a la vista de Hacienda, tributando para todos los españoles, como todos los españoles. Nada le impide hacerlo ya mismo. Si tiene algún mensaje que dar a los partidos políticos le aconsejo uno: que regulen de una vez la Corona como sucede con todos los demás órganos constitucionales. Que siga sin existir una Ley Orgánica de la Corona es una prueba más de que la institución que han encarnado su padre y Usted sigue siendo una anómala institución en España. Pida Usted que los actos privados, de los que Usted es moralmente responsable, estén sometidos a la legalidad y a los tribunales. Sería, por cierto, la única forma de poder reclamar la presunción de inocencia si alguna vez alguien le acusa falsamente de algún delito como ha sucedido con su padre (…) Señor, yo soy republicano. Creo que España necesita un nuevo andamiaje institucional para modernizarse. Que la monarquía que inició su padre y ha encarnado él y Usted mismo siempre ha estado al lado de los empresarios del petróleo, del ladrillo; de los obispos que frenaban nuestras libertades; de una visión de España de cerrado y sacristía. Que pudo tener utilidad hace 45 años, pero hoy es otro de los problemas que impiden a España ser una nación próspera, moderna, ejemplar y europea. Entonces, ¿por qué le ofrezco humildemente unos consejos que creo que beneficiarían tanto a la Monarquía? Por una razón, Señor, que está en su mano desmentir esta noche: porque estoy convencido de que cualquier monarca parlamentario de Europa no tendría ningún problema en hacer estos anuncios (muchos llevan años con esas prácticas) pero Usted, por poderosas razones, no seguirá mi consejo”.

Mañana, España será republicana.

La prestigiosa socióloga y filósofa, Marina Subirats, explica a Público que, a día de hoy, el debate real que se está dando en la esfera pública española es “el de las dos Españas de siempre: una que quiere avanzar en la democracia, en la igualdad, en la apertura al mundo, y otra que teme perder sus posiciones y sus privilegios, y para ello se cierra a todo cambio, reclamando el pasado, la España eterna imaginada como poderosa que todavía se sueña y se invoca para frenar la igualdad”. Subirats recuerda que “la monarquía fue casi siempre una pieza fundamental de este tablero” tanto para la derecha como para la ultraderecha, que han utilizado a la institución como “emblema de su dominio”. El momento republicano, en opinión de Subirats, continúa estando lejos. La directora del Instituto de la Mujer, entre 1993 y 1996, considera que “actualmente el proyecto republicano no está construido. Para que pudiera avanzar se necesitaría una etapa de confluencia de los diversos proyectos, de capacidad de negociación y cesión. Y hoy, lamentablemente, estamos en las antípodas de esta situación”, sentencia Subirats. Alejandro Torrús, en “España, mañana ¿será republicana”, escribía en Público el pasado 21 de diciembre: “La situación en la actualidad, por tanto, es la de una monarquía fuera del control del Congreso y salpicada por escándalos de corrupción y de una ciudadanía dividida ante una posible república. La encuesta de 40dB, impulsada por 16 medios independientes, señalaba que un 40,9% de la ciudadanía apoyaría la república en un referéndum frente a un 34,9%, que lo haría por la monarquía. El resultado final, por tanto, dependería del 24,2% que, hoy por hoy, asegura que no acudiría a votar al referéndum, que no sabría qué votar o que lo haría en blanco. Sin embargo, tal y como aprecia Subirats, no está nada claro en qué consistiría el proyecto republicano. En 1931 fue posible el cambio de régimen por la soledad del monarca Alfonso XIII y por la acción decidida de republicanos, socialistas, nacionalistas y monárquicos sin rey que ofrecía al país un proyecto de futuro, unas reformas (como la agraria, la educativa o la religiosa) que daban al país un horizonte reformista y de futuro del que carecía la monarquía”. 

Marina Subirats: “Todo lleva a pensar que arrastraremos penosamente una monarquía obsoleta durante mucho tiempo, y que algún día, como ocurrió en 1931, caerá sin esfuerzo de puro anacronismo”.

Torrús reconoce que un reconocido pensador intelectual explica a Público que “hay dos condiciones imprescindibles para acercarse al momento republicano que todavía no se han dado del todo. Por una parte, que salieran a la luz comportamientos tan poco éticos por parte de Felipe VI como los realizados por Juan Carlos I, de tal manera que la presión sobre el monarca se intensificara no solo por las izquierdas sino también por parte de las derechas e incluso por actores internacionales. Este hecho todavía no ha sucedido. Por otro lado, una alianza de partidos políticos que se alejara de análisis políticos utópicos y de difícil plasmación y se uniera en un proyecto definido y acotado que diera soluciones a los problemas de la ciudadanía española. ‘Hay que estar preparados’, explica este intelectual, que pone como ejemplos de análisis políticos ‘utópicos o fuera de la realidad’ aquellos que, como en la Transición, quisieron dejar fuera de su ejercicio intelectual el papel y el poder que detentaban poderes fácticos como Ejército, Iglesia, comunidad internacional o élites financieras y económicas”. Este intelectual viene a responder a algunas de las propuestas que se han lanzado en los últimos tiempos para llegar a una república federal a través de diferentes consultas de autodeterminación en las nacionalidades históricas. ‘Seamos realistas. Mientras España esté bajo la esfera de influencia de una única potencia internacional, como es ahora mismo Estados Unidos, cualquier proyecto de autodeterminación no va a ser permitido en España por los poderes fácticos, ni en el extranjero por las diferentes potencias’, subraya... Ante esta situación, Marina Subirats, por ejemplo, señala que ‘todo lleva a pensar que arrastraremos penosamente una monarquía obsoleta durante mucho tiempo, y que algún día, como ocurrió en 1931, caerá sin esfuerzo de puro anacronismo”.

Ignacio Escolar: “Otro error del rey de la derecha”.

Ignacio Escolar, director de Eldiaio.es, escribe que Felipe VI perdió esta Nochebuena otra oportunidad: la de pedir disculpas y ofrecer explicaciones, ya que su padre y predecesor en el cargo no lo hace. “Y el rey ya acumula varios errores similares; sorprende que nadie en su entorno más cercano se los señale. Dudo que España vaya a ser pronto una República. Hace falta una mayoría de dos tercios en el Parlamento que ni existe ni parece que vaya a existir a corto plazo, incluso si el PSOE cambia de criterio y deja de ser el principal sostén de la monarquía en España. Sin el apoyo de la derecha, es imposible una reforma constitucional que modifique la jefatura del Estado. Y no: por mucho que lo repitan algunos medios, el Gobierno de coalición ni tiene una agenda oculta para tumbar al rey ni tiene posibilidad alguna de lograrlo, si ese fuera su objetivo. No habrá pronto otra república. Pero también dudo que una monarquía pueda cumplir su función constitucional de representación de todos los españoles, o incluso sobrevivir a largo plazo, si es la jefatura del Estado de solo una parte del país. Hay tres Españas, no dos: la izquierda, la derecha y la España periférica. Y el rey se apoya solo en una de ellas. Ese es hoy el principal problema que padece la monarquía en España, y cuyo origen está en las trapacerías del rey emérito. Son actos de los que, por ahora, no se puede responsabilizar a Felipe VI –aunque sea difícil de creer, como con Cristina de Borbón, que el rey no se enterara de lo que pasaba en su propia familia–. Pero lo que sí es responsabilidad directa del actual jefe del Estado es su falta de actuación para frenar la asimilación de su figura por parte de la derecha. Lo que calla el rey, ante quienes hablan en su nombre o le usan como ariete contra el Gobierno”.

 Rosa Paz, comité editorial de El Periódico.

Rosa Paz, escribe el artículo “Una oportunidad perdida”: “El de hoy era para Felipe VI un discurso difícil, pero los ciudadanos hubieran agradecido una mención crítica y más explícita a la situación del rey emérito. No tiene muchas ocasiones el Rey para dirigirse a la ciudadanía, salvo que lo haga de manera extraordinaria y les dé a sus palabras una trascendencia igualmente excepcional. Esa es la razón por la que su discurso de Navidad, realizado en un momento en que la monarquía sufre un profundo desprestigio como consecuencia de las informaciones sobre la fortuna oculta de Juan Carlos de Borbón, parecía el momento adecuado para que Felipe VI hubiera abandonado las alocuciones al uso y se hubiera mostrado más rotundo a la hora de referirse al anterior monarca, su padre. Necesitaba para ello hablar con palabras claras, que entendiera el común de los mortales y no con expresiones implícitas que tienen que ser interpretadas después por los 'zarzuelólogos'”.

Momento del discurso del Rey.

David Bollero titula en Público su artículo “Cobarde de mirada huidiza” en el que asegura que en ninguna de las fotografías del discurso de Navidad de Felipe VI publica la Casa Real que el monarca mira a la cámara. “Antes de escribir estas líneas he querido comprobar lo que sucedía el año pasado y, efectivamente, en 2019, sí lo hizo. Este año, con el mensaje hueco que nos regaló el Borbón en vísperas de la Navidad, fue incapaz de mirarnos a la cara, como el culpable que confiesa a medias, como el que no es sincero, como el cobarde. Como anticipaba ayer, no podíamos esperar gran cosa de Felipe VI, que desde que inició su reinado lleva evidenciando aún más que en el pasado cuán innecesaria es la institución de la que come. Tres temas principales estaba obligado a tocar, a saber, la pandemia, la corrupción en su círculo íntimo y los golpistas fascistas asociados a las Fuerzas Armadas de las que él es el máximo superior. Tocó el sencillo, del que menos precisamos escuchar porque sus palabras no fueron más que réplicas de las que llevamos meses escuchando de boca de la clase política. Con todo, incluso ahí mostró su cobardía, pidiendo al personal sanitario que ‘mantengan todo el ánimo y toda la fortaleza y que sigan cuidando de nuestra salud’ mientras que instaba a ‘fortalecer el tejido empresarial y productivo, industrial y de servicios’. No habría estado de más que también pidiera más recursos para una Sanidad Pública insuficientemente financiada que ha dejado a nuestros profesionales a los pies de los caballos... pero ni siquiera tuvo coraje para eso. No pisó un solo callo de quienes le sostienen en la Jefatura de Estado. El cenit de su ausencia de coraje, convenientemente aderezado con cinismo e hipocresía, llegó al indicar: ‘Ya en 2014, en mi Proclamación ante las Cortes Generales, me referí a los principios morales y éticos que los ciudadanos reclaman de nuestras conductas. Unos principios que nos obligan a todos sin excepciones; y que están por encima de cualquier consideración, de la naturaleza que sea, incluso de las personales o familiares. Así lo he entendido siempre, en coherencia con mis convicciones, con la forma de entender mis responsabilidades como Jefe del Estado y con el espíritu renovador que inspira mi Reinado desde el primer día’. Esa es toda referencia a la corrupción probada —y la que resta por probar — del rey emérito, a cómo su mismo viaje de boda se financió con dinero de dudosa procedencia que, en coherencia con sus convicciones, tampoco se molestó en comprobar. Un despropósito (…) Esta mañana aún se escuchan palabras pesebreras que disculpan al Borbón, justificando el alarde de pusilanimidad y cinismo en que el margen de maniobra del rey es muy limitado. Afortunadamente, buena parte del pueblo español ya sea monárquico o republicano, ha pasado de la indignación a la profunda decepción y estas disculpas torpes, impostadas y pegajosas ya no calan. Y el Borbón lo sabe... por eso ni es capaz de mirarnos a la cara”.

El tuit de Verónica del Carpio pone sobre la mesa las múltiples incongruencias al escuchar el discurso del rey, que este año pierde 407.000 espectadores respecto a 2018:

El Rey, cuya esposa no podría divorciarse como no fuera de mutuo acuerdo, nos explica la lacra de la violencia de género.

El Rey, que regaló a su hija el Toisón de Oro cuando cumplió diez años, nos explica la importancia de la educación.

El Rey, a quien un hijo no podría demandar legalmente alimentos, nos explica la importancia de la solidaridad familiar.

El Rey, que no podría ser demandado si tuviera hijo extramatrimonial para que se declarara filiación, nos explica valores familiares.

El Rey, amigo él y su Familia de la Familia Real saudí, nos explica lo importantes que son los valores democráticos.

El Rey, que pudo reinar tras tramitarse una ley orgánica completa en ocho días, nos explica el respeto a la ley.

El Rey, cuya hermana Cristina no ha renunciado a sus derechos dinásticos, nos explica las virtudes de la lucha contra la corrupción.

El Rey, que tiene parientes directos, sin cargo institucional, aforados, nos explica las virtudes de la igualdad.

El Rey, cuyo patrimonio personal y el de su Familia no están sometidos a transparencia, nos explica las virtudes de la transparencia.

El rey Felipe VI (d) y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i). — J.J. Guillén. EFE.

Los principales líderes políticos dieron sus opiniones sobre el mensaje emitido por el Rey. La presidenta del PSOE, Cristina Narbona, evitó criticar al rey y aseguró que los socialistas comparten “lo fundamental de los mensajes del Rey Felipe VI durante su discurso navideño”, así como la “solidaridad y preocupación” por todas las víctimas del coronavirus. Narbona destacó asimismo la mención de Felipe VI “al funcionamiento del Estado como garante de la respuesta social ante la crisis” y la mención al Ejército y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. “Ante esta situación gravísima y excepcional aseguró Narbona—, el Rey quiso infundir un mensaje de confianza en el futuro, en nosotros mismos a partir de un profundo sentido de responsabilidad individual, en nuestras instituciones y en nuestra capacidad de superar lo que estamos viviendo”. Narbona aprovechó también la valoración del discurso para apostar por una renovación de la institución monárquica y, por tanto, del modelo de Estado, pero manteniéndose tal como está en la actualidad. 

PP, Vox y Ciudadanos ensalzaron el discurso “impecable” de Felipe VI. Santiago Abascal reprodujo una frase del discurso seguida de un “viva el rey”. Gabriel Rufián, portavoz de Esquerra Republicana en el Congreso de los Diputados, se preguntó retóricamente en su perfil de Twitter: “¿Ha colado el discurso del Rey?”. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ensalzó al Rey con sus palabras y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso elogió su discurso: “El Rey con todos y todos con el Rey”. Por su parte, el portavoz de PNV en el Congreso, Aitor Esteban, reprochó que Felipe VI “no se haya mojado” en un momento trascendental en asuntos como la situación de la institución de la Jefatura del Estado tras 40 años o sobre las cartas de militares “totalitarios, algunos todavía en activo” y por lo tanto “es normal” que se cuestione “la institución” que representa. Esteban lamentó que “no haya pasado ni de puntillas” en los asuntos polémicos que este año “le afectaban directamente. Añadió que “en menos cuarenta segundos, lo que ha ocurrido en 40 años”. El diputado de EH Bildu, Jon Iñarritu, cuestionó si el mensaje de Navidad de Felipe VI ha estado “a la altura”, antes de criticar que “no haya mencionado el escándalo de Juan Carlos I, ni su huida. No ha aclarado su papel en la trama. No ha pedido perdón a Catalunya por su discurso del 3-O. No ha dicho ni mu sobre los pronunciamientos de militares ultras”, criticó. Y el portavoz de Más Madrid en el Congreso, Íñigo Errejón, se refirió a las palabras de Felipe VI después de que el rey hiciese una defensa en abstracto “de los principios morales y éticos que obligan a todos y están por encima de cualquier consideración personal o familiar”. “Felipe VI escribió Errejón— no debería hablar de principios éticos si no está dispuesto a rendir cuentas por los escándalos de su padre en una institución hereditaria. Han sobrado palabras y faltado explicaciones”.

Mayoral acusa a Felipe VI de legitimar la dictadura al interpretar que se refirió al franquismo como un “período de división”.

A Podemos no le gustó nada el discurso del Rey. Su portavoz, Rafa Mayoral, cargó duramente contra el discurso navideño del Rey Felipe VI, al que reprochó que “siga sin responder” si la monarquía es “una herramienta idónea para delinquir” en relación con las informaciones sobre las presuntas actividades delictivas de su padre, el Rey emérito Juan Carlos I. Y calificó el discurso como “propaganda” al considerar que eludió “hechos fundamentales” a la vez que recordaba los escándalos que acorralan al rey emérito. El dirigente 'morado' desgranó el discurso navideño e hizo especial hincapié cuando Felipe VI hizo referencia a que la “Constitución es el fundamento de la democracia”. “A nosotros —apuntó— nos parece que es al revés, la democracia es el fundamento de la Constitución, porque sino no estaríamos hablando de una Constitución, sino de una Carta otorgada”. El secretario de Organización, Pablo Echenique, acusó a Don Felipe de ser un Rey “que ha elegido no escuchar a la gente” y de “hablar sólo a una parte” de España, dejando fuera a una buena parte de la población. “Nos ha parecido un discurso que podría haber suscrito Mariano Rajoy de principio a fin”, criticó Echenique en una valoración ante los medios de comunicación en la que incidió que si pretendía representar a todos los españoles “es obvio que no lo consiguió”. En sus reproches, el número tres de Podemos incidió en que en su discurso de Nochebuena “dejó fuera las causas de los males de su pueblo”, como la violencia machista o los españoles que han tenido que emigrar, o que su “única cesión a la obvia plurinacionalidad” de España sea “saludar en cuatro idiomas”. Asimismo, recriminó expresamente la manera de abordar en el discurso la crisis económica, “como si se tratase de un fenómeno meteorológico”. Y advirtió al Rey que si “hubiera escuchado a millones de españoles” sabría que las “verdaderas causas” están “en los grandes poderes económicos, los privilegiados y los delegados parlamentarios de esos poderes”.

José Sacristán: “El rey emérito ha quedado como un vulgar chorizo”.

El rey Felipe VI pasó en su discurso de Nochebuena muy de puntillas sobre la situación de su padre, Juan Carlos I, que se encuentra “huido” en Emiratos Árabes y sobre el que pesan tres investigaciones judiciales por sus finanzas irregulares. Sin embargo, el actor José Sacristán tiene muy claro cómo definir al monarca emérito: “Ha quedado como un vulgar chorizo”. El intérprete fue entrevistado por Mara Torres en la cadena SER y no tuvo ningún reparo en hablar con contundencia de la forma de actuar de Juan Carlos I y sus supuestos fraudes económicos. Pese a que muchos siguen defendiendo al padre del rey por su papel histórico, Sacristán le baja del pedestal y se refiere a este año 2020, tan duro para el mundo de la cultura y a la gestión que se ha hecho de la pandemia por el coronavirus. “Yo creo que se ha hecho lo mejor que se ha podido con evidentes signos de equivocación”, afirmó al respecto.   El actor incidió en la situación extrema en la que se ha encontrado la sanidad pública durante estos últimos meses por la enorme presión que ha provocado la covid-19, acentuada por los años de recortes de los Gobiernos predecesores. Y termina señalando: “Hay quien hace la Historia y quien la padece. ¿Qué parte de responsabilidad nos corresponde a los de a pie, que somos los que elegimos a nuestros dirigentes?”. 

Imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:

El emérito, colándose en el mensaje de Felipe VI, gracias a la magia de 'El Intermedio'.

El vídeo, manipulado por su autor, el genial guionista, Alberto González, pudo ser visto en el programa El Intermedio de La Sexta. 

#LoteríadeNavidad2020

- Salario Mínimo:

- Menos de 1.000 euros.

- Salario del 57% de los trabajadores:

- Menos de 1.000 euros.

- Fortuna del emérito:

- 2.000 millones de euros.

- ¡El Gordo! Vendido íntegramente en Abu Dabi.






Alguien brinda por el hospital nuevo de Ayuso.

Gracisas, Raphael.

Rocca Imperiale en Cosenza, Italia. Tiene la forma de una pirámide que se alza gentilmente sobre la planicie. En la cima se encuentra el castillo de Swabia, dominándolo todo.

“El maestro tiende hasta la inteligencia, hacia el espíritu y finalmente, hacia la esencia moral que reposa en el ser ... Pero con los horizontes hay que hacer algo más que mirarlos desde lejos; hay que caminar hacia ellos y conquistarlos”. Julio Cortázar: “Esencia y misión del maestro” (1939).

Utopía.

Eterno Borges.

El humor en la prensa de esta semana: Forges, El Roto, Peridis, Eneko, Enrique, Malagón Vergara, Manel F., Miliki y Duarte, Padilla…







Morir libre.
Reset monárquico.









Felices fiestas.

Mogolia, codenada.


Las partes. 





Pep Roig, desde Mallorca: El mejor regalo para esta Navidad, Escándalo, Inolvidables vacaciones, La fiscalía se opone, Mal, siempre…







Los vídeos de esta semana:

Jon Iñarritu PULVERIZA a la MONARQUÍA: ¿Para qué sirve un REY

?

Dos días después de ir a la manifestación contra la nueva ley de educación, Ayuso ha despedido en Madrid a 388 maestros de educación especial. ¿Es esta la educación de calidad que propone el PP?

#EnLaFrontera466 - Profesores despedidos, periodistas imputados

Como cada Navidad, La Moncloa se prepara para la festividad más bonita del año, pero aparecerá el Grinch Simón (Queco Novell) dispuesto a robarnos las fiestas navideñas.

#PolòniaTV3 Simon Grinch – Polònia

El rey: "Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir"

 

El Faro | Entrevista a José Sacristán 

Polònia - 24/12/2020



No hay comentarios: