“Difícil mensaje de Felipe VI”.
Enric Sopena, pronostica
en ElPlural.com que el Rey aborde esta noche los problemas de su padre, el
emérito, en el mensaje navideño de este año. “Este 2020 —recuerda el periodista—,
en situación de tristeza por las limitaciones a los encuentros con familiares y
con amigos, lo que el rey pueda decir se espera con interés. Ante los
continuados mandobles que el rey emérito ha asestado a la institución y las
críticas del vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, que incluso
ha alentado a debatir esa noche en familia sobre la alternativa
Monarquía/República, no cabe duda de que Felipe VI invitará a la esperanza ante
la vacuna y en la recuperación económica codo a codo con Europa, sin ignorar
que el camino es largo y doloroso. Las posiciones de la ultraderecha estarán
presentes en un doble aspecto: las cartas de militares con ínfulas golpistas
dirigidas a él en calidad de Capitán General, y el cotidiano intento de
apropiarse de la defensa de la Corona por la ultraderecha y la derecha. En
ambos casos, el rey debería dejar clara la independencia y el carácter neutral
en lo político que constitucionalmente exige ocupar la Jefatura del Estado”.
Se desconoce si Felipe VI
hará o no alusión a las operaciones que rodean a su padre. Pero, para protestar
contra la figura de la monarquía en nuestro país y contra la inviolabilidad del
rey, varias asociaciones republicanas han organizado diferentes actos como
reflejo de su descontento. Destaca el apagón de televisiones que algunos partidos
como Izquierda Unida llevan a cabo bajo el título “Apaga al borbón”. Este año,
la plataforma Encuentro Estatal por la República intentará que el apagón sea
masivo, concienciando a la gente en redes sociales mediante el hastag
#24DApagaLaTV. Otros grupos, como la Coordinadora Andaluza de Organizaciones
Republicanas o el Colectivo Republicano de Euskal Herria, harán sonar canciones
como la de “Arriba, Abajo” del grupo Adebán. Otras organizaciones republicanas llamaron
a hacer sonar cacerolas desde las ventanas como protesta contra una institución
que consideran no legítima.
“No estaría de más —insiste
Enric Sopena— que Felipe VI llamara a los partidos —sobre todo, algunos— a
serenarse y a rebajar el irritante nivel de crispación que convierte el
Parlamento en un foro de insultos, muy lejos del espíritu de reflexión y debate
sereno sobre asuntos que importan a los ciudadanos. Pero, ¿cómo abordará lo de
su progenitor? Eh aquí la gran cuestión. El hecho de que el emérito no regrese
de Abu Dabi estas Navidades ya es un síntoma de por dónde pueden ir los tiros.
Pero, a la vez, la ausencia del emérito tampoco facilita el trabajo a su hijo
para justificar el papelón de su padre en los años últimos de su reinado”.
Sopena recuerda que Felipe
VI se desmarcó de cualquier relación en lo económico, renunciando a la herencia
de los activos de origen dudoso de Juan Carlos I que le pudieran corresponder
en el futuro. “Ahora bien, ante las continuas revelaciones sobre problemas con
el fisco del emérito y donaciones inexplicables, una referencia a la justicia
no estaría de más. Sobre todo, cuando la Fiscalía indaga en el punto más
problemático de esta cuestión: el origen del dinero regularizado o el que aún
pueda aflorar. Cuando la confianza se degrada es muy difícil que se
recupere. La mejor credencial para la
monarquía son sus propias acciones y en ese terreno, Felipe VI debe demostrar
que representa a una institución moderna, ejemplar, transparente y útil para el
país, rompiendo de manera tajante con cualquier intento de manipulación y,
desde luego, con presuntas corruptelas. No lo tiene fácil”.
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