Symphony, un viaje virtual al corazón de una orquesta.
La Fundación “la Caixa”
llevó a Madrid su proyecto Symphony, una experiencia inédita en la que, gracias
a la tecnología de realidad virtual, el espectador se convirtió en un músico
más dentro de una orquesta. Bajo la batuta de Gustavo Dudamel, más de cien
músicos de la prestigiosa Mahler Chamber Orchestra y jóvenes de la Fundación
Gustavo Dudamel, interpretaron composiciones de Ludwig van Beethoven, de quien
este año se celebra el 250 aniversario del nacimiento, así como de Gustav
Mahler y Leonard Bernstein.
El singular proyecto
inició su gira en Barcelona y recorrerá durante diez años un centenar de
ciudades de España y Portugal. A finales de enero viajó a Granada y a
principios de marzo, lo hará a Málaga. El punto de partida del proyecto, en el
que trabajó durante más de cuatro años, era hablar del poder emocional de la
música desde una vertiente divulgativa. La Fundación “la Caixa” apostó desde el
primer momento por la realidad virtual como la mejor forma de explicar esta
historia. La tecnología más puntera ha facilitado lo que de otro modo no sería
posible: sentarse junto a los violines en una gran orquesta sinfónica mientras
interpretan Beethoven y, así, poder seducir a todo tipo de público.
Symphony está formado por
dos unidades móviles que se despliegan y se convierten en dos salas de cien
metros cuadrados cada una. En la primera de ellas se puede ver una película
panorámica que introduce al espectador en este viaje y le guía solo a partir de
sonidos. La segunda unidad está dedicada a vivir la experiencia de realidad
virtual. El espectador verá a los músicos distribuidos por el escenario en su
forma habitual, por familias de cuerdas, viento, metal, percusión, y los
sentirá muy cerca de una forma real, así como vivirá de lleno la energía y la
mirada del director, situado justo delante de él. Este experimento musical le
permite tirar la cabeza de lado a lado y arriba y abajo para adquirir nuevas
vistas y perspectivas de una orquesta sinfónica y sus instrumentistas.
De este modo, Symphony
deconstruye la orquesta para mostrar la simplicidad, lo que contrasta con el
arco infinito de recursos que ofrece a los compositores para expresar ideas y
emociones. La vivencia ofrece al usuario una escucha emocionalmente activa:
gracias a los cambios de posición de la cámara 360º dentro de la orquesta, el
espectador escuchará y sentirá la música de una forma nueva y sorprendente y
experimentará las diferentes familias de instrumentos. “Con esta experiencia
insólita y cautivadora –resalta la
directora general adjunta de la Fundación, Elisa Durán–, queremos contribuir a
divulgar la música clásica a través de las composiciones sinfónicas y llevarla
al gran público, así como a todos los amantes de la música que se pueden sentir
atraídos por ella. Orquesta y director se dan la mano para proponer un viaje
muy especial y sin precedentes a través de las emociones y las notas de grandes
compositores hacia el corazón de la música clásica y del alma humana”.
De esta forma se
comparten, según director Gustavo Dudamel, afirma: tres creencias principales:
que la música puede transcender nuestras diferencias, propiciar el empoderamiento
individual y promover la integración social. Y el proyecto es, según Igot
Cortadellas, el director creativo, una invitación a cruzar el umbral del mundo
de la música, una puerta de acceso a un universo sin límites que contiene la
expresión más pura del espíritu de la humanidad”. Y se han puesto en marcha
todas las medidas sanitarias pertinentes para hacer de esta una experiencia
segura, reforzando la limpieza e instalando un sistema de desinfección
fotocatalítica (UV) en las dos salas en las que se sigue el espectáculo.
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