Homenajear la democracia con leyes franquistas.
Hace cuarenta años se
intentó el golpe de Estado del 23F y hoy el Congreso de los Diputados organiza
un homenaje con la ausencia de hasta siete partidos políticos: ERC, EH Bildu,
Junts, PDeCAT, la CUP, Compromís, BNG y, posiblemente, el PNV. David Bollero
escribe bajo este mismo título, en Público: “Se pretende conmemorar la
fortaleza de nuestra democracia, con un rey más cuestionado que nunca, un
emérito corrupto huido y con un 23F cuya historia real se desconoce puesto que,
al amparo de la ley franquista de secretos oficiales, ningún gobierno ha
querido arrojar luz sobre él. Todo cuanto rodea al 23F es turbio. Las teorías
son diversas, pero yo mismo entrevisté hace años a un ex alto cargo del CESID
(ahora CNI) que llegó a facilitar, incluso, la lista completa del gobierno de
concentración que, según él, tendría que haber surgido tras el golpe.
“Todas las versiones que
hemos oído en estos 40 años presentan lagunas, especialmente la versión
oficial, que no hay por dónde cogerla, con hechos que rozan lo humorístico como
el de la revista que un día antes del golpe ya lo anticipó. Creer en la versión
oficial es un puro acto de fe, como quien cree en el espíritu santo, y el hecho
de que ningún gobierno desclasifique los papeles del 23F no sólo refuerza las
teorías de la conspiración, sino que debilita la versión transmitida por
quienes conmemoran aquella infausta jornada de 1981. Nada bueno hay cuando
existe tanto recelo a la transparencia
“Por todo ello -concluye
Bollero-, el homenaje del Congreso es un despropósito. Se desea lanzar un
mensaje de fortaleza democrática mientras se nos niega a la ciudadanía
información gracias a una ley franquista de 1968. De no modificarse esta ley,
no será hasta 2030 cuando sepamos qué sucedió realmente en aquel golpe de
Estado. Y como guinda del pastel, con la ausencia del emérito, al que la
versión oficial sitúa como el héroe del 23F, y con el temor de que Felipe VI
ensalce su figura pese a estar huido y con la mancha de la corrupción que le
cala hasta los huesos. El mejor homenaje de 23F es desclasificar sus papeles,
pero no interesa. Por algo será, cuatro décadas después”.
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