domingo, 28 de febrero de 2021

¿Qué fue del golpe de Estado de Tejero?

El pasado martes se vivió en el Congreso de los Diputados una extraña jornada en la que se abrieron las puertas principales reservadas para las grandes ocasiones y entró el rey de España, Felipe de Borbón. El monarca había acudido a Las Cortes, según dijo, “a conmemorar, rodeado de las altas instituciones del Estado, el fracaso del golpe del 23-F de 1981”. En el breve acto, Felipe VI destacó la “firmeza y autoridad” de su padre y homenajeó la labor “determinante” de Juan Carlos I, “para defender a España de las fauces de sus propios subordinados en el Ejército y salvar la democracia”. Sin embargo, el rey emérito no estaba presente en Las Cortes, sino en Abu Dabi (Emiratos Árabes), una dictadura en la que se esconde, desde el pasado 3 de agosto, del escrutinio público por su corrupción y desde donde escuchó, complacido, las palabras de agradecimiento de su hijo, el rey Felipe VI, quien destacó la “firmeza y autoridad” de su padre en el 23-F. El rey no hizo ningún comentario sobre la ausencia de su progenitor, pero sí quiso recordar su actuación ante los hechos de aquel día, subrayando que “asumió como jefe de Estado su responsabilidad y su compromiso con la Constitución para que se tomaran todas las medidas necesarias y mantener el orden constitucional dentro de la legalidad vigente”. Cuarenta años después de aquel intento fallido de golpe de Estado, encabezado por el teniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, Felipe VI quiso recordar a su padre y homenajearlo a su manera. 

Entrada del teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero al grito de “todos al suelo”. EFE.

Recordemos esos viejos tiempos. Los primeros síntomas de malestar en el ejército aparecieron en abril de 1977, con motivo de la legalización del Partido Comunista de España (PCE). En noviembre de 1978 tuvo lugar la desarticulación de la Operación Galaxia, una intentona golpista que planeaba un golpe de Estado contra el Gobierno de Suárez. Su principal responsable, Antonio Tejero, fue condenado a 7 meses de prisión. Tres años más tarde, Tejero protagonizaba el golpe del 1981. Días antes, se publicaron varios artículos golpistas, en el periódico “El Alcázar” y en el “ABC”, en los que se criticaba al dimitido Suárez y se precisaba la necesidad de “un golpe de timón”, proponiendo al general Alfonso Armada como candidato a presidente del Gobierno. Tras una ronda de contactos con los líderes de los partidos políticos​, el rey Juan Carlos I designó a Leopoldo Calvo-Sotelo candidato a presidente el 10 de febrero y el día 23 se votó su investidura en segunda votación, ya que la primera, el 20, no había prosperado al no contar con mayoría absoluta. A las 18:00 horas de la tarde del 23 de febrero de 1981 empezó la segunda votación nominal para la investidura y el primer diputado en votar fue José Manuel García Margallo.​ Veintitrés minutos más tarde, cuando el diputado socialista, Manuel Núñez Encabo, iba a emitir su voto,​ un grupo de 200 guardias civiles dirigidos por Tejero,​ subfusil en mano, irrumpieron en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, iniciándose la Operación Duque de Ahumada, en referencia al fundador de la Guardia Civil. 

Los tanques en las calles de València, la noche del 23 de febrero de 1981.

Las primeras horas del golpe fueron harto confusas. Un reportero sueco confundió el tricornio de la Guardia Civil con una montera de torero e informó, según el historiador Gabriel Cardona, en su libro “A golpes de sable”, publicado en 2008: “Un despistado periodista sueco recibió una fotografía de agencia donde se veía a Tejero, conminatorio y pistola en mano, en el salón de sesiones del Congreso. El sueco, sin otras informaciones aclaratorias, miró el aparente tricornio y compuso un titular apresurado: 'Un torero asalta el Parlamento español’”. Esa tarde, desde la tribuna de las Cortes, Antonio Tejero gritó: “¡Quieto todo el mundo!” y ordenó que todos se tirasen al suelo. Como militar de más alta graduación allí presente y como vicepresidente del Gobierno, Gutiérrez Mellado, teniente general del Ejército de Tierra, se levantó y, dirigiéndose a Tejero, le ordenó que se pusiera firme y le entregase el arma. Tras un brevísimo forcejeo de Gutiérrez Mellado con varios guardias civiles, en el que no pusieron reducirle, Tejero efectuó un disparo al aire que fue seguido por unas ráfagas de los subfusiles de los asaltantes. Todos los diputados, menos Gutiérrez Mellado, el comunista Santiago Carrillo y el expresidente Suárez, se mantuvieron levantados o sentados en sus escaños. Tejero cogió por el brazo a Suárez, y ambos salieron del hemiciclo. Se dirigieron al cuarto de ujieres donde Suárez pidió a Tejero que se explicara, pero el golpista le desautorizó. Pasadas las 20:00 horas, otros 5 diputados fueron separados del resto: el vicepresidente del Gobierno, teniente general Gutiérrez Mellado; el líder de la oposición, el socialista Felipe González; el segundo en la lista del PSOE, Alfonso Guerra; el líder comunista, Santiago Carrillo​ y el ministro de Defensa y presidente de UCD, Agustín Rodríguez Sahagún. Poco después, se sublevaba en Valencia el Capitán General de la III Región Militar, Jaime Milans del Bosch quien desplegó la División Motorizada “Maestrazgo” y, con dos millares de hombres y cincuenta carros de combate, se desplegaron por las calles, apuntando a los edificios institucionales, como el Ayuntamiento o las Cortes valencianas.

Siete horas más tarde del pronunciamiento, a las 1 horas,14 minutos de la madrugada del 24 de febrero,​ se emitió, al fin, a través de la primera cadena de TVE, un mensaje del rey, vestido con uniforme de Capitán General de los Ejércitos, grabado una hora antes en su despacho del Palacio de la Zarzuela. El monarca se dirigió a la nación (en ese momento y no durante las siete horas que precedieron) para “pronunciarse contra los golpistas, defender la Constitución, llamar al orden a las Fuerzas Armadas en su calidad de Comandante en Jefe y desautorizar a Milans del Bosch, quien recibió la llamada del Rey, ordenándole retirar las tropas”.​ A partir de ese momento el golpe se dio por fracasado. Sin embargo, Tejero resistió hasta el mediodía del día 24. Hacia las 10 horas se permitió la salida de las diputadas del Congreso. Media hora más tarde, Tejero negociaba con Armada las condiciones de su rendición: su salida sin la presencia de periodistas y que los guardias de rango inferior hasta teniente no serían juzgados. La Zarzuela dio su conformidad al acuerdo. Este pacto se conoce como el pacto del capó, ya que se firmó sobre el capó de un Land Rover. Cuarenta años más tarde, los partidos independentistas, soberanistas y republicanos piden en el Congreso que se conozcan “con exactitud” cada documento, cada grabación, cada información significativa que obre en poder del Estado español y que se aporte “luz y taquígrafos” a los “verdaderos acontecimientos que alumbraron” el 23-F.

Mensaje del rey Juan Carlos tras la intentona golpista del 23-F, emitido   en TVE en torno a la una y cuarto de la madrugada.

Alerto Soler Montagud escribe en Nuevatribuna.es: “En conmemoraciones como la del 23-F, me seduce el fantasioso deseo de leer un libro de historia escrito dentro de cien años, para conocer lo que en realidad sucedió en aquella jornada. Me encantaría tener acceso a los secretos que guardan las cintas con las conversaciones telefónicas de aquella larga noche en el Congreso, unas grabaciones cuyo paradero se desconoce. Me gustaría llegar a mis propias conclusiones a partir del contenido de los informes que hoy son materia reservada, un dossier que, sin duda, permitiría que todos los españoles supieran quienes fueron los ideólogos del golpe, y quienes estuvieron detrás de las bambalinas a la espera de actuar en función de cómo se desarrollaran los acontecimientos. Como dijo Sabino Fernández Campos, ‘cuando se busca la verdad, se corre el riesgo de encontrarla’, y algo así debe suceder con la verdad de los hechos de aquel evento histórico que muchos se empeñan en maquillar en unos aspectos y ocultar en otros. Intuyo la presunción de que esa verdad, la auténtica verdad, podría cuestionar muchos fundamentos de nuestra historia política reciente, algo que probablemente no debe interesar ni convenir— a muchos sectores del poder, incluso de ideologías dispares. Si el contenido de las cintas y los documentos hasta hoy inaccesibles se hicieran públicos y despejaran rumores y dudas acerca de una connivencia con los golpistas del entonces Jefe de Estado, sería yo el primero en reconocer sin reservas su mérito si se confirmara el trascendente papel que ahora se le atribuye institucionalmente. Pero hasta que eso suceda, la virtud de la prudencia me aconseja una buena dosis de escepticismo y otra más de paciencia”.

Si ese golpe de Estado fracasó fue, según cuenta Juan Luis Valenzuela en ElPlural.com, por lo chusco de algunos de sus protagonistas y la más que comprobada existencia de tres golpes en uno: el del propio Antonio Tejero (el clásico contra el comunismo y la desintegración de España); el del capitán general de la III Región Militar Milans de Bosch (nostálgico del régimen anterior) y, el tercero, el del general Armada, revestido de ambición personal por llegar a ser Presidente de Gobierno de ese nuevo ejecutivo surgido del golpe. En todo caso, el golpe, de haber prosperado en sus tres versiones, hubiera llevado a una etapa similar de represión y de falta de libertades. No cabe olvidar que, en la España de 1981, la trama civil franquista era potente y amplia. Llegaba desde los cuartos de banderas donde dominaban estos oficiales y jefe militares de pasado franquista y pensamiento golpista, hasta todo un conglomerado de prensa ultraderechista. También contaban con violentos pistoleros como los Guerrilleros de Cristo Rey, la Triple A y el Batallón Vasco Español. No faltaba ni la red político partidista con el partido Fuerza Nueva de Blas Piñar como el más relevante de las formaciones ultras a las que se sumaban otras como el diverso conglomerado falangista. Además, llovía sobre mojado con un antecedente golpista bloqueado a tiempo con distintas detenciones, como fue la denominada “operación Galaxia” en noviembre de 1978. De nuevo “en acción” el teniente coronel Tejero, acompañado del capitán de la Policía Armada, Ricardo Saénz de Ynestrillas, ambos condenados en un consejo de guerra a la leve pena de siete meses y seis meses de cárcel respectivamente. Pero ¿habría sido un golpe cruento? La respuesta de nuevo es sí. A la breve reflexión de cuestiones históricas y sociopolíticas habría que añadir esta que, a continuación, desarrollamos: la represión y los fusilamientos estaban preparados, al menos en las personas que inminente y urgentemente habría que eliminar. Si el intento de golpe militar del 23 de febrero de 1981 se hubiese consolidado, la ultraderecha había elaborado listas negras en cada una de las provincias españolas. Esta información fue posteriormente ampliada y concretada en varios medios de provincias. El objetivo de estas listas era claro: hacer desaparecer rápidamente a unas 3.000 personas con claro compromisos con la democracia. 

Pérez Royo.

Javier Pérez Royo escribe en Eldiario.es “Un homenaje vergonzante”. El jurista español y comentarista político recuerda: “La monarquía española tiene un problema de credibilidad inocultable. El origen del problema está en la ejecutoria de don Juan Carlos durante su reinado. La credibilidad de la institución no ha sido asaltada desde fuera, sino que ha sido torpedeada desde dentro. Ha sido la propia Casa Real, con Felipe VI al frente de la misma, la que emitió un comunicado el día en que entró en vigor el primer decreto de estado de alarma, en el que levantó sospechas sobre la conducta de su padre. Nadie en España ha puesto en cuestión la honorabilidad de don Juan Carlos con la intensidad con que lo ha hecho su hijo. El comunicado de la Casa Real sobre las operaciones financieras del rey emérito es el equivalente del anuncio de la puesta en venta de Génova 13 por parte de Pablo Casado. Es la confesión de una trayectoria marcada por la corrupción. Hasta el momento, el 23F había quedado fuera de cualquier tipo de sospecha acerca de la conducta en el mismo de don Juan Carlos I de Borbón. Se había publicado algún que otro libro o algún que otro artículo, en los que se ponía en duda que la conducta del rey ese día fuera tan inmaculada como se la había presentado a la opinión pública tanto española como internacional. Pero la figura de don Juan Carlos respecto al golpe de Estado se mantenía en este punto prácticamente incólume. Desde la celebración del cuarenta aniversario del 23F de la forma en que se ha producido en el Congreso de los Diputados, ya no va a poder seguir siendo así. Nadie con relevancia en el país había considerado que la conducta del Rey Juan Carlos I respecto del golpe de Estado del 23F de 1981 era materia susceptible de ser sometida a investigación. No había nada que investigar. Me temo que no va a ser así de ahora en adelante”.

“El rey Felipe VI el martes, en el Congreso de los Diputados, ni mejoró la imagen de don Juan Carlos ni el de la de la institución monárquica”.

Pérez Royo desconoce de quién ha sido la idea de la celebración del acto. Dice que, formalmente, fue un acto de celebración del triunfo de la democracia sobre el golpe de Estado. Pero que, “materialmente” fue “un homenaje vergonzante a don Juan Carlos por su intervención en ese día”. “¿No se le ha ocurrido a nadie que, con una celebración como la que se ha hecho, se está dando pie para que se solicite una reforma de la ley de secretos oficiales y se tenga acceso a la documentación sobre el 23F? ¿Están tan seguros los organizadores del acto de que la conducta del rey ese día no se vería afectada por el conocimiento de la documentación clasificada como secreta? ¿Qué van a hacer el Gobierno y el Congreso de los Diputados si se solicita una reforma de la ley para tener un conocimiento más exacto de lo que ocurrió el 23F y de la conducta del rey respecto del mismo? En mi opinión, el homenaje disimulado, pero nada encubierto que se le ha tributado a don Juan Carlos este pasado martes ha sido un error. Y un error no menor. Se le ha podido tributar de la forma en que se ha hecho porque respecto del 23F se sabe lo que se sabe o, dicho de otra manera, porque todavía está clasificada como secreta información respecto de lo que ocurrió ese día. Lo último que necesita don Juan Carlos en particular, y la monarquía en general, es que se solicite una investigación sobre el 23F. La conducta del rey Juan Carlos ese día era un ‘activo’ de la institución monárquica. ¿Podrá continuar siéndolo si se tiene acceso a la documentación clasificada? ¿O si se rechaza toda solicitud de reforma de la ley para tener acceso a ella? Tengo la impresión de que este homenaje vergonzante no ha sido de utilidad para mejorar ni la imagen de don Juan Carlos ni la de la institución monárquica”.

Felipe VI y Pedro Sánchez, este martes, en el Congreso. Eduardo Parra - Europa Press

El “no” del PSOE, PP, Vox y Ciudadanos consiguen que el Congreso rechace eliminar la inviolabilidad del rey y el aforamiento de Juan Carlos I. La iniciativa de ERC no logra ser aprobada y divide a los socios del Gobierno: frente al 'no' de los socialistas, Unidas Podemos sí apoya la retirada de los privilegios judiciales de los miembros de la Casa Real. Ocurrió sólo unas horas después de que el Congreso de los Diputados celebrara el 40 aniversario del fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981, en un acto presidido por el rey. La Cámara Baja debatió una proposición no de ley de ERC, instando al Gobierno a retirar la inviolabilidad de Felipe VI y a eliminar el aforamiento de su padre, el rey emérito, huido de España desde el pasado verano por las investigaciones sobre su patrimonio. Juan Carlos I fue el gran ausente del evento sobre el 23F pese a ser, según su hijo Felipe VI, quien con su “firmeza y autoridad” paró la intentona golpista. El nombre del rey emérito se volvió a escuchar por la tarde en las tribunas del hemiciclo durante el debate de la iniciativa de ERC que no salió adelante en la votación del jueves, porque el PSOE se sumó a las derechas de PP, Vox y Ciudadanos, anunciando su voto en contra de la propuesta de los republicanos. Catalina Telechea, de ERC, reprochó al PSOE de “proteger a una monarquía corrupta”. A su juicio, “los múltiples escándalos que pesan sobre la monarquía son de dominio público, tanto que la Fiscalía ha abierto una investigación por las cantidades de dinero” que el rey emérito recibiera “de manera irregular”. La diputada recordó que “el rey actual constaba como beneficiario de cuentas bancarias en Suiza”.

Aitor Esteban: “Nos desconcierta que se conmemore un golpe de Estado”.

El diputado y portavoz del PNV, Aitor Esteban,. explicó el motivo por el cual no asistió al acto conmemorativo del 23F. “Nos desconcierta que se conmemore un golpe de Estado. Es un acto organizado por el Congreso en el que no se contó con la opinión de los portavoces de los grupos. Se nos podría haber preguntado. Además, es incómodo conmemorar unos sucesos envueltos en una bruma informativa y bastante propaganda. Sucesos de los que desconocemos los detalles porque no se quiere modificar la ley de secretos oficiales”. Asimismo, añadió que le resultaba un sinsentido que se citasen y estuviesen presentes partidos como Vox a los que sí le hubiera gustado que el golpe hubiese prosperado. Por su parte, Espinosa de los Monteros dijo que aquel acto era una cortina de humo del Gobierno. “100.00 muertos por la pandemia, millones de hogares arruinados. Siete días consecutivos de terrorismo en las calles, golpistas en instituciones…No es el momento para que el Congreso se ponga a revisar episodios de hace 40 años”. Arrimadas, por su parte, recordó: “Nuestra democracia venció y se consolidó. Todos recuerdan perfectamente dónde estaban. Fue una noche de mucho miedo, pero acabó con la esperanza del triunfo”. La líder de Ciudadanos denunció que “sigue habiendo mucha gente que no quiere celebrarlo porque no creen en la democracia española. No celebran que la democracia española solventara este reto”. A su juicio, lo que es una “anomalía democrática” es que los partidos que no lo celebran “son los socios estables y permanentes” del Gobierno. Y dejó caer que, “desde el 23F no hubo un golpe de Estado hasta 2017”. 

Partidos independentistas y republicanos piden en el Congreso conocer con “luz y taquígrafos la verdad” sobre el 23F. 

Gerardo Pisarello, miembro de la Mesa del Congreso y diputado por En Comú Podem, manifestó su desengaño con el acto del 40 aniversario del 23F y pidió que no sirva tanto para “lavar la imagen” del rey Emérito Juan Carlos I como para “blanquear” el neofranquismo. Rufián y sus acompañantes leyeron un “manifiesto pactado y firmado por todos”.  Declararon que “este Estado es un candado que impide que los pueblos catalanes, vascos, gallegos y las clases populares de ese Estado avancemos hacia un escenario democrático” y hacia la “justa libertad social”. “Mientras el Estado español siga sustentando en los mismos estamentos, mientras no se reconozca el derecho a la autodeterminación, ni existirá normalidad democrática ni este Estado podrá ser considerado una democracia plena”. El líder de Más País, Íñigo Errejón, recordó que “tal día como hoy, hace 40 años había mucha gente en su casa quemando papeles porque tenía miedo de que viviéramos una involución democrática. Hay quienes están muy interesados en que nuestra historia sea palaciega, de cuatro o cinco hombres que trajeron la democracia nuestro país. Pero hay que homenajear a los que llevaban mucho tiempo luchando por nuestro país. A cada generación insistió— le toca hacer su tarea. Nos toca garantizar que no se retrocede, pero hay quienes están interesados en volver 40 años atrás”. En este sentido, lamentó que se conozcan más detalles de aquella intentona “por documentales falsos y la ficción que por documentos oficiales”. Con respecto al rey Felipe VI, afirmó que “su peor enemigo no son los republicanos, sino su padre y, por tanto, hoy tiene una estupenda importunada para desmarcarse” del rey Emérito Juan Carlos I.

Un grupo de parlamentarios mira hacia la puerta durante el intento de golpe de estado del 23-F - EFE

Elisa Beni en Eldiario.es (“Una columna con trampa”) señala que, durante el 23-F, ninguno de los parlamentarios miró a las cámaras, a la propaganda, a sus intereses electorales o personales. Todos mantuvieron la respuesta digna de una nación democrática. “Lo que cualquier analista —advierte Beni— es capaz de analizar en el resto de democracias occidentales, la ruptura de los guardarraíles, la anulación o neutralización de los obligados contrapesos, la desidia y la falta de corrección democrática de los poderes del Estado, se nos hace bola cuando lo tenemos enfrente… El cortoplacismo ciego, el absurdo de que sean los magos del electoralismo los que llevan los timones, la bisoñez en ocasiones de políticos que no son conscientes de que lo que tenemos se puede ir por el desagüe lastran la posibilidad de protegerla, como la negativa de los poderes fácticos a aceptar que no podemos seguir por el camino de retroceso e involución que hemos iniciado, por mucho que sirva a sus intereses. Eso pasó hace 40 años, que tras apenas tres de vigencia de una constitución moderna y ejemplar —copiada de los mejores modelos, por ser sinceros— estuvimos a punto de naufragar en el totalitarismo. Sufrimos un ataque de extraordinaria gravedad contra el sistema de derechos y libertades. En aquel momento, la profunda convicción democrática de los parlamentarios y del gobierno, que permanecieron secuestrados por la fuerza de las armas, fue capaz de mantener la dignidad y reflejar el sentir democrático de todos los ciudadanos. Por muy chulas que sean las teorías de la conspiración, en aquel terrible momento, en el que la democracia y sus vidas y hasta las vidas de miles de españoles estaban amenazadas —se llegaron a publicar las listas de rojos que tenían los golpistas para pasar por las armas  ninguno de ellos miró a las cámaras, a la propaganda, a sus intereses electorales o personales. Todos mantuvieron la respuesta digna de una nación democrática, con especial intensidad en el caso de Adolfo Suárez, el general Gutiérrez Mellado, vicepresidente del gobierno, y el secretario general del Partido Comunista, Santiago Carrillo. Sí, el comunista, ahora que tantos estúpidos utilizan la palabra como si no hubiera sido un remo imprescindible para llegar donde estamos. Defendieron ellos con riesgo y con orgullo la democracia y debemos defenderla ahora porque sabemos perfectamente lo difícil que resultó alcanzarla y también que existen ahora mismo riesgos que la pueden amenazar”.

El rey Felipe VI charla con los líderes políticos durante los actos del 23-F en el Congreso.

“¿Y no sería más demócrata celebrar el 24-F?”, se pregunta Aníbal Malvar en Público. “Somos un país rarito, no me digáis que no. Ayer, por ejemplo, celebramos el 40 aniversario del 23-F, cuando lo que teníamos que haber celebrado es la desactivación del golpe de Estado, que fue precisamente el día después. Es como si nuestras autoridades, con esta equívoca fecha, pretendieran rendir homenaje equidistante a los golpistas y a los golpeados. En Francia, por ejemplo, no se celebra el día en que los nazis entraron en París, sino la fecha en que la ciudad de Baudelaire fue liberada. Estos gabachos no tienen ni puta idea. Otra de las simpáticas peculiaridades que ha rodeado esta celebración del 23-F, es que celebramos algo que no conocemos, pues una todavía vigente ley franquista de 1968 permite que la documentación oficial sobre aquel día bigotero y tricornial permanezca secreta. El pueblo español aun no goza del derecho a conocer lo que sucedió en aquellas calendas. Nuestra cacareada democracia plena solo se puede mantener caliente bajo el confortable manto de la ignorancia. Por aquel 23-F solo fueron enjuiciadas 30 personas, 29 militares y un solo civil. Y, al rato, todos menos el montaraz Antonio Tejero fueron indultados o puestos en libertad por patrióticas razones. España siempre ha sido siempre muy indulgente con sus golpistas, salvo que el golpe se ejecute con urnas y los sediciosos sean catalanes. Para el español de bien, una urna será siempre más peligrosa que una pistola. Por eso asesinar a un toro drogado es arte más apreciado que escribir un soneto en alejandrinos. Ya he insinuado que en lo de ser especialitos no nos gana nadie. Tampoco deja de ser curioso que el héroe oficial de aquella jornada que ayer celebrábamos, ese Juan Carlos Primero del que usted me habla, haya pasado la gloriosa onomástica exiliado de Abu Dabi, quizá sufriendo todo tipo de privaciones”.

Todos los grupos parlamentarios menos Vox aplauden en recuerdo de las 1.081 mujeres asesinadas por violencia machista desde 2003 en España.

Javier Gallego señala en Eldiario.com que, en este 23-F, se paró otro golpe en el Congreso. “Después de la anormalidad democrática que supuso rendir honores a un rey sin honor, se produjo lo que debería ser normalidad democrática: la unanimidad frente a la ultraderecha. Por fin, el cordón sanitario. Los partidos de izquierdas y nacionalistas pactaron un texto conjunto de rechazo a la proposición de Vox en el que se leyó el nombre de las 1.081 mujeres asesinadas por la violencia machista desde que hay registro de las víctimas, a imitación de lo que hizo Abascal con las víctimas de ETA. Ciudadanos y PP dieron réplicas propias y no se sumaron a la lectura, pero sí al aplauso durante el recuento y a la ovación de dos minutos que estalló después, al escucharse el nombre de la última asesinada. Como dijo Baldoví, uno de los momentos más emocionantes vividos en el Congreso. Un Congreso que nos da pocas alegrías y muchos disgustos, añado. Nunca se habían unido todos los partidos para aplaudir juntos, de pie en el hemiciclo, contra el retroceso social, la involución ideológica y los falsos debates de la extrema derecha. Nunca tampoco habíamos visto a la portavoz del PP aplaudir a la de la CUP cuando empezó la lectura o a Esquerra Republicana de Catalunya aplaudir a la ponente de Ciudadanos. Antes de pasar a las contradicciones, disfrutemos un segundo de este momento fugaz de respeto, concordia y sensatez frente a la sinrazón, el machismo y el rencor. Sí se puede. Cuando quieren, pueden ponerse de acuerdo en lo que es y no es democracia. Vox no lo es. Es iliberal y antidemocrático, no cree en las libertades, defiende los gobiernos franquistas y la ilegalización de partidos, pretende decidir qué es España y quiénes no merecemos pertenecer a este país. Promueve el odio entre compatriotas, hacia las feministas, contra los inmigrantes. Es cómplice de la violencia contra las mujeres, los homosexuales y los menores extranjeros no acompañados. Alienta la violencia policial contra los ciudadanos que ejercen su derecho de manifestación. Hace apología del terrorismo de Estado… Tampoco PSOE y Unidas Podemos deberían apalancarse. Los fascismos se nutren del malestar social y en España hay mucho provocado por la crisis territorial, sanitaria, económica y migratoria. El Gobierno no está actuando con diligencia para rescatar a muchos, para acabar con los focos de pobreza y conflicto, para dar un futuro a los más jóvenes. Cuidado con eso. Este 23-F se paró un golpe, pero no nos confiemos, la extrema derecha sigue avanzando y seguirá intentándolo”.

Imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:

 
El rey emérito “Juan Carlos I de España, último en pagar”, presenta una segunda declaración ante la Agencia Tributaria y paga cuatro millones de euros

Juan Carlos está a una regularización más de que le otorguen la nacionalidad andorrana.

Emires organizan una representación del 23-F para que Juan Carlos se sienta como en casa.


La respuesta de Echenique a Ana Rosa Quintana tras su comentario sobre cómo saludó al rey.

Ana Rosa Quintana hizo un comentario sobre el instante en que Pablo Echenique, el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados, pasó ante él: “Todas las autoridades pasaron por delante del rey, le mostraron sus respetos, todos con la mano en el pecho, con inclinación de cabeza, y vimos al portavoz de Podemos que, en vez de pasar por delante, estaba mucho más atrás y pasó sin siquiera mirar al rey... Yo no sé si esto es lo normal...”. Quintana comentó después que entiende las limitaciones físicas que tiene, pero, aún así, insistió: “Pararse yo creo que sí se puede parar”. El propio Echenique respondió a ese comentario en las redes sociales, recordándole las limitaciones que tiene y lo que hizo ante el rey: “Estimada @anarosaq, con la derecha conduzco la silla y la otra no la puedo levantar, así que llevarla al corazón... Me paré el mismo tiempo que todos, incliné un poco la cabeza y di los buenos días al rey, sólo que fuera de tu encuadre. Ya manipuláis con cualquier gilipollez”.

Melilla retiró la penúltima estatua de Franco que quedaba en pie en España.

La estatua del caudillo, la penúltima que quedaba en pie en nuestro país, fue retirada este martes en la ciudad autónoma de Melilla, a propuesta del Gobierno regional que salió adelante con el apoyo de los tres partidos que lo conforman, Coalición por Melilla, PSOE y Ciudadanos. El PP, grupo mayoritario de la Asamblea con 10 de sus 25 diputados, se abstuvo, y Vox, que solo tiene un escaño en la Cámara regional, votó en contra. Existe un enorme conjunto escultórico en Santa Cruz de Tenerife erigido en marzo de 1966. La última estatua franquista aún no retirada es el monumento a la Victoria, popularmente conocida como “Monumento del Ángel”. El autor de la misma es Juan de Ávalos, artista que dirigió la obra escultórica símbolo máximo del franquismo, las del Valle de los Caídos.

Las caras de los diputados de Vox cuando todo el Congreso aplaude de pie.


Miguel Perera

El Supremo falla que la 'faena' de un torero no es una obra de arte.



 
40 años del 23-F en viñetas.

Ese es el título del editorial de la decimoséptima entrega (número 16) de Tebeosfera, un especial con motivo de los 40 años del 23-F en el que se hace un repaso por las viñetas sobre el asunto. ¡Los lean, coño! “En este número, coordinado por Félix López, se ofrece un apartado monográfico dedicado a analizar la representación en las viñetas de humor gráfico y en los cómics del fallido intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, más un conjunto de reseñas sobre tebeos tangentes con esta cuestión y dos artículos de miscelánea, además de otras reseñas de otras publicaciones”

“Todo hombre que empieza a vivir de una manera seria por dentro, empieza también a llevar una vida más sencilla por fuera”. (Ernest Hemingway).

Gregorio Sánchez, más conocido como Chiquito de la Calzada, tendrá una escultura de bronce de dos metros en el parque malagueño que lleva su nombre. No es tan chiquito ese personaje cuyos inicios en el mundo de la comedia, con “no puedorrrr”, “cuidadorrrr” o “hasta luego, Lucas”, no fueron en su España natal, sino en Japón.

Ocaso en el Mediterráneo.

El Roto.

El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, Eneko, Manel F., Vergara, Enrique, Nieto, Miliky y Duarte. J.R. Mora  






La fábula del salario y el alquiler


Sobre la vilencia.


El nuevo socisalismo

Los muy patriotas.

...hasta enterrarlos en el mar..

Acabar con las inmatriculaciones.

Riesgo extremo.








Pep Roig, desde Mallorca: Hagan cola, La piedra con la que dos veces tropezar, Contra lo rutinario, Panorama en negro, Visiones…






Los vídeos de esta semana.

Adolfo Suárez y el 23-F

Felipe VI hace un encendido elogio del papel de Juan Carlos I en el aniversario del 23-F

Felipe VI reivindica la "firmeza y autoridad" de su padre el 23-F

El nacionalismo se une en el 23F: "Este Estado y los pilares que lo sostienen son un candado"

Aitor Esteban muy clarito sobre la "conmemoración" del golpe de estado del 23F

 

Jon Iñarritu, de Euskal Herria Bildu: «Si tan ejemplar es la monarquía, ¿qué problema hay para retirar la inviolabilidad?»

Polònia.


 

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