Casado aplica el manual de Donald Trump.
Así se titulaba el pasado
sábado, el artículo en Eldiairo.es de Iñigo Sáenz de Ugarte. Y,
tras una primea parte en la que describe lo ocurrido en el Congreso con la
aprobación por los pelos de la Reforma Laboral, Sáenz de Ugarte continua:
“Además del consabido recurso al Tribunal
Constitucional, donde espera tener un público receptivo, Casado apuntó
directamente el viernes a Batet: “Vamos a pedir a la Mesa del Congreso que
reconsidere este atropello. Si no lo hace de inmediato, la presidenta del
Congreso podría estar prevaricando, y tendría consecuencias judiciales para
ella”. Con el PP, enseguida terminas llegando a las amenazas, como cuando un
grupo criminal avisa a un comerciante de lo que le puede pasar si no paga una
cantidad mensual a cambio de protección. El PP dio un paso más al exigir a
Batet que no envíe la resolución para su publicación en el BOE, que supondría la
confirmación definitiva del decreto. Si Batet no lo llevara a cabo, entonces sí
que se le podría acusar de prevaricación, ya que entre sus funciones no está la
de decidir al día siguiente qué votaciones de la Cámara tienen validez y cuáles
no.
Sáenz
de Ugarte describe lo ocurrido en Estados Unidos con Donald
Trump, quien exigió a su vicepresidente, Mike Pence, que rechazara el 6 de
enero de 2021 la convalidación de los votos electorales aportados por cada
Estado y que certificaban la victoria de Joe Biden en las elecciones. “Pence se
negó después de consultar a expertos jurídicos. Entre las artimañas de la
conspiración posterior, los abogados de Trump acusaron a la empresa fabricante
de las máquinas con las que se vota en EEUU de haber hackeado los aparatos –en
connivencia con personas relacionadas con George Soros y el Gobierno de
Venezuela y ayudados por ‘inmensas cantidades de dinero comunista’– para robar
la victoria a Trump. Decenas de autos judiciales en su contra y la ausencia de
pruebas reales sobre el supuesto fraude no impidieron a Trump mantener la
conspiración sobre el fraude que le arrebató la victoria en las urnas. El
expresidente norteamericano creó el modelo en que se mira el PP para cuestionar
la legitimidad del Gobierno en España y sus principales decisiones. No importa
las pruebas que tengas. Lo que cuenta es sostener que el rival político es un
enemigo de la democracia dedicado a prácticas fraudulentas. Si lo de la trama
denunciada por los abogados de Trump en la que figura hasta Venezuela sonó a
chiste, no es menos ocurrente la que se inventó en la noche del miércoles el
director de comunicación digital del PP, para el que un gesto de Sánchez en la
confusión surgida tras el primer error de Batet confirma sin lugar a dudas que
todo estaba preparado.
“Casado incidió en la
idea de la conspiración general cuando dijo que el Gobierno ya ha intentado
controlar ‘la Fiscalía, el Consejo de Estado, los reguladores, la CNMC y la
CMNV, el CGPJ, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional, y ya solo les
quedaba atacar al Parlamento’. En realidad, es el Partido Popular el que
cuestionó el sistema de voto telemático del Parlamento después de que los
servicios informáticos y los letrados de la Cámara hubieran confirmado que no
hubo ningún error técnico en su funcionamiento.
Sáenz de Ugarte concluye
que “el PP lo tendría más complicado si no recibiera tanta cobertura mediática
favorable con este tipo de actuaciones. La Razón tituló en portada el viernes
que ‘la reforma laboral se convalida vulnerando los derechos fundamentales’,
como si fuera un hecho obvio. Carlos Herrera llamó indecente en la COPE a Batet
por no repetir la votación. Juan Carlos Girauta lo definió en ABC como ‘una
violación en vivo de la esencia parlamentaria’. Juan Manuel de Prada optó por
otra conspiración, ‘un tongo con luz y taquígrafos’ en el que el PP habría
encargado a Casero que votara a favor para permitir la aprobación de la reforma
(…) Quien sí cuestionó desde la derecha la campaña del PP fue Federico Jiménez
Losantos. Básicamente porque no puede ver a García Egea por su enfrentamiento
con Isabel Díaz Ayuso: ‘A ver, Pablo, que tienes en tu mano derecha a un tonto
(por Egea) cuya mano derecha es lelo (por Casero). Han quedado como idiotas.
Dicen que es un error informático. No hay ningún error informático. Se confirma
el sí y el no dos veces en el ordenador. Estaría viendo porno’. No está claro
qué es peor para la salud democrática del país. Que el PP sostenga que el
Gobierno corrompe todas las instituciones a cuenta del error de uno de sus
diputados o que la única crítica clara y rotunda desde la derecha esté
confeccionada a base de insultos”.
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