Casado y el Gordo de Navidad.
“Con Pablo Casado –escribía
en ElPlural.com Antonio Avendaño el domingo, 13-D, día de elecciones en
Castilla y León– cuando sale en la televisión, me sucede como con los
telediarios el día del sorteo de Navidad, que le quito el sonido al aparato.
¿Qué tiene el actual presidente del PP que, al escucharlo, le entran a uno unas
ganas incontenibles de ser injusto, sectario, intransigente, descaradamente
parcial? El 22 de diciembre, acostumbro a sabotear los informativos porque no
me ha tocado el Gordo, como un niño malcriado que se enfurruña porque la
familia no se pliega al último de sus antojos. El mío de ese día siempre es que
me toque el Gordo: el silencio informativo del 22-D es mi venganza contra los
premiados, contra el azar y contra la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas
del Estado, que les vayan dando al azar, al Estado, a las Loterías y a los
capullos que salen en pantalla descorchando botellas de El Gaitero, los muy
ratas, ¡millonarios y bebiendo sidra!, a 1,84 euros la botella de tres cuartos
en Alcampo, menudos cutres…
“No debo ser el único.
Seguro que Cayetana Álvarez de Toledo también le quita el sonido al telediario
cuando sale Casado. Debe ser duro saberse infinitamente más lista, más culta,
más oradora, más borde y más de derechas que ese mediocre que lidera, ¿lidera?
¡ja!, el partido de derechas que tú estabas llamada a dirigir por méritos
propios, y no prestados como los de él. Cuando en Génova le dieron la patada a
Cayetana pensamos que ella se lo había buscado por ser demasiado de derechas,
pero luego hemos comprobado que Pablo no pudo echarla por eso porque él mismo
ha demostrado ser tan de derechas y aún más que Cayetana, solo que él lo es por
la puerta de atrás, como a escondidas, sin atreverse a declararlo de frente y
sin complejos. Que un partido ponga como jefe a un Casado teniendo en sus filas
a una Álvarez de Toledo da una idea bastante aproximada del funcionamiento de
la política hoy en día. La única ventaja de Pablo es que, al contrario que
ella, él es capaz de modular a conveniencia y sin escrúpulos su ideología
conservadora, ahora soy de centro y machaco a Santiago Abascal, pero ahora soy
de extrema derecha y me paso por el forro el aplauso de Bruselas a España por
su gestión de los fondos europeos o a los letrados del Congreso descartando un
error informático en el voto telemático del diputado Casero.
“La gestión del caso Casero retrata a Casado
aún mejor que su arriesgada decisión de forzar las elecciones en Castilla y
León o que sus temerarias mentiras sobre los fondos europeos. Los políticos son
gente que suele debatirse entre la verdad y la utilidad: un exceso de la
primera los paraliza, pero un exceso de la segunda los envilece. En el caso
Casero, Casado ha optado por la utilidad, prima hermana del cinismo, pero lo ha
hecho con tal desprecio de la verdad que muchos de los suyos estarán
avergonzados de tener que defender en público trolas como que los derechos
políticos de Casero han sido conculcados porque no pudo rectificar un error que
jamás la Mesa del Congreso ha permitido rectificar a ningún diputado”.
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