miércoles, 8 de junio de 2022

La comparsa feminista del carnaval de Cádiz.

 

La comparsa "We can do...Carnaval".

Por primera vez en la historia un grupo con presencia femenina se ha clasificado en el carnaval gaditano para la final en las cuatro modalidades que compiten —coros, comparsas, chirigotas y cuartetos. “Lo aplaudo y me siento orgullosa de las mujeres que han dado ese paso —ha dicho Mirian Peralta, periodista que sigue las retransmisiones televisivas del juzgado— pero tampoco quiero lanzar las campanas al vuelo porque 2022 me parece un año muy tardío. Llega tarde en comparación al nivel de representación que hemos alcanzado en otros ámbitos de la sociedad”.

En 1914, un grupo íntegramente femenino ya contaba con cierto recorrido al desobedecer las convenciones de la época con “Las petit's criollas”, en cuya autoría participó Manuel López Cañamaque, toda una leyenda de la primera mitad del siglo XX. En una foto en la que seis mujeres y una niña posan con un sombrero, puede leerse la inscripción: murga feminista. Aquella agrupación llegó a actuar hasta en el madrileño Circo Price. En 1980 llegó una verdadera anomalía: una chirigota íntegramente femenina. “Las molondritas” revolucionaron la ciudad, y tuvieron que soportar infinidad de críticas, al igual que sus maridos, carnavaleros que ayudaron con la letra y el aprendizaje de los instrumentos. El Ayuntamiento las invitó a actuar en la final, cantaron también en diversos actos y municipios, y aparecieron en un reportaje de TVE. Cuatro décadas después, ninguna chirigota como aquella había vuelto a pisar las tablas del Falla.

Marta Ortiz —pedagoga, bailaora y profesora de danza— se encargó este año de la letra y la música de la comparsa “¡We can do... Carnaval!”, y su debut no podría haber sido más exitoso. Se trata de la primera agrupación gaditana integrada y escrita exclusivamente por mujeres, que ha llegado a la final, conquistando el cuarto premio. En todo el concurso, solo ella y Patricia Olazábal participaban como autoras, aunque Olazábal comparte la responsabilidad con varios autores. “Es un porcentaje irrisorio —asegura Ortiz—. Decía Virginia Woolf que una mujer, para escribir, necesita dinero y una habitación propia, y esa frase es maravillosa para extrapolarla al carnaval. Una habitación propia como metáfora de la necesidad de tiempo, de intimidad, de espacio. Eso en la mayoría de los casos no se da, porque estamos fagocitadas por las obligaciones opresoras del día a día. La mujer actual tiene que estar formada, trabajar fuera y encargarse del trabajo interno, los cuidados de la casa y los hijos... ¿Me puede explicar alguien de dónde saca una mujer tiempo para escribir un repertorio?”.

El carnaval de Cádiz se divide en dos vertientes: la oficial, en el teatro, y la callejera, donde las agrupaciones no están sujetas a reglamentos ni a repertorios estipulados. Ahí ya hace tiempo que las mujeres gaditanas alcanzaron protagonismo, hasta convertirse en algunas de las chirigotas más buscadas por los aficionados. Pero, reconoce Jorge Decarlini en Público, actuar en el Falla supone exponerse mucho más a las críticas, que pueden ser feroces, y requiere redoblar los ensayos para perfeccionar aspectos como la afinación y la instrumentación. Con ese “We Can Do It!” siempre presente, se estrenaron en la fase de preliminares, y no desaprovecharon ni una de las piezas del repertorio para transmitir su mensaje. Así se plantó en el Falla este grupo: “con descaro y mucho esfuerzo, sacando tiempo de donde no lo había y convencidas de la idea que tenían entre manos”. Para el nombre y el tipo —disfraz— se inspiraron en un cartel estadounidense originario de la Segunda Guerra Mundial y popularizado luego, en los años ochenta, al ser adoptado por el movimiento feminista.

Comparsa, We can do Carnaval - Gran Final




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