jueves, 30 de marzo de 2017

Estibadores de Barcelona recibieron a Rajoy con un escrache.

  Estibadores de Barcelona recibierona Rajoy con un escrache.
 Un momento de la reunión entre representantes de la patronal y de los sindicatos de los estibadores.

Centenares de estibadores recibieron el pasado lunes a Mariano Rajoy, con un escrache. El presidente del Gobierno había acudido a Barcelona, donde se inauguraba una jornada sobre inversión en infraestructuras. Y en las inmediaciones del Palacio de Congresos fue recibido puño en alto, en medio de bengalas y petardos encendidos y al grito de “Ni un paso atrás” y “Dónde están, no se ven, los ladrones del PP!”. Albert Gil, un representante del comité de empresa de los estibadores, en declaraciones a los medios, dijo que esperaban superar las discrepancias que tienen con el Gobierno sobre la reforma de la estiba “negociando, pactando y dialogando”.  Añadió que existe una “realidad y unos derechos laborales”  y que el decreto ley se “extralimitaba”, por lo que consideraba que había que cambiar esta norma.

Durante la protesta, obligó a cortar durante unos minutos la circulación por la céntrica arteria de la Diagonal. La patronal Anesco y los estibadores volverán este miércoles a las mesas de negociación para tratar sobre los aspectos laborales de la reforma del sector que promueve el Gobierno, después de que la pasada semana las conversaciones quedaran en vía muerta y con las posturas enfrentadas. La plantilla exige que se aseguren los puestos de trabajo actuales y que el convenio colectivo del sector sea de obligado cumplimiento para las empresas, con condiciones laborales pactadas y mecanismos de bajas voluntarias acordadas.

La reunión entre los sindicatos de estibadores y la patronal Anesco del pasado jueves quedó varada en 'vía muerta' apenas una hora y media después de su inicio, al presentar la representación de las empresas una propuesta que “chocaba frontalmente” con el objetivo del mantenimiento del empleo e “imposibilitaba el acuerdo”. Así lo indicó el dirigente de Coordinadora de Trabajadores del Mar, Antolín Goya, quien indicó que las empresas habían planteado “cambiar prácticamente todo el convenio colectivo del sector”. La propuesta presentada por la patronal era la tercera que se presentaba en una semana. Moncloa mostró su enfado con las empresas estibadoras. El Ejecutivo estaba valorando la opción de aceptar parcialmente el ofrecimiento de los sindicatos, una rebaja salarial media del 6%, aunque insistía en señalar que la reivindicación de incluir la subrogación de trabajadores por parte de las empresas era imposible. Y la patronal recuperó el protagonismo perdido y puso encima de la mesa la propuesta que hizo saltar por los aires la negociación. Las condiciones incluían una rebaja salarial del 30% y se olvidaba de la subrogación obligatoria de los trabajadores. La línea entre ambas partes parece más rota que nunca en un momento especialmente delicado.

Los sindicatos de los estibadores y la patronal del sector Anesco alcanzaron ayer un principio de acuerdo sobre los aspectos laborales de la reforma del sector, que no contó con el apoyo del Gobierno. En concreto, el Ejecutivo rechaza el punto del acuerdo que recoge la subrogación de los empleos mediante una disposición normativa con rango de ley. Sindicatos y patronal expresaron su "sorpresa" ante el hecho de que el Gobierno haya rechazado el acuerdo sectorial, en contra de lo que venía manteniendo hasta ahora. Anesco lamentó que el Gobierno no se haya sumado al pacto, aunque confía que la situación se pueda reconducir en breve. Goya dijo que el acuerdo es fruto de “un gran esfuerzo”, y explicó que han aceptado una mayor rebaja salarial, de hasta el 10% frente al 6% propuesto inicialmente, que haya un ajuste por prejubilaciones e incluso dejar de pedir que el mantenimiento del empleo se articule en el decreto de reforma del sector y se haga en un “instrumento legal”.

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