domingo, 6 de octubre de 2019

En qué se distingue la izquierda de la derecha, Almeida en el colegio y los museos más raros del mundo.


Afirmar que la izquierda es lo contrario de la derecha, no nos aclara mucho. Y resulta complicado encontrar el hilo conductor que las vincula entre sí. Para abordar esta cuestión, no queda más remedio que recurrir a generalizaciones, a riesgo de ser injustos o de equivocarnos. Personas que se presentan como de izquierdas, en el fondo, puede que no lo sean tanto, mientras que otras que otras que se consideran de derechas se engañan sin saberlo, intercambiando sus papeles. A la hora de fijar los contenidos y responsabilidades de cada grupo a veces caemos en la confusión y tampoco existe unanimidad de criterio a la hora de establecer el baremo para juzgarlos. “Para complicar aún más las cosas —advierte Andrés Herrero en un artículo publicado en Infolibre el pasado 15 de marzo—, izquierda y derecha tampoco parecen ser conceptos estables en el tiempo, sino que van mudando históricamente. ¿Empezó la izquierda a existir a partir de la Revolución Francesa, o lo hizo mucho antes, con Espartaco? ¿Una rebelión de esclavos la consideramos de izquierdas, o no? ¿Y la resistencia frente a un invasor o un tirano? ¿Es posible que la izquierda haya estado siempre entre nosotros —camuflada bajo distintas apariencias y denominaciones—, desde el primer momento en que el ser humano puso el pie sobre la tierra? ¿Qué distingue a la izquierda de la derecha? ¿Una postura política e ideológica? ¿Un compromiso con unos valores? ¿Una línea de conducta? ¿O una suma de todo ello? ¿’Ser’ de izquierdas o de derechas es algo que se elige o que nos viene dado? ¿Algo que pertenece a la esfera de la personalidad, del pensamiento, o del comportamiento? Nuestras posiciones políticas e ideológicas son consecuencia de nuestras necesidades e intereses. Cuando estos entran en conflicto con los de los demás, nos enfrentamos con ellos. El factor invisible que permite calificar a una persona como de derechas o de izquierdas, son los intereses que defiende y los métodos de que se vale para hacerlo, y no el carnet de partido”.


Obviamente, para Andrés Herrero no existen razas puras de personas de izquierdas o de derechas, sino cruces y variedades diversas con mayor o menor grado de desviación del modelo. “No olvidemos además que, en numerosas ocasiones, el miedo y las circunstancias obligan a los humanos a comportarse de forma muy distinta a cómo sienten y les gustaría. Una anciana judía superviviente de los hornos nazis confesaba que, cada vez que alguien la trataba con amabilidad, no podía evitar preguntarse cómo se habría portado con ella esa misma persona en el campo de exterminio. Porque, en cada contexto, nuestra personalidad y nuestra conducta cambian para adaptarnos a él. Resulta evidente que no tratamos con la misma deferencia a los de ‘dentro’ (los miembros de nuestra propia familia, círculo, nación, religión o profesión), que a los de ‘fuera’ (extraños, inmigrantes, extranjeros, clientes desconocidos, etc.), por poner un ejemplo. Como es lógico, ni la gente de derechas se comporta siempre mal, ni la de izquierdas siempre bien. No se trata aquí de una película de buenos y malos, sino de regulares. Al margen de sus intenciones, las soluciones de izquierda han sido en ocasiones peores incluso que las de derecha, y no se puede afirmar que haya cometido menos errores que su rival. Sacrificar el individuo a la comunidad no es mejor que sacrificar la comunidad al individuo. Se trata de dos planteamientos igualmente nefastos. Por desgracia, a la mayoría de los humanos lo colectivo nos motiva menos que lo individual, razón por la que nos resulta tan difícil construir un proyecto común solvente. Lo que certifica, sin margen de error, si una persona es de izquierdas o de derechas, es qué pesa más en ella, si el egoísmo o la conciencia. En descargo del egoísmo, hay que señalar que, en sí mismo, no es negativo —buscar lo mejor para el individuo constituye un arma de supervivencia de la especie—pero su inflación y desmesura lo tornan tóxico. Ese es el motivo por el que nos hemos vuelto maestros en eufemismos, composturas y justificaciones, y especialistas consumados en blanquear las conciencias con rezos, obras de caridad y filantrópicas, a falta de prodigar un trato más decente a nuestros semejantes”.

¿En qué se distingue derecha de la izquierda?

La ética de la derecha es más laxa que la de la izquierda, y coincide básicamente con su conveniencia. La derecha tiene un componente más personal, y la izquierda, más social. La derecha ha bendecido la esclavitud, la trata de negros, la colonización, invasión y rapiña de otros continentes, y, hoy en día, la precariedad laboral, el que no haya empleo para todos, o que alguien que trabaje sea pobre en nombre del mercado y el negocio (¿de quién?). Y todo ello sin sonrojarse ni inmutarse. La mentalidad típica de la derecha es la del león: sostener que la vida es una selva y que cada cual tiene que abrirse camino en ella a zarpazos. La de la izquierda, en cambio, es intentar trascender nuestra innata condición animal. La primera cree en un orden jerárquico natural de seres superiores e inferiores; de cazadores y presas; de ganadores y perdedores; y la segunda en la equidad, en una sociedad digna para todos, sin señores ni siervos. “La derecha confía en el poder de la fuerza sobre el de la razón, mientras que la izquierda invierte esos términos. Para la derecha el fin justifica los medios, mientras que para la izquierda no. La derecha se considera mejor materialmente, y la izquierda moralmente. La primera apuesta por mantener la sociedad existente y la segunda por transformarla: la batalla entre lo real y lo utópico está servida. La izquierda aspira a compartir y vivir en igualdad; la derecha a poseer y dominar. El triunfo de la derecha es el de la competitividad sobre la cooperación; el de la depredación sobre la convivencia; el del individuo sobre la sociedad y el del interés privado sobre el general. Desde un punto de vista estrictamente biológico, la derecha representa el instinto más primario de la especie, y la izquierda el más evolucionado. Esto no significa que la gente de derechas sea menos inteligente, instruida o capaz que la de izquierdas. Al contrario, debido a la posición más elevada que ostenta habitualmente en la sociedad, suele disfrutar de mayores recursos, preparación y conocimientos que ella. Izquierda y derecha constituyen en definitiva una forma de ser y de estar en el mundo. Representan mucho más un talante, una disposición y una voluntad, que una ideología o doctrina política… Como podemos observar, con el capitalismo, la derecha ha encontrado el zapato a su medida, mientras que la izquierda, como Cenicienta, aún anda en busca del suyo”.

Almeida en el programa “La vuelta al cole”

Veamos algunos ejemplos mostrados por la propia actualidad. El sábado, 28 de septiembre, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, participó en uno de esos programas que, por algún motivo, tanto gustan en las televisiones autonómicas. En “Vuelta al cole”, de Telemadrid,Almeida fue sometido a distintos exámenes y pruebas donde tuvo que demostrar a los más pequeños de qué pie cojeaba Madrid y si la conocía bien como su ciudad natal. La primera prueba de la que se examinó fue el minuto en la pizarra, donde tuvo que explicar a todos los niños y niñas en qué consistía ser de ‘derechas’ o ser de ‘izquierdas', dando una explicación que provocó diversas críticas en redes sociales. “Se trata –escribe Gerardo Tecé en Público, bajo el título ‘Almeida como una catedral’– de juntar, bajo el mismo techo, a niños desinhibidos con ganas de hacer preguntas y a famosos que, por algún motivo que la ciencia aún sigue investigando, tienden a desinhibirse al entrar en contacto con niños... En este caso fue Telemadrid la encargada de unir a niños desinhibidos con un alcalde al que ya habíamos visto, sin necesidad de niños alrededor, intentar borrar pintadas encaramado a una valla o provocar atascos mientras denunciaba atascos. Total, que la cosa prometía. Y Almeida no defraudó. Dos momentos llamaron la atención de este encuentro de Almeida con niños madrileños. El primero fue uno en el que el alcalde explicaba, tiza en mano junto a una pizarra, por qué es mejor ser de derechas que de izquierdas: la derecha te da libertad para que seas tú mismo y la izquierda te dice todo el rato lo que tienes que hacer. O algo así. Vamos, lo de siempre. Lo mejor de ver a ciertos políticos dirigiéndose a niños es la cara que se les queda a sus votantes adultos al descubrir que no hay mucha diferencia en el mensaje. Bueno, lo importante es que no se lo tomen a mal. Los adultos. Después de este momento de adoctrinamiento que –gracias a Dios y a la virgen de la Almudena– sucedió en Telemadrid y no en TV3 –la Audiencia Nacional ya no da más de sí– llegó el segundo momento estelar de la noche.


Daniela, una de las niñas encargadas de leer como propias las preguntas que los guionistas del programa habían preparado para el alcalde, lo puso en una tesitura: “Si tuviera que donar dinero para la catedral de Notre Dame, devastada por el fuego, o para el Amazonas, devastado por el fuego, ¿a qué lo donaría?” Sin pensárselo, Almeida entró al trapo de una pregunta cuya respuesta más probable se hubiera pagado barata en las casas de apuestas por la tremenda obviedad. Pero Almeida, que ya era liberal-católico a la edad de Daniela, respondió sin dudar que donaría su dinero a Notre Dame. Mientras los niños flipaban con la respuesta, Almeida seguía completando el argumento. “Nosotros somos europeos y esa catedral es un símbolo de Europa; y sí, el Amazonas será el pulmón del mundo, habrá muchos arbolitos y lo que tú quieras, pero un símbolo es un símbolo”. Con los niños convulsionando sobre el pupitre por el infantilismo de la respuesta y los espectadores esperando la irrupción en el plató de alguien de servicios sociales que los alejara de aquel señor, el alcalde de una ciudad con altos índices de contaminación puso punto y final: “Ser europeos es lo mejor que nos ha pasado”. Los niños, conscientes de que en la Tierra no se respira por el pasaporte sino por los pulmones, se pellizcaban unos a otros. Terminada la faena, Almeida, que dijo haberse sentido como en casa –ha sido como darles un mitin a adultos, he soltado las mismas barbaridades, olvidó añadir– invitó a los niños a ‘visitarlo cuando quieran a su despacho de alcalde’. Una forma como otra cualquiera de expresar –en serio colegas, soy el alcalde– que todo esto sigue siendo, incluso para él, una sorpresa como una catedral. Para él, y para casi todos. La sensación de sorpresa al tener un perfil como el de Almeida al frente del primer ayuntamiento del país tardará en pasarse. Antes acabará la reconstrucción de Notre Dame”.

Almeida rectifica.

Tras el paso de José Luis Martínez-Almeida (PP) por La Vuelta al Cole, el alcalde se justifica y sale del paso diciendo que “nunca hay una sola respuesta correcta”. El alcalde se defiende en una entrevista en La Sexta, pidiendo reconocer que “hay mucha más concienciación con el Amazonas que con Notre Dame” y por tanto, “no pasa nada” por haber dicho Notre Dame. El alcalde cree que “hay que hacerles preguntas o respuestas que generen inquietudes” a los niños: “Sabía que no iba a ser la respuesta que los niños estaban esperando, pero también les expliqué por qué”, declara.  Pero Notre Dame y el Amazonas es tan solo una de las respuestas polémicas del actual alcalde de Madrid. En el mismo programa de televisión, Almeida se atrevió a dar su propia visión sobre la diferencia entre la derecha y la izquierda: “Nosotros vamos a poner todos los medios para que seáis vosotros los que decidáis qué queréis ser. La izquierda, sin embargo, va a querer decidir por vosotros”, explicó a los pequeños.  El alcalde también quiso defender la tauromaquia: “Los toros forman parte de nuestra cultura (...) a mí los toros me gustan, voy, y por lo tanto soy aficionado”. Sin embargo, uno de los niños no se mostró convencido y le cuestionó: “¿A que a los toreros nos les gustaría que a ellos, con una manta roja, les toreasen y les matasen?”.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, recibe la medalla de Esclavo de Honor de la Almudena, la patrona de Madrid.

Otro ejemplo mostrado por Almeida fue su elección de hacer cambiar la ruta de una manifestación convocada por el derecho a la vivienda por el paso de una procesión. Dos semanas después de que el Ayuntamiento denegara el permiso para celebrar los conciertos posteriores a la manifestación en el parque de las Vistillas, donde ya se habían celebrado en dos ocasiones, Almeida obligaba, en efecto, a cambiar la ruta de la manifestación de la Coordinadora de Vivienda por el paso de una procesión. En esta ocasión, el Consistorio madrileño, gobernado por el PP y Ciudadanos, obligó a modificar el recorrido de la marcha porque coincidía en algún punto con el paso de una procesión religiosa, según explicó Alejandra Jacinto, portavoz de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) de Madrid que contaban con el apoyo de 77.000 firmas. La iniciativa fue rechazada con los votos en contra de PP y Ciudadanos, por lo que ni siquiera llegó a debatirse en pleno. Esa misma semana, la PAH presentaba sendos escritos ante el Consistorio y la Fiscalía para exigir que recurrieran la absolución de la exalcaldesa Ana Botella y su equipo tras la condena del Tribunal de Cuentas por la venta de viviendas sociales a un fondo de inversión en 2013. Pero una técnico del Consistorio advirtió a la portavoz de la PAH de que, aunque en ese momento no había programada ninguna otra actividad en el parque, el Ayuntamiento prefería denegar el permiso y reservar el espacio para otras posibles actividades. Alegó que no quería dejar inutilizadas las pistas deportivas que hay en la zona. Y, a tres días de que se celebrase la manifestación, volvió a obligar a los activistas a cambiar la ruta que preveía atravesar la Puerta del Sol. El consistorio alegó que, a las 18 horas del sábado, se iba a celebrar la procesión de Jesús de Medinaceli.


Juan Gabalaui publica en Lo que somos (LQS) el artículo “Desmontando escenarios”, del que extraemos: “La política es puro teatro. Un espectáculo creado para entretener. Los partidos son escuelas de interpretación donde los políticos se convierten en actores, que desarrollan un papel e improvisan a partir de un guión fijo que les marca la naturaleza y la esencia de sus diálogos. Practican la retórica y la oratoria y se mueven como pez en el agua encima del escenario. Se convierten con el tiempo en maestros de la persuasión y de la sugestión. Les enseñan a separar la verdad de lo que cuentan, sin que suponga un conflicto psicológico porque su discurso se enmarca dentro de lo que creen que necesitan los espectadores. Se mueven en múltiples escenarios. Actúan en los mítines, en los debates televisivos, en las tertulias radiofónicas y en las redes sociales. Los periódicos y los programas políticos interpretan cada una de sus palabras y analizan cada uno de sus gestos, el tipo de vestimenta que llevan, su mirada y su postura corporal. Nada escapa a su escrutinio. Todo tiene un significado y si no, se encuentra, se busca o se inventa. El espectáculo debe continuar sin descanso…Es todo tan rápido que se dice lo mismo y lo contrario casi sin darnos cuenta. La coherencia no es un atributo necesario. Tampoco la honestidad. Se puede jugar al juego de negociar sin ningún interés de llegar a acuerdos, pero no se puede decir. No se puede decir que no se formará parte de un gobierno de cooperación, o con el apellido que se desee, porque ni harto de vino el PSOE irá de la mano de Podemos a ningún lado. Necesita diferenciarse. Necesita no contaminarse. Prefiere el riesgo de unas nuevas elecciones al supuesto juicio histórico de aliarse con los populistas. El guión que han redactado va dirigido a crear un estado de opinión sobre quién es el culpable de que no se pueda crear un gobierno de izquierdas. Los groupies están como locos culpando a los otros….

Elecciones. División de las izquierdas.

“Podemos, mientras tanto, sigue en su disparatada carrera que inició poco después de las elecciones europeas de 2014. Decidieron construir un partido vertical, con hiperliderazgo rígido, y limitar la participación ciudadana a un click de ratón. Desactivaron la lucha en la calle y la condujeron a la participación en grandes y simbólicos mítines de marcado carácter publicitario, que actualmente son incapaces de volver a repetir. Absorbieron a pequeños partidos como Izquierda Anticapitalista y Equo y a su principal competidor, Izquierda Unida, a los que han arrinconado en los márgenes con poca capacidad de maniobra política y mínima visibilización mediática. Y a pesar de esto, se han convertido en referencia mediática de la izquierda española, objeto de duros ataques y sucias maniobras propias de las cloacas del estado. Podemos ha hipotecado su política al acceso al poder y ha renunciado a construir espacios sociales de cambio donde las personas sean las principales protagonistas. Ha pretendido revitalizar el mito de que para cambiar las cosas hay que estar en el gobierno cuando estar en el gobierno es el camino más directo para que cambien aún más y se empotren definitivamente dentro del sistema. Un signo de los difíciles tiempos en los que vivimos es que la mejor opción que tienen los electores de izquierda es un gobierno del PSOE y de Podemos. La alternativa se llama Partido Popular, Ciudadanos y VOX. En esto ha quedado la izquierda institucionalizada. Fagocitada por el sistema, derrotada y caricaturizada. Si nos introducimos en la obra de teatro, no vemos más oportunidad que un acuerdo. Si nos convertimos en espectadores, solo podemos ver esta posibilidad. Cambiar la perspectiva es uno de los retos más complicados a los que nos enfrentamos. Necesitamos mirar de una manera en la que podamos desmontar el escenario y crear algo diferente donde las personas podamos ser parte activa y construir algo real, lejos de los artificios y los fingimientos. Tenemos que huir de los hiperliderazgos, de las delegaciones de poder y de los cantos de sirena que se centran en alcanzar el poder institucional. El cambio tiene que estar en nuestras manos y no en las de Pablo Iglesias”.
El drama de ser de 'izquierdas' o de 'derechas' en España.

 Fotomontajes, imágenes y frases sorprendentes de esta última semana:

Entérate.


“No le llamen Martínez-Almeida –comentaban el miércoles en Zeleb–, llámenle ‘el bonico el tó’, el personaje que interpretó Carlos Areces en 'Muchachada Nui'. “Desde que el pasado domingo, José Luis Martínez-Almeida decidiera que era buena idea ir a un colegio y ser entrevistado por alumnos entre 8 y 12 años, todo ha cambiado con respecto al alcalde de Madrid.  Su imagen adoctrinando a los niños sobre la izquierda y la derecha; su elección de Notre Dame por encima del Amazonas y la sensación de incapacidad que deja el primer edil madrileño siguen dando que hablar, tres días después de la emisión de 'Vuelta al Cole' en Telemadrid. Lo mejor, la cara final del alcalde de Madrid. Bueno, y el hecho de que la voz superpuesta de un personaje sobre otro no resulte nada extraña. Y ojo que la legislatura no ha hecho más que empezar”.




Díaz Ayuso se pregunta qué pasará tras la exhumación de Franco: “¿Las parroquias arderán como en el 36?”.

Aguirre, pillada.




Publicación de Me indigna.


Pablo Montesinos, el periodista reconvertido en político, quiere así situar al Partido Popular en el centro. Y, para refrendarlo, hace una pregunta que más que retórica roza la comicidad.¿Izquierda o derecha? España. 



¡La familia de partidos de izquierda crece! (El Jueves)


Juan de Corrales escribió hace más de un año, en “Woman.es”: “Los museos más raros del mundo”. El portal internacional ViajerosPiratas se encarga de clasificar este TOP 10 de museos que no albergan, precisamente, las obras de arte que esperamos... Mechones de pelo, orinales o collares de perro son algunas de las excentricidades que se encuentran en esta ruta que, además, cuenta con dos museos españoles.

Museo del Falo, en Reykjavik (Islandia)

Lo que comenzó en 1997 con una clara misión biológica, ha terminado por ser un lugar de peregrinaje para quienes quieran conocer los falos de todos los mamíferos de Islandia.

Museo subacuático de arte, en Cancún (México)

Abierto en 2009, es el único de su género, al albergar más de 500 esculturas convertidas en la casa de una gran variedad de criaturas marinas, especialmente el coral. La relación entre el arte y el medio ambiente queda más que demostrada en este museo bajo el mar.

Museo del cabello 'Chez Galip', en Capadocia (Turquía)

Cuanto menos curioso. Todo comenzó en 1979, cuando un amigo del dueño le regaló a este un mechón de pelo como recuerdo antes de su partida, y ahora son cerca de 16.000 mechones los que cuelgan en la vivienda troglodita de Galip. El tuyo también puede formar parte de la colección, ¡tienes unas tijeras a tu disposición!

Museo de los moldeados, en París (Francia)

Estudiantes de medicina y maquilladores de caracterización pasan constantemente por este museo albergado en el hospital Saint-Louis, donde se encuentra la mayor colección de moldeados de cera dedicados a la medicina dermatológica. Absténganse almas sensibles (dicho queda), pues las enfermedades de la piel más escandalosas tienen su más fiel representación en este museo.

Museo de las Brujas, en Zugarramurdi (España)

El Auto de Feen (1610) de la Inquisición, ocasionó el arresto de 53 personas en el pueblo de Zugarramurdi, lo que, además de volverlo popular, lo envolvió en una leyenda de brujería y ritos paganos.

Museo del Orinal, en Rodrigo (España)

Inaugurado en 2006, este museo reúne 1.320 piezas históricas, que muestran la evolución de los diferentes tipos de orinal: para hombre, para mujer, para viajar... El museo también cuenta con una colección de escupideras de lo más intrigante.
Museo de collares para perros, en Leeds (Inglaterra)

¿A quién se le ocurriría montar este museo? En el castillo de Leeds se encuentra esta colección de 130 collares, cuya muestra más antigua, casualmente, proviene de España y data del siglo XV.

Museo del ser humano, en Berlín (Alemania)

Por el nombre no es que suene muy extravagante, pero lo cierto es que el tema central de este museo es el procedimiento técnico de preservación y de conservación del cuerpo: la plastinación. El el 'Menschen Musuem' podrás ver 20 cuerpos y 200 órganos humanos.

Museo de los preservativos, en Bangkok (Tailandia)

¿Sabías que Tailandia es el primer exportador mundial de preservativos? No es de extrañar que allí se encuentre este museo.

Museo de los fideos instantáneos, en Osaka y Jokojama (Japón)

La nota gourmet no podía faltar en esta clasificación, y si los fideos son tu delirio, convertirás este museo en un lugar sagrado: un verdadero laberinto lleno de sabores y envases de plástico, y es que tras haber sido nombrados como la invención más grande del siglo XX en Japón, ¿qué menos que dedicarles un museo?

El humor, en la prensa de esta semana: El Roto, Peridis, B.Vergara, Manuel F. Pat, Eneko,  Patxi, Pedripol…








Ahora, Gobierno; ahora, Espana. 

 Intrusismo.
 Las gallinas sin cabeza.



La moderación que divide.

 El verdadero acuerdo.






 Da igual que Vox entre o no en el Gobierno.

Se cuece una sentencia.


 La sombra del 155 planea de nuevo, según Pedripol



Pep Roig, desde Mallorca: El sagaz detective, Contra todo, Naranjas empecinadas, Incendiando razones, La mascarada, Pretextos, Rivera, certifica…








Los vídeos de esta semana: 

¿Por qué votamos por derecha o izquierda? - En tu mente
Almeida clase Polònia - 03/10/2019 Polònia - Polònia - La ruleta de Ciutadans El polifacético, Albert Pla sorprendió el pasado lunes con el estreno de una nueva canción que despertará pasiones entre los independentistas. Bajo el título “Juerga catalana 2”, Pla se inspira en el procés y los hechos de septiembre ante la consellería de Economía y Hacienda y los Jordis. El cantante narra la situación de represión en Catalunya con imágenes de los líderes independistas y se ríe de los españolistas y de los políticos nacionalistas. Pla no cesa y avisa que volverá. Los museos más raros del mundo

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