viernes, 29 de enero de 2021

El “Ruido de la memoria”.

Amparo Rubiales.

María Teresa León y Rafael Albertí.

Amparo Rubiales, doctora en Derecho, socialista, feminista, señala en su blog, “Ruido de la memoria”, publicado en huffingtonpost.es, que Mª Teresa León fue una mujer excepcional olvidada, como tantas otras, mientras sus compañeros triunfaban porque eran hombres. En su autobiografía “Memoria de la melancolía”, Rubiales dice: “En estos comienzos de un año que pensamos sería mejor que el pasado, me he acordado de ella porque he sentido que mi memoria guarda mucho ruido, recuerdos muy diversos. Para Mª Teresa el ruido de su memoria la llevó al olvido, tanto que, cuando después de un larguísimo exilio vuelve a España, en 1977, con su pareja Rafael Alberti, llegó sin memoria; esta había muerto con el Alzheimer que padecía. Su cuerpo murió más tarde sin llegar a saber que estaba en esa España que la obligaron a abandonar. Se acabó, mientras Rafael, su compañero, vivió y triunfó personal y políticamente, todo lo que a ella la terrible enfermedad le había negado”.

Rubiales fue concejal del Ayuntamiento de Sevilla, así como vicepresidenta de la Diputación Provincial de Sevilla. Fue elegida parlamentaria andaluza en 1982 y estuvo en la Cámara autonómica. Fue también la primera consejera de la Presidencia de la Junta de Andalucía, senadora por Sevilla y diputada en el Congreso por Sevilla, además de vicepresidenta Segunda de la Cámara Baja y primera delegada del Gobierno en Andalucía y consejera de Estado. Mª Teresa León fue, según Rubiales, una mujer excepcional que, como tantas otras, fue olvidada mientras sus compañeros triunfaban porque eran hombres. Y reconoce que está costando mucho recuperar la memoria perdida de todas ellas.

“Galdós –escribe Rubiales– estuvo ligado sentimentalmente durante muchos años a otra gran mujer, con una biografía apasionante, difícil de clasificar, pero claramente feminista: Emilia Pardo Bazán, de la que este año se cumple su centenario y que espero se celebre con todo esplendor. Sobre todo, que se lo haga la RAE, que, por tres veces, le negó la posibilidad de ser académica, mientras entre sus miembros abundaban muchos con menos méritos. Machos sí, por supuesto. Otras muchas cosas forman parte del ruido de mi memoria, que ha ensordecido el estupor ante el asalto al Capitolio por los seguidores de Trump, en una imagen que nunca pensamos ver, pero que formará parte de nuestra memoria para siempre. ¿Qué nos está pasando? Muchas cosas, y conviene, como escribe Mariam Martínez-Bascuñán, ‘identificar la amenaza’: La defensa de la democracia se hace también desde la valentía de reconocer que no todas las posiciones son iguales, aunque sea un argumento silenciado con la despectiva acusación de superioridad moral”.

Rubiales reconoce, tal como escribe Javier Pérez Royo, una “coincidencia alarmante”, entre lo ocurrido en el Capitolio y lo que pudo pasar en España. “Una minoría social y política se rebela contra la formación de un Gobierno con base en los resultados de las elecciones. En España también se intentó abortar la formación del Gobierno tras los resultados de las elecciones del 10-N de 2019 por considerarlo ‘ilegitimo’. Así lo vienen afirmando Casado y Abascal un día sí y otro también. Hablamos de polarización en el mundo entero –otra pandemia–, pero no podemos dar por sentada la democracia ni sabemos cómo defenderla de sus enemigos ni poner fin a la desigualdad social que nos consume. De María Teresa León a Trump hay muchísimos años de distancia, pero no tanto entre las causas que la llevaron al exilio y lo que ocurriría hoy si los populismos triunfaran”.

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