La Cámara de Representantes aprueba la destitución a Trump gracias al voto de diez republicanos.
Un día después de que el
vicepresidente Mike Pence se negara a invocar la Enmienda 25 para incapacitar a
Trump, éste se convertía en el primer presidente en ser impugnado por segunda
vez por la Cámara de Representantes, en esta ocasión por la “incitación a la
insurrección”, como único artículo redactado a modo de cargo contra el
presidente Donald Trump. Con los votos demócratas y el apoyo de un nutrido
grupo de republicanos, la Cámara de Representes aprobaba el pasado miércoles el
inicio de destitución (impeachment) contra Trump. El mandatario es el primero
en la historia del país en ser censurado dos veces mediante este procedimiento.
La votación se saldó con 231 síes, entre los que se encuentran 10 votos
republicanos, 197 noes al proceso de destitución y 5 no votados.
La presidenta de la
Cámara, la demócrata Nancy Pelosi que promovió dicha destitución, declaraba el 6
de los corrientes, que el presidente es un “peligro” para la nación. “Por esto debe
ser acusado y condenado por el Senado, en un recurso constitucional que
garantizará que la República esté a salvo de este hombre que está tan decidido
a derribar las cosas que nosotros hemos abrazado”. Y se mostró muy dura con los
asaltantes del Capitolio, asegurando que “estos insurrectos no son patriotas...
sino terroristas domésticos... Fueron enviados aquí por el presidente para
'luchar como el demonio'”.
Carlos
Hernández-Echevarría escribe en Eldiario.es: “Durante los últimos cuatro años
se le ha acusado públicamente de multitud de delitos, pero él sabía que no iba
a ser juzgado por ninguno de ellos. El Departamento de Justicia considera desde
hace décadas que un presidente no puede ser procesado mientras es presidente,
solamente se le puede hacer someter a un proceso de destitución en el Congreso
para apartarle del cargo. Sin embargo, al mediodía del próximo 20 enero como
muy tarde, los fiscales podrán acusarle como a cualquier otro ciudadano. Tras
el asalto al Congreso por parte de sus partidarios, la fiscalía federal de
Washington DC ha confirmado que va a investigar si Trump incitó a la violencia
minutos antes de la invasión. El presidente se dirigió a la multitud junto a la
Casa Blanca y les invitó específicamente a acercarse hasta el Capitolio… Nunca
recuperas tu país con debilidad, tienes que mostrar fortaleza”, añadió
inmediatamente. Pero incluso si se libra de cualquier responsabilidad en el
último desastre, tiene ya varios líos legales esperándolo para cuando salga de
la Casa Blanca.
El todavía presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, llevaría semanas sopesando la posibilidad de
autoindultarse de manera preventiva antes de abandonar la presidencia el
próximo 20 enero, informa The New York Times, apoyándose en testimonios de dos
fuentes distintas. La noticia se publica al día siguiente del asalto violento
al Capitolio. Esta decisión, según el rotativo neoyorquino, “marcaría uno de
los más extraordinarios e inéditos ejercicios del poder presidencial en la
historia americana”. Los delitos no han prescrito y nada impide a la fiscalía
procesar a Trump, como probablemente habría hecho en su momento si no fuera
presidente. Sin embargo, esa decisión tendría muchas interpretaciones políticas
y el propio presidente electo Joe Biden dijo durante su campaña que no es “bueno
para la democracia” hablar del procesamiento de un expresidente. De cualquier
forma, Trump podría evitarse el problema con un movimiento inédito, pero
probablemente legal: concediéndose a sí mismo un indulto en los últimos días de
su mandato.
David Axelrod, uno de los
asesores de Obama en la Casa Blanca, ya predijo lo que luego ha acabado
haciendo Trump: “Hará purgas y concederá perdones a sus amigos y aliados. Puede
intentar aprobar un indulto para sí mismo, aunque no está claro si es posible.
Puede perdonar a la gente de manera profiláctica por cualquier delito que hayan
cometido en el cargo”. Desde que Trump enfila sus últimos días de mandato ha
indultado ya a una treintena de personas. Entre otras, a Charles Kushner, el
padre de su yerno Jared Kushner, así como a sus excolaboradores, Paul Manafort
y Roger Stone y al general Michael T. Flynn, su primer asesor de seguridad
nacional se declaró culpable en 2017 de haber mentido al FBI sobre sus
contactos con funcionarios rusos. Pero Trump no solo indultó a estos y a otros
personajes, sino que podría autoconcederse un perdón de todos los delitos
federales ‘que haya cometido o hubiera podido cometer’, como el que recibió el
presidente Nixon, y esperar a que los tribunales decidan si es legal. Eso sí, este
‘autoindulto’ sólo le protegería de los delitos federales y él tiene varios
problemas judiciales en la jurisidicción estatal. En particular, en su estado
natal de Nueva York.
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