miércoles, 19 de mayo de 2021

Crisis migratoria en Ceuta, en donde miles de emigrantes nadaron desde Marruecos hasta España.

Miles de inmigrantes atravesando uno de los espigones fronterizos de Ceuta.

Militares del ejército español vigilan durante las devoluciones de migrantes que entraron en Ceuta desde Marruecos.

Unas 8.000 migrantes procedentes de Marruecos –y 4.000 devoluciones–, entre ellos, 2.000 menores de edad, entraron entre el lunes y el martes en Ceuta, cifra que bate el récord de llegadas a España en un solo día por vía marítima. Juan Jesús Vivas, presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, describió el ambiente vivido en las calles como el propio de un “estado de excepción”, pidiendo la acción contundente del Ejecutivo para controlar la situación y denunciando la “pasividad cómplice” marroquí en esta crisis. En “Más de uno” de Onda Cero, en la Cadena Ser y en una entrevista en Espejo Público, el presidente se refirió a la situación como una “avalancha” y una “invasión” que trasciende el ámbito de la “crisis migratoria”.

Vivas pidió una “acción rápida y contundente” y la “devolución inmediata” de aquellos ciudadanos mayores de edad. Y aseguró ser necesaria, en su opinión, “una frontera que actúe de una forma disuasoria ante estas invasiones. Aprendamos la lección, tengamos siempre la guardia alta en la frontera, que es la frontera de España y Europa y tiene que estar bien dotada y no supeditada al vaivén de la diplomacia”. Además, el presidente de Ceuta lamentó que “esta noche hubiera intentos de ocupación de algunas casas vacías y que no sé supiera “la cifra exacta de inmigrantes que ha entrado a Ceuta”. Las Fuerzas de Seguridad del Estado y el Ejército procedieron a la devolución inmediata de los inmigrantes que accedieron de manera irregular, pero ese mecanismo no surtió todo efecto por la pasividad de la policía marroquí que incluso llego a abrir la frontera para que los migrantes pudieran penetrar em Ceuta..

Otra interpretación de estos hechos es la mantenida por Juanlu Sánchez en “Aldía”, quien así explicaba lo ocurrido: “Más de cinco mil personas intentaron entrar nadando desde Marruecos hasta España, por los espigones de Ceuta, en las últimas horas. Marruecos maneja a su antojo el flujo de migrantes de nuestra frontera. Cuando Rabat está contento con España, cierra el paso con la mano dura del trabajo sucio mientras nosotros miramos hacia otro lado; cuando está enfadado, abre la mano. Esta semana Marruecos ha abierto y parece que el enfado viene porque España ha acogido en un hospital de Logroño al líder del Frente Polisario del Sáhara Occidental, Brahim Ghali”. Ignacio Cembrero escribe en El Confidencial: “Marruecos castiga a España con la mayor ola migratoria de la historia”. Interior ya ha dicho que piensa hacer devoluciones en caliente a todos los que pueda y ha enviado refuerzos a Ceuta. El Ejército también se ha movilizado. Si hacemos memoria, recordaremos otro episodio parecido en 2014, cuando Marruecos dejó pasar a miles de personas hacia España como venganza porque la Guardia Civil paró al rey Mohamed VI cuando montaba en moto acuática por El Estrecho. Así de caprichoso es el juego con las vidas, también en la frontera de Europa”.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, viajó ayer en helicóptero a Ceuta para analizar sobre el terrero la crisis migratoria y humanitaria que se ha generado en la ciudad autónoma por la llegada masiva de migrantes desde Marruecos. Posteriormente, el presidente y el ministro del Interior se desplazaron a Melilla, donde Sánchez se entrevistó con el presidente melillense, Eduardo de Castro, y la delegada en Melilla, Sabrina Moh. En una declaración institucional, garantizó que el Ejecutivo trabaja para restablecer el orden y la seguridad en las ciudades autónomas con la “máxima celeridad”, y que defenderá con “firmeza” la “integridad de España”, exigiendo a Marruecos “cooperación” y “respeto a las fronteras mutuas” para poder resolver esta crisis.

La embajadora de Marruecos en España, Karima Benyaich, aseguró que en las relaciones entre países hay actos que tienen consecuencias, “y se tienen que asumir”, en velada referencia a la decisión de España de prestar atención médica al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. Insistió en que hay “actitudes que no se pueden aceptar” y calificó de “inusual” la rapidez con la que ha sido convocada por la ministra española de Exteriores, señalando que no descarta que su Gobierno la llame a consultas en las próximas horas.

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