Árboles a lo largo de una
de las calles de la barriada de Tablada.
La barriada sevillana de
Tablada se formó en la década de los cincuenta al calor de la base aérea del
mismo nombre, un entorno militar que el Ministerio de Defensa pretende ahora
que pase a ser municipal. Para ello, el departamento de Margarita Robles ha
presentado un proyecto de reurbanización que está pendiente de aprobación por
parte de la Gerencia de Urbanismo, lo que no ha evitado la polémica porque
prevé que se talen 389 árboles adultos, según denuncian vecinos y activistas. Advierte
que solo un 26% de todos ellos (102 ejemplares) se encuentra en nivel de
riesgo, por lo que el resto está “sentenciado” a sufrir una tala injusta.
“Precisamente –advertía Sara Rojas el pasado 1 de julio en Eldiario.es– el afán
por ‘salvar el máximo número de árboles posible’ es lo que ha llevado a cinco
asociaciones ecologistas y a cerca de medio centenar de vecinos a presentar sus
respectivas alegaciones ante la administración. Uno de ellos es Jesús Tejada.
Lleva más de tres décadas viviendo en Tablada y varios años luchando por
conservar este ‘pulmón verde único en la zona’. Todas las alegaciones comparten
una misma solicitud: que se realicen ‘estudios detallados e individualizados de
cada uno de los árboles’, toda vez que en el documento del proyecto ‘sólo se
realiza una evaluación del estado fitosanitario del árbol de una forma
genérica’, y, a partir de un estudio que determina el estado de los mismos
‘sólo mediante inspección visual’, según recoge el escrito. Entienden que con
un informe individualizado se podrán salvar los 287 árboles sanos que dan
sombra y cobijo a los vecinos de esta barriada, situada junto a los terrenos de
la Feria y que todavía es de propiedad estatal”. “Un árbol así es
insustituible” –explica Isabel–. No es una farola o un banco, lo que nos
proporciona que cada árbol adulto no se puede sustituir con uno pequeño”.
Familias como la de María Molina y Pedro González consideran una “atrocidad”
que se talen árboles de tal magnitud y antigüedad. “Los beneficios de la
naturaleza son indiscutibles para la calidad de vida de las personas”, señala María.
“Queremos evitarlo por nosotros y por el planeta”, apunta mientras sostiene a
sus hijos. “En general, el requerimiento de los vecinos es que se talen
aquellos que estén enfermos y supongan un riesgo, pero una cifra tan grande es
inasumible”, explica Pedro, quien lamenta que en los últimos años se hayan
talado árboles y no se hayan repuesto.
“Queremos que el valor
ecosistémico que tiene un árbol se respete”, reivindica Isabel Camargo, de la
plataforma “Salva Tus Árboles Sevilla”, desde una de las calles más frondosas
de Tablada. En este sentido, las entidades recriminan que el proyecto que prevé
adecuar la zona de Tablada a los estándares municipales exigibles para que pase
a ser de titularidad municipal no mencione ni cumpla con lo dispuesto en la
ordenanza local relativa al arbolado. Según este texto legal, en el término
municipal de Sevilla no se puede acometer la tala de un árbol sin una
“disposición motivada con carácter”. Por su parte, en relación al proyecto que
se encuentra en fase de exposición pública, fuentes del Consistorio consultadas
señalan que Parques y Jardines ya ha trasladado que aquellos árboles que por su
estado revistan riesgos para la seguridad de las personas y “sean apeados por
Defensa, deben ser sustituidos por igual número o mayor”, como indica el Plan
General de Ordenación Urbana (PGOU). En este sentido, Pedro Martínez,
integrante de la “Red Sevilla por el Clima”, entiende que esta es una
oportunidad para que el Ayuntamiento de Sevilla demuestre su compromiso con “la
emergencia climática”. Una lucha que, a su juicio, “empieza en cada uno de
estos árboles”. Este defensor del arbolado como patrimonio de los vecinos
deplora que si, finalmente, se arrancan centenares de árboles con motivo de las
obras, los niños crecerán y los vecinos se jubilarán sin volver a ver el
característico verde que hoy inunda las calles de su barrio. Con el respaldo
del resto de asociaciones que se han volcado con el patrimonio natural de
Tablada –la Asociación Parque Vivo del Guadaíra, Ecologistas en Acción y la
Asociación Ni Un Árbol Menos, así como Ben Baso, enfocada en el patrimonio
histórico – aseguran que seguirán sumando su voz a la de los vecinos para que
“cada árbol que se pueda salvar se salve”.
Una de las personas subidas que pasó seis horas en el árbol protegiéndose
con una sombrilla.
El miércoles, 17 de
agosto, tres personas pasan toda la mañana en el árbol de la parroquia de San
Jacinto en Triana y, nada más apearse, se reanudan los trabajos para eliminarlo.
La comunidad parroquial lamenta la medida, pero señala que el ejemplar “se ha
convertido en un cáncer que crece de forma desmesurada”. El corresponsal de ElDiarioand
informa que dos vecinos y miembros de la plataforma “En defensa del ficus de San
Jacinto”, Inés M. y Javier R., se han subido a las 7 de la mañana de este
miércoles al árbol propiedad de la parroquia ubicada en el barrio sevillano de
Triana para “parar” lo que califican como un “atentado incomprensible e
inadmisible”. “Estaremos aquí hasta que nos echen”, señalan en un vídeo
difundido por ellos en el que defienden que esta acción de protesta “pacífica”
es “la única forma de reivindicar” que no se tale este ejemplar centenario, una
protesta a la que posteriormente se sumó otra persona y que se completó con
otras encadenadas a la reja del recinto parroquial. Horas después, en torno a
las 13, un equipo de bomberos bajó a los tres jóvenes y, a continuación, se
reanudaron los trabajos para derribar el árbol. Tras seis horas de protesta para
exigir que no se tale el ejemplar “sin considerar los beneficios ecológicos y
ambientales que este árbol en concreto, en perfecto estado, ha dado y da al
barrio de Triana”, los tres miembros de la plataforma atendían el requerimiento
de los bomberos sin oponer “ningún tipo de resistencia”, según explica a Europa
Press Clara Márquez, coordinadora del Pacma en Sevilla. Decenas de vecinos,
curiosos y activistas se concentraron desde primera hora de la mañana en la
calle San Jacinto con motivo de esta acción protesta de la plataforma “En
defensa del ficus de San Jacinto”, que afea a la iglesia y al Ayuntamiento de
Sevilla que no quieran “hacerse cargo económicamente de mantener este árbol
monumental”. Reclaman que “se paralice”,
la tala “hasta contar con estudios científicos de profesionales del arbolado
independientes que completen la información antes de tomar la decisión de
matarlo”. En este sentido, la entidad lamenta que “se le acusa de peligroso por
falta de los cuidados adecuados para su conservación”. Igualmente, se afea a la
iglesia y al Ayuntamiento de Sevilla que no quieran “hacerse cargo
económicamente de mantener este árbol monumental” y reclaman que “se paralice”
la tala “hasta contar con estudios científicos de profesionales independientes del
arbolado que completen la información antes de tomar la decisión de matarlo”.
La comunidad parroquial defiende la medida
del Ayuntamiento.
Un día antes, la empresa
contratada por la iglesia de San Jacinto para llevar a cabo la tala del ficus centenario
ubicado dentro del espacio de la parroquia empezó con las tareas previas de
poda del árbol, lo que obligó a tomar medidas de regulación de tráfico que se
mantuvieron, según fuentes municipales, “lo que duren los trabajos”. Por su
parte, la comunidad parroquial señaló en un comunicado que “nadie más que los
miembros de esta comunidad –conformada por el
párroco, grupos parroquiales, catequistas, entre otros– sienten la desaparición
del ficus centenario ubicado en el recinto de la iglesia”, al tiempo que defendieron
la tala de este ejemplar que “a todas luces, se ha convertido en un cáncer que
crece de forma desmesurada en el lugar menos adecuado, aunque algunos sigan
pensando que es como un bonsai que podemos manejar a nuestro antojo con el
cuidado necesario”. En la nota publicada en las redes sociales de la parroquia,
el consejo parroquial recuerda a los que “creen que ha habido despreocupación
por parte de la propiedad” que ésta lleva “muchos años intentando buscar
distintas soluciones a esta realidad”. “Nadie, ni técnicos, ni profanos
sensibles, ni amantes de la naturaleza, pueden asegurar que, a pesar de
mantener los cuidados necesarios, este árbol no vaya a seguir creciendo en
profundidad por su enraizamiento y que pueda seguir desprendiendo ramas que
puedan ocasionar nuevas desgracias personales como las ya ocasionadas, o
incluso peores”. “La peor decisión fue sembrar este tipo de árbol en este
lugar”, abunda la comunidad parroquial en su comunicado de prensa, en el que
apunta, además, que resulta “anecdótico” que “el mayor porcentaje de
manifestantes” sean personas de asociaciones o entidades “foráneas a este
barrio de Triana”. Por último, defiende las “decisiones y gestiones” realizadas
por el párroco de San Jacinto, Javier Rodríguez, “avaladas y apoyadas por este
consejo”. Igualmente, la comunidad parroquial recuerda que “fueron los partidos
políticos y asociaciones de Triana, reunidas en junta de distrito y sin ningún
tipo de influencia por parte de esta parroquia, quienes dieron el visto bueno a
este proceso, con 18 votos a favor y la única abstención de Podemos”. Dicho
párroco ya había confirmado que “sintiéndolo en el alma, hay que tomar una
decisión drástica”, justificando la tala del ejemplar en que “lo más importante
es la seguridad de las personas y del templo”. Los gastos derivados de la tala
y los trabajos previos a la misma corren a cargo de la parroquia, costes que
“van a ser cuantiosos” y que serán detallados en las próximas semanas por
Rodríguez para que “se sepa” cuál es la situación y los “males” que “está
causando” el ficus. El cura recuerda los informes propios y municipales que
apuntan a la “necesidad de talar” el citado árbol, documentación que fue
trasladada a la Comisión de Patrimonio Histórico de Sevilla para que comprobara
cómo está afectando el ficus tanto al Bien de Interés Cultural (BIC) que
constituye la Iglesia de San Jacinto “como a los viandantes”. El
párroco de San Jacinto decide entrar en directo al programa televisivo de la Cuatro
para cantarle las cuarenta a los periodistas “porque supone un serio peligro
para las personas que acceden al recinto y cuya gravedad ya le ha costado la
incapacidad a una vecina del famoso barrio de Triana”. Por su parte,
ecologistas y numerosos vecinos logran paralizar la tala por orden de un juez. “A
veces –comenta el párroco– los periodistas os
pasáis tres pueblos”. Al hilo de estas medidas cautelarísimas, Javier Rodríguez
irrumpe a través del teléfono: “Por favor, no habléis de la iglesia, sino de la
parroquia”. Y el responsable de ordenar la tala va a más y arremete contra los
trabajadores del programa por no haber emitido bien el mensaje.
La frondosidad del árbol antes de que le
arrancaran sus ramas.
La Comisión Provincial de
Patrimonio Histórico, adscrita a la Consejería de Cultura, apuesta a que sean
“especialistas” los que fijen “el alcance” de las medidas a aplicar a este
árbol. Finalmente, y previa petición del apeo por parte de la parroquia dueña
del ficus por estar en sus terrenos, la Gerencia de Urbanismo municipal concede
la licencia de apeo o tala. La Gerencia analiza, en su momento, tanto la
solicitud de tala como el informe sobre la afección del árbol en la parroquia,
así como el informe de Parques y Jardines en respuesta a la solicitud hecha por
la propia administración local sobre la “viabilidad” de mantener el ejemplar. Sobre
este último punto, el informe municipal señala que “siempre y cuando se tomen
medidas de conservación, no sería necesario el apeo”, toda vez que dichas
medidas recaen en el titular o propietario del BIC, que es la propia parroquia.
El portavoz del gobierno municipal, Juan Manuel Flores (PSOE), explica que la
licencia concedida a la orden de los Dominicos de la iglesia de San Jacinto
para los trabajos de apeo del ficus “no solo estaba basada en la autorización
por parte de la Comisión de Patrimonio de la Junta y en los informes técnicos
que advierten sobre su peligrosidad, sino también en el respaldo de todos los
grupos políticos, a excepción de Podemos que se abstuvo, y de todas las
entidades vecinales que conforman la Junta del Distrito Triana y el acuerdo de
la Comisión Ejecutiva de la Gerencia de Urbanismo, incluido el voto favorable
del PP”. En una nota de prensa remitida por el Ayuntamiento se explica: “No es
una decisión que se haya tomado de la noche a la mañana. Es un debate que se ha
ido produciendo desde hace ya varios años y que tuvo su punto de inflexión en
el grave accidente en marzo de 2021, cuando la caída de una rama provocó seis
heridos, uno de ellos de gravedad. Una caída que se venían produciéndose pese a
las actuaciones de poda, algunas de ellas realizadas subsidiariamente por el
Servicio de Parques y Jardines”. Y el Ayuntamiento de Sevilla, a través de David Guevara, el delegado de Transición Ecológica y
Deportes, explica a los presentes la situación del ficus en cuanto “al riesgo
que entraña para la seguridad de las personas”. La asociación vecinal
Triana Norte plantea a la Junta Municipal del Distrito Triana la propuesta de
instar al Arzobispado de Sevilla “a la retirada del árbol y a la plantación de
un olivo de proporciones más pequeñas y adaptadas a las condiciones físicas de
la ciudad y del sitio”. La propuesta es aprobada “por la mayoría de los
presentes, salvo con la abstención de Podemos”. La concesión de la licencia
viene avalada por el movimiento ciudadano de Triana a través de su Junta
Municipal del Distrito y por el órgano de gobierno de la Gerencia de Urbanismo
y Medio Ambiente con el voto afirmativo del Partido Popular manifestado por su
portavoz, Juan de la Rosa. J. F. Flores reiterado que, “debido a las
características del árbol y las condiciones de su ubicación, en el atrio del
templo, no se puede garantizar su seguridad”, de ahí que se atendiera la
solicitud de apeo presentada por la Orden de los Dominicos, titular del ficus,
previa autorización de Patrimonio de la Junta y los informes técnicos. J. M.
Flores concluye que “es una cuestión ya de seguridad que ni siquiera las podas
garantizan. No es una cuestión de dinero y ni siquiera de quién es el titular
del árbol, de ahí que llamemos a la responsabilidad de los partidos políticos
que se manifestaron a favor del apeo y también la comprensión de la ciudadanía
que se opone a la decisión de la iglesia, que desde el gobierno municipal
entendemos basándonos en argumentos técnicos”.
El árbol de la parroquia de San Jacinto, de 24 metros de altura
sobrevive convertido en un muñón a la espera de que el juez decida su suerte.El ficus centenario cuya
tala, frenada en última instancia por un juez, generó una intensa polémica,
sigue vivo pese a la desoladora imagen que ofrece después de que se le han
arrancado todas las ramas. Su destino real se dirime en el juzgado que detuvo
la tala de manera cautelar pero que ahora se tiene que pronunciar sobre la
cuestión de fondo. Se trata de uno de los símbolos verdes de un barrio que le
ha puesto sobrenombres que van del abuelo al árbol gordo de Triana. “Ahora –escribe
Antonio Morente en ElDiario.es– lucha por seguir con vida tras más de dos días
de trabajos agresivos para derribarlo, que han reducido su majestuoso porte de
24 metros a menos de la mitad, convertido en un muñón sin brazos pero que,
según los expertos, todavía es recuperable, aunque puede que nunca vuelva a
lucir de forma tan esplendorosa como antes. Para salvaguardar lo que queda se
ha colocado arpillera en las superficies de los brazos para protegerlos del
calor, se están regando las raíces y se están aplicando cicatrizantes. Son medidas
reclamadas por las entidades que han puesto el grito en el cielo para que no se
mate al centenario árbol. Se instó a la protección de la albura contra las
quemaduras, programando unas pautas de riegos generosos en hondura y con
frecuencias marcadas por la evolución meteorológica. Todo ello, sin embargo,
puede ser como la última cena del condenado a muerte, porque la paralización
cautelar de la tala no garantiza su futuro. Ahora los dominicos que regentan la
parroquia propietaria del ejemplar presentan argumentos que le llevan a pedir
la eliminación del árbol, como también hará el Ayuntamiento de Sevilla para
justificar por qué concedió la correspondiente licencia para su apeo. Las
razones son dos en esencia: la seguridad de los viandantes (el Consistorio
aduce que desde 2016 se ha producido una veintena de caídas de ramas, lo que ha
provocado heridos graves) y la protección de la iglesia de San Jacinto, un Bien
de Interés Cultural (BIC)”. Las entidades conservacionistas que quieren salvar
al árbol no niegan ni lo uno ni lo otro, pero, por lo pronto, insisten en que
se permita a expertos independientes estudiar la situación para analizar las
condiciones del ejemplar y su afectación real al templo. De paso, reiteran que
se pueden estudiar fórmulas para minimizar los riesgos, y en este sentido
recuerdan que ni se ha barajado algo tan elemental como la colocación de
pérgolas protectoras. Y, a la espera de la decisión final del juez, al gobierno
local no dejan de caerle críticas por su actuación, por mucho que alegue que no
es el propietario del árbol y que son los dominicos los que han tomado la
decisión de talarlo. Eso sí, argumenta que concedió la correspondiente licencia
para ello ante el mal estado del ficus: pudriciones internas, falta de
estabilidad de las ramas, presencia de numerosos hongos xilófagos... La
situación vendría a ser consecuencia de las podas drásticas que ha ido
sufriendo a lo largo de su historia y del entorno en el que se desarrolla este
ejemplar, que se ubica en una plazuela elevada sobre el nivel de la calle,
“algo que le confiere un efecto maceta impropio para el correcto desarrollo de
un árbol de estas características y tamaño”, apunta el informe de los técnicos
municipales de Parques y Jardines.
El Ayuntamiento insiste
en que el estado que presentaba hacía que el árbol fuese “peligroso” ante
episodios de vientos y periodos de sequía prolongados y altas temperaturas. En
cuanto a su impacto en la iglesia, el uso de un georradar detectó la presencia
de raíces en el interior de la parroquia, “lo que hace presumir que los
cimientos del edificio han llegado a ser traspasados por el sistema radicular
del árbol”. Es decir, no se da por hecho, aunque los técnicos consignaron dos
cuestiones: el posible daño en la cimentación “deberá ser evaluado y
dictaminado por un facultativo experto en edificaciones, pero a priori se
estima no es algo conveniente para la conservación futura del edificio”. El
informe municipal también subraya que el ficus, en su estado, “supone un
notable peligro potencial para las personas y usuarios que transitan en el
cruce de calles existentes bajo su copa”. Y se apunta a unos responsables
directos de que se haya llegado a esta situación, la comunidad dominica, ya que
“se trata de un árbol que requiere de una supervisión técnica y control
especializado y constante que, por parte de los actuales gestores y
propietarios del espacio, no se está llevando a cabo”. Pese a que el documento
aparentemente deja más de una puerta abierta, dos meses después (el pasado
mayo) el director general de Medio Ambiente, Parques y Jardines municipal,
Fernando Mora-Figueroa, respaldaba la petición de los dominicos de derribar el
ficus en el último informe que se emitió previo a la concesión de la licencia
de tala. “A pesar del alto valor paisajístico que sin duda tiene el ejemplar”,
apoyaba el apeo ante “la imposibilidad de garantizar totalmente la seguridad de
las personas que transiten bajo la copa por muchas medidas que se tomen”. Pese
a la recomendación del primer informe, ningún experto en edificaciones analizó
la situación. Aquí es donde los conservacionistas reclaman que sea el
Ayuntamiento hispalense el que, de manera subsidiaria, se haga cargo de estos
trabajos, presentándole después la factura a la parroquia. Así lo ha hecho el
gobierno local ya en alguna ocasión, sobre todo después de que en marzo de 2021
la caída de una rama de enormes dimensiones hiriese a seis personas, una de
ellas de gravedad. La parroquia, por su parte, se escuda en que no tiene
recursos para afrontar los cuantiosos gastos que supone mantener en buenas
condiciones un árbol que “se ha convertido en un cáncer que crece de forma desmesurada
en el lugar menos adecuado, aunque algunos sigan pensando que es como un bonsái
que podemos manejar a nuestro antojo”, tal y como rezaba el comunicado emitido
por la comunidad parroquial.
El alcalde, Antonio Muñoz (PSOE), se enfrenta a su
primera crisis real desde que asumió el cargo el pasado mes de enero,
desplazando incluso a la letanía de denuncias por la suciedad de la ciudad que
se ha convertido en el principal reproche a su gestión. Todo esto se ha
traducido en más denuncias, empezando por la de Emilio Carrillo, que llegó a
ser vicealcalde de Sevilla en la etapa de Alfredo Sánchez Monteseirín, que
considera que el gobierno local ha incurrido en un “delito de desobediencia”
por permitir que los trabajos se aceleraran cuando ya se estaba pendiente de
una resolución judicial. Hay amenazas de interponer más denuncias, peticiones
para que dimita el delegado de Medio Ambiente y la reclamación unánime por
estos colectivos de que el Ayuntamiento revoque la licencia concedida para la
tala. La cuestión es más poliédrica de lo que pueda parecer, ya que la decisión
de los dominicos ha sido respaldada por hasta una treintena de entidades de
Triana, incluidas las hermandades del barrio, algunas de las cuales no han
mantenido históricamente la mejor de las relaciones con la parroquia. La
decisión de talar el árbol, de hecho, se abordó el año pasado en un pleno del
distrito, en el que estaban todos los grupos municipales y representantes de
entidades trianeras, obteniendo un respaldo casi unánime: 18 votos a favor y
una única abstención, la de Podemos. La comunidad parroquial también ha apoyado
la medida. Todas las partes coinciden en que es doloroso derribar un ejemplar
de este porte, con sus 24 metros de altura y un tronco con un diámetro de entre
tres y cuatro metros, lo que supone un perímetro de alrededor de 10 metros. Y
todas las partes coinciden también en que un ficus no puede plantarse en un
enclave urbano y junto a edificios, porque la frondosidad de sus raíces acaba
provocando problemas. Pero lo cierto es que lleva ahí alrededor de 110 años, lo
que ahora supone una bendición para unos y un quebradero de cabeza para otros.
Mientras tanto, el muñón de lo que fue este coloso intenta sobrevivir, esperando
que el juez dicte su suerte final.
Red Sevilla por el Clima ha iniciado esta
petición dirigida al Ayuntamiento de Sevilla.
El Ayuntamiento de
Sevilla ha iniciado este año la tala de 2.500 árboles. No lo podemos permitir
como ciudadanos preocupados por el cambio climático y la habitabilidad de
nuestras calles. Algunos de estos árboles están en mal estado y deben ser
evaluados y revisados para reducir riesgo. No todos requieren tala, muchos se
podrían salvar con medidas alternativas. Sevilla necesita mucha más sombra
verde y que cuidemos los árboles de nuestras calles y plazas. Queremos salvar
los árboles y que el Ayuntamiento responda con tres acciones urgentes:
1. Parar la tala
inmediatamente y realizar, mediante profesión<ales, una revisión de la
evaluación de riesgo existente.
2. No llevar a cabo talas
innecesarias en verano, cuando la sombra es más necesaria. Solo las
justificadas por profesionales cualificados.
3. Reponer con especies
adecuadas a nuestro clima todos los alcorques vacíos de la ciudad, ¡unos 12.000
actualmente!, y realizar urgentemente un Plan Director y de Gestión de Arbolado
para aumentar la sombra verde en todas las calles de forma más eficaz.
El clima de Sevilla
necesita muchísimos más árboles y acciones urgentes para frenar el cambio
climático. Juntos queremos construir una ciudad más verde y habitable. Sin
árboles nunca lo conseguiremos.
De regreso a la 'España profunda', a la superstición,
la ignorancia, el atraso, el 'caciquismo'... ¡Y 'Er Juanma', liderando!
Imágenes, fotomontajes y fotos sorprendentes:
“Tuve la inmensa suerte
de poder abrazar el ficus momentos antes de ser descuartizado. Le di las
gracias por la sombra, el oxígeno y la vida que nos regaló durante 110 años y
finalmente le pedí perdón por lo que mi especie estaba a punto de acometer
#ayuntamientodesevillaarboricida”. (Inés Verdeagua)
El ficus de San Jacinto.Tomás García. Biólogo,
profesor de instituto y universidad, columnista semanal en Diario de Sevilla: “Esta
mañana he hablado con una gran persona. Es Fernando Mora Figueroa, Director de
Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla. Me ha asegurado que el ficus se
encuentra en un estado recuperable al 99% y lo están recuperando”.
La edición sevillana del
diario ABC ha publicado una “carta al director” desbordante de machismo,
misoginia y tufo franquista a toneladas. El autor de la misiva se llama o hace
llamar Fernando Alés Villota y tiene a Twitter desconcertado. ¿Acaso Fernando
nos está hablando desde el pleistoceno? Su carta se titula “La caída de la
natalidad” y empieza con un “Leo con pasmo…”. Luego habla de que las mujeres ya
no son femeninas y que si, ojo que vienen curvas, ya no están entregadas a la
“honrosísima tarea de obedecer al marido”.
“Mi partido político es
la democracia… y la monarquía, en contra de lo que mucha gente dice, sí fue
votada” dice Banderas en una entrevista a Andrea M. Rosa del Pino, en El Mundo.es,
el 17 de los corrientes. “Mira, yo soy un demócrata. Mi partido político es la
democracia y aquello que los ciudadanos decidan... Y la monarquía, en contra de
lo que mucha gente dice, sí fue votada en una constitución que se aprobó el 78
y en uno de los títulos de esta constitución, España se define como ‘reino’.
Así que, hasta que no se demuestre lo contrario, eso se decidió y cuando se
plantee otro referéndum, si es que en algún momento se lleve a cabo... A ver
qué es lo que pasa”.
El bulo sobre Franco y la sanidad pública.La sanitaria Elena Casado
Pineda desmiente en Twitter la afirmación de que el dictador Franco fue el que
trajo la sanidad pública y la seguridad social a España. “Si a alguien le
podemos dar el nombre de padre de lo que es la sanidad pública española es a
Ernest Lluch”, recuerda Casado al socialista y exministro de Sanidad que fue
asesinado por ETA en el año 2000. La médica desentraña cómo el modelo sanitario
ha vivido un proceso histórico donde ha tenido fuertes impulsos en etapas distintas
a la dictadura, como en la Segunda República. Es más, el franquismo maltrató la
sanidad en España hasta tal punto que tuvo que recibir un toque de atención de
la ONU. (Tremending)
Cuando el discurso debía centrarse en por qué no podía divertirse una
persona en su tiempo libre por muy primera ministra que sea o sobre lo
incorrecto de invadir su intimidad al publicar el vídeo, el tema se ha ido por
otros derroteros como por ejemplo si había consumido drogas o no. Una vez
zanjado con la prueba de drogas negativa, la actriz y directora Leticia Dolera
ha dado el tema por concluido y ha puesto el foco en otros asuntos que merecen
nuestra atención con mayor urgencia. “Test de drogas negativo. Ok. Ya podemos
volver a hablar de los asesinatos machistas que ha habido este verano en
España. Del cambio climático y la necesidad de medidas urgentes. Del lamentable
estado de la sanidad pública madrileña. De la renovación de CGPJ…”, publicaba
en su cuenta de Twitter. Y es que el tema ha desviado el foco de cuestiones
realmente importantes, donde las vidas de personas están en juego y nada tienen
que ver con lo que haga una primera ministra de un país a 3.000 km de distancia
con su tiempo libre. (Tremending)
El faro La Jument, en la costa francesa, está a dos kilómetros aguas
adentro de la isla de Ouessant y fue construido entre 1904 y 1911 para
señalizar unos peligrosísimos bajos en los que hubo multitud de naufragios.El 21 de diciembre de
1989, el fotógrafo francés, Jean Guichard, especializado en imágenes de faros, sobrevolaba
La Jument. Era un día de fuerte tormenta con olas del Atlántico golpeando
contra la estructura del faro. Dentro, el farero Theophile Malgorn, que por
aquel entonces rondaba la treintena de años, escuchó las repetidas pasadas del
helicóptero y pensó que algo raro podía ocurrir; quizá el piloto estaba
tratando de ponerse en contacto con él por un naufragio o por algún accidente.
Y, de pronto, en una maniobra descabellada que apenas duró unos segundos, abrió
la puerta para ver qué pasaba en el exterior. Guichard vio a aquel hombre en la
puerta y su instinto de fotógrafo le dijo que allí había una composición
perfecta: el hombre y la fuerza de la naturaleza. Empezó a disparar su cámara en
modo ráfaga casi a la vez que una nueva ola gigante empezaba a abrazar la
estructura del faro con toneladas de agua embravecida. En ese preciso instante,
el farero –asomado al quicio de la puerta– escuchó
un trueno seco, como una estampida brutal (el impacto de la ola contra el frente
del faro) y supo que había cometido un tremendo error. Tan rápido como abrió
volvió a cerrar la puerta, justo una milésima de segundo antes de que la ola lo
arrasara todo. Guichard estaba vivo de milagro. En el carrete de su cámara
quedaron impresas 9 imágenes –justo las que su
motor le había dado tiempo a disparar– que le harían famoso de por vida y con
las que en 1990 obtendría el segundo premio en el World Press Photo (el primero
fue para la célebre foto de un manifestante chino parando él solo una columna
de carros de combate en Tianammen). El farero Theophile Malgorn sigue viviendo
en esta isla de Ouessant.
El amor no tiene lenguaje.
Antes de retirar sus nidos porque ensucian consúltalo con la autoridad
municipal. Recuerda que están protegidos por la Ley de Patrimonio Natural. #NoEsPorLaMulta (Aviso de la Guardia Civil)
La Guardia Civil ha
vuelto a alertar a la población, a través de sus redes sociales, sobre las
golondrinas. Tal y como informan en el mensaje que ha publicado la Benemérita,
estas aves, los vencejos y los aviones comunes “comen hasta 800 insectos/día.
No hay insecticida más eficiente ni más ecológico”. Además, nos libran de una
gran cantidad de insectos diariamente. Sin embargo, pueden llegar a ser un
tanto molestos para algunas personas. Los agentes advierten que “antes de
retirar sus nidos porque ensucian, consúltalo con la autoridad municipal. Están
protegidos por la Ley de Patrimonio Natural y destruir sus nidos puede suponer
una gran infracción. Estas aves son una especie protegida a nivel nacional y
europeo, por ello, acabar con un nido de golondrina puede costar hasta 200.000
euros de multa, según la Sociedad Española de Ornitología.
Cachondeo Express. Ahora entiendo lo de
escritura en casi Arameo.
Una comadreja montada 'a caballito' sobre un pájaro carpintero. La imagen fue tomada por Martin Le-May, un fotógrafo aficionado, en un parque de Londres.