jueves, 11 de abril de 2013

El indignante Sampedro.


Galardonado con el Premio Nacional de las Letras 2011, el escritor y economista barcelonés, José Luis Sampedro, presidió la Fundación Cultura de Paz, se sumó, en 2011, al Movimiento 15-M y prologó la edición española del libro “Indignaos”, del francés, Stéphane Hessel. Sobre su muerte, tan comentada en  periódicos y blogs, recogemos el artículo de Aníbal Malvar titulado “El indignante Sanpedro”, en Público.es.  Dice así:

“Pidió un campari, su mujer se lo sirvió con mucho hielo, se lo bebió, se quedó dormido y murió. Lo he leído no sé dónde. Espero que sea verdad. Cuando era más joven, pensaba que el dandismo era patrimonio exclusivo de la aristocracia desencantada de sí misma, byroniana, exiliada, follantisca y algo ociosa. El tiempo, ese monstruo de patas demasiado veloces, me ha ido enseñando que no. Existe un dandismo transversal, con los labios de la muerte en un campari y el corazón aun palpitando en la Puerta del Sol, que es como se ha muerto José Luis Sanpedro (…) Tiene razón Roncone: la vejez no se contagia. Pero la juventud sí. A José Luis Sampedro se le contagió mucho, en estos últimos años, la juventud de Puerta del Sol, de la calle, del grito, del 15-M. Su presencia de indignado en el ideario de la revuelta quincemera resultaba indignante para los derechócratas del PSOE y del PP, para los mantenedores del desorden establecido, para los profetas del neoesclavismo ciudadano. ¿Qué hacía este honorable anciano peinándose rastas ideológicas?

“No tuve la ocasión de conocerlo, pero siempre he tenido ganas de preguntarle a Sampedro por qué, en el 36, abandonó el bando republicano que lo había reclutado como anarco y se pasó al ejército golpista. Él dijo no hace mucho que, por aquel entonces, se sentía fusilable por los dos bandos. Quizá. Un cuarto de siglo convivió Sampedro con el régimen fascista sin mayores sobresaltos, trabajando en los bancos y enseñando en las universidades.

“Hace ya muchísimos años, José Luis Aranguren me contó que, cuando lo apartaron de la cátedra a mediados de los sesenta, la reacción que más le sorprendió fue la de Sampedro, a quien no conocía apenas, y que montó varios pollos públicos jugándose el puesto y el tipo. Aranguren me vino a decir que hasta entonces Sampedro le había parecido siempre un irónico semicómplice del régimen, incapaz de arriesgar más que algún que otro sarcasmo íntimo. No puedo citar la frase exacta con la que Aranguren concluyó el tema Sampedro (han pasado más de 20 años de aquella conversación), pero me vino a decir, el hombre, que hay muchas cosas que se comprenden gracias al estudio del pasado, pero muchas otras solo se alumbran con el imposible estudio del futuro. Sampedro se había convertido, pocos años antes, en best-seller con La sonrisa etrusca. El caso es que Sampedro, a raíz de la razzia franquista contra Aranguren y otros profesores, se va al exilio blando, sin más estridencias, de las universidades británicas y norteamericanas, que tenían el césped más esmeralda que las nuestras porque no se regaban con sangre.

“El tiempo, que suele hacer tanto daño, le vino a Sampedro muy bien. Su largo futuro recién clausurado nos ha permitido conocer mejor hasta dónde puede llegar un hombre. Si algo pudo tener claro el escritor, antes de dormir tras beberse el último campari, es que ya no era fusilable por los dos bandos. Estaba con los indignados y para el poder era un indignante. Demasiado sólido y honesto como para ser susceptible de ataque o identificado en Sol por Cristina Cifuentes. No lo demasiado viejo como para no poder ser contagiado de la juventud del 15-M, apreciado Roncone. Los amantes del tópico se han apresurado a coincidir en que el 15-M se ha quedado huérfano. Yo no lo creo. Como tampoco creo que Olga Lucas se haya quedado viuda: una mujer que lo último que hace por su amado es servirle un campari con mucho hielo, no se queda viuda, se queda esperando un regreso seguro, que Sampedro jamás fue maleducado. Aquí el único que se ha quedado solo es el campari. Y tampoco de eso estoy seguro”.


Recordamos esta entrevista realizada por el Follonero el pasado 31 de enero de este año.

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