jueves, 4 de febrero de 2016

Francisco Rivera y los bebés, hijos de toreros.

Fran Rivera, el torero ante los medios.

Fran Paquirri y otros toreros famosos, toreando con sus hijos.

El lunes de la semana pasada, Francisco Rivera decidió llevar a su hija de cinco meses con él mientras daba un pase de pecho a una vaquilla ensangrentada.  Rivera colgó su imagen en las redes sociales y las críticas cayeron sobre él. En lugar de reconocer su error, Rivera tiró por la calle de en medio y logró condensar, en 140 caracteres, su proeza. Sucedió el mismo día en que el Parlamento Europeo aceptaba a trámite una petición española para que se prohibiesen las corridas de toros. La fotografía del torero con su hija a cestas frente a una vaquilla dio la vuelta al mundo. Desde las páginas de La Repubblica, el escritor y experto en tauromaquia Matteo Nucci escribió un artículo donde se preguntaba: “¿Qué está haciendo Rivera Ordóñez, hijo de uno de los últimos toreros muertos en el ruedo?”. Bild, diario sensacionalista alemán, destacó lo ya dicho por el diestro, que la foto era “una tradición familiar”, poniendo de manifiesto lo que realmente mostraba la imagen: “sólo unos centímetros de distancia entre el toro, con una herida llena de sangre, y el bebé”. Der Spiegel advirtía que, “aunque el animal es una vaquilla y no un toro, que puede pesar hasta media tonelada, la imagen muestra su irresponsabilidad”. Daily Mail, periódico británico recordó que Francisco es “muy popular en las revistas de corazón”. Y recogió, de manera indirecta, comentarios de crítica, destacando, lamentablemente,  cómo “no puede esperarse otra cosa de los españoles”. Los comentarios más duros se publicaron al otro lado del charco. “El Comercio”, de Perú, aseguró: “Lo que para él es una tradición familiar, para los demás es un acto de salvajismo e inconsciencia”. Para The Washington Post, la publicación de la foto coincide con “numerosas voces críticas que se alzan contra los toros en España, ya que la imagen es cruel con los animales y peligrosa para el ser humano”.

La intervención de la oficina del Defensor en Andalucía que dirige Jesús Maeztu fue traslada a la fiscalía. “Comprobada la veracidad de la noticia –justificó– nos reiteramos, como garante de los derechos de los menores, que por mucho que la misma se desarrollara en un entorno controlado por el padre, según ha manifestado el propio progenitor, no deja de ser una situación de riesgo innecesaria para una menor y una decisión que rechazamos totalmente. Asimismo, expresamos nuestro deseo de que no se repitan estos comportamientos y que la repercusión social mediática sirva para que no sea visto y se acepte como normal dicha actuación”. Fran Rivera se defendió atacando al Defensor del Menor. Y, en declaraciones a los medios, afirmó que éste sólo quería “ponerse su medalla, su foto, y decir: ‘yo sirvo para algo’”. El torero se permitió recomendar al Defensor del Menor “trabajar de verdad y luchar por el bien de muchos menores”. Recordó, por ejemplo, los niños sin escolarizar en Sevilla y los casos del niño que se suicidó por un presunto acoso escolar o el del bebé que fue lanzado por la ventana. “He toreado más de 1.500 corridas –advirtió el torero– y estoy totalmente capacitado para saber dónde, cuándo y con qué becerrita, que era de dos años y no más de 120 kilos, puedo enfrentarme”.

El diestro achacó la polémica, considerada como “absurda”, al “mucho escándalo, ruido y televisiones” y justificó que si colgó la foto en las redes fue porque quería compartirlo con la gente que le quiere por el recuerdo “tan maravilloso” que vivió él con su padre. “Fue algo tan especial que quería vivirlo con mi hija y compartirlo con la gente que me sigue en redes y que me quiere”. El torero calificó como “ataque brutal al toreo” las críticas recibidas. Y,  en declaraciones a los periodistas, señaló que la pequeña “no corrió jamás ningún peligro” y que “quien lo piense es un trastornado y un chalado”, a la vez que se mostró “orgullosísimo” de que su padre, Francisco Rivera “Paquirri”, hiciera lo mismo con él.