jueves, 3 de marzo de 2016

Así fue el brutal ataque de la Armada a Greenpeace.



Brutual ataque de la Armada española a una lancha de Greenpeace.

Poco después de que el juez José de la Mata archivara la investigación abierta a dos militares de la Armada y a una activista de Greenpeace por los incidentes ocurridos el 15 de noviembre de 2014, en aguas cercanas a Canaria, la asociación ecologista difundía estas imágenes inéditas de cómo fue el incidente en el que tres activistas resultaron heridos. Uno de ellos, la joven italiana Matilde Brunetti, de 24 años, cayó al mar al volcar la lancha en la que protagonizaron su protesta cuando se produjo la intervención militar y sufrió una fractura abierta de tibia en la pierna izquierda.

Tanto la Armada como Greenpeace presentaron sendas denuncias por el incidente ocurrido entre los militares que protegían las prospecciones petrolíferas de Repsol  y activistas de esta organización. Para el juez, la actuación de la Armada estuvo amparada en la legalidad, mientras que, en el caso de Greenpeace, si bien consideró que su conducta fue netamente antijurídica, entendió que no se podía imputar un delito de piratería a la activista que resultó herida puesto que ni comandaba ni pilotaba la lancha. Según el auto, esta joven no tuvo dominio alguno del hecho ni capacidad sobre las otras tres embarcaciones de Greenpeace que participaron en la protesta, por lo que el juez cree no puede hacerle responsable de ningún delito. Su participación se limitó, según el magistrado, a ocupar una de las lanchas. En cuanto a los militares, el juez considera acreditado que los militares desarrollaban una función de seguridad y de mantenimiento del orden público, protegiendo la zona de exclusión en la navegación marítima. Pero, ante las reiteradas negativas de Greenpeace para retirarse, los militares consultaron a sus superiores nuevas órdenes, por lo que su actuación se ajustó al cumplimiento del deber, limitándose a obedecer las órdenes dadas.

Por su parte, De la Mata entiende que los activistas de Greenpeace mostraron una conducta de clara rebeldía, se adentraron consciente y voluntariamente en una zona de exclusión marítima. Además violentaron la decisión de la Autoridad pública que había prohibido legalmente la navegación en ese área y comenzaron las maniobras para intentar el abordaje del buque de Repsol, mostrando señales más que evidentes de que no pensaban atender las órdenes directas de la autoridad y colocándose voluntariamente en una situación muy peligrosa.

El Ministerio de Defensa negó entonces que la lancha de la Armada embistiera a la embarcación ecologista y subrayó que la intención de los activistas era abordar el barco “Rowan Renaissance”, contratado por la petrolera Repsol para iniciar sus prospecciones. El vídeo grabado muestra cómo varias lanchas neumáticas del barco “Arctic Sunrise” de Greenpeace, con activistas a bordo, se acercaron al buque perforador, y fueron brutalmente interceptadas la Armada, que “embistió repetidas veces”.

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