sábado, 20 de octubre de 2018

Dos estudiantes premiados por la Universidad de Oviedo dan plantón a Felipe VI.


Felipe VI y Letizia Ortiz, a su llegada al Teatro Campoamor, con una bandera republicana al fondo.


Los estudiantes que plantan este año a los reyes.

Diego Fernández y Juan Martínez son dos antiguos alumnos de la universidad de Oviedo con los mejores expedientes de su promoción. Diego, en el grado de pedagogía y Juan, en psicología. Ambos recibieron, como premios fin de grado, una invitación por parte de la fundación Princesa de Asturias a una audiencia y posterior recepción con los reyes de España, en el céntrico Hotel de la Reconquista. Pero ninguno de ellos acudió a dichos actos. Tanto Juan como Diego alegaron, en un comunicado, que enviaron a la directora de la fundación, Teresa Sanjurjo, que estos premios se habían usado “todos los años para hacer un lavado de cara a una institución como la monarquía que cada vez representa a menos personas, sobre todo a las generaciones más jóvenes. Los evidentes casos de corrupción, su relación con dictaduras y ventas de armas o el origen franquista de su implantación en nuestro país no hace sino negar su legitimidad. Nosotros no vamos a atender una invitación de unas personas con estas características que sólo quieren hacerse una foto utilizando nuestro esfuerzo y el de nuestras familias durante años, para tapar sus vergüenzas”, escribieron.

Diego Fernández, de 25 años y natural de Oviedo, cree que, a su modo de ver, “la universidad pública nada tiene que ver con la empresa borbónica y monárquica que representan los reyes de España. Nada tiene que ver una fiesta privada celebrada por y para las élites, la oligarquía asturiana y española, con lo que significa y representa para las personas que hemos pasado por ella un lugar en el que tenga cabida todo el mundo. Y sea realmente pública, accesible, horizontal y que garantice las mismas oportunidades a todo el mundo”. Confiesa que los que realmente merecen un reconocimiento son esos “compañeros y compañeras que se han tenido que dejar la carrera por motivos económicos, que han tenido que estudiar y trabajar a la vez, o cuidar de un familiar con algún grado de dependencia y que no han tenido ni el mismo tiempo, ni los mismos recursos, ni las mismas oportunidades para conseguir lo que yo he conseguido”.

Por su parte, Juan Martínez, de 23 años y de Villaviciosa (Asturias), también critica esa supuesta ‘neutralidad’ que tiene la figura del rey. “Tienen una forma de actuar que no es objetiva ni neutral. Por el contrario, es totalmente una falacia, una artimaña, no representa a todo el pueblo porque no es algo que se vote, y es algo que se hereda”. Con su actitud, pretende mostrar, por un lado, su rechazo al propio sistema monárquico y a la persona que lo encarna, y, por el otro, utilizar su visibilidad para rescatar el caso del catedrático de la universidad de Oviedo que acosó sexualmente (y durante 30 años) a alumnas, algunas de las cuales fueron compañeras suyas de clase. Juan recuerda que pusieron una queja, pero no les hicieron mucho caso y que este año han suspendido al profesor durante 6 meses, “pero nos parece insuficiente. Hay mucha gente que lo ha validado, no desde el apoyo, pero sí desde el silencio. Y echo en falta una respuesta mucho más contundente por parte de la universidad”.

Ayer, las gaitas y tamboriles lograron disimular solo en parte los abucheos, pitos y silbidos procedentes de los aledaños del Teatro Campoamor de Oviedo, donde se registró la ya tradicional protesta contra la monarquía en la gala. Pero en los alrededores del teatro también se concentraron los defensores de la monarquía, que vitorearon al Jefe del Estado y a la reina Letizia. La plataforma convocante que protestó se quejó en un comunicado de que el “prestigio de los Premios Princesa de Asturias no se puede utilizar para lavar la imagen de una institución franquista”. Juan y Diego afirman que “aquellos que nos invitan a sacarnos una foto con los Reyes de España, trabajan todos los días incansablemente para impedir nuestros sueños y los de miles de jóvenes de familias humildes”. Y citan a banqueros como “los Botín, a evasores fiscales como los Masaveu y los Cosmen, a donantes ilegales del PP como Villar Mir, y a otros destacados miembros de las élites económicas y empresariales de Asturias y del Estado Español, miembros del Patronato de la Fundación Princesa de Asturias que, en  realidad, actúa de facto a modo de ‘corte real empresarial’ de los Borbones, siendo muchos de ellos responsables del aumento de las desigualdades sociales, de la progresiva elitización y privatización de la Universidad pública y del sufrimiento de muchas personas”.

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