viernes, 6 de septiembre de 2019

La Iglesia se vuelca en la 13TV para salvarla.


La cadena de los obispos.

La Iglesia Católica ha invertido en los dos últimos años un total de 20 millones de euros procedentes de su asignación tributaria anual para salvar de la quiebra a su cadena de televisión 13TV, una empresa de la que los obispos son accionistas mayoritarios, según los datos publicados por la Conferencia Episcopal.  En 2016, la Iglesia ingresó 268,2 millones de euros procedentes de la recaudación del IRPF, una cantidad que redujo a 264,5 en 2017. En total, casi 533 millones de euros de dinero público que, unido a otros ingresos por actividades económicas y donativos, dejaron un saldo positivo de unos 30 millones de euros después de gastos, y la mayoría fue invertido bajo el epígrafe “aportación a fondos propios TreceTV” (11 millones en 2016 y nueve en 2017).

El dinero, extraído del superávit de sus cuentas, según la auditoría privada encargada por la Conferencia Episcopal a la consultora PWC —la Iglesia Católica no ha estado auditada hasta ahora por ninguna institución pública, ha ido destinado a salvar de quiebra a una cadena deficitaria año tras año. Desde que los obispos la crearon en 2010, 13TV acumula pérdidas de más de 90 millones, según publicó El Español, que incide en que sólo en 2018 registró pérdidas de 7,6 millones, mientras que en 2016 y 2017 perdió diez millones cada año, a pesar de esta inyección dinero público.

Pero esos 20 millones son una pequeña parte de los más de 930 que la Iglesia ingresó en 2017, según estas cuentas. La mayor parte, un 35%, procedió de “aportaciones voluntarias de los fieles”, un total de 320,3 millones donados por los feligreses en “colectas ordinarias, específicas, suscripciones periódicas y otros ingresos sin contraprestación”, sobre los que no pesa ningún tipo de control fiscal, en virtud de los acuerdos entre la Iglesia y el Estado. La Conferencia Episcopal amplió capital y aprobó préstamos para salvar a la cadena, a pesar de su escasa audiencia. A estos hay que sumar otros 213 millones (23% de su financiación) procedentes de “otros ingresos corrientes” provenientes de “servicios diversos, subvenciones, ingresos de otras instituciones religiosas y otras cantidades” que también escapan al fisco. Y, aunque este dinero sí está sujeto a los normales impuestos por actividades económicas, el balance sigue siendo positivo, ya que la iglesia está exenta de pagar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI).

La maniobra financiera para reflotar la cadena televisiva del episcopado fue señalada, en 2017, en una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que advertía que no se pueden utilizar ayudas públicas a actividades que no sean estrictamente religiosas. En este sentido, dicho Tribunal entendía que una ayuda de Estado destinada a una actividad empresarial privada —diferente al culto o a la expresión religiosa es incompatible con el Mercado Único. En España, el Ayuntamiento de Getafe denegó la exención del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras a un colegio católico. Y fueron los tribunales quienes le dieron la razón al consistorio amparándose en la jurisprudencia europea.

Datos como este habrían provocado un conflicto interno en la institución, tal y como asegura Eldiario.es. No todos estarían de acuerdo en destinar anualmente 11 millones de euros anuales a costear Trece TV mientras que Cáritas, organización no gubernamental que gestiona la Iglesia, sólo recibe 6,2 millones de euros al año. “No cabe duda —advierte en este caso El Español— de que cualquier medio tendría motivos para denunciar ante las autoridades de la Competencia el dumping que viene practicando la Conferencia Episcopal en favor de Trece TV. Y más cuando no han sido pocas las televisiones que han tenido que cerrar por carecer de estas ayudas, tan injustas para la leal competencia como injustificables para los contribuyentes.

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