Miles de sudafricanos cantan y bailan, bajo la lluvia, en memoria de Madiba.
Imagen de
Mandela en el estadio FNB.
El presidente, Barack Obama, saluda al presidente
cubano, Raúl Castro.
La lluvia inundó el Soccer City de Johannesburgo
(Sudáfrica), un estadio con capacidad para más de 90.000 personas, que acogió
ayer, entre bailes y cánticos, el servicio religioso en honor de Nelson Mandela, fallecido el jueves
pasado a los 95 años, tras una larga enfermedad por problemas
respiratorios. Llovió ayer intensamente y el agua hizo retrasarse el inicio del
funeral, motivo por el que el estadio no estaba lleno a rebosar, aunque no
disminuyó el ambiente festivo de la
celebración. Según la tradición africana, “si llueve cuando eres enterrado, significa que los dioses te dan la bienvenida
en el cielo”. El multitudinario acto, al que asistieron un centenar de jefes de Estado y de Gobierno del mundo
entero, fue retransmitido por televisión.
En el mismo estadio FNB en donde, hace tres años,
España se proclamaba campeona mundial de fútbol, miles de sudafricanos cantaron
y bailaron bajo la lluvia, honrando la memoria de Mandela. El homenaje al
expresidente sudafricano y premio Nobel de la Paz comenzó con la interpretación de la canción
'Nkosi Sikelele', el himno nacional aprobado durante la Presidencia de
'Madiba' y que tiene letras en varios de los idiomas sudafricanos. Desde el
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, al dirigente cubano Raúl Castro,
pasando por la presidenta brasileña Dilma Rousseff o el jefe del Ejecutivo
español, Mariano Rajoy –junto al príncipe de Asturias–, dirigentes de países de
los cinco continentes homenajearon a Mandela, en una cita que honró la memoria
del expresidente y recordó su capacidad para acercar a los enemigos, superando divisiones políticas y raciales. Obama
y Castro, cuyos países mantienen una rivalidad ideológica desde hace más de 50
años, estuvieron presentes en el mismo
estadio e incluso se saludaron y estrecharon sus manos. El acto duró
unas cuatro horas de gran emoción, en las que líderes internacionales elogiaron
la figura del fallecido expresidente sudafricano. Cyril Ramaphosa,
vicepresidente del gubernamental Congreso Nacional Africano (CNA), dio por
terminada la ceremonia tras la intervención del arzobispo emérito de Ciudad del
Cabo, Desmond Tutu, quien ensalzó la vida del “extraordinario icono”. Una gran
ceremonia religiosa ecuménica que sirvió para homenajear a Madiba, el héroe
sudafricano, en un ambiente festivo, pese a la persistente lluvia que no dejo
de caer. Cerca de 1.500 periodistas se acreditaron para cubrir el funeral. Los actos de despedida de Mandela continuarán
hoy, mañana y viernes en Pretoria, por cuyas calles desfilará el féretro del
expresidente. El funeral de Estado
tendrá lugar el próximo domingo en la localidad de Qunu, en el sureste
de Sudáfrica, donde creció Mandela y había pedido
ser enterrado.
“Muchos líderes muestran afecto por la lucha de
Mandela –declaró Barack Obama al iniciar el acto– pero no liberan a su propio
pueblo”. El presidente de EEUU le recordó como un político con cualidades y que
hizo ver que no sólo las ideas y las acciones son necesarias para cambiar las
cosas, sino que hace falta más. Obama agradeció al pueblo de Sudáfrica haber “compartido a Nelson
Mandela con nosotros”. “Mandela –manifestó al ser recibido
con una gran ovación en el estadio– es el último libertador del siglo XXI”.
Otros líderes políticos, como Ban Ki-moon, el secretario general de Naciones
Unidas, recordó que el mundo había perdido a un querido amigo y a un mentor.
“Ningún estadio –dijo– podría albergar hoy nuestro dolor. Mandela mostró el
poder del perdón y de cómo la gente puede unirse, los unos con los otros, para
conseguir la paz en una lección que compartir con toda la humanidad. Mandela
sacrificó muchísimo para conseguir libertad e igualdad. Nos enseñó una forma,
nos enseñó su corazón. Nos tenemos que inspirar en su espíritu. Luchó durante
toda su vida por todos y cada uno de nosotros”.
El presidente del Gobierno español subrayó el legado de “concordia” que deja el
expresidente sudafricano y lo aplicó a España, expresando su deseo de
que todos los españoles estén “unidos” en “temas esenciales” como la unidad de
España. Rajoy calificó de “impresionantes” las imágenes del estadio donde se
despidió a Mandela y recordó que aquel era “uno de los lugares más emblemáticos de Sudáfrica por estas
razones y lo será más en el futuro, tras el funeral de Mandela. Para el
presidente del Gobierno español, Mandela deja un legado de “mucha dignidad”, y de
“ansias enormes de libertad”, un
valor que defendió “una persona que estuvo 27 años en la cárcel por razones
exclusivamente políticas”. Se refirió también, contestando a una pregunta, a
las concertinas de la valla de Melilla, intentando arrimar el ascua a su
sardina: “No se trata de poner
fronteras sino de que, en los países, la gente entre legalmente, cosa
que se hace en España, en Europa y también entre países africanos”. Y recordó
que España también ha sido un país de emigrantes y la emigración desde Galicia,
su comunidad natal, hacia Argentina, Venezuela o Suiza.
Cerca de cien pantallas retransmitieron la ceremonia
en espacios públicos de todo el país y en otros tres estadios de Johannesburgo.
El funeral de Estado tendrá lugar el próximo domingo en la localidad de Qunu,
en el sureste de Sudáfrica, donde creció Mandela y había pedido ser enterrado.
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